Nota a Isabel Ibañez ante su reportaje sobre las “Fotos que nunca debí hacerme”

Miércoles 10 de abril de 2013

No conozco a Isabel Ibañez pero deduzco que es una experta en manipular la información y en tratar de hacer daño. Y como no me importa lo más mínimo publique una foto mía de 1997 dándole la mano a Cristina de Borbón el día de su boda, le doy la explicación del porqué fui a esa boda.

Aclaro previamente que no fui a Sevilla a la boda de Elena de Borbón con Jaime de Marichalar, pero si fui a la de Iñaki Urdangarín con Cristina de Borbón. ¿Por qué?. No pensaba ir pero habida cuenta que el padre de Iñaki era amigo de Jose M. Gerenabarrena, presidente del ABB, de cuando estudiaron ingeniería en Bilbao y que éste me llamó para preguntarme si iba a acudir ya que él en semejante sarao, sin nadie conocido iba a estar incómodo, decidí aceptar la invitación que me habían formulado desde la Casa Real como portavoz del PNV en el Congreso. La gente suele ir a las bodas y no pasa nada.

Hay que recordar que Iñaki Urdangarín era un vasco de Zumárraga, jugador de balonmano, hijo de un afiliado del PNV, familiar de Valentín de Berrio Otxoa, con hermanos activos en Gasteiz y que el Lehendakari Ardanza, además de ir les obsequió con la presencia del Orfeón Donostiarra en la ceremonia de la Catedral de Barcelona. Y el acto fue público. No fui con capucha. También tengo fotografías con Mubarak, con Honecker, con Fraga, con Nelson Mandela, con Hugo Chávez y si quiere hasta con ella. ¿Y qué?.

Hacer el comentario de que presumo de azote de la monarquía y que soy incongruente con las posturas que defiendo hoy es una bajeza. Esta señora no sabe que desde la guerra de Irak fui el único parlamentario que denuncié aquella guerra sucia y cruel y del envío de tropas siendo el rey el jefe de las fuerzas armadas. Fui silenciado, pero ahí está en el Diario de Sesiones. Escribí un libro «Una monarquía protegida por la censura» que fue censurado por la Casa Real y editado en otra editorial. Lea lo que cuento y entérese antes de criticar gratuitamente. Y sepa que la Mesa del Congreso no me permitía preguntar sobre las cacerías, doble vida y regalos del rey y al rey y que además no presumo de azote de la monarquía sino he tratado de ejercer mi obligación de control parlamentario en completa soledad y ante la incomprensión de casi todos desde hace nueve años. Si eso es ser incongruente, que venga el Papa Francisco y que lo vea. Y le recuerdo a la Sra. Ibañez que es feo manipular la realidad. En 1997 Iñaki Urdangarín no era el Urdangarín de hoy. Era un joven vasco que se casaba con la hija del rey. Nada más. Y decirle que no me avergüenzo de esa foto. Ella quizás si puede avergonzarse de alguna con gentes poco recomendables.

[Enlace roto.]

 

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