Martin Schultz no hubiera hecho lo de Jerzy Buzek

Viernes  20 de enero de 2012

No creo que con el nuevo presidente del Parlamento Europeo se hubiera producido el pasado lunes el minuto de silencio en recuerdo de Manuel Fraga porque al día siguiente, martes, el Parlamento Europeo tenía un nuevo presidente, el socialdemócrata Martin Schultz, en sustitución del polaco y hombre de derechas Jerzy Buzek.

Schultz, de 56 años, europeísta acérrimo y conocido por su vehemencia en sus discursos ante la Eurocámara, ha aceptado el cargo proclamándose como un presidente «incómodo» por su rechazo hacia la prepotencia de los jefes de Estado y de Gobierno a la hora de dirigir Europa sin contar con el PE. «Se celebra una cumbre tras otra, sin resultados, dejando fuera al Parlamento Europeo y dejando a los representantes nacionales como meros delegados subsidiarios de lo que decide Bruselas», denunció en su primer discurso como presidente. Durante su mandato, Schultz se ha fijado el objetivo de «que prevalezca el interés general por encima de cualquier interés nacional».

Schultz ha llamado la atención en este sentido sobre el hecho que «por primera vez se baraje como opción real el fracaso de la Unión Europea (UE)». «O ganamos todos, o perdemos todos», señaló.

«Nuestros padres querían darnos una vida mejor a la suya, y la tuvimos. Pero ahora no sabemos si podremos dar esa mejora a nuestros hijos», se lamentó Schultz. El presidente de la CE, José Manuel Durao Barroso, destacó «la gran personalidad» del recién elegido presidente, quien indicó: «Soy como soy. Los ciudadanos nos dicen que siempre decimos las mismas cosas y para contrarrestar eso debemos darles voz».

Schultz consiguió la mayoría absoluta para proclamarse presidente en la primera vuelta con 387 votos válidos emitidos a su favor.

La victoria de Schultz era esperada por todos dado que el Partido Popular Europeo (PPE) y los social-demócratas (S&D) rubricaron en 2009 un pacto legislativo para dividirse la presidencia en el periodo de cinco años.

Una historia de magia

Entre las miles de historias de los pasajeros del “Costa Concordia”, una de las más increíbles es la de una mujer anglo-venezolana de 30 años, residente en Londres, llamada Rosalyn Rincón. Probablemente a nadie le pilló el naufragio en peor momento o en una situación más delicada. Según ha contado al diario británico “Daily Mail”, trabajaba a bordo en los espectáculos de entretenimiento del barco. Su marido es mago y ella es la clásica señorita que el prestidigitador mete en una caja y corta en trozos, separando las partes del cuerpo por compartimentos. Precisamente así estaba cuando el barco chocó con el arrecife y empezó a inclinarse entre el pánico general. Fue en medio del espectáculo que como cada noche tiene lugar en el teatro del buque, mientras de forma simultánea hay un turno de cena. Entre el caos general, su marido logró sacarla de la caja y al final se salvaron.

Nunca es tarde

«Tarde piaste pajarito» es la expresión que podíamos endosar a los miembros de la Izquierda Abertzale que el lunes protestaron por el ataque en Bilbao y concretamente en Rekalde por unos veinte encapuchados que con su acción nos dicen que ahí están. Ojala ésta denuncia la hubieran dicho hace veinte años, pero como a las cosas hay que mirarlas desde otro prisma, del lado positivo, digamos más bien que nunca es tarde si la dicha es buena.

Traigo ésto a colación ante lo hecho por veinte encapuchados en un ataque perfectamente organizado previamente y cerca de tres mil euros que saldrán de las arcas del Ayuntamiento de Bilbao para reparar los daños causados por la quema de dos contenedores en el barrio de Rekalde durante la noche del pasado lunes. La reaparición de la kale borroka tras meses en barbecho sorprendió a los dirigentes de la izquierda abertzale oficial en medio de una agitada agenda en la que los ejes de acción son claros: una salida viable para el colectivo de presos de ETA y la legalización de Sortu. Un guión que los radicales han hecho peligrar con el sabotaje registrado en la capital bizkaina, el primero de estas características en meses, y que ha forzado a la izquierda abertzale histórica a abroncar a sus protagonistas.

Sin entrar a debatir si el sabotaje es algo residual o puede suponer una escalada en las protestas que pequeños grupúsculos han protagonizado en las últimas semanas -ataque a la sede de DEIA en Gernika, proliferación de pintadas a favor de ETA en la vía pública…, a nadie escapa que estas acciones de otra época suponen un lastre para la antigua Batasuna. Que veinte encapuchados (de los que ocho ya han sido identificados por la Ertzaintza) alteren el orden público de forma organizada no ayuda a este movimiento político, sino todo lo contrario. Y como a buen entendedor pocas palabras bastan, sus propios integrantes se apresuraron en rechazar en una nota lo sucedido la víspera en Rekalde. Una acción que, según advirtieron en el comunicado, es «incompatible» con la estrategia de la izquierda abertzale y fortalece la «posición inmovilista» que, a su juicio, mantienen los estados español y francés desde que ETA anunció el pasado 20 de octubre el cese definitivo de su actividad armada.

«En un contexto en el que la sociedad vasca reclama de forma absolutamente mayoritaria la superación de la confrontación violenta y el fin de la vulneración de derechos, la actividad represiva y actos como los del lunes por la noche están fuera de lugar», destacó la izquierda abertzale en el comunicado.

Está bien. Pero lo que preocupa es que siga habiendo grupos organizados de esta entidad y dispuestos a hacer lo de siempre.

Paco Marhuenda premio internacional de Historia del Carlismo

Francisco Marhuenda, director de LA RAZÓN, ha recibido, en su XII edición, el Premio Internacional de Historia del Carlismo Luis Hernando de Larramendi. Las personas que integraban el jurado se reunieron en la localidad navarra de Estella para sus deliberaciones. Lo hicieron en la misma sede del museo del Carlismo que existe en esta ciudad.

Bajo la presidencia de Luis Hernando Larramendi Martínez, se decidió otorgar este galardón a Francisco Marhuenda, con el voto unánime de todos los miembros que participaron en la decisión. Un premio que se anunció posteriormente en el transcurso de un acto público que discurrió en Estella-Lizarra y al que también quiso asistir la alcaldesa de U.P.N. La obra, que fue seleccionada entre un conjunto de ocho trabajos de investigación que también se habían presentado para ganar este concurso, lleva el título de “El estado carlista en la guerra civil de 1833-1840”. La concesión de este premio también incluye la posterior publicación del trabajo para que alcance la mayor difusión posible.

Conocí a Marhuenda en la Junta de Portavoces del Congreso. Sustituyó al ahora ministro del Interior  Jorge Fernández que como secretario de estado acudía a aquellas reuniones para hacer saber qué opinaba el gobierno del PP sobre los distintos órdenes del día. Pero lo que no sabía de Marhuenda era su erudición en relación con el carlismo. Tiene buen tajo si quiere seguir investigando sobre la manera como se cargaron este invento tan navarro los carlistas Esteban Bilbao que fue presidente de las Cortes franquistas y el Conde de Rodezno, ministro de justicia, con el dictador. Estos dos personajes dejaron al carlismo irreconocible. De seguir una de las ramas dinásticas a hacer seguidismo de una dictadura implacable que acabó con el partido.

 Paco Marhuenda es hombre culto y cordial que se transforma cuando habla del nacionalismo vasco y del catalán. No hay más que seguir el diario La Razón. Pero como es amigo de Rajoy, modulará su periódico en función de los intereses del presidente del gobierno. Esperemos.

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