“¡Como miente, la Diputada de Medio Ambiente!” era uno de los gritos que debajo de casa coreaban en 1996 una serie de irresponsables dirigidos a mi mujer, María Esther Solabarrieta, cuando era Diputada de Acción Territorial y Medio Ambiente de la Diputación Foral de Bizkaia.
De aquellos gritos y de la campaña subsiguiente me he acordado hoy cuando en Deia he leído este titular: ”Un informe médico dictamina que Zabalgarbi no tiene efectos para la salud”. ”La Unidad de Investigación de Cruces ha realizado el estudio con 100 voluntarios”. Sinceramente a esta noticia me hubiera gustado que Deia la hubiera enmarcado y dado datos de lo que fue aquella terrible campaña en contra de esta iniciativa extraordinariamente positiva para Bizkaia. Ya nadie habla de basuras domésticas.
“La población cercana a las plantas modernas de incineración de basuras sólidas no manifiesta un incremento en los niveles de metales pesados”. es la conclusión del estudio efectuado por la unidad de investigación del hospital de Cruces, que ha analizado la sangre y orina de un centenar de voluntarios y ha obtenido como resultado que no hay diferencias en la presencia de los contaminantes de plomo, cadmio, cromo y mercurio de las personas que residen en las inmediaciones de la incineradora Zabalgarbi.
Los datos de este estudio han sido divulgados en la revista científica internacional Science of the Total Environment, centradas en el medio ambiente y su relación con la humanidad. Como era de esperar, la plataforma Ekologistak Martxan, sin ningún dato científico y encerrados en su NO habitual, han puesto en duda los resultados de este trabajo. Nada nuevo bajo el sol. Si se les hubiera hecho caso, Zabalgarbi no hubiera sido construida porque al parecer iba a haber en estos años, centenares de muertos producto de la contaminación de las dioxinas. Las “Euskodioxinas”. Y sin embargo a este tipo de gente nadie les echa en cara sus constantes mentiras, que el tiempo demuestra son siempre una patraña.
Menos mal que el PNV de Bizkaia (Javier Atutxa, Josu Bergara y el Exconsejero de Industria del Gobierno Vasco Javier Garcia Egotxeaga), tuvieron siempre las ideas claras y no se arrugaron, como se arrugaron en algún otro lugar y echaron hacia adelante a pesar de que la demagogia hizo imposible se construyera la planta en Erandio, como era la primera intención. Esa es la diferencia entre gobernar y la absurda marginalidad de gentes que con la falsa bandera ecologista, muchos de ellos, prefieren exagerar la nota con estos casos a ser sensibles con lo importante como ocurrió tras el asesinato de Inaxio Uria, cuando no tuvieron ni el pudor ni la decencia de suspender aquella manifestación en contra de la Y ante la Feria de Durango.
Querido Iñaki:
Ya que mencionas a la señora Solabarrieta y unas denuncias de «gentes que con la falsa bandera ecologista» que pretendes demostrar falsas, no voy a entrar a valorarlas pero tengo memoria y no me puedo resistir a comentarte un episodio que conozco muy bien, pues me tocó vivirlo como concejal, que incluyó un caso de contaminación y una irresponsable actuacion de esta señora como diputada foral de Medio Ambiente.
Los hechos remontan a abril de 1995. La aparición de cientos de peces, anguilas y ranas muertas en la desembocadura del rio Txatxarro suscitó una investigacion de la Policia Municipal de Gorliz que enseguida apuntó a las obras que varios metros cauce arriba estaba ejecutando la Diputacion. En las obras de la actual depuradora de aguas fecales de Gorliz la empresa Ferrovial acababa de depositar a lo largo del borde fluvial un escombro gris traido de Galindo, en Sestao, con el objeto de allanar el terreno. Los analisis confirmaron que el lixiviado del escombro en el rio alcanzaba niveles del 12, 4 PH, mortales de necesidad para la fauna piscícola.
El Departamento de Sanidad del gobierno de Gasteiz sugirió, tras los análisis, la retirada del escombro. Asimismo, la Viceconsejeria de Medio Ambiente solicitó al entonces Alcalde de Gorliz, Javier Quevedo, que ordenara la paralización de las obras de relleno y la retirada de los residuos. El 28 de abril, el alcalde Quevedo emite un Decreto ordenando la paralización de los rellenos y requiriendo a la Diputación la inmediata retirada de los escombros depositados.
El Departamento foral de Medio Ambiente y Accion Territorial responde el 22 de mayo que no va a quitar nada porque el origen de la contaminación era, segun ellos, unicamente una fuga de agua fecal al rio y que así lo confirmaban sus propios análisis. Tras esta respuesta desairada el alcalde de Gorliz, sorprendentemente, desiste en su empeño. El escombro nunca fue retirado y el departamento dirigido por Mª Esther Solabarrieta se salió con la suya.
A todo esto, tanto el asunto del vertido como el rifirafe institucional fueron mantenidos en secreto fuera del conocimiento publico. No hay que olvidar que los hechos se produjeron en plena campaña electoral para las elecciones municipales y forales (las elecciones fueron el 28 de mayo). Precisamente ambas administraciones eran las implicadas en el caso y tanto los dirigentes forales como los municipales eran del PNV.
Cuando la noticia trasciende al publico y a la oposición es, pasadas las elecciones, a raiz de la publicacion de una noticia en El Correo el (17 de junio): «La Diputación desoye la orden del alcalde de Gorliz para detener las obras de la depuradora». Tras la investigacion de la documentacion sobre el tema, HB de Gorliz denunció el caso públicamente (pero claro, ¿quién va a hacer caso a «los de siempre»?).
A esta denuncia siguió otra en los juzgados, interpuesta por el grupo naturalista Txipio Bai. Esta denuncia contó con el respaldo de la fiscalía, que acusó a los responsables de la empresa adjudicataria, Ferrovial, de un delito ecológico por echar el escombro.
A mi juicio en el banquillo deberían haberse sentado también los responsables del Departamento de Medio Ambiente y Accion Territorial de la Diputación Foral de Bizkaia por no quitarlo, como responsables directos de haber hecho caso omiso a un Decreto de Alcaldía que ordenaba paralizar las obras y retirar el escombro.
Yo siempre tuve claro que, para desgracia del medio ambiente, hubo un pacto de silencio para que el asunto no trascendiese al publico con las elecciones de por medio. Se ventiló (mejor dicho, se tapó, en todos los sentidos) dentro de «el partido». Además, el alcalde cesante, Javier Quevedo, que marchó al paro tras las elecciones encontró acomodo a los pocos meses, vaya casualidad, como «cargo de confianza» precisamente en el departamento foral dirigido por la Sra. Solabarrieta.
En otro orden de cosas: no se escribe «con qué», se escribe «conque», conjunción consecutiva, en una sola palabra átona.
Un estudio de metales pesados!
Pero quien ha dicho que el principal peligro de zabalgarbi sean los metales pesados?
En la incineración se producen multitud de sustancias tóxicas, cancerígenas, que no son metales pesados!
Podrían haber hecho un estudio sobre la incidencia de Zabalgarbi en el apetito o las relaciones sexuales para concluir que Zabalgarbi es segura.
Una estupidez de cabo a rabo.
Soy Iñaki Anasagasti y le contesto a quien dice que María Esther Solabarrieta era la responsable en mayo de 1995 del Departamento de Mdio Ambiente y Acción Territorial de la Diputación Foral de Bizkaia.
Si toda ala argumentación que esgrime tiene el mismo rigor, habrá que colegir que le ciega un interés poco confesable.
María Esther Solabarrieta no era en esa fecha la Diputada responsable de lo que usted está diciendo. Lo era Miguel Anegl Villanueva.
Mª Esther Solabarrieta ha sido la excelencia en el trabajo. Le tengo respeto y admiración, ella hizo el mejor trabajo en Medio Ambiente; los sistemas aplicados no tienen comparación en el Estado o en Europa, no hay más que viajar para ver la facilidad con que podemos reciclar y ordenar los residuos con resultado sostenido, que es el objetivo. Aprovecho para transmitir aquí mi agradecimiento y espero que el próximo gobierno vasco nacionalista la nombre diputada de Medio Ambiente.
Sr. Anasagasti: Reconozco que cuando el vertido la señora en cuestión no había sido nombrada aún, lo fue poco después, tras las elecciones, y continuó haciendo caso omiso a las solicitudes de retirada de los escombros.
Puedes colegir el interés poco confesable que te apetezca. La verdad es que en su día me sorprendió la torpe (y prepotente ante otras administraciones) manera de actuar de la Diputación en todo esto. No les habría costado tanto retirar el escombro que, al final allí quedó. Me imagino que decidieron que no contenía mayores contaminantes y que con el tiempo y el lixiviado ya se equilibraría el PH del río, pero a mí y a muchos otros nos pareció una desfachatez. Más información:
http://bit.ly/bJOUSh
Por cierto, por mencionar otro episodio con la misma depuradora y durante el mandato de la mencionada diputada, de sainete fue la falsa inauguración en verano de 1997, digna de una película de Berlanga (digo lo de falsa porque a pesar de cortar la cinta y apretar un botón, no entró en funcionamiento hasta ocho meses después, cosas de políticos). Fue apretar el boton y empezar a salir porquería por Txurrua en la ría de Plentzia, junto al Kai-Eder. «Fallo de una válvula» dijeron, y las playas de Gorliz y Plentzia estuvieron varios días cerradas por contaminación.
Pido perdón de antemano por mi torpeza, pero no entiendo como puede fallar una válvula y contaminara la s playas de Górliz y Plentzia, si al apretar el botón no entró en funcionamiento la depuradora, porque, como Ud. mismo dice fue, una falsa puesta en marcha……..
El «que» que aparece en el título se escribe sin tilde. Para todo lo de más, Mastercard.