Reunión con Urkullu – Moscoso no hace autocrítica – Premios parlamentarios – Pescadores andaluces pagan el pato de la pésina política de Trinidad Jiménez –

Domingo 18 de diciembre de 2011

El viernes 16 tuvimos una reunión con Urkullu y Greaves en Sabin Etxea. Estuvimos cinco diputados y tres senadores. Faltaron Zubia, que ese día le operaban de un ojo y Cazalis a quien el EBB le había enviado a Canarias. Se trataba de hablar de lo ocurrido en los plenos de constitución de las Cámaras, del debate de Investidura y de la postura a adoptar, de la composición de las Comisiones en directa relación con los ministerios que se creen, y del personal de los Grupos. Fue una interesante reunión de trabajo. La última con Urkullu la tuvimos el uno de diciembre. Después de esta reunión bajamos a la Asamblea Nacional donde se dio cuenta de los resultados habidos tanto en la CAV corno en Navarra. Aurrekoetxea, Agirrebengoa y posteriormente Urkullu, éste íntegramente en euskera. Análisis y posterior reflexión sobre el año y medio que queda de cara a las elecciones autonómicas, donde hay que elegir 25 parlamentarlos por cada territorio. Y tras ésto la discusión de las enmiendas planteadas a las ponencias de cara a la Asamblea General de enero. Ardanza, que ese día se había despedido de Euskaltel por su jubilación a los setenta años, estuvo presente. Pensé en los representantes de Navarra y de Gipuzkoa que debían volver a casa con aquella noche de perros. Esto es parte de un trabajo que no se ve.

Lo que sí he visto es un trabajo del diputado por Navarra Juan Moscoso en El País. No analiza la deplorable situación del socialismo en Navarra sino reflexiona y aconseja lo que hay que hacer con el PSOE. Recordarán mi crítica en campaña por el fraude que suponía que a los cabezas de lista del partido socialista en Araba, Bizkaia y Navarra, solo les interesaba lo que ocurría de Pancorbo para abajo. Estuvo Jauregui un mes en Vitoria-Gasteiz en plena campaña. Lo teníamos hasta en la sopa. Pasó la campaña y ni se ocupó del conflicto con Pedro Sanz, y eso que los alaveses le habían hecho diputado. Otro tanto pasó con Madina. Superada la campaña solo se habla de su posible liderazgo del socialismo español. Y de Juan Moscoso, ídem de lienzo. En lugar de hacer un mea culpa por haber llevado al socialismo navarro a una situación límite de casi irrelevancia política, les dice a sus compañeros lo que tienen que hacer en España.

Dice Moscoso:

“Hay y habrá autocrítica, y nos levantaremos y saldremos adelante. Y lo haremos de la única manera posible, con un nuevo proyecto que debe, básicamente y a partir de nuestros principios y base social, recuperar la credibilidad perdida como gestores de la economía, recomponer nuestra identidad socialdemócrata y remozar la estructura y funcionamiento del partido.

Sin trasvase de votos significativo a la derecha, las causas de las derrotas de 2011 están en nosotros mismos. Y dentro de nosotros ha sido la economía prácticamente en solitario la que nos ha llevado donde estamos. Aunque creo que era inevitable perder en 2011 por culpa de la crisis, como ha ocurrido en todas partes, nuestra gestión económica general ha sido la que ha determinado la amplitud de la derrota”.

Se equivoca. No ha sido solo la economía. Ha sido sí la crisis pero también el abandono del PSOE en corregir el rumbo de un Zapatero endiosado, la falta de contacto con la realidad de la que él es una buena muestra. Concejal en Iruña, lo único que le interesa, es la política de poder en España. Nada más. Y eso lo ve el elector navarro que lo siente como un ave de paso. Y es una lástima pues tiene condiciones y atractivo personal y conocimiento para, implicándose más en Navarra, ejercer un liderazgo atractivo y positivo, pero no lo hará. Y cuando habla de autocrítica, nunca habla de la suya, porque sabe que su puesto en Madrid requiere que Navarra sea solo para él un trampolín. Pero nada más. Y esa ha sido una de las causas de la inmensa derrota socialista en ésta Comunidad, junto a otras. Acordémonos de Chivite.

Y dentro de esta parrilla de políticos los hay de todo tipo. Los periodistas parlamentarios, en premios muy amañados, entregaron el pasado martes a diputados y senadores los de este año. No fui y me dijeron que hubo dos mesas vacías.

El premio dado a Fernández Marugan, un guerrista trabajador y experto económico ha sido muy merecido. Sus compañeros extremeños le han depurado tras 29 años de actividad y es una lástima pues es una vieja guardia con valores. Éste siempre nos decía que éramos los que mejor castellano utilizábamos. El premio a la mejor oradora para Uxue está bien, pero no es el que se haya hecho acreedora. Sí el de la valentía y la constancia. Otro premio a Josep Duran me parece reiterativo ¿no hay más diputados en CIU?. A Elena Salgado, como azote de la oposición, es un premio inadecuado. Podrían haberle dado la de «inasequible al desaliento”. Premio Revelación a la senadora socialista Yolanda Vicente es darle un premio por dar. Le encaja mejor el de simpatía. Es persona tranquila, que hace bien su trabajo y siempre con una sonrisa en los labios, aunque el verdadero premio que le han dado ha sido hacerla vicepresidenta del Senado. Y que José Manuel Camacho haya sido el senador del año, pues bien y lo merece pero ahí tenía a más viejos y nuevos rockeros. El premio de verdad para él es que continúe como senador tras la debacle socialista. Premios que nosotros en el Senado damos a los periodistas y no al revés. Son muy parciales, por cupos y poco representativos, salvo el premio que han dado este año a Carlos Aragonés. Es muy significativo. Este diputado fue el fontanero de Aznar cuando estaba en Moncloa, y además uno de los que movió la silla de Rajoy en sus momentos más críticos, aunque acabaron reconciliándose. Pero lo curioso es que este diputado «ausente» es el marido de Lucía Figar, la consejera de Educación de la Comunidad de Madrid que cuando los profesores protestan contra los recortes y la degradación de los centros públicos replica acusándoles de no querer trabajar dos horas más.

Finalmente he de decir que me apena la situación de los pescadores de Barbate. Pagan el pato de la debilidad de la política exterior española que en relación con Marruecos ha sido un desastre. Trinidad Jiménez pasó de sacarse fotografías con la pegatina del Polisario a hacerle reverencias al sultán de Marruecos, título que mejor define a este personaje al que la primavera árabe le ha obligado a traspasar algo del poder absoluto del que dispone. Y España, en lugar de haber hecho una política eficaz con Francia y Estados Unidos, deja a la intemperie, por su debilidad, a estos pescadores cuando en Andalucía muchísimas familias en verano tienen en sus casas chavales saharauis pues la demanda de autodeterminación del pueblo saharaui es continua y apoyada. Y el gobierno español no puede seguir jugando a dos palos y siendo tan débil en estos temas.

El Sahara Occidental y la ecología han tumbado el acuerdo pesquero entre la Unión Europea y Marruecos, el mayor de cuantos ha suscrito Bruselas, del que se beneficiaban fundamentalmente un centenar de pesqueros españoles, en su mayoría andaluces y canarios. El Parlamento Europeo votó en contra de la renovación, por otro año, del acuerdo de pesca. La decisión va en contra de la Comisión Europea y de los Estados miembros. Rabat reaccionó a la votación ordenando anoche a todos los barcos europeos que faenan en sus aguas, incluidas las del Sahara, que las abandonen de inmediato.

La Eurocámara se pronunciaba sobre un informe del parlamentario liberal finlandés Carl Haglund que puso en duda la legalidad del acuerdo porque conlleva escasas ventajas para la población autóctona del Sahara, supone una «explotación excesiva de los recursos de pesca» de Marruecos y tiene un «magro resultado costo-beneficio».

Raúl Romeva, de ICV, fue el único español que se manifestó en contra del acuerdo durante el debate que se celebró el lunes. «Sería bueno que por una vez este Parlamento no se arrodillara ante las presiones del Gobierno marroquí», dijo. Romeva se refe­ría a una votación de finales de septiembre, cuando la eurocámara rechazó su propuesta de enviar el acuerdo al Tribunal de Justicia de la UE para que se pronunciara sobre su legalidad.

Un comentario en «Reunión con Urkullu – Moscoso no hace autocrítica – Premios parlamentarios – Pescadores andaluces pagan el pato de la pésina política de Trinidad Jiménez –»

  1. En el PNV no se permite la «autocrítica» a nivel interno, no me extenderé en detallar las razones de esta afirmación, porque serán censuradas como en otras ocasiones. Hay diferentes formas de censura, una es directamente no publicar un comentario. Otra, la de quien demostrando una mala conciencia al censurar, no publica un comentario hasta pasados varios días, cuando se espera que así llegue al mínimo de lectores posibles. Este tipo de censura evidencia el atino de los comentarios que se pretenden ocultar y deja en un pésimo lugar a quien actúa como un censor con falsas pretensiones de pluralismo. Es esta una reflexión para enriquecer el debate de la «autocrítica» que con tanta alegría se exige a los demás, sin tenerse en cuenta en el propio partido y en uno mismo.

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