Conozco a varios nuevos Ministros

Miércoles 21 de noviembre de 2011

Conozco a los nuevos ministros Montoro, Fernández, Margallo, Gallardón, Cañete, Pastor, Morenés y Wert.

No me parece, así de primeras un gobierno deslumbrante. Creo que el anterior tenía gente de más quilates. Pero bueno, es lo que hay. Conozco a todos menos a Guindos. Si a Montoro, que en tiempos de Felipe González, la peña socialista cada vez que hablaba en la tribuna o pedía la palabra le gritaba: ¡Montoro, dimisión!. Y al nuevo ministro del Interior, que se sentaba detrás de mí y conocía mi nuca mejor que nadie. Es un activo opusdeista que me invitó a ir al Vaticano y le dije que con él no iba ni a la casa del Papa. Margallo es el nuevo ministro de Exteriores. Compañero de colegio en los Marianistas de San Sebastián de Albistur, viajé con él a Guinea en 1988 y le conozco bien. Le gustaban mucho las mujeres y la buena vida. No tenía mal gusto. Siempre que hablo con él me dice perrerías de Sabino Arana. La cartera de Justicia me parece poca cosa para la ambición de Gallardón. A no ser que Rajoy le encargue todo lo referente al mundo de los presos de ETA, que es un asunto altamente político. Dejar Madrid por este monedero, no sé. En Agricultura, Arias Cañete es un valor sólido. Ha sido presidente de la Comisión Mixta Europea y se lo ha trabajado bien. Y Wert para Cultura, no está mal. Trabajó en el BBVA, es sociólogo, fue del PDP democristiano y es un tipo de centro. La Sra. Pastor es un poco marujona, aunque buena persona y para Defensa, para el negurítico Pedro Morenés, no está mal a pesar de haber trabajado con Mayor Oreja. Este es mi flash ante el nuevo gobierno.

Me he dado una minivuelta por el Mercado de Santo Tomás de Bilbao. Y he comprado un queso de Idiazabal de algo más que un kilo. Veinticuatro euros. Mucha gente y buen ambiente. Y gente conocida. Es un buen anuncio de la Navidad. Navidad que hasta ayer no había llegado a la Carrera San Jerónimo.

Porque reconozco que me sorprendió la abstención de Amaiur en la votación de Investidura a Rajoy.

¿Será que empiezan de verdad a hacer política?. Tanto la intervención de Antiguedad, con buena oratoria, como la votación en la Investidura denotan que han aprendido alguna lección y que están haciendo lo que siempre hemos hecho nosotros en la Villa y Corte. Lo malo es que cuando lo hacía el PNV, se nos echaban encima y nos llamaban entreguistas, pero ahora, cuando lo hacen ellos, todo es perfecto y propio de mentes agudas y responsables que buscan prosperen sus propuestas.

De todas maneras prefiero mil veces ésto a lo que ocurrió el 20 de noviembre de 1989 cuando HB decidió ir a Madrid y a Josu Muguruza lo mataron en el Hotel Alcalá. ¡Cómo han cambiado las cosas!. Afortunadamente a mejor.

A pesar de todo y a pesar del espectro político tan fragmentado, las sesiones del lunes y martes fueron de guante blanco y hasta Gara ha entendido que el bramido de Rajoy diciendo que él y la sociedad no le debían nada a Amaiur lo interpretaban como un saludo a la caverna, sin mayor trascendencia. Y lo decían en el periódico en el que aparecía ese día una curiosa esquela con fotografía del fallecido «Querido Líder Coreano» y una frase de Kim Jon Il que decía: «Aunque se releven las generaciones, la revolución no puede detenerse, la lucha tiene que continuar».

Me imagino que la frase no la analizarán los derrotados del PSOE que en su búsqueda socialdemócrata acaba de producir un grupo de notables de su seno que ha emitido un Documento público. De entre ellos solo me han llamado la atención dos. Que esté Rojo, a quien yo veía en el corral de Rubalcaba y que esté Fernando López Aguilar, eurodiputado y ex ministro de Justicia así como aquel sinvergüenza que decía una cosa en público en relación con la investigación del asesinato de Couso en Irak y otra distinta y obsequiosa lo que le decía al embajador norteamericano en Madrid al tranquilizarle diciendo que obstruiría a la Justicia y que Wikileaks descubrió. Yo ante esta inclusión tan lamentable llego a la conclusión que no me parece limpia esta alternativa. Si tragan con ésto, apaga y vámonos… Mientras este mal bicho no pida perdón en público, para mí no será creíble esta plataforma que incluye a este indeseable y que contradictoriamente dice:

-No hay ningún poder legítimo por encima de los ciudadanos ni en el partido por encima de los militantes. Los ciudadanos progresistas exigen que el sistema de representación políti­ca y la vida interna de los partidos no estén trucados […].

-Nuestro reto es ahora recuperar la credibilidad. […] Somos más creíbles cuando somos más auténticos y menos parecemos asumir las 5/7 ideas de nuestros adversarios políticos […].

-A nuestro juicio la pérdida de credibi­lidad y coherencia ha sido fruto de la erosión de nuestros mecanismos demo­cráticos y del aislamiento social progre­sivo de nuestro partido. Ese es el por­qué de nuestros errores. Antes de que los ciudadanos se alejaran de nosotros, nosotros nos alejamos de los ciudadanos. […].

-Una lealtad mal entendida ha hecho que se omitieran críticas necesarias […].

-A cada socialista le toca tomar posición más allá de cualquier cálculo personal, pensando solamente en el futuro de nuestra causa […].

De todas maneras alabo la democracia interna del PSOE. Sabemos que algo se mueve y quien lo mueve. En el PNV estamos inmersos en elecciones internas y no creo que ni los candidatos saben si han salido, ni donde han salido, ni quien va ganando, ni quien ha sido descartado. Es de un cierto oscurantismo y de una opacidad extrema nuestro actual reglamento al que hemos tratado de darle transparencia, agilidad y sinceridad con las enmiendas enviadas para mejorar los reglamentos en la Asamblea General de enero. Se impone una mayor y mejor democracia. Si nada se hace, habremos hecho una chapuza y dejaremos de conectar con un sector vivo de la sociedad. A pocos le gustan las organizaciones secretas y sin la debida luz. La sociedad ha cambiado y el PNV ha de cambiar con ella. Y la ponencia debe estar al loro, porque lo que tenemos se ha quedado muy viejo y poco práctico y además genera follones innecesarios.

Lo que no queremos que cambie es el nombre de nuestros Grupos Parlamentarios en Madrid porque reflejan una realidad. En tiempos de la Republica formamos la Minoría Vasco-Navarra y a partir de 1977 nuestro nombre ha sido el de Grupo Vasco, salvo en la legislatura anterior en la que por inclusión de Xose Manuel Bouza, del Bloque Nacionalista Galego, nos quitamos lo de Nacionalistas Vascos y nos quedamos en Nacionalistas. Pero acabamos de registrarnos como Grupo Parlamentario Vasco. Y el martes, la nueva Mesa del Senado lo aprobó.

Pero hay gente que no está de acuerdo y porque ya no hay, como hubo en 1977, un Grupo Parlamentario Socialista Vasco, sino todos los socialistas están inscritos en el PSOE estatal que como su nombre indica es el Partido Socialista Obrero español. Si quisieran usar lo de Vascos, que se independicen del PSOE estatal, porque lo demás no tiene el menor sentido que quien fuera viceconsejero de Interior Rafael Iturriaga le haya enviado al nuevo presidente del Congreso, Jesús Posada una carta protestando por este hecho. Lo entendería que lo hubiera hecho Amaiur, pero ¿Rafa Iturriaga?. Y además lo ha hecho en un tono que parece Rosa Díez o alguien con úlcera gástrica.

Tras una reflexión motivada por la “aberración” que supone que los cinco parlamentarios del PNV se agrupen bajo la denominación de Grupo Parlamentario Vasco, Iturriaga, hoy asesor del lehendakari, expone: “El problema no es que los nacionalistas lo sean. El problema es la vergonzante actitud de la Democracia Española para con ellos. Sea por motivos de utilidad, por miedo (…)”. “Ustedes están en las mejores condiciones para remediarlo. No los necesitan (a los nacionalistas) para llevar a adelante sus políticas y no creo que haya razones para tenerles miedo”, concluye apelando a la comodidad para gobernar de Mariano Rajoy, que a diferencia de Rodríguez Zapatero no necesitará al PNV.

Rafael Iturriaga escribe al presidente del Congreso tras haberle oído mencionar al Grupo Vasco. “Me parece una barbaridad que se permita a un grupo de diputados (o senadores) que en su denominación oficial en el templo de la Soberanía de la Nación Española, se arroguen la representación de la totalidad de una parte del territorio, o, mejor dicho, de la población residente en el territorio de su circunscripción”, explica.

¿Acaso el resto de diputados o senadores elegidos por la CAV no son parlamentarios vascos?, se pregunta de forma retórica. Y alega que esa “sinécdoque política es nacionalismo activo en estado puro”, ya que los nacionalismos lo que hacen es “sustituir a los ciudadanos realmente existentes por el cuerpo místico ideal de su pueblo.

Iturriaga asegura que, bajo esa óptica, la población no nacionalista son un problema a resolver por métodos que llegan hasta la “eliminación física” y recuerda a los asesinados por ETA, sin citar a la banda, y su condición de escoltado. Reconoce que no todo el nacionalismo es terrorista, pero incide en que todo el terrorismo lo es y que es el nacionalismo quien le ofrece soporte ideológico.

Afirma que la Mesa del Congreso y del Senado “deberían haber impedido ese ejercicio de construcción nacional y de exclusión” y argumenta que si el PP intentara registrarse como Grupo Parlamentario Español, “se pondría el grito en el cielo”.

¡Y que viva España!

Martes 20 de diciembre de 2011

Rajoy ya es presidente del gobierno. Era lo previsto tras su amplia mayoría absoluta del 20 de noviembre. No ha sido en su discurso y en las réplicas implacable como lo fue Aznar en el año 2000. Tampoco ha enseñado del todo sus cartas. Las elecciones andaluzas serán en primavera y no hay que asustar. Pero algo si ha dicho en relación con los recortes, la deuda, el déficit, y el IVA. Nada de la situación vasca, y menos del estado autonómico. Pronunció, 39 veces la palabra España y ninguna la palabra «plural». Estamos pues ante una recentralización como la copa de un pino.

Rubalcaba se creció ante su parroquia. Se puso el primero en la parrilla de salida. Le vi medido, ágil, en clave positiva pero marcando el terreno. Carme Chacón no estará muy a gusto. Y vi el debate por TVE. La mejor manera para no perder detalle. Y a las siete del lunes fui a la SER a nuestro debatillo semanal con Benegas. Antes, Isabel Cobo, le hizo una entrevista a Rafa Larreina, flamante diputado de Amaiur. Fue del PNV, pero solo reconoce que es de EA. Dijo que sus referencias en Madrid eran Lasagabaster y Azkarraga. Antes hubo muchos más. Se le ha caído de la boca la palabra Euzkadi. Ahora todo es Euskalherria. Solo conserva la corbata. Sinceramente, esta gente que esconde su pasado, me parece patética. Y de muy poco fiar.

Rajoy en el día de hoy ha estado mesurado. «No me veo prepotente ni perdiendo las formas y trabajaré para que nadie en esta Cámara actúe de forma prepotente y perdiendo las formas». Bueno, es un gran avance. De aquel Aznar a este Rajoy el matiz no es su españolidad, sino las formas, y en la verdadera democracia, las formas son el fondo. Veremos. Porque a su lado tiene una derecha agresiva y una rancia extrema derecha. Sin ir más lejos, tras apoyar al rey en su follón familiar La Razón publicaba a página completa la fotografía de Franco en su caballo corno reclamo de una Colección de Esculturas “que recordarán a las generaciones futuras el orgullo por nuestro pasado”. «Francisco Franco, el Espíritu de África”. ¡Casi nada!.

Por eso en política hay que tener otro talante. Parece que lo tiene el nuevo secretario general del Partido Socialista de Catalunya elegido el pasado domingo en el Palacio de Congresos de Catalunya, Pere Navarro. Dicen de él que no es de esos alcaldes carismáticos, pero domina las formas, es impecable en sus discursos, sabe rodearse de buenos equipos y no comete errores de bulto. De hecho con él, no ha ganado el sector más catalanista sino el más continuista con las políticas de Montilla, el que no aboga por tener un Grupo parlamentario propio en el Congreso, sino tan solo votar diferente, si es el caso, cuando algo referente a Catalunya no les gusta. «El éxito fundamental del PSC fue el equilibrio entre el catalanismo de izquierdas y el socialismo español» según dice Jordi Mercader. Al candidato opositor Ángel Ros, alcalde de Lleida, le achacan no haberse presentado y confrontado su peso real. «Mucho de los aquí presentes no están buscando una salida política sino una salida laboral». No es el único caso.

Y finalmente un apunte que me ha llamado la atención. Deia publicó el domingo una entrevista hecha a Basagoiti. Tuve la paciencia de leerla y entre tanto tópico encontré esta perla cuando el periodista le preguntó como veía al presidente del PSE, Jesús Egiguren. Y Basagoiti contestaba así:

Creo que es una máquina de hacer batasunos. Sus reflexiones siempre vienen a decir que los buenos del país son los de Batasuna, que el camino es la negociación de Loiola, en la que Batasuna salió fortalecida y legitimada. En su intento de capitalizar la paz y de que el PNV tenga menos poder institucional no se está dando cuenta de que está fortaleciendo la posición de los Otegis, los Bildus y los de Amaiur”.

Por primera vez coincido con Basagoiti. Así lo veo, porque no hay que olvidar que Egiguren es un declarado enemigo político del PNV y que tiene como su santo y seña acabar con nuestra representación pública. Menos mal que algunos empiezan ya a conocer el percal de este personaje.

Y finalmente comentar algo que leí el domingo en una entrevista que le hicieron a la escritora Emma Cohen. Fue en el suplemento dominical de El Mundo y me gustó. Entresaco una respuesta que da a una pregunta sobre si su generación había sacado a España del Franquismo. Y ella contesta, con acierto y sinceridad:

“No, yo tengo la plena certeza de que mi generación no sacó a España del franquismo. Franco murió cuando quiso, todavía no se ha muerto. Los dejes del franquismo existen. Está claro en el asunto de la memoria histórica: eso que se llamó Transición no ha solucionado exactamente nada. Ganaron la guerra y lo saben, y aquí no ha habido juicio, no ha habido justicia. Y estamos en lo que se puede estar, en lo que permiten los vencedores. Yo no puedo estar orgullosa ni no orgullosa de mi generación. Puedo entender, pero no calificar, decir qué estupendos o qué botarates, porque, realmente, no ha habido más que lo que se ha podido hacer en la comanda azul. En todo mi recorrido vital, el único vago resplandor patrio que yo veo, por utilizar el término, es el 15-M. No veo otro. No veo la Transición como vago resplandor, sino como apaño”.

Tienes razón Enma.

Rajoy no nombra en su investidura a Urdangarin

Lunes 19 de diciembre de 2011

Donde mejor se ve un debate de Investidura no es desde el escaño o desde el palco del hemiciclo, sino en casa viendo la tele. Sobre todo por el sonido. Te evitas la saludadera, y estás más cómodo. Escribo ésto tras la primera, intervención de Rajoy. Lo esperado. Rebajas y petición de unidad. Ninguna alusión a un problema que tiene ante sus narices como es la implicación de la hija y el yerno del rey en una serie de delitos. Al parecer, tanto Rajoy como Zapatero hablaron de este vidrioso tema el pasado jueves cuando el primero fue a visitarle a La Moncloa. Pero nada se dirá en público. Y es urgente regular esta forma de actuar impune.

Mucho menos cuando la operación cortafuegos, tras un mes con la Casa Real noqueada, ya ha empezado. La Razón titula­ba el domingo con un patriótico: «Los españoles con su rey». Se le ve a éste encima de una gran bandera española que cubre la portada, para anunciar que han hecho una encuesta y que el 8l,3% apoya el papel del monarca y “un contundente 88,2% aprueba su decisión de apartar a Urdangarin de los actos oficiales». Y si es así y si el rey le ha apartado por falta de ejemplaridad, ¿por qué no se cayó del Christmas navideño?.

En el otro extremo, El País ha encontrado la coartada. «La Casa del Rey pidió a Urdangarin que buscara, trabajo fuera de España» para decir internamente que un amigo del rey, el conde de Fontao, analizó en 2006 las actividades del yerno y llegó a esa conclusión. En otra página Metroscopia decía que el 89% de los preguntados aprobaba la decisión de apartar al yerno del Rey de la agenda oficial. Ninguna pregunta sobre la Infanta, ninguna pregunta que pusiera en cuestión esa milonga insufrible da que la Monarquía es la Institución más valorada por los españoles, ninguna pregunta sobre el delito que supone el encubrimiento que es un delito.

Se ve que el PP y el PSOE y los medios, que siempre han apoyado el juancarlismo, han metido la marcha atrás y se van a centrar únicamente en Urdangarin. Posteriormente y tras el debate de Investidura harán un apaño con la información de las cuentas y aquí paz y luego gloria.

Más en sintonía con la realidad y la demanda de información Deia se preguntaba en portada si peligraba la corona de Felipe VI diciendo que “las graves derivaciones del caso Urdangarin pueden pasar factura al heredero del rey y a la propia monarquía”. Es verdad. La magia se ha acabado.

Y para hablar de ésto me invitaron a La Noria este sábado. Y fui. En ETB, nunca hablan de estas cosas y La Noria es el programa de opinión política más visto por la ciudadanía. A él han acudido Artur Mas, Bono, Rodríguez Ibarra, Montilla, Anguita y ésta semana le achacaban a Rubalcaba no haber ido en campaña y haber perdido una oportunidad de oro. Tiene un seguimiento millonario.

Me avisaron que saldríamos al aire a eso de las once de la noche. No fue así. Fue pasada la medianoche porque, malpensado de mí, cuando diseñaron el programa no pensaron que iba a comenzar la operación Cortafuego.

El caso es que llegué, y me llamaron al maquillaje. Allí le saludé a Celia Villalobos que dejaba el programa al haber sido elegida vicepresidenta primera del Congreso. Llegó de diputada a Madrid en 1986 y ha sido alcaldesa de Málaga y ministra de sanidad. Se expresa en lenguaje llano, pero me parece una mujer bastante vulgar. Esposa de Arriola, el consejero áulico de Aznar y Rajoy, el de “Váyase señor Gonzálezy el de la teoría de la crispación. Y me pasaron a la sala donde estaban María Antonia Iglesias, Carmen Enríquez que ese día había escrito un artículo ditirámbico en La Razón, Mariángeles Alcázar, experta en chismes de esa Casa y una escritora de apellido Vallejo. En la otra parte Alfonso Rojo a quien conocí en Guinea, María Antonia y yo. EI panel estaba muy descompensado. AlIí no estaba ni Pilar Rahola, ni Verstrynge, por poner a dos republicanos sino estuve rodeado de supermonárquicos y juancarlistas. Yo era el único patito feo.

En el saludo le dije a Jordi González, que es un buen profesional, que gracias a Urdangarin el ABC dejó de llamarme Ignacio. Y cuando pude esgrimí mi teoría. La de los restantes panelistas era la de centrarse en Urdangarin de quien María Antonia dijo que era un ladrón. La mía es que la ocasión hace al ladrón, independientemente de que el muchacho había roto el saco con su avaricia. Y saqué la Constitución hablando de la “irresponsabilidad” del monarca. Siempre en Madrid saca de quicio que un nacionalista esgrima la Constitución. Y en ella dice claramente que la persona del rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad, caso único en Europa. Di a entender que la Corte es el patio de monipodio, el rey ha hecho de su capa un sayo, ha sido imposible investigar nada, la prensa y los partidos le han protegido, ha existido impunidad e inmunidad y en eso llega un jugador de balonmano y cae en la trampa y hace lo que el suegro, pero sin inmunidad. Y cuando se dan cuenta le dicen que ponga agua de por medio y César Alierta le hace Consejero de Telefónica, donde ya estaba Fernando Almansa, que fuera Jefe de la Casa Real. Una mano lava la otra. Y la Infanta está más implicada que el yerno,  pero de lo que se trata es que ésto no le salpique en nada. Y por eso nadie se cae de la tarjeta de Navidad, a pesar de que el propio rey y el jefe de su casa Spotorno, hayan dicho que la conducta de Urdangarin no ha sido ejemplar.

Pero claro. Decir esto siendo interrumpido, a las doce y medía de la noche, hora y media más tarde de lo que me dijeron y con contertulios tan plegados al juancarlismo y con un Jordi González poco beligerante, a pesar de la claridad del reportaje previo, me hace pensar que hasta a La Noria ha llegado la operación Cortafuegos. De todas maneras me agradó que una señora del público, ante el poco tiempo que tuve para rebatir tanto cortesanismo, moviera la cabeza afirmativamente y respaldando mi argumentación. Siempre se agradecen estas cosas.

María Antonia Iglesias, a quien conozco desde su época de directora de informativos  de TVE en tiempos de González y de García Candau, y con quien he trabajado mucho, en este tema es radicalmente monárquica. Dice que el país no está para ruidos y sabiendo que el invento no se sostiene ella lo apoya, como muchos españoles, como mal menor y está furiosa con el yernísimo por haber puesto en peligro la “ejemplaridad y credibilidad” de una monarquía parlamentaria sostenida por el silencio, como le enseñé a Jordi González, ya que me llevé la Constitución y mi libro donde hace dos años denunciaba esto. Lo ojeó pero no lo nombró. En fin, que España es así, señor mío.

Al salir hablé con Alfonso Rojo de la precariedad de los periódicos digitales, con María Antonia de la situación política y con Carmen Enríquez de su embelesamiento con la monarquía. Me dijo que era yo quien había cambiado y que las Infantas debían buscarse la vida ya que no tienen ningún estatus

Le expliqué el motivo de mi cambio una vez más y le pregunté para qué las Cortes fijan a la Casa Real un presupuesto de 8,2 millones de euros. El rey gana cien veces más que el presidente del gobierno. Saludé a Jimmy Giménez Arnau y a Pilar Rahola.

Y el domingo, ésto fue el sábado, como tenía la mañana libre ya que la huelga de Iberia restringía los vuelos y no tenía cupo y tenía que volver o en autobús o en tren, decidí hacerlo en tren. Y como la mañana estaba fresca y luminosa, desde el hotel, a mitad de La Castellana, hasta la Thyssen llegué andando en media hora. Fue un bonito paseo donde vi como en el Museo de Cera de la Plaza Colón estaban haciendo el agosto con la imagen de Urdangarin, y su inmediato desplazamiento.

Es curioso como llevando tantos años en Madrid no había tenido oportunidad de visitar el Museo Thyssen Bornemisza en el Palacio de Villahermosa al lado del Congreso. Es una colección magnífica con pinturas del Renacimiento y el Clasicismo, y pintura veneciana del siglo XVIII. Hay apartados dedicados a la pintura flamenca y alemana así como presencias puntuales de la pintura francesa y española. Lo más destacado es la pintura holandesa reunidas por la familia Thyssen a lo largo de dos generaciones. Vale la pena y el museo estaba lleno.

De allí, al pasar por el Palace, le pregunté al portero, a quien conozco de siempre, por donde se iba a la Plaza de Carrasco, donde empieza el Rastro. Me lo indicó y por la calle El Prado, pasé Santa Ana y llegué a la Plaza Mayor, vi la animación que había en los tenderetes  puestos con arreglos navideños, músicos callejeros, mimos y bajé por el Arco de Cuchilleros y llegué a la Plaza de Ca­rrasco. Recordaba el Rastro con más cacharrería y en el suelo. Ahora es un inmenso Mercadillo con ropa de los que hay en todas partes pero con muchísima gente. Saludé a un matrimonio de Eibar que había visto La Noria y la señora me dio toda una clase de teoría republicana, también a un matrimonio gipuzkoano, un palestino, y mucha gente. Madrid es una ciudad acogedora, tranquila y muy de aluvión donde la gente trata con amabilidad, salvo excepciones. El Madrid de los Austrias es bonito y animado. Me fui a la calle Cayetano a ver pintura y comí en el restaurant cubano de la calle el Prado, el Tocororo, tamales y arroz a la cubana con una piña natural exquisita. Y todo por doce euros.

Y algunos tenderetes con literatura, banderas, insignias y fotografías republicanas. Madrid fue la última ciudad en caer y quiso ser la tumba del fascismo, aunque la conjunción de armamentos, ayuda nazi y fascista y aislamiento internacional, lograron aquel nefasto parte de guerra del Generalísimo. «Vencido y desarmado el ejército rojo….»  Pero en sus calles vuelve a enarbolarse la bandera republicana con naturalidad. E irá a más.

A las cuatro cogí el tren Alvia en Chamartín. Tardó cinco horas en llegar a Bilbao, pero no me quejo. Pude leer, ver una película que pusieron, observar el paisaje, tomarme una cerveza, hablar por el móvil, sacar correos. En veinte minutos llegamos a Segovia, en hora y media a Valladolid, en dos horas y media en Burgos, en tres y veinte a Miranda y a las nueve menos cuarto en Bilbao. Fuera hacía mucho frio, dentro la temperatura era perfecta. Y el costo, 75,70€. En Chamartín le había visto a Txema Oleaga que me dijo que hasta Burgos iba en tren y en Burgos cogía el coche para llegar a Bilbao y hacerlo aun más corto. Lástima que seamos los últimos en tener la Alta Velocidad, porque lo demás es comodísimo. Incluso el control de entrada que se limita a las maletas y no te hacen quitar el cinturón, la chaqueta y los zapatos. Una cosa más que he refrescado en este viaje.