Pregunta oral en Pleno: martes 22 de marzo 2011.
El señor PRESIDENTE: Pregunta del senador Anasagasti. Tiene la palabra, señoría.
El señor ANASAGASTI OLABEAGA: Muchas gracias, señor presidente.
Mi pregunta de hoy late en la consideración sobre un déficit a la que usted planteó en el año 2004 en la Asamblea General de Naciones Unidas, sobre una alianza entre Occidente y el mundo árabe y musulmán, con objeto de combatir el terrorismo internacional por otro camino que no fuera el militar. Esta Alianza de Civilizaciones no casa bien con mandar fuerzas militares a Libia, porque, a pesar de que usted me dijo en su día que era fundamentalmente un parlamentario, no ha involucrado mucho al Parlamento en esta cuestión. Ya sé que el Consejo de Ministros acaba de aprobar dos acuerdos sobre el instituto de la universidad de la ONU, pero la situación es la que es, señor presidente, Guerra en Libia.
Esto me recuerda a lo que le pasó a Cristóbal Colón con la Alianza de Civilizaciones: cuando salió no sabía dónde iba; cuando llegó no sabía dónde estaba; cuando volvió no sabía de dónde volvía, y además lo hizo con la ayuda de no sabemos quién, y es que la cosecha de esta alianza, señor presidente, es muy magra. ¿Sabe por qué? A este planteamiento que usted ha hecho le faltaba algo fundamental, que ya había sido aprobado en París en noviembre de 1948, y que recogía los derechos humanos considerados básicos en la Declaración Universal. Le recuerdo el artículo 1º: Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
Señor presidente, los hechos que están ocurriendo en el mundo árabe desmienten que su planteamiento de hace siete años haya servido para gran cosa, porque estas sociedades quieren la ley sobre la fuerza, la democracia frente a la dictadura, la libertad frente a la opresión y, sobre todo, la distribución de la riqueza, y aquí no ha habido ni antiamericanismo ni antiisraelismo, sino, como se gritaba al final de la dictadura de Franco, libertad y respeto a los derechos humanos.
Por ello, le pregunto a usted, señor presidente, que siempre ha planteado, a mi juicio, un demasiado teórico, defensor de los derechos humanos, la siguiente pregunta: ¿no cree que hubiera sido más efectivo por su parte haber hecho más hincapié en la defensa de los derechos humanos, que en un diálogo de civilizaciones etéreo y poco comprometido?
El señor PRESIDENTE: Gracias, señoría. Tiene la palabra el presidente.
El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Rodríguez Zapatero): Muchas gracias, señor presidente.
Muchas gracias por su pregunta, señor Anasagasti. Debo decirle y recordarle cuál es y dónde se sitúa la iniciativa de la Alianza de Civilizaciones. Debo recordarle que, siendo una propuesta copatrocinada entre Turquí y España, es hoy un proyecto de Naciones Unidas, una institución que se inserta en el sistema de Naciones Unidas que, por cierto, es la institución internacional básica para la garantía, la defensa y la promoción de los derechos humanos, como bien saben sus señorías. Esta es la primera precisión que le quería hacer.
En segundo lugar, señor Anasagasti, la Alianza de Civilizaciones, desde su origen, no se puede comprender si no se sitúa en el contexto de la defensa de los derechos humanos y se enmarca, porque así es, en los mandatos de la Carta de Naciones Unidas y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Los ámbitos recogidos en el Plan de Acción de la Estrategia de la Alianza se refieren expresamente al respeto y a la promoción de esos derechos, de las libertades fundamentales, de la cohesión social, con menciones específicas a la igualdad de género, que, sin duda alguna, es una de las palancas más transformadoras y que lleva a sociedades donde se defiende la libertad, los derechos humanos y la democracia, y, por supuesto, la libertad y la independencia de la prensa y del pluralismo informativo. Ya estaba en el informe del grupo de alto nivel −que sentó las bases de 2006, y que estoy seguro de que usted conoce bien−, señalando explícitamente que el respeto pleno y constante de los derechos humanos es la base sobre la que se asientan las sociedades estables y las relaciones internacionales pacíficas.
Por tanto, señor Anasagasti, la Alianza de Civilizaciones es un medio de defensa y expansión de los derechos humanos a través del diálogo de culturas distintas, de civilizaciones distintas, con influencias religiosas distintas, y precisamente para encontrar un camino en el que la defensa de los derechos humanos y de las sociedades libres sea transversal y quepa en todas las culturas, en todas las religiones.
El Grupo de Amigos de la Alianza está integrado hoy por 127 miembros, son 127 países, entre ellos Estados Unidos, toda la Unión Europea al completo y Estados emergentes tan importantes como Brasil o India, o países del mundo árabe como Marruecos, donde sin duda trabajamos para ese avance, esa expansión de los derechos humanos.
Por tanto, es una institución, un proyecto que cuenta con un amplio apoyo, es un proyecto que a través del diálogo —del diálogo—, del debate, de las palabras, de las ideas a las que usted invoca en más de una ocasión, intenta extender valores de convivencia, y los valores de convivencia se fundamental solo en la libertad de las personas, en la extensión de los derechos, en la igualdad entre hombres y mujeres.
Y, señoría, no sé de dónde extrae la conclusión de que este debate no ha contribuido a los cambios. No quiero decir que haya contribuido, no quiere decir, por supuesto, que haya tenido nada que ver con los cambios esperanzadores que vivimos en el mundo árabe, pero, señor Anasagasti, ¿por qué no ha contribuido? A no ser que pensara que la responsabilidad de los cambios democráticos en el mundo árabe y en el Mediterráneo en general le correspondía realizarlos al Gobierno de España. El Gobierno de España lo que está realizando es, cuando se están produciendo estos cambios, adoptar una posición activa, activa, en defensa de los mismos. Activa en Túnez y Egipto, de apoyo a quienes han protagonizado esos cambios democráticos, decidida, de apoyo político, afortunadamente a cambios pacíficos. De apoyo y de estímulo a países que han anunciado reformas para que sigan por ese camino, que es el adecuado, como Marruecos, donde el rey ha anunciado un importantísimo plan de reforma constitucional que saludamos. Y apoyo a aquellos que están defendiendo la libertad y no quieren ser masacrados en Libia, apoyo con la resolución de la institución Naciones Unidas, llamada a garantizar la paz, la seguridad y derechos humanos. Eso es lo que estamos haciendo en Libia o lo que hacemos en Túnez o lo que estimulamos en Marruecos, impulsando, desde una perspectiva global, los cambios democráticos que, por supuesto, todos saludamos en el mundo árabe y en el Mediterráneo.
Muchas gracias. (Aplausos en los escaños del Grupo Parlamentario Socialista.)
El señor PRESIDENTE: Gracias, señoría. Senador Anasagasti, tiene la palabra.
El señor ANASAGASTI OLABEAGA: Muchas gracias, señor presidente.
La teórica está bien, señor presidente, pero esperábamos muchísimo más de usted, muchísimo más, mucho más. Porque su política en estos años —y perdone que se lo diga— ha sido que las fuerzas políticas y sociales autóctonas deben ser las que dirijan los procesos de reforma de cada país, y eso revela una falsa neutralidad; eso se encubre con la doctrina Estrada de la no injerencia, mientras se canta en actos públicos la primacía de los derechos humanos —yo le he escuchado a usted en el Museo del Prado, le he escuchado a usted en muchos debates esa defensa de los derechos humanos, que muchas veces no se traduce en hechos concretos.
Porque cerrar los ojos, como usted, señor presidente, los ha cerrado ante la falta de democracia y la violación de los derechos humanos no es mantener una posición neutral, sino que es apoyar al dictador que reprime a su pueblo. Y España tradicionalmente se ha llevado muy bien con los autócratas de la región para proteger sus intereses económicos, para cortar las posibles oleadas de inmigrantes y para evitar amenazas contra la seguridad, que está también bien, pero hay que hacer mucho más. Por eso yo, nosotros, esperábamos mucho más de usted.
Pero los acontecimientos actuales han demostrado la inutilidad e imprudencia de esta política: le recuerdo que en este momento se está bombardeando Libia. A pesar de todo lo que se ha europeizado la política española sigue centrada en sus intereses de país. El Gobierno, a nuestro juicio, necesita definir sus objetivos estratégicos generales y sus prioridades de política exterior más allá de las necesidades comerciales, y no solamente en el norte, sino también en América, y en Venezuela también. Dicha política tendrá también que incluir la defensa de principios valientes de democracia y no solo a base de poner en marcha iniciativas desteñidas que ayuden a tranquilizar conciencias, como la Alianza de Civilizaciones, eso es lo que nos parece a nosotros, señor presidente, o usted lo ha explicado muy mal o no ha querido involucrar al Parlamento para ello.
Porque es posible que la colaboración con los dictadores sirva para proteger a corto plazo los intereses comerciales y de seguridad, pero a la hora de la verdad solo ofrecen una estabilidad engañosa, como se está demostrando. Y me parece ocioso decir ante el secretario general de un partido como el Socialista, que alabó la postura del Premier Olof Palme y que pidió reiteradamente a la comunidad internacional que interviniera ante la odiosa dictadura de Franco, la cual, por cierto, no sé lo que hubiera durado si aquí hubiese habido entonces internet. Al parecer Silicon Valley es mucho más importante que el Pentágono. Y es que si se van a tomar ahora las medidas necesarias para proteger a los civiles libios, es una lástima que esto no se nos haya ocurrido hace 42 años.
Señor presidente, nadie quiere desestabilizar Marruecos; nosotros no queremos desestabilizar Marruecos, somos gente normal y aseada. Pero la democracia no puede tolerar un rey empresario y además corrupto, muy corrupto, que ha hecho un anuncio, pero la gente en la calle está demandando otro tipo de cosas. Además, todos los poderes emanan de él. Como usted ha dicho, eso no es hacer los deberes; falta mucho por hacer en Marruecos.
Le recuerdo que su Ministerio de Exteriores se enorgullecía de haber logrado que la Unión Europea le otorgara a Marruecos en el 2008 esta relación privilegiada llamada estatuto avanzado, lamentando en cambio que a la Presidencia española de la Unión Europea en 2010 no le hubiera dado tiempo de conceder a Túnez el mismo trato aventajado. Ni Europa ni España han movido nunca un dedo para animar a Ben Ali a flexibilizar su régimen. Nunca han amenazado con recurrir a la cláusula de derechos humanos del Tratado de asociación de abril de 1995, que podían haberlo hecho, ni tampoco han ayudado a la oposición democrática a prepararse para el relevo. Ahora sí lo están haciendo, pero no lo han hecho durante estos años. Por lo menos reconozca esto aunque sea mínimamente; no le estoy diciendo que lo hayan hecho todo mal, pero algo podían haber hecho. No lo han hecho, y han tenido ustedes una actitud muy complaciente con ese tipo de régimen, no al principio de su mandato sino fundamentalmente en los últimos años.
Termino, señor presidente.
La noche electoral de hace siete años los jóvenes socialistas le pidieron que no cambiara usted. Yo, que le conozco desde hace 25 años, señor presidente, no le reconozco. (Rumores.) No le reconocí cuando no actuó al saberse que su compañero López Aguilar, en el caso Couso, le dijo al embajador norteamericano que el Ejecutivo pondría todo su empeño en cuestionar la decisión del juez basándose en argumentos técnicos. Y creo mucho más en los papeles de Wikileaks que en el señor López Aguilar, porque le conozco. No le reconozco en la tibieza en su defensa de los derechos humanos, yo esperaba mucho más de usted y mayor coraje. (Rumores.) Yo le creía a usted ingenuamente aquello de que su modelo era Olof Palme, pero después de lo visto he llegado a la conclusión de que la Alianza de Civilizaciones, que es la pregunta que planteamos, es una especie de cataplasma internacional, un subterfugio a su manera para no interrumpir la digestión ni la siesta de los dictadores. Y créame, señor presidente, esto decepciona mucho.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señoría. ¡Silencio, por favor!
Tiene la palabra el señor presidente del Gobierno.
El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO (Rodríguez Zapatero): Muchas gracias, señor Anasagasti. Es verdad que ha habido alguna fuerza política que ha tenido interés desde el primer momento en criticar la Alianza de Civilizaciones. Me sorprende que usted también se haya sumado a ese coro y también me sorprende por la falta de información que ha demostrado usted. (Rumores.) Se lo voy a decir para que, a lo mejor, en la próxima pregunta que me haga sobre esta materia le dé lugar a hacer una reflexión. Fíjese qué casualidad —reconozco que ha tenido mala suerte— que haya citado al ex presidente Ben Ali, a Túnez y a la Alianza de Civilizaciones. Fíjese qué mala suerte, porque precisamente una de las figuras de la oposición democrática a Ben Ali formaba parte del grupo de la Alianza de Civilizaciones (Fuertes rumores.), cosa que, por cierto, molestó extraordinariamente al régimen de Ben Ali. Su mujer, con la que me entrevisté el otro día, ha formado parte del gobierno provisional de transición, y el reconocimiento y el apoyo que le dimos desde la Alianza de Civilizaciones nombrándole al más alto nivel que, insisto, molestó mucho al régimen de Ben Ali, sin duda fue un respaldo a la oposición democrática de Túnez. (Fuertes rumores.)
Señor Anasagasti, le pido que se informe un poco más. Usted no ha venido aquí a preguntarme qué hemos hecho en apoyo de la oposición en Túnez. Fíjese que no será por casualidad que yo haya sido el primer presidente de Gobierno de un país europeo que ha ido a Túnez, no será por casualidad.
Además, para desmontarle ya el círculo que ha intentado trazar, le diré que España no tiene casi intereses económicos en Túnez, muy pocos intereses económicos en Túnez y hemos estado apoyando con diálogo a la oposición durante el régimen de Ben Alí, le he puesto el ejemplo de esa figura…
El señor PRESIDENTE: Señor presidente, termine.
El señor PRESIDENTE DEL GOBIERNO: Termino.
Por tanto, simplemente le pido, señor Anasagasti, que medite antes de hacer las críticas que ha hecho sobre el comportamiento en defensa de los derechos humanos de este Gobierno, del apoyo sensato a las reformas en Marruecos y que, por favor, sea respetuoso con quien encarna, en este caso, la representación de un país. Esperamos un Marruecos democrático de transición, que siga con las reformas democráticas. Ese es el camino y espero que lo consigamos, como en su día conseguimos avances muy positivos en este país con la colaboración de todos. Gracias. (Aplausos en los escaños del Grupo Parlamentario Socialista.)
El señor PRESIDENTE: Gracias, señoría.
Increible Sr. Anasagasti… pone usted en solfa a Zapatero por atacar Libia y luego el PNV vota a favor del ataque. Lo de siempre, cada vez que hay un mitin o les ponen un micrófono delante son ustedes como Arana mezclado con el Che Guevara hablando de España… Pero a la hora de la verdad, a la hora de las decisiones, a la hora de votar y actuar… bajada de pantalones y arrodillados ante la Santa, Católica y Apostólica Madre Patria Española. De nacionalistas nada don Iñaki; son ustedes más regionalistas que el de Cantabria… regionalistas sumisos y obedientes y gracias.
Para que haya una «Alianza de civilizaciones», el ser humano a de civilizarse previamente.
Nos seguimos matando los unos a los otros, y lo haremos por siempre jamás ya que es algo intrínsico en el ser humano y lo haremos hasta la desaparición de nuestra especie, tal vez debido a una autodestrucción.
El ser humano es la única especie del reino animal, que no necesita razones para matar a otro de su especie.
«Y Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza». Que miedo me da ese «tipo».
23/03/11
Hasta hace poco decíais que la pelota estaba en el tejado de la izda abertzale. Despues de la creación de Sortu habéis dicho (por lo menos Urkullu, Ortuzar y Egibat que yo sepa) que el camino que debían de hacer lo hicieron. ¿Crees que la izada abertzale va a persistir en el camino de Sortu? ¿Crees que si sigue va a plantear alguna forma de presion)¿Crees que esto es una democracia (si lo es para todos)? ¿Cual es el camino de aqui en adelante?
O sea que el PNV, vía Senador Anasagasti, hace un poco de presión sobre el mismo ZP a quien le aprobó los Presupuesros Generales hace nada. Y se la hace, no a través de un asunto interno, se lo hace a través de esa curiosa idea de la Alianza de Civilizaciones, co-patrocinada con Turquía y que parece un florero en el intringulis onusiano.
Y a eso, el Senador Anasagasti le llama «encontronazo».
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Parece raro ese intento de buscarle las cosquillas a ZP por ese camino, pero si bien se mira, no lo es.
Bastará con aguardar un poco para comprobar qué es lo que pretende el PNV de este menesteroso presidente de Gobierno que aún tenemos.
De momento el Senador Anasagasti ha tenido que escucharse de ZP que no se preparó bien la pregunta. ¡Cínica observación viniendo de quien bien, que tiene a medio hacer el deber de control del déficit de las CC.AA., entre otros!
¿Es seguro que no había otro asunto de interés general más acuciante para la ciudadanía española, que el que ha aprovechado para esa pregunta oral, Senador? No me lo puedo creer.
Poca pena en todo ello, menos gloria y…
por el interés te quiero, Andrés ( es que Rodríguez Zapatero no le va a al frase).
Saludos.
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solidaridadconjavierporroviera.blogspot.com
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Alianza de las civiliaciones o de los civilizados? Como se puede decir que estan por la igualdad de generos cuando estan protegiendo el Islam que no respetan la igualdad de la mujer!
Y Sr. Zapatero con cantidad de muertes de mujeres en el estado Espanol de los inmigrantes de esta civilizada ascendencia ya tenemos una muestra de su civilizacion!
Y dire mas! No me hace falta ir a Marruecos para saber lo que pasa! Eso me lo explico mi padre de sus historias del destierro a las colonias espanolas en Marruecos por ser vasco separatista al vovler del hospital tras el final de la guerra!
Eso a pesar de ser levantado por los franquistas y obligado a luchar contra su hermano en la batalla del Ebro tras cumplir 18 anos en Octubre de 1937!
Mi padre que no era un feminista a lo Zapatero y su corte de feminas! nos contaba las costumbres de los autoctonos donde los hombres se reunian debajo de una tienda a tomar te con menta mientras sus muchas mujeres y ninos trabajaban en el campo bajo un sol de justicia!
Con esta intervencion Zapatero nos dice alto y claro que se han metido en los lios de Tunez y Libia a traves de la Alianza? Que el numero uno de la oposicion estaba en NY organizando el bochinche? Si esta organizacion esta para tareas pacificas y de educacion a base de negociar y concienciar como es que no ha habido mas respuestas en los 7 anos que le inquiere Inaki?
Y la primavera arabe llego pero como bien dice Inaki tarde y mal!
Y ahora el problema ha pasado al Africa occidental otra vez! Quiere alguien de verdad la paz y el desarrollo de Africa y su entrada en el mundo economico y social como la gran potencia que es? o le tenemos tanto miedo que seguimos armando a las tribus y alentando guerras para que siga en la anarquia y el abandono tecnologico y economico por otra decada o dos? lo ue si se sabe es que el Islam tiene mucho dinero gracias al petroleo y han hecho muchos adeptos en Africa donde no es una religion autoctona! y otra que Rusia y sus aliados siguen controlando parte de todo lo que esta relacionado con el Islam! Y esto se remonta ya a la Iran del 79! No empezo tambien aquella revolucion con DDHH ?
Mucho de lo que ocurre hoy en el mundo empezo con Homeini y sus DDHH! y asi seguimos!