LA PREOCUPADA ESPAÑA AMENAZA A ESCOCIA.

Martes 14 de marzo de 2017

El ministro español de Exte­riores, Alfonso Dastis, un diplomático gris y con poca imaginación, en una rueda de prensa celebrada, nada menos que en Lima ha dicho que si Escocia termina siendo independiente, deberá «ponerse a la cola» y solicitar el ingreso en la Unión Europea (UE) teniendo que cumplir todos los requisitos para el ingreso. Para Madrid, de conseguir Esco­cia su independencia y el Reino Unido confirmar su salida de la UE, Edimburgo no puede quedarse en la UE, porque «no es miembro si no es como parte del Reino Unido». Dastis alegó que Madrid «no alienta secesiones y divisiones en ninguno de los estados miembros» y afirmó que España apoya la integridad del Reino Unido y «que las cosas sigan como están».

Lo que llama la atención es que dan por posible la independencia y lo que si no llama la atención es que un funcionario español amenace, impida y sea tan beligerante en relación con una opinión pública manifestada democráticamente.

La vieja España, la temerosa España, como siempre. Nada nuevo bajo el sol.

Y todo ¿Por qué?.

La primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, puso este lunes sobre la mesa todas sus cartas al anunciar la convocatoria de un segundo referéndum independentista para Escocia entre el otoño de 2018 y la primavera de 2019, lo cual coincidirá de pleno con el proceso de negociación del Brexit y las opciones para Escocia “estén más claras que ahora”.

Tras muchos dimes y diretes, finalmente Sturgeon confirmó que pedirá permiso para celebrar un segundo referéndum para conseguir la independencia de Escocia, alegando que esta medida es necesaria para proteger a los intereses escoceses tras la votación del Reino Unido para abandonar la Unión Europea (UE).

La política escocesa anunció que pedirá al Parlamento Escocés el próximo martes autorización para poder celebrar la consulta, que aparece contemplada en la sección 30 de la Ley de Escocia, en el que será un nuevo referéndum jurídicamente vinculante sobre la independencia de un territorio que votó a favor de seguir en el bloque común.

Los votantes escoceses rechazaron la independencia en un 55% a 45% en el referéndum de septiembre de 2014. Sin embargo, el hecho de que Escocia votase por el 62% frente al 38% a favor del Remain, mientras que el conjunto del Reino Unido lo hizo por dejar el bloque común en un 52% frente al 48%, da muchas esperanzas a Sturgeon para conseguir la victoria.

La primera ministra británica, Theresa May, evitó en el pasado pronunciarse sobre si concedería o no tal permiso, pero el lunes reprendió a Sturgeon que su plan crea “incertidumbre y división” e insistió en que la mayoría de los escoceses no quiere otra votación sobre el asunto.

“La visión que ha dado hoy el SNP es profundamente lamentable”, explicó la líder conservadora, para quien en lugar de jugar en política con el futuro del país, el gobierno escocés debe centrarse en la prestación de un buen gobierno y servicios públicos para el pueblo de Escocia. “La política no es un juego”, le dejó claro May a la escocesa.

En una intervención hecha desde su residencia oficial de Bute House en Edimburgo, Sturgeon defendió que a la gente de Escocia le tiene que ser ofrecida una opción entre convertirse en un país independiente y un Brexit duro, es decir la salida del mercado común y el control total de la inmigración.

Por el momento, la estrategia del Gobierno escocés pasa por proponer que Escocia siga siendo miembro del mercado único, incluso si el resto del Reino Unido decide retirarse, tal y como defienden desde Downing Street. En su defensa, May argumenta que ha estado “trabajando de cerca” con las administraciones descentralizadas sobre el Brexit. Una visión que no comparte Sturgeon, para quien Londres no se ha “movido ni siquiera una pulgada en la búsqueda del compromiso y del acuerdo”.

En el actual Holyrood, (Parlamento escocés), hay una mayoría de diputados que defiende la independencia. La semana que viene se espera que tanto los representantes del SNP (con 63 escaños de los 129 asientos) como los Verdes votarán a favor de una transferencia de la Sección 30 de Westminster contemplada en la Ley de Escocia de 1998. Además, se desconoce la estrategia que tomarán los laboristas, pues su líder, Jeremy Corbyn, anunció que “no bloquearía” la celebración de un segundo referéndum de independencia.

Este modelo, el escocés, si prospera, será de una gran ayuda para Catalunya, Euzkadi y Galicia.

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