Conocí a Antonio Romero siendo éste diputado en el Congreso. Él, trabajando solo era un Grupo Parlamentario. Su agudeza, ingenio, sentido del humor y sobre todo, un sentido político para sacar agua de un pozo seco, le hicieron un gran parlamentario. Su trabajo en la Comisión que estudió los robos del Director de la Guardia Civil, Luis Roldan, su denuncia ante lo que sucedía en Intxaurrondo, la información veraz que ponía sobre la mesa porque había establecido una buena relación con algunos guardias civiles, su vida austera en la pensión Gonzalo, el trabajo que hizo con una «garganta profunda» que le suministraba innumerables datos, los cuenta en su libro de Memorias que acaba de ser editado por la editorial Almuzara de aquel ex ministro de Aznar, Manuel Pimentel. Y como tenía que presentarlo en Madrid un día me llamó para que le acompañase en un acto en el Ateneo con Cayo Lara, Coordinador general de IU, con José Luis Centella, secretario general del PC, antiguo diputado, con la periodista de El País que le ha ayudado a escribir el libro, Esperanza Peláez y con los directores del Ateneo.
Destaqué todas estas cosas de Romero y de cómo se hicieron famosas las tres erres de aquella época: Ramallo del PP, Rahola de ERC y Romero de IU. Él, graciosamente, dijo que cuando íbamos los dos a un sitio él era el rojo y yo el separatista. También que había que escribir la historia no fuera a ser que al final ésta nos dijera que la han hecho el rey y Belén Esteban. Reivindicó la República y de hecho trabaja en una plataforma de municipios por la República, y a pesar de que estar afectado de una enfermedad degenerativa que le ha obligado a dejar sus cargos de representación, está muy activo y en buena forma.
Estoy convencido que una IU con cinco diputados y senadores como Antonio Romero hubiera vuelto loco a Zapatero y a la derecha española.
En la contraportada del libro se glosa sobre él de esta manera:
“Nacido en el seno de una familia de jornaleros, obligados a dejar la escuela a los 14 años y a trabajar de temporero en Francia, nada hacía presagiar que Antonio Romero terminaría convirtiéndose en una figura política imprescindible para quien desee acercarse a la resistencia antifranquista en el ámbito campesino, a la consolidación del sindicato CCOO, a la lucha por el Estatuto de Autonomía de Andalucia, a los escándalos de corrupción y terrorismo de Estado que determinaron el final del Gobierno Socialista de Felipe González o a la historia reciente del Partido Comunista de España, de la que Romero ha sido arte y parte durante los últimos 37 años. Militante del PCE en la clandestinidad a los 16 años, miembro del Comité Central del Partido desde los 18; primer secretario general de CCOO del Campo en Andalucia, diputado en la primera legislatura en el Parlamento de Andalucia, senador y diputado en las Cortes Generales, la dilatada biografía de Antonio Romero incluye hitos como su participación en la comisión parlamentaria del caso Roldán, en la que sus contactos en los Servicios Secretos le otorgaron un papel relevante, llegando a provocar la dimisión del Ministro de Interior al desvelar la fuga del ex director general de la Guardia Civil. Su inigualable ingenio, su lucha por los derechos de los más débiles y su inquebrantable fidelidad a los valores del comunismo le han consagrado como uno de los políticos más excepcionales y queridos de la etapa democrática. En esta vibrante biografía cargada de humanidad y sentido del humor, Antonio Romero, con la inestimable colaboración de la periodista Esperanza Peláez, repasa los episodios más señalados de su peripecia vital y ofrece interesantes revelaciones sobre episodios y personalidades de nuestra reciente historia”.
Es un libro que recomiendo muy vivamente. A mí me ha interesado mucho. Se lee muy fácilmente y como cuenta muchos de sus trucos y anécdotas, la lectura es muy agradable.
En la dedicatoria me dice lo siguiente: «A mi amigo Iñaki Anasagasti en la lucha por los derechos humanos y la República». Mejor resumen, imposible.