Bronca con Margallo

Miércoles 31 de diciembre de 2014  

Anasagasti y MargalloEl martes 16 de diciembre compareció el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo en la Comisión de Exteriores del Congreso. Allí dio cuenta de su  Estrategia de Acción Exterior cuyo avance nos había presentado meses antes en el Palacio de Viana en una reunión conjunta de las dos comisiones de Exteriores de las Cortes.

Al día siguiente, miércoles Obama y Raúl Castro anunciaban simultáneamente el restablecimiento de relaciones diplomáticas. Margallo la víspera no había dicho nada de este asunto salvo el apunte  de que su reciente viaje a la Isla hubiera sido “un viaje fallido” si no hubiera dado aquella charla sobre derechos humanos.

Es decir: no se había enterado de nada.

Y el jueves 18  de diciembre 2014 compareció ante la Comisión de Exteriores del Senado y no le gustó nada lo que le dije. Seguramente estaría golpeado porque tanto hablar de las privilegiadas relaciones con Cuba y Estados Unidos y fue el último que se enteró de la reanudación de relaciones y si a ésto se le añade al escaso peso, por no decir nulo peso, de España en Europa, el hombre no estaba para gaitas y me contestó desabridamente. No fue una intervención de guante blanco sino de guantes de boxeo. Y al final se metió con Arzalluz con muy mal gusto.

He aquí el debate que tuve con él:

El señor ANASAGASTI OLABEAGA: Muchas gracias, señor presidente. Muchas gracias, señor ministro por su comparecencia.

Ya en  la reunión que tuvimos con usted en el Palacio de Viana donde nos presentó conjuntamente el borrador de la estrategia del gobierno de Acción Exterior le dijimos que esta iniciativa sonaba bien. Es un buen resumen de lo que teóricamente hay que hacer, es un buen y ordenado diagnóstico  omnicomprensivo, se lee bien y  es descriptivo.

Lamento no haberlo tenido cuando estudiábamos el bachillerato, por ejemplo en Preu, ya  que nos hubiera dado una visión global del mundo  que se hubiera completado con esa frase tan gráfica y tan actual de pensar en global y  actuar en local y por eso no sé si me gusta mucho la única alusión que ha hecho usted o sus colaboradores en este texto a un ministro de asuntos exteriores que además sirvió a la dictadura, al ministro Castiella. Hay que recordar que  Fernando María Castiella y Maíz, natural de Bilbao, fue un ministro franquista del año 1957 a 1969, fue voluntario de la División Azul, que, como usted bien sabe, escribió aquel libro Reivindicaciones de España con Areilza, que le vetaron para ser embajador en Londres y que posteriormente esas Reivindicaciones de España las tuvo que retirar de todas las librerías. Por esta razón, es lógico que en aquel momento no fuera ni atendida aquella carta a la que usted alude de petición de entrada de España en el Mercado Común, no olvidemos  que era ministro cuando se produjo aquella reunión conocida como el Contubernio de Munich  y a mí no me gusta absolutamente nada esa alusión al ministro Castiella en un documento como éste, porque si usted hubiera hablado de Metternich o de otro tipo de ministros europeos y democráticos, pero recordar a Castiella precisamente, un franquista que, lógicamente, tuvo la respuesta europea que merecía. No me extraña que ustedes tengan en el Ministerio un Premio Ullastres.

Dicho ésto abordo un breve apunte sobre este trabajo que tiene como base un documento del Instituto Elcano.

Detrás de todo este trabajo hay una base, que son los distintos trabajos que ha hecho la Fundación Elcano, fundación importante, fundación que tiene muy buenos analistas, buenos investigadores, aunque tiene sus tics porque, como usted sabe muy bien, Juan Sebastián Elcano  que seguramente apenas sabía castellano, con un  buen  euskera dio la vuelta al mundo, y mire usted, se puede dar la vuelta al mundo sabiendo euskera y sabiendo navegación, pero eso lo hacía aquel eximio personaje de Getaria pero para mí la visión del Instituto Elcano  actual es siempre  una visión madricéntrica, es decir, no existe más que el Palacio de Viana, la Puerta del Sol y esa visión un poco borbónica de lo que es la política exterior. y Elcano dio la vuelta al mundo no a la Plaza Cibeles.

Sobre todo no se han dado cuenta en el Instituto  de que desde 1978  existe un Estado de las autonomías y de que ese Estado de las autonomías se tiene que  respetar en los análisis y en el día a día, pero esto no se valora suficientemente. Por eso yo creo que en este informe, que es un informe importante, que está bien hecho, hay algunas lagunas que yo me propongo simplemente tocarlas en esta intervención. Hay otras pero me centro en las siguientes:

Creo que  fue Churchill  quien decía que la fortaleza de la política exterior  de un estado dependía muchas veces de la fortaleza de la política interior, y en este momento la fortaleza de la política interior española no es precisamente la mejor, sobre todo de cara a lo que usted siempre ha tratado de vender como Marca España. La actual Marca España para algunos es sinónimo de corrupción, no de modernidad.

Por eso una de las cuestiones  a las que hay que aludir es a cómo se ha soslayado  en esta Estrategia a las comunidades autónomas que el martes se lo recordó nuestro portavoz Aitor Esteban; sí se nombran retóricamente y de manera superficial a las comunidades autónomas, pero no están suficientemente valoradas. Se valoran las comunidades autónomas como si fueran universidades, empresas, redes sociales, pero no tienen la importancia institucional que debería tener en un informe como este −por lo menos nosotros lo vemos así−ya que le recuerdo que las Comunidades Autónomas son estado. No solo lo es el Palacio de Santa Cruz.

Ante la crítica de ellas y entre otras de la vasca de que no se les ha tenido en cuenta a la hora de redactar esta Estrategia usted dice que primero había que tener el documento y luego presentárselo, entre otras muchas instituciones, a las comunidades autónomas. Quizá habría sido mejor que hubieran hablado primeramente con ellas y luego haber elaborado este informe. Usted me dirá, ¿qué es más importante, el huevo o la gallina? Este es un debate fundamentalmente de sensibilidad, y yo creo que aquí ha faltado una sensibilidad en relación con las comunidades autónomas. Madrid, siguen creyendo ustedes que no solo es el centro, el ombligo de España, sino del mundo.

Usted  asimismo hace una afirmación rotunda de que, agotada la estrategia de la transición con el ingreso de España en la Organización del Tratado del Atlántico Norte, en la Unión Europea y en el euro, indudablemente había  que cambiar los parámetros  de la política exterior, por supuesto. Pero es que no toma en consideración que el Estado español no es el Estado centralista del año 78, sino que también éste  ha cambiado y fundamentalmente a partir de los años ochenta. Le recuerdo que en las elecciones municipales pueden votar hasta los europeos empadronados.

En relación con este  criterio autonómico, nosotros hubiéramos querido una mayor dedicación y una mayor sensibilidad con este asunto. Y vinculado a ello, también con las lenguas, porque hablan ustedes, lógicamente, de la lengua española y la diversidad lingüística. Así lo escriben. Cuando  hablan de la diversidad lingüística me recuerda  un poco como  aquella  expresión  de los  coros y danzas, y llegan ustedes a decir: “junto al castellano hay otras lenguas españolas que nos dan riqueza lingüística y potencial cultural”;  eso es todo lo que dicen. ¿Por qué no nombran ustedes a las otras lenguas españolas, que tienen nombre y apellido? Por ejemplo, tienen estos nombres: el euskera, tiene nombre el  gallego, tiene nombre  el  catalán, quizás ustedes no quieran poner nombre al valenciano, pero indudablemente se llaman euskera, gallego y catalán y al castellano le pueden llamar el español. Pero las otras lenguas tienen nombre, historia y hablantes.

¿Por qué no las ponen?. ¿Por qué no las ponen?. Otras lenguas…, como si fueran otras. Si acepta la observación nomínelas. Si, ya sé que es un problema de sensibilidad y yo creo que aquí falta sensibilidad con este asunto. Fundamentalmente, falta sensibilidad. Y eso se ve muy gráficamente en el Instituto Cervantes. Usted, en esta Estrategia de Acción Exterior, lo pone como uno de los pilares básicos. El Instituto Cervantes hace un magnífico trabajo en relación con el impulso de la lengua castellana, que goza de una estupenda salud, pero,  las otras lenguas cooficiales  han tenido que buscarse su lugar y su presupuesto de actuación  bajo el sol, porque no están suficientemente contempladas y esa diplomacia cultural que ustedes dicen que tienen no se ve por ninguna parte.

Diplomacia Parlamentaria

Otro asunto del que hablan ustedes en un parrafito pequeño es de la diplomacia parlamentaria y dicen  que  no saben muy bien lo que es. Es un parrafito un poco vergonzante y sin desarrollar. Además, dicen que quieren someter a consideración de las Cortes Generales la elaboración conjunta de un plan de diplomacia parlamentaria que mejore nuestra política exterior. Podrían haber trabajado esto un poco más, ¿no?. Tenemos cierta experiencia, no sé cuántos años son, treinta y siete  años de acción parlamentaria. Lo ponen ahí casi como un adorno. Pero usted sabe mejor que nadie, a pesar de que ha dicho que la Constitución española se puede resumir en 2 artículos, que vivimos en un sistema de “monarquía parlamentaria”. Lo de monarquía, lo sabe usted mejor que nadie y  está, evidentemente, claro, pero lo de parlamentaria no sé si está suficientemente claro.

Una de las cuestiones es como el propio Ministerio de Asuntos Exteriores trata al Senado a pesar de que usted se jacta de ser fundamentalmente un parlamentario.

¿Quiere que le diga cuántas veces ha comparecido  usted en esta Comisión de Asuntos Exteriores en lo que va de legislatura?. Nueve veces.

¿Sabe cuántas ha estado en el Congreso de los Diputados?. Veinticinco. ¿Usted sabe que la capacidad de control del Senado es la misma, exactamente la misma, que la del Congreso de los Diputados?. Fíjese, de 9 a 25. Entiendo que usted dirá: Hombre, si ya voy al Congreso, ¿para qué tengo que ir al Senado?. Pues diga a continuación que se elimine el Senado, pero mientras exista, usted tiene la obligación de comparecer en esta Cámara.

Pues bien, usted ha estado 9 veces en el Senado y 25 en el Congreso. No es una cuestión de celos, sino simplemente de valoración, de cómo valora el Ministerio de Asuntos Exteriores dar cuentas ante una comisión parlamentaria. Y le recuerdo que he estado 18 años en el Congreso.

Ya sé que me dirá que existe la Comisión de Iberoamérica, que existe la Comisión Mixta para la Unión Europea y que no le alcanza el tiempo entre tanto viaje, tanto desayuno en hoteles y tanta preocupación por Cataluña, pero no se prodiga usted mucho en ninguna de las Comisiones.

A mí me ha hecho  gracia escuchar a un comentarista cubano que vive en España decir que Fidel Castro ha visto a los diez  presidentes norteamericanos que se han ido sucediendo y que, sin embargo, Fidel Castro estaba ahí desde siempre.

Pues bien, y salvando las distancias y el hecho de que he sido elegido cada cuatro años, he de decirle  que he visto pasar estos años a diez ministros de asuntos exteriores: Morán, Solana, Ordoñez, Westendorp, Matutes, Piqué, Ana de Palacio, Moratinos, Trinidad Jiménez y usted. Diez. Y lo digo no por jactancia sino porque puedo opinar sobre sus pasantías por esta casa y el Congreso.

Y puedo opinar sobre lo que han sido los ministros de Asuntos Exteriores. Pues usted y Ana de Palacio están parejos  a la hora de valorar su sensibilidad para con el Parlamento. No  se distingue usted precisamente  por esa sensibilidad en relación con la diplomacia parlamentaria. Y podemos hablar de lo que significó la anterior legislatura con el ministro Moratinos que cuidaba mucho estas formas e incluso la anterior. Simplemente apunto ésto, porque me parece que podían haber trabajado ustedes mucho más este apartado  y no lo han hecho.

Europa

En relación con Europa no vamos a redundar en lo que nosotros vemos de pasividad y falta de protagonismo de su ministerio y como usted ve lo que hacen. Usted hace muchísimo hincapié en que cree en la Europa federal. A fin de cuentas, sus orígenes son democristianos y en los planteamientos democristianos siempre se habla de la Europa Federal, no de lo Estados Unidos de Europa, sino una Unión Europea de verdad. La tercera vía entre dos extremos.

Pero el otro día yo vi una fotografía en la que se veía al presidente de la Comisión Juncker con todos los comisarios y el pobre comisario Arias Cañete estaba en la última fila sacando el cuello como podía, hasta tal extremo que seguramente siga todavía con  tortícolis… Y aquella foto me ilustró sobre la el peso de  la  presencia que tiene España, el peso político que tiene España, en la Unión Europea. Fue muy gráfico.

Nosotros agradeceríamos que pusiera  su ministerio un mayor énfasis en tener voz propia en Europa, en una Unión Europea que tiene 28 Estados. Echamos en falta una voz propia en temas muy concretos, como sí la ha tenido usted con Gibraltar. En Gibraltar usted ha sido muy claro y ha planteado bilateralmente cómo veía que se tenía que proceder, y, sin embargo, por ejemplo, con la situación de Gran Bretaña, que está frenando la propia construcción  europea, a lo mejor es tiempo de decir a Inglaterra, hago la salvedad de Escocia, que si  está tan incómoda y que si su vocación es ser freno de mano y no motor de arranque  que deje a otros países convertir a Europa en el primer actor político y económico mundial.

Porque está meridianamente claro  que si en este momento Europa no se une en una real y efectiva  unión económica y monetaria,  con una potente  unión fiscal sin paraísos, una unión política, una unión institucional, una unión en política exterior y de defensa, indudablemente, poco puede hacer en el concierto internacional. Y aunque le veamos muy esporádicamente hablar de Europa, usted en estos foros pinta muy poco.

Por otro lado, hay que hacer más presión en relación con los refugiados en fronteras sureñas. Yo creo que ahí España, Italia y otros países deberían  tener  un discurso propio; deberían tener un discurso propio, y no solamente  quejarse sobre la falta de apoyo logístico, financiero o de capacitación, sino que la respuesta tiene que ser mucho  evidente y agresiva desde el punto de vista humanitario. Eso es lo que tienen que hacer ustedes, pero en este documento no se plasma esta cuestión; además, queremos que la Unión Europea pueda armonizar recursos complementarios a un tema sangrante que está creciendo.

América

En relación con América, la noticia mundial e internacional   de hoy es Cuba. La verdad es que ayer escuché el discurso del presidente Obama, que vino a decir que todos somos americanos. Yo, como también soy americano, casi me vi identificado, y me parece muy bien lo que dijo.es más. Me extrañaba no lo hubiera hecho antes.

Pero usted casi se ha puesto  esta  medalla como consecuencia de que hace  quince  días estuvo en La Habana y pronunció una conferencia –y me parece muy bien lo que dijo en la conferencia sobre el respeto a los derechos humanos-, y sobre todo con que haya habido una política común en relación con Cuba. Quizá eso ha ayudado mucho en relación con Europa y con las gestiones que se han podido hacer para que cambien mucho los parámetros de funcionamiento de la propia Cuba incluso la intervención del Papa.

Hoy mismo nuestra eurodiputada Izaskun Bilbao en Bruselas ha apoyado la  iniciativa que ha sido aprobada en Estrasburgo o en Bruselas, no lo sé, en relación con tener una postura común con Venezuela. Y fíjese qué paradoja. En un momento en que están cambiando las cosas con Cuba, porque se puede levantar el embargo, se está aprobando en el Senado norteamericano y en el Parlamento Europeo iniciativas para presionar a Venezuela en buscar otras políticas en relación con los derechos humanos. Y es que nosotros creemos que con Venezuela  que habría que hacer algo similar; no estaría nada mal que se hiciera, porque la situación que vive el país  es absolutamente catastrófica.

Foro Parlamentario

En relación con América, cabe decir que en Veracruz se acaba  de aprobar  que las cumbres de los jefes de Estado y de Gobierno sean bianuales. Usted sabe  o debería saber  que en la anterior legislatura, bueno, en la primera del Gobierno socialista de Zapatero, se aprobó un foro parlamentario iberoamericano a iniciativa de este senado y la primera reunión, con trece presidentes de Parlamentos americanos, incluyendo el cubano, el mexicano, el brasileño y el chileno, tuvo lugar en Bilbao.

Pues ese foro está muriendo, sirve solamente para que vayan la Mesa y algunos portavoces pero no está desarrollando el trabajo para el que fue creado. Este foro nació en Bilbao y se fue  haciendo  en los distintos países; el último se celebró en Cádiz, en el año 2012, y, como consecuencia de esa cumbre, Patricia Espinosa, Ricardo Lagos y Enrique Iglesias elaboraron un informe. Nosotros estuvimos con ellos en la Casa de América  pero a lo que le dijimos de cómo hacerlo, veo que no nos han hecho el menor caso. Se ve en la Estrategia que usted nos ha presentado.

En esta estrategia de acción exterior se podía haber contemplado de una manera mucho más notable que los foros parlamentarios, nacidos por ejemplo en esta Casa, tuviesen una acción de diplomacia parlamentaria, porque  como se ve las instrucciones o las iniciativas que se aprueban caen en el cesto de los papeles.

Sáhara

Quiero hacer un apunte sobre el Sáhara. El documento dice que se siguen tocando muy de cerca la sensibilidad de los intereses y de los valores compartidos de los españoles. En cuanto al papel central de las Naciones Unidas, ustedes se  felicitan  y me parece que con  tino de que España es miembro del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Pues tienen ahora  la  magnífica posibilidad de presionar. ¿Usted sabe que el año que viene se van a cumplir 40 años de la Marcha Verde?. No estaría nada mal que se hiciese algo más, aparte de protestar y de abordar el asunto sahariano con palabras de plástico porque así como usted se ha jactado de haber pronunciado la conferencia en La Habana hace dos semanas, y  como comentó en el Congreso “ les cantó las cuarenta” –sus palabras fueron:” dije allí las verdades del barquero”−, ¿por qué no hace lo mismo en Marruecos, en Rabat, en Marrakech, en Tánger o en Casablanca  en relación con el Sáhara y con los derechos humanos?. Esa doble vara de medir a mí siempre me hace sospechar.

Porque en el tema del Sáhara la pregunta es: ¿va a seguir así?. ¿España, en su estrategia de acción exterior, no va a hacer algo más?. Yo creo que debería hacer mucho más porque además puede hacerlo.

El Partido Popular en la anterior legislatura era muy beligerante con este tema, mientras que en esta legislatura, no solamente no es beligerante, sino que usted organizó un viaje a Rabat con todos los ex ministros de Asuntos Exteriores y con el rey Juan Carlos. En este tema, señor ministro, en absoluto estamos de acuerdo con los planteamientos que usted nos hace y hace en este documento. Los saharauis deben tener un futuro mejor tras cumplirse los acuerdos de Naciones Unidas y le recuerdo que España sigue siendo la potencia administradora con la que hay que hablar. Y está usted en el Consejo de Seguridad.

Los Derechos Humanos

Y ésto se vincula, y mucho, con los derechos humanos. Aquí hay una  sección dedicada a  los derechos humanos y se menciona la pena de muerte, la lucha contra la discriminación de género, el derecho de las personas con discapacidad, el derecho humano al saneamiento del agua potable, empresas y derechos humanos en genérico, el defensor de los derechos humanos…  Pero nos gustaría que en esta defensa de los derechos humanos también se añadiera la libertad de expresión. Es un derecho humano y no estaría nada mal que se consagrara como una reivindicación de la política exterior española   hacia otros países dictatoriales y autoritarios donde diariamente se  conculcan. No todo son intereses económicos. Se conculca demasiado la libertad de expresión,  que es un  derecho humano que se pueda ejercer, si bien siempre es un derecho muy sensible para los Estados, porque siempre existe  esa cláusula hipócrita  en relación con lo que ustedes dicen de que no hay que injerirse en los asuntos internos de un país siguiendo la doctrina Estrada. Y le recuerdo que los derechos humanos son universales. Para nosotros en ésto no puede haber corralitos.

Intergrupo de Derechos Humanos

Por tanto, aquí está bien lo que ponen ustedes, pero a nuestro juicio le falta algo. Le comento que como no funcionaba hoy muy bien este asunto en este Senado, así como se hizo en su día en el Congreso, hemos creado un Intergrupo de derechos humanos y por lo menos hemos empezado a reunirnos, porque consideramos que la asignatura pendiente de los derechos humanos también tiene que ser esgrimida por las instituciones españolas y, sobre todo, de una manera mucho más  activa y beligerante y no solamente cuando se habla de la justicia universal, que ya sabemos cuál ha sido la iniciativa del Gobierno en relación con la justicia universal , y como han tenido que venir las iniciativas de otros países a tratar de que de alguna manera se contemple esa justicia universal como se contempló en España, a su manera, en tiempos del juez Garzón y ya sabemos como acabó.

Señor ministro. Nosotros tenemos la crítica de fondo, en relación con los derechos humanos, y es que el enfoque de la estrategia de la acción exterior de usted  es muy economicista. Ustedes condicionan mucho las prioridades en política exterior a la agenda de derechos humanos. Entendemos que hay que defender los intereses de las empresas  españolas, por supuesto que sí, pero no solamente de pan vive el hombre. Ese enfoque tan economicista hace que muchas veces parezca que el Gobierno es defensor simplemente de las empresas, y no solamente debería serlo de las empresas, sino fundamentalmente de los seres humanos que hay en esos países cuyos derechos humanos están siendo diariamente  conculcados.

Agregados comerciales     

Finalmente, señor presidente, permítame dar un toque al tema de la política económica y en relación con los intereses  comerciales y lo que se pueda hacer. Siempre hemos planteado que en las embajadas los agregados comerciales están muy poco tiempo; llegan, se enteran y se van. Habría que plantear la posibilidad de que puedan estar más tiempo, para que  puedan conocer el país, que puedan tener contactos y que puedan hacer un mínimo de lobbi en muchas cuestiones y, sobre todo, cuando hay tantos temas que están en este momento siendo barajados, como, por ejemplo, el acuerdo tasa de comercio- inversión entre Estados Unidos y la Unión Europea, que se lleva con tanto secreto, y nos gustaría que el peso de las economías de la Unión Europea y de los Estados Unidos se pusieran también en valor, que las oportunidades de elevar los estándares técnicos fitosanitarios a nivel global también se pusieran en valor y la posibilidad de desbloquear otra negociación importante como la de Mercosur, y eso no se contempla en este plan de acción exterior, se pusiera en valor.

La unidad de España

Podría estar hablando de muchas cuestiones, pero simplemente le felicito, porque la noticia del pasado martes es que el señor Méndez de Vigo ha logrado un éxito para España, pues cuando ustedes se mueven se mueven bien, que es una declaración contundente sobre la que lleva tiempo trabajando para dedicarla a la soberanía de un país a la hora de salvaguardar la integridad de su territorio, los métodos para lograrlo, con referencias directas a gobiernos autonómicos y la función exclusiva del Estado. Es decir, cuando ustedes se quieren mover por Europa se mueven muy bien, y en este caso lo han hecho muy bien y han logrado ustedes esto; otra cosa es que la realidad vaya por otro lado y que no van a ahogar ni los sentimientos, ni la historia, ni las reivindicaciones de los pueblos europeos entre ellos el vasco.

Solo constato que cuando se mueven se mueven; como la española que  cuando besa, besa de verdad; y ustedes cuando tienen un interés, como el tema de Kosovo, no lo reconocen y no lo reconocen. Será de los pocos países que no lo reconocen, pero eso entra en la relación con la política exterior española que, a nuestro juicio, deja mucho que desear. Solo se mueven con Kosovo, con la unidad de los estados y con Gibraltar y en este asunto para tapar otras cuestiones. esa misma sensibilidad aplicada a la Unión Europea igual daría más y mejores frutos que los que ustedes como obsesión trabajan en Europa.

Muchas gracias, señor presidente.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, senador Anasagasti.

El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (García-Margallo Marfil): Muchas gracias.

Senador Anasagasti, primero, muchas gracias por el vaso que me regaló usted para potear por ahí, en esos mundos de Dios.

Segundo, yo también lamento que usted no tuviese en Bachillerato un texto como éste. Después de haberlo leído, creo que le hubiese ayudado a hacer una exposición más centrada.

Y tercero, está usted en las denominaciones de origen de Castiella y Elcano y critica el documento porque se cite solo a Castiella. Si, además de haber metido en el ordenador nombres, hubiese leído el texto, hubiese visto que se cita a Castiella para hacer precisamente una contraposición con la gente que se reunió en Munich. Se dice que Castiella en 1972 envió una carta pidiendo la apertura de un proceso de negociación que nunca fue contestada, y se dice en el mismo párrafo que, por contraste con la cerrazón del régimen, que cerraba las puertas, en Munich se reunieron unos españoles de la oposición, del  Exilio  y del Interior, que hicieron suya aquella frase de Salvador de Madariaga que dice: “Los que una vez perdimos la tierra para conservar la libertad y los que perdieron la libertad para conservar la tierra nos hemos unido todos juntos para otear un camino que nos lleve a todos a la tierra y a la libertad.” Es decir, aquí lo que hay es una contraposición entre la cerrazón de un régimen expresada por el desprecio que mereció la carta que envió el ministro Castiella con la altura de miras de la gente que se reunión en Munich y que luego nos llevó a la reconciliación nacional. Léalo usted, es así.

En denominación de origen entra usted en Elcano. Me aclara que nació en Guetaria –gracias−. También me aclara que dio la vuelta al mundo –gracias también−. Me aclara que hablaba solo euskera; eso no lo sabía yo tanto, pero sí sé que a pesar de hablar euskera la vuelta al mundo le permitió tener una visión muy amplia del mundo, una visión que algunos lugareños no tienen. Y le añado para su ilustración que fue un emperador, Carlos V, el que le dio un escudo de armas que dice Tu primus circumdedisti me y que puede ver usted en Guetaria. Pero, en fin, créame que Elcano lo sentimos como propio todos los españoles.

Marca España

Me ha hablado usted luego de que la marca España tiene mala salud. Yo les voy a regalar –por aquello de que los creyentes celebramos la Navidad y los no creyentes el solsticio de invierno− un libro que acaba de salir sobre la marca España, que reproduce una exposición filatélica en la que cada una de las letras tiene un significado: E de España, S de sol−turismo, P de patrimonio, A de arte, Ñ de lengua y A de innovación. Escrito por ilustres comentaristas, la última, por cierto, una ex ministra socialista, Cristina Garmendia, y en este libro verá usted cuáles son las excelencias de España en el mundo, excelencias, por otra parte, que han sido reconocidas: tuvimos 132 votos para el Consejo de Seguridad; la primera de riesgo que estaba en 640 está aproximadamente en 100; han vuelto los capitales extranjeros; hay 67 millones de turistas; tenemos 3 restaurantes entre los 10 primeros del mundo; nuestros cooperantes están muy valorados… Créame, usted que lleva tanto tiempo , ya verá cómo va apreciando a España a lo largo del tiempo. (El señor Anasagasti Olabeaga: ¿Usted no?). Yo no, yo no, créame que si tengo que volver otra legislatura con usted enfrente…  No me extraña que hayan pasado 10 ministros de exteriores, yo creo que es usted capaz de acabar con todos.

El Instituto Cervantes da cumplimiento a lo que dice el artículo 3 sobre lengua y al artículo 149.2, que redactamos cuando yo estaba en el Ministerio de Cultura y que habla de las lenguas y culturas españolas: todas lo son. Y en la práctica yo le voy a remitir –aparte de ser un regalo personal, como es obvio correspondiendo al suyo− todas las actuaciones que ha hecho el Instituto Cervantes en colaboración con el Ramón Llull, con Etxepare, con la Academia Galega de la lengua, para difundir las lenguas y culturas, que todas son tan españolas como el castellano. Yo en eso soy muy unamuniano.

Me habla usted de la diplomacia parlamentaria y dice usted que tiene insuficientemente cabida. Usted y yo venimos de la democracia cristiana y ésto podíamos haberlo puesto en el primer punto, porque ya sabe usted que se empieza siempre con la confesión de los pecados, y en este caso tenía usted que haber confesado el pecado porque en democracia parlamentaria está puesto lo que han mandado el Congreso y el Senado, en su totalidad; si es poco o es mucho, haga usted un confitio.

Senado

Segundo, el Senado. Yo tengo una estadística –me la acaban de pasar porque la verdad es que no tengo tiempo de llevar un dietario− según la cual parece que yo soy el ministro que más ha comparecido en ambas Cámaras, y en lo que se refiere al Senado usted ve una desproporción en mis comparecencias aquí. Yo he asistido siempre que se me ha convocado y algunas veces me he quedado compuesto y sin novio porque los que no estaban eran ustedes, pero esa es otra historia. Pero siempre he venido, si usted tiene la bondad de decirme cuándo se me ha convocado y yo no he comparecido, con mucho gusto lo corregiré. Pero ya sabe usted que yo aquí lo paso bien, a mí, discutir con usted, me sube la adrenalina. Es un tema que me pone, como dicen los clásicos.

Ha hecho usted una observación bastante pintoresca sobre el señor Arias Cañete sobre el lugar en que estaba en la fila. Dice usted que estaba en la fila de atrás y en una esquina. El señor Arias Cañete y yo no hemos dado nunca codazos para colocarnos en una fila más o menos adelante. Eso son formas de permanecer de otros políticos, no las nuestras. Y lo importante ahí es el contenido de la cartera que tiene el señor Arias Cañete. El señor Arias Cañete tiene una cartera que es Energía y Cambio Climático, que es la fusión de 2 carteras, una que tenía Alemania, el señor Oettinger, y otra, la del cambio climático, el danés. Me parece que lo importante es en qué trabaja y no el puesto en que se sitúa en la foto.

Luego ha pegado una cornada en este encierro en el que estamos al Reino Unido. ¿Yo qué tengo que ver con el Reino Unido?. Sí le explicaré que el Reino Unido, el Gobierno laborista, hizo un opt−out sobre 135 materias en justicia e interior y que ha pedido el opt−in de 35, y que el único país que no ha aceptado las condiciones que quería añadir a su entrada en el opt−in de estas materias ha sido España.

Me habla usted de América Latina Cuba, pero me va a permitir que conteste en el turno correspondiente al señor Sabaté que ha hecho una exposición concreta sobre el tema.

Venezuela

En cuanto a Venezuela, celebro que el representante del PNV haya hecho una resolución en Parlamento Europeo sobre Venezuela. Lo celebro, porque hay otra que es del Partido Popular Europeo, que tiene la ventaja de que es bastante más concreta y está apoyada por muchos más diputados, pero bienvenido será el voto insular y solitario del representante del PNV en el Parlamento Europeo.

Luego me dice que el presidente Lago, la canciller Espinosa y Enrique Iglesias, secretario general, no les hicieron caso en sus aportaciones y en sus ideas sobre América Latina. ¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?. ¿Qué responsabilidad tengo yo de que no fuese usted lo suficientemente convincente con el señor Lagos, la señora Espinosa y el señor Iglesias?. Realmente, si tiene usted aportaciones que hacer, este es el momento. Y aprovecho para decir que este debate tiene por objeto que los señores senadores aporten las modificaciones y correcciones que tengan a bien, que serán consideradas con muchísimo gusto y, si no destrozan el sentido del documento, incorporadas. Estamos en un debate abierto. Si tiene usted reflexiones hechas sobre el tema serán más que bienvenidas.

Respecto al Sáhara, se especifica cuál es el tema del Sáhara. Hay una declaración en la que España fija su postura, la tradicional, que dice: una solución justa, dialogada, que reconozca el derecho de determinación del pueblo saharaui dentro de las recomendaciones y el espíritu de Naciones Unidas, y refleja las actuaciones que hemos hecho en el Sahara. Es decir, nosotros estamos apoyando al secretario general, Ban Ki-Moon; estamos apoyando al enviado especial, señor Ross, al que ponemos a su disposición todos los medios materiales que necesita; hemos buscado siempre el consenso en los amigos del Sahara y somos el primer donante en los campamentos de Tinduf, incluso en una época de restricciones presupuestarias como esta.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor ministro.

¿Algún portavoz desea hacer una breve intervención en el turno de dúplica? (Pausa).

Tiene la palabra el señor Anasagasti.

El señor ANASAGASTI OLABEAGA: Muchas gracias, señor presidente

Si me permite recordarlo, decía Bismarck que no había que contar cómo se hacían las leyes y las salchichas, entiendo que en política exterior y en un proyecto de acción exterior ustedes no puedan contar todo que  es lo que hace constantemente.

Ha dicho usted que mi intervención no ha sido centrada y quizás, pues bien, no ha parecido oírme  porque conociéndole y sabiendo lo sensible que es a la crítica incluso le he dicho que estaba de acuerdo con la mayoría descriptiva  del documento pero que había unos puntos con los que no lo estaba y que tenía que puntualizarlo, pero es que yo no tengo doce personas, como tiene usted en esta comisión detrás de mí , que le pasan notas; yo soy un  simple senador que está aquí y le aclaro que nuestra eurodiputada  en el Parlamento Europeo  no ha participado hoy en solitario, quizás no lo sepa porque usted solo se acuerda  de la patada que nos dieron en Chile en tiempos de Aznar a cuenta de que no queríamos estar con ustedes en el Partido Popular Europeo junto a la Sra. Tatcher y al Sr.Berlusconi  porque da la casualidad de que nuestro partido fundó la Democracia Cristiana en el año 1947 con una serie de gente comprometidas con una ideología de una Europa federal y humana y que habían luchado contra el nazi-fascismo y el franquismo en la segunda guerra mundial, y su actual  partido, el Partido Popular, nos expulsó en Chile porque no estábamos de acuerdo con la presencia de Berlusconi o de la señora Thatcher dentro del Partido Popular europeo, ni del Sr. Aznar que se declaraba liberal, y como fundadores solo queríamos estar en la Internacional. Pero visto lo visto  nos hicieron un favor.

Pero bueno, estas son historias, y usted, muy poco caritativamente, me ha recordado que soy una especie de llanero solitario, no quiero ser un pequeño Nicolás pero no soy ni un pequeño Nicolás ni un llanero solitario porque represento  en esta comisión un partido que tiene 120 años y que tiene mucha y buena historia por detrás.

El comentario que he hecho sobre Castiella  le aclaro que no lo he cogido de Google; usted me ha dicho que me va a mandar un libro y yo le voy a mandar otro que escribí con el actual Consejero y antiguo portavoz Josu Erkoreka, Dos familias vascas, sobre Manuel Aznar y Areilza. Nosotros teníamos mucho interés en saber por qué Franco eligió ministros y embajadores vascos y porque cambiaban tanto cuando llegaban a Madrid ante lo que llamábamos La Fascinación del Pesebre, y le recuerdo que en este lote  están Lequerica, Lojendio, Sangroniz, y  mucha gente más, pero no podemos seguir investigando  porque ustedes cerraron los archivos del ministerio, de la acción exterior del franquismo  –en realidad fue el señor Moratinos, pero usted los mantiene−,  y siguen cerrados. De esa historia le podemos ilustrar mucho más de lo que usted puede hacerlo con nosotros.

En relación con Elcano, le he dicho que sabría castellano pero también euskera; es decir,  que con el euskera se puede dar la vuelta al mundo pero ustedes ni consagran el nombre en este documento. Nos molesta sobremanera el desprecio que tienen ustedes a la hora de abordar lenguas cooficiales, además lenguas milenarias, y otras lenguas, lenguas que no tienen origen. Eso  se decía en el franquismo, coros y danzas y otras lenguas. ¡Oiga, no! Pongan nombre y apellido, el euskera, el catalán, el gallego, ¿por qué no lo pueden poner en un documento para una Estrategia de Acción Exterior? Aunque igual es mejor que no nos mezclen con la España del Cid Campeador.

A eso me refería, por eso dije lo de Elcano que seguramente si viviera hoy sería incluso del PNV, porque era un hombre que había visto mundo y podía comparar. No se olvide que el padre de Sabino Arana fue constructor de buques. Y claro que  conozco lo de tu primus circumdedisti me, y, si algún día va a Getaria podrá ver la estatua alada y podrá tomar unos magníficos chipirones, además, debajo de la estatua de Elcano. Invíteles a los del Instituto Elcano para que salgan de la Cibeles y sepan que hay más mundo fuera de Madrid.

Si he hecho una relación de diez ministros, ha sido para decirle a usted que he visto pasar aquí a ministros de todo tipo, y la peor, lógicamente, ha sido Ana Palacio. Pero usted no le va a la zaga y eso que nos conocemos desde siempre, y porque no se ha mostrado muy sensible al tratamiento de las Cámaras porque usted ha dicho: A mí siempre que me han llamado he acudido. Bueno, pues podía haber acudido usted motu propio, porque usted lo puede hacer como lo ha hecho en el Congreso y me parece muy bien, pero a los datos me remito porque ha ido  veinticinco  veces al Congreso y nueve al Senado. ¡Hombre, es una desproporción bastante significativa!. Y eso que ha dicho de que usted se quedó compuesto y sin novia, se habrá quedado compuesto pero sin novia?… Usted nunca se queda sin novia. Por tanto, indudablemente, pienso que este año 2015 tiene posibilidades de subsanar esta gran laguna y comparecer más en el Senado.

En cuanto a Arias Cañete, le diré que nosotros le conocemos como le conoce usted. Ha sido presidente de la comisión mixta en la legislatura pasada. Usted le conoce bien, y sabe que como buen miembro del partido popular  siempre se pone en el centro de la foto y siempre da codazos para ponerse en el centro de la foto, pero era muy significativo que en esta foto con Juncker y todos los Comisarios estuviera en la última fila y sacando la cabeza  porque ha estado en el último lugar y, además, con una torticolis inmensa sacando cabeza, fundamentalmente, por el peso que tiene. Bueno, era un comentario descriptivo, sin más, tampoco quería yo significarme en esto.. Lo que le he querido decir simplemente, señor ministro, es que nos gustaría que expusiera esa llaneza y ese planteamiento flamenco que ha mostrado en muchas ocasiones, como hizo ante la señora Merkel; expóngalo ante la política exterior francesa, ante el eje francés-alemán  y, sobre todo, ante Gran Bretaña. Usted se opuso, incluso, al referéndum en Escocia, pero hubiese sido mucho mejor que hubiera ganado Mr. Salmond  porque Escocia se hubiera mantenido en la Unión Europea, en cambio, igual Inglaterra, no. Fíjese lo que le digo. Sería bueno que una Escocia militantemente europea estuviera dentro la Unión Europea y no Inglaterra, que está poniendo el freno de mano y que no deja crecer.

No me ha contestado a algo que para usted es, indudablemente, su principal  prioridad. En el Congreso dijo que el viaje a Cuba hubiese sido fallido si no hubiera dado la conferencia sobre derechos humanos, y usted dijo también una frase de esas redondas, de las suyas al decir que se sentía satisfecho de haber dicho las verdades del barquero. Ya que es tan valiente,  ¿por qué no habla usted en Rabat sobre el Sahara, sobre derechos humanos?. Simplemente le quería apuntar ésto. ¡Ah!, no conviene, claro, porque Marruecos es nuestra primera prioridad. Me gustaría acompañarle a ese viaje, señor ministro.Le aplaudiría y defendería.

Además, usted ha dicho que en la siguiente legislatura no va a estar. Y lo dice con jactancia. Pues bien, voy a hacer pública una conversación en Vilnius (Lituania), donde coincidimos y estábamos en una reunión de la Cosac, cuando usted andaba por allí conjurando “el peligro de reconocimiento de Cataluña”, en la que también  estuvo presente un senador de esta comisión, aquí presente,  en relación con su futuro, y dijo: “voy a cumplir 69 años, y no sé qué voy a hacer porque me gusta mucho la política. No sé qué voy a hacer cuando deje de ser ministro de Asuntos Exteriores. (El señor ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, García-Margallo Marfil: ¡Salchichas!). Ya, ya, pero, usted  me quiere poner a mí como un  político profesional, y usted no. ¡Hombre! No, no, eso lo dijo usted delante de senadores y de diputados; por tanto no me haga ese comentario de mal gusto y tan del gusto de otras fuerzas emergentes. Yo no manejo presupuesto como usted.

Finalmente, y termino, señor presidente, en cuanto a que hayamos protestado sobre la minimización de  las comunidades autónomas, si yo estuviera sentado ahí diría: ¡Caramba, igual tienen algo de razón este senador!. Pero usted lo ha descalificado sin más y desde el principio. Hemos consultado, nos han llevado… Fíjese, que incluso, la Generalitat de Catalunya, usted lo acaba de decir, no nos ha remitido nada. Pues yo estaría muy preocupado, mire por dónde. Es lo que decía Churchill, que usted no puede tener una buena política exterior si no tiene una buena política interior, y en este momento, España no tiene una buena política interior, es un desastre, a pesar de lo que usted está diciendo. Si, encima, cuando unos senadores le decimos que el documento no nos parece bien, se sube a lo alto del minarete diciendo: ¡Caramba!, hemos consultado… No, no, señor. Las comunidades autónomas –al menos, la nuestra− no están nada contentas, nada satisfechas con este documento. Nada, absolutamente nada. Ya sé que va a decir usted que el monopolio de la política exterior la tiene el Estado. ¡Hombre, las comunidades autónomas también son Estado! El monopolio de la fuerza  ya sé que lo tiene  el Estado, ya lo sabemos, y que la sacrosanta unidad de la patria requiere que el monopolio de la política exterior esté aquí en Madrid, cerca de la Puerta del Sol,  sabemos todas esas evidencias, no hace falta que usted nos lo recuerde, pero, indudablemente, le tengo que recordar que no estamos de acuerdo con el enfoque que hace este documento de la política exterior, del tratamiento de las lenguas, y de algunos aspectos, como, por ejemplo, el tema del Sahara y otros más que con más tiempo le hubiera explicado a pesar de que no tenemos a estos doce señores que están detrás de mí pendiente de sus palabras.

Porque, efectivamente, usted se jacta de que España está en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Le recuerdo que también Venezuela y que su contrincante fue Turquía. Podrían hacer algo más, no solamente decir: ¡Hombre!, nosotros con el Sáhara tenemos que hacer todo. No, señor. España todavía es la potencia administradora del Sáhara y podía hacer mucho más. Si quiere, le recuerdo lo que dijo el presidente de esta comisión, el senador  don Alejandro Muñoz−Alonso en la anterior legislatura en relación con este asunto ante el ministro Moratinos y la ministra Jiménez.

Ya se la política de Estado, lógicamente, tiene que ser prudente. Pero, de vez en cuando y en política, cada cierto tiempo hay que ser impertinente, y usted de vez en cuando también lo es, pero sea un poco más impertinente en algunas cosas de mayor enjundia.

Termino, le he regalado el vaso chiquitero por una razón muy sencilla… Usted ha dicho que en diplomacia hay una máxima que uno no  puede plantarse en una categoría que no sea la suya. ¿No? .¿Porque no?. Siempre hay que mirar para arriba y no para abajo, y en Euskadi nos gusta la horizontalidad. Más o menos tiene que hacer el esfuerzo. Pero, en cambio, si usted chiquetea por la parte vieja de San Sebastián o de Bilbao verá que allí chiquitea todo el mundo, un arquitecto, un obrero, un médico y un empleado. Pretendía decirle  que  le conviene a usted codearse más con la gente normal. Entonces, quizás, igual, no hubiera tomado esa actitud un poco de siete machos –perdón la expresión- y diga: “yo soy un ministro de un gobierno  español que tiene mayoría absoluta y lo que dicen ustedes a fin de cuentas va a beneficio de inventario”. Sí, señor ministro, yo por lo menos me he sentido así aludido.

Lo único es que habrá dado usted una gran alegría a más de uno. ¿no va a seguir en la siguiente legislatura? ¿No? Pues muy bien. Igual el siguiente ministro de asuntos exteriores repite lo que decía el ministro Fernández Ordóñez cuando nos convocaba en su despacho:” miren ustedes, la ideología cabe en la punta de una servilleta y el resto son relaciones personales”. Pues con usted, ni relaciones personales ni ideología, sino simplemente el Estado español uno, grande y divino y usted como gran representante del mismo.

Y, finalmente, le pido insistentemente, si es demócrata y sensible con los derechos humanos, que haga usted esa conferencia en Rabat, en Marrakech, en Tánger, en Tetuán o en dónde quiera. Retiraré todo lo que le he dicho y que seguramente a usted no le ha gustado.

El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (García-Margallo Marfil): Señor Anasagasti, yo no he minusvalorado el papel del PNV en el parlamento europeo ni en el parlamento español. He dicho que me alegro de que el eurodiputado del PNV se adhiera a los diputados del Partido Popular, que es mayoritario. Es la simple constatación de un hecho, porque me ha parecido interpretar que se atribuía en exclusiva la resolución sobre Venezuela.

En segundo lugar, me habla de lenguas, de otras lenguas y me lo comenta con coros y danzas. Será con coros y otras danzas. Lo que le quiero decir es que tengo enorme respeto por todas las lenguas españolas y si hay que denominarlas pues se denominan y no tengo el menor problema.

Estoy deseando —créame usted— abrir los archivos. Se están abriendo parcialmente. Hubo una exposición sobre el contubernio en Munich en la que se expusieron muchos telegramas de la época. Ahora hay otra a la que yo le invito cordialmente que se llama “Más allá del deber “que viene a exhibir los esfuerzos que hicieron los diplomáticos españoles durante la II Guerra Mundial para salvar judíos en los sitios donde estaban destinados. Hay documentos muy interesantes. Que algunos archivos no estén abiertos no le exonera a usted de no saber los ministros que ha habido. Le invito a la galería de retratos donde están uno por uno y usted, que tiene la denominación de origen, puede completar la panoplia que ha dejado terminada en Castiella. Efectivamente, ha habido muchos vascos, Lequerica, Oreja, muchos vascos, como es natural. Es un pueblo de España y bastante adelantado en este tema. Yo he expuesto la política europea en muchas partes. La última vez, en la Asamblea Nacional Francesa

Sobre el tema Escocia, yo no me opuse al referéndum. Usted dice que me opuse al referéndum. No me opuse al referéndum. Lo que dije es que en el ordenamiento no escrito británico el parlamento tiene toda la soberanía. Westminster transfirió al parlamento de Hollyrood la posibilidad de convocar un referéndum sobre secesión. Por tanto, nada que decir sobre ese tema. Lo que sí dije es que el resultado del referéndum al que yo me opuse, por ser coherente con la Constitución no escrita británica, que si Escocia se separaba, automáticamente quedaba excluida de la Unión Europea, artículo 4 que se ha recordado en la resolución a la que usted se refería. Y como esa, seguiremos peleando todas las resoluciones. Por cierto, que hay ochenta y tantos países de Naciones Unidas que no reconocen a Kosovo. No es una originalidad nuestra, pero es el principio de defensa de la legalidad internacional que hemos aplicado en los casos de integridad territorial en Irak, en Siria, en Libia, en Ucrania, en definitiva, en todas las partes donde se discute

Dije que el resultado del referéndum sería la exclusión automática de Escocia de la Unión Europea, no la expulsión, sino la exclusión automática. Los tratados dejarían de aplicarse desde el minuto cero. Dije que tendría que ponerse en la cola y pedir la integración por unanimidad, por el artículo 49. Y ahí sí que se podría producir una diferencia. No es lo mismo que pida la adhesión alguien que se ha separado en virtud de un referéndum coherente con su Constitución que otro territorio que se ha separado de forma no coherente con su Constitución. Por cierto que el principio de integridad territorial, salvo en la Constitución británica que no está escrita, está consagrado solo en la Constitución de Etiopía. El resto de las constituciones del mundo hablan de integridad territorial y de indivisibilidad del territorio.

Usted me habla del monopolio. Yo jamás he dicho que el monopolio de la política exterior sea del gobierno central. He dicho lo que dice el artículo 95, que la dirección de la política exterior corresponde al gobierno. He dicho también, y por eso hay un capítulo dedicado a acción exterior de las comunidades autónomas, que ellas, de acuerdo con su contenido, de acuerdo con la sentencia del Tribunal Constitucional de 1995, pueden desarrollar actuaciones en el exterior en el ejercicio de las competencias que estatutariamente tienen atribuidas. De lo que se trata es que sepamos cuál es la política exterior, cuál es la acción exterior que hace el Estado, que esa también la tiene que definir el gobierno, para que las comunidades autónomas, si lo tienen a bien, hagan coherente su acción exterior con la del Estado. No me he atribuido nada y mucho menos me he subido en un minarete. Yo realmente he chiquiteado, y sigo haciéndolo en Bilbao y en San Sebastián con gente absolutamente correcta. Mis amigos son todos correctos, muy correctos, salvo en una etapa en que, por pertenecer al Partido Popular, yo no podía entrar en la parte vieja porque me hubiesen matado. Sí, cuando el árbol y las nueces.

Señor Anasagasti, a mí me gusta la política y me seguirá gustando. Lo que no entiendo es que porque me guste la política y me siga interesando la política tenga que estar en el parlamento. Pero eso son formas de entender. Una cosa es ser y otra es estar, y a mí la política me gusta y no necesariamente tengo que estar en una Cámara. Créame que cuando deje la política activa mi lectura intelectual máxima no será el Marca, sino que seguiré otros periódicos y libros, desde luego el que usted me va a regalar sobre las familias a las que usted tanto aprecia, admira y ha investigado

Felices navidades, feliz año, con la seguridad de que el 2015 será mucho mejor que el 2014, cosa que estoy seguro que satisfará a todas las fuerzas políticas representadas en esta Cámara.

Muchas gracias.

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