Hoy propongo una ruta sencilla y con algo de historia. Subiremos primero al monte Mello para rodar posteriormente por Itsaslur, una vía verde colgada sobre el mar entre Pobeña y Kobaron.
Conduzco hasta Muskiz y dejo el coche en el aparcamiento situado frente a la estación de tren. Recojo a mi compañero de ruta, esta vez enfundado en su modo gravel (similar a CX pero con sutiles diferencias) y nos dirigimos hacia Mello. Cruzamos el Barbadún por un curioso puente verde y atravesamos el barrio de Las Acacias en dirección al monte (O). Comienza la pendiente y en seguida dejamos el asfalto para pasar a rodar por pista de gravilla.
Esta subida nos va a dar pocos descansos. Por si esto fuera poco, los trabajos de deforestación unidos a la lluvia que ha caído estos días nos lo complican aún más. Tras cruzar un paso canadiense conectamos con el GR-123 y a los pocos metros de rodar por tierra comprobamos que la pista está hecha un auténtico lodazal. Adiós a nuestra idea de utilizar la subida más tendida posible y toca seguir el GR encarando un rampón de los que quitan el hipo.
Reconocer que a ratos tiramos de empujabike no nos va a avergonzar a estas alturas. Cuando por fin termina lo más duro podemos dar un pequeño respiro a las piernas. Seguimos rodeando el monte Posadero por su ladera Norte hasta hacer un pronunciado giro a la izquierda y dirigirnos hacia el collado Posadero (353 m).
Volvemos a ganar metros hasta alcanzar el collado y pasar junto a la caseta del guarda. Tras un corto tramo relajado llegamos al cruce conocido por algunos como la rotonda, al que llegan varios caminos desde Muskiz y Talledo y donde nosotros seguimos las indicaciones hacia Mello.
Las torres de alta tensión trepan directas hacia la cumbre mientras nosotros vamos superando una serie de zetas por las que ganamos altura rápidamente. En la siguiente señal con indicaciones a Mello seguimos por la izquierda, bordeando el monte por su lado Este. Termina este trabajado tramo cuando alcanzamos el collado Llangón (545 m).
Seguimos más indicaciones y bordeamos la cima por el Norte tomando el camino de nuestra derecha. Tras este último esfuerzo vemos sobre el hombro izquierdo el vértice geodésico que señala la cima de Mello (629 m), acompañado de un elaborado buzón con la forma del castillo Muñatones.
Un pequeño descanso con su respectivo avituallamiento y nos dejamos caer por la campa hasta conectar con la pista de nuestra derecha. En seguida la abandonamos lanzándonos por una empinada cuesta entre pinos que nos lleva de nuevo hasta el collado Llangón.
Ya en la pista, soltamos frenos por las zetas de vuelta a la rotonda. La última horquilla la podemos atajar siguiendo un estrecho sendero entre la maleza. Al llegar al cruce esta vez continuamos en dirección Muskiz por nuestra derecha.
Un largo y rápido descenso por pista de gravilla nos sitúa en la parte baja, donde llega un cruce en el que decidimos ir por nuestra derecha cruzando el riachuelo dos veces y rodando por su ribera izquierda. A pesar de encontrar un pequeño desprendimiento merece la pena recorrer este sendero.
Volvemos a pasar a la orilla derecha y en seguida salimos al asfalto de Muskiz. Ahora nos dirigimos hacia la segunda parte del recorrido de hoy, mucho más cómodo. Cogemos la carretera nacional N-634 y la seguimos en dirección Cantabria. Antes de llegar a Ontón nos desviamos a nuestra derecha para pasar bajo la autovía siguiendo un camino asfaltado.
Dejamos atrás el aparcamiento y entramos en la vía verde del Piquillo. Este antiguo trazado ferroviario discurre muy cerca del mar y el olor a salitre del Cantábrico lo envuelve todo. Al llegar a la entrada del pequeño y apuntalado túnel del Piquillo un cartel nos avisa de que entramos bajo nuestra responsabilidad. Nos fiamos.
No ha hecho falta frontal ya que la longitud es muy corta. Al otro lado el trazado se dirige hacia el interior hasta que llegado un punto giramos hacia nuestra izquierda buscando la costa de nuevo. Atravesamos el aparcamiento de Kobaron y unos paneles nos informan de que comienza la vía verde de Itsaslur.
Restos de poleas nos recuerdan la antigua actividad de recolecta de algas que se practicaba en estos acantilados. Poco más adelante la tierra se introduce en el mar en la Punta del Castillo Viejo, donde encontramos una antigua edificación defensiva ubicada en este lugar. Se puede llegar hasta el borde del acantilado improvisando una corta bajada por campa de hierba.
Volvemos al camino y pasamos sobre el cargadero de la antigua compañía minera McLennan. El cargadero Campomar fue el primero en Bizkaia en cargar mineral directamente al mar desde las paredes de estos acantilados. Quedó destruido en 2008 debido a un fuerte temporal. Podemos saciar nuestra curiosidad gracias al gran número de paneles informativos que encontraremos por el camino. Seguimos avanzando hacia la playa de La Arena, rodeada por Punta Lucero, Serantes, Oceja y Montaño.
El camino se estrecha y rodamos entre paredes de piedra antes de llegar al comienzo de las escaleras. Estos 120 escalones pueden bajarse montado, rodar por el canalón lateral o cargar la bici al hombro. En cualquiera de los casos no se hará ni largo ni complicado. Eso sí, respeto a las personas que caminan por este transitado punto.
Llegamos al aparcamiento inferior y salimos junto al albergue de peregrinos. Ya sólo nos queda volver a Muskiz siguiendo la carretera que sale desde Pobeña para entrar más adelante en el bidegorri que rodea la refinería.
Track: https://es.wikiloc.com/rutas-mountain-bike/mello-e-itsaslur-desde-muskiz-21738171
Info: 30,8 km / +860 m / 3 h 50 min / Moderado
Videotrack:
Otras rutas por la zona:
BTT Serantes y Punta Lucero desde La Arena
Más rutas en: http://www.testeadoresdeocio.com