CON VIVANCO DE HUMAN RIGHT WATCH

Jueves 8 de octubre de 2015

151008 REUNION HUMAN RIGHTS WATCH IIYa he contado  como nuestro Inter Grupo de Derechos Humanos del Senado funciona muy bien. Allí estamos presentes  senadores de todos los partidos y recibimos gentes de todas las causas. El jueves nos tocó atender a  José Miguel Vivanco director de la División de las Américas de  Human Rights Watch que vino acompañado de Bruno  Stagno, coordinador para Europa.

Son gentes que viajan por todo el mundo y pulsan bien la situación que en cada país tienen los derechos humanos y con ellos hemos hablado del acuerdo Cuba-US, México, las dudosas próximas elecciones en Venezuela, los acuerdos de paz de Colombia con las Farc y un cuestionado acuerdo sobre la Justicia de Transición, la posibilidad de enviar «acompañantes» (así llama Maduro a los Observadores electorales), los haitianos en República Dominicana  y en  relación con Europa, toda la dramática situación de los refugiados y  la del joven árabe a quien quieren cortar la cabeza en su país.

Estábamos Dionisio García Carnero, Antolin Sanz, Ander Gil, Cazalis, la letrada y una asesora parlamentaria.

Tras la reunión hemos subido al despacho del presidente del Senado Pío Gracía Escudero con el que hemos comentado  sobre  lo que habíamos hablado y de la necesidad que el ojo internacional esté muy vigilante ante la deteriorada situación política y de derechos humanos en Venezuela.

Hemos sabido que la esposa del recluido en su domicilio alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, fue recibida la semana pasada por el Papa en el Vaticano, pero que no hay la menor garantía de unas elecciones democráticas en Venezuela, por la sencilla razón de que en Venezuela no existe  democracia y el actual régimen se va encasquillar en su poder totalitario. Solo creen en la concentración de poder, no en la democracia como alternancia y control del poder. Vamos a pedir que la Cruz Roja Internacional se preocupe de los 75 presos políticos que malviven en las cochambrosas prisiones venezolanas. Una entrevista muy interesante.

QUE NINGUN VETERANO, QUE NINGUN JOVEN, QUE NINGUN ABERTZALE DEJE DE VER El BATALLON GERNIKA

Miércoles 7 de octubre de 2015

20151007_191333Hay pocas cosas recomendables últimamente y, de verdad, si recomiendo algo es porque vale la pena. Estuve el miércoles en Gernika con María Esther en la presentación de la película sobre el Batallón Gernika, aquel que en 1945 liberó en el Medoc, en Point de Grave, la zona ocupada por alemanes.

La presentación ha sido este 7 de octubre, 79 aniversario de la formación bajo el Roble de Gernika del primer gobierno vasco de la historia. Y allí estuvieron los dos abuelos de María Esther. Uno, el alcalde de Ondarroa, José Mari Solabarrieta, que fue a votarle a Aguirre y ya no pudo volver a su pueblo. Y, el otro, Santiago Aznar, primer Consejero de Industria que firmó aquel programa común y una de sus primeras iniciativas fue adoptar la ikurriña como bandera nacional vasca.

Era a las siete en el Lizeo Antzokia este miércoles. En la puerta gudaris y milicianos vestidos de época como no se había visto en Gernika desde el bombardeo. Dentro, la gente expectante y, en el escenario, dos supervivientes fantásticos. Francisco Pérez, un gudari de 93 años simpatiquísimo y con una retranca fenomenal, y, el otro, Matxote, de Ondarroa, y amigo del pequeño gran hombre que decía en un castellano machacado que él iba con los buenos, no con los canallas y que lo que querían de verdad era liberar a su pueblo.

Y una señora que gracias a esta película averiguó que su hermano murió en aquella batalla tan quijotesca. Y en medio el lehendakari Urkullu recordando a Aguirre. Lo hizo muy bien pero se le olvidó un recuerdo a Eliodoro de la Torre, gran motor de este proyecto y que murió poco después. También el guionista Dolosor y el director González.

La película es muy digna. Se sigue muy bien. Tiene unos efectos especiales muy logrados. No es lenta. Ofrece claramente datos históricos de lo que se llevaban aquellos gudaris entre manos. Lo contextualiza muy bien y acaba con aquel proyecto del que Primi Abad no hacía más que hablarnos pero sin que le hiciéramos mucho caso y ahora nos damos cuenta de lo que supuso que, en un palacete de Rotschild cerca de Paris, había un proyecto para acabar con Franco, que desgraciadamente fue liquidado porque dejaron de considerar al español un peligro y lo cambiaron por el “peligro comunista”.

He hecho recuento y he conocido a seis gudaris que estuvieron en aquella batalla. Andrés Prieto, socialista, cuyo hijo sale en la película y que fue aquel gudari que salió, antes del Lehendakari Leizaola en la puerta del avión que trajo a Leizaola del exilio en 1979. Un hombre del que no podías hablar nada con él sin que te contara cosas de aquella Brigada Vasca. Hoy hubiera sido el hombre más feliz del mundo.

Primi Abad, de Muskiz, que hoy hubiera sido el otro jefe vasco feliz con semejante trabajo. Mi tío José Mari me contó como Primi, herido en el frente, fue bajado en camilla, entre otros por él, a los servicios médicos y se acordaba de la entereza de aquel hombre herido dando órdenes desde la camilla.

Hilario Zubizarreta, del PNV. Zubi, para los amigos. Otro gudari que parecía físicamente aquel artista genial Walter Mathau y que actuaba casi como él. Ixaka Atutxa, del Jagi Jagi, fue nuestro guardián de Radio Euzkadi en la selva venezolana. Le conocí a su sobrina en la presentación de la película.

El aita de Amaya Zenarruzabeitia, también del Jagi, y el hombre que formaba el trío de los txistularis del Centro Vasco de Caracas, los hermanos Iriarte y él al silbote. Un gigantón que será homenajeado en breve en Galdakao, pues fueron seis los gudaris que engrosaron aquella aventura nativos de esta localidad. Kepa Ordoki, su comandante al que saludé en una fiesta en Donibane. Todos, gente de una pieza y, hoy, sumo otros dos con los gudaris del del escenario.

El pequeño Francisco Pérez hablaba que lo peor para conservar esta Memoria no es el paso del tiempo ni el olvido sino el silencio y con esta película se rompe este silencio por lo que sería extraordinario que la vieran los jóvenes que se preguntan que hicieron sus mayores.

Frank Dolosor, ha sido el guionista. Un guión perfecto. Abel González, su director, que lo ha bordado e Iñigo Camino que ha sido quien lo ha hecho posible al plantear la idea y luchar por ella durante tres años. El trabajo es de diez y recomendable como trabajo histórico bien hecho. Acostumbrados a chapucillas sin presupuesto, esta película vale la pena.

Ojalá continúen con este impulso creador y logremos que lo audiovisual bien hecho entre a formar parte de la exposición pública de nuestra historia.

 

UNA LUBINA REAL

Martes 6 de octubre de 2015

Premios Luis carandelMiguel Ángel Domínguez es el director y presentador del programa 24 Horas de Radio Nacional de España. Es un buen profesional que dedica cada cierto tiempo una de sus tertulias nocturnas al Senado. Y me suelen invitar para hacerlo con un senador del PP y otro del PSOE.A Montilla no le gusta su exclusión.

Estuve la última vez el pasado jueves en los estudios de RNE en Bilbao en la Casa de la Pradera. Llovía a cántaros y como les gusta que se hagan los programas en el estudio tuve que salir de casa a las 9:30 de la noche con más pereza que ánimo a este coloquio donde suelen intervenir los senadores José Miguel Camacho y Antolín Sanz, secretarios de sus Grupos Parlamentarios. Afortunadamente el técnico de guardia se apiadó de mí y me trajo a casa, tras terminar el programa.

Y es una tertulia libre y plural. El jueves pasado me quedé a gusto llamándole a Ignacio Astarloa «siniestro personaje» para horror de uno de los contertulios que salió en su defensa. Mi tesis era que este tipo pasó de ser el Letrado Mayor del Parlamento Vasco, a letrado Mayor del Congreso con el presidente Félix Pons. Cuando llegó Trillo lo puso de patitas en la calle pero apareció de nuevo, esta vez con el PP más sectario, de la mano de Michavila y Acebes, con el peor y más sectario Aznar, hasta el punto que fue el redactor de los cambios en el Código Penal para encarcelar al lehendakari Ibarretxe, si se le ocurriera convocar un referendum.

Este Astarloa hijo de un afiliado benemérito del PNV en Madrid, cantante de zarzuela, y que enseñaba euskera en los locales de la extraterritorial, no puede ser personaje más indigno. Y lo dije, lo digo y lo seguiré diciendo.

Feo de cara, feo de alma.

El caso es que en tiempos de la presidencia de Javier Rojo en el Senado y fungiendo yo de secretario primero del mismo sacamos del armario los Premios Luis Carandell instituidos por Esperanza Aguirre y que dormían el sueño de los justos. Carandell fue un magnífico cronista parlamentario, de los que ya no hay, y el premio venía bien pues éramos nosotros los que se lo dábamos a los periodistas y no al revés. Son seis mil euros y un obsequio institucional. Su viuda suele estar presente y me ha dicho que tiene ya 83 años y que su marido me tenía en estima. Me encanta.

El primer premio fue dado a Camilo Valdecantos de El País y el segundo a López Alba del ABC, pero con poco éxito de público pues ese día se discutía el estatuto catalán y todos los periodistas se fueron al Congreso y nos dejaron a cuatro monos hacer los honores. Fue cuando, con voto en contra mío, al socialista Rojo se le ocurrió que ese Premio debía entregarlo el Príncipe Felipe que desde entonces venía acompañado de su mujer la periodista Letizia Ortiz. Y se nota. Las mesas llenas y los periodistas engallados.

Esta ha sido pues la XI edición y como Camacho, Antolín y yo le habíamos propuesto a Miguel Ángel Domínguez para el premio , allí hemos estado los tres en las Mesas redondas de la Sala de los Pasos Perdidos que cada una tenía un miembro de la Mesa del Senado y un Portavoz. La mía era la Mesa Mariano José de Larra y el miembro de la Mesa Manuel Planas de CIU, También estaban Carmen del Riego, de la Vanguardia y receptora en su día del premio, Gerardo Saez un viejo rockero de Radio Nacional que estuvo en 1979 en Bilbao y que me ha contado sabrosas cosas de aquellos años, Sandra, la coordinadora de Radio Nacional, Iñigo Alberdi, nuestro jefe de prensa, y la corresponsal de Europa Press, María José Antuch con los que nos hemos puesto las botas hablando del Concierto, del cupo y de cosas viejas. Se ve que algo profundo va a cambiar y los viejos plumillas están dejando el paso a jóvenes periodistas que no saben casi nada de lo que ha venido ocurriendo estos años. No era el caso de los componentes de la Mesa.

Los discursos propios del día y del premio. Letizia haciendo alarde de hablar sin papeles aunque tenía un guión, pero no lo hace mal desde su altivez, y al estar entre colegas se le veía dominando la escena. Pio García Escudero, la jefa de ceremonias Rocio Antoñana de Efe, y el premiado que nos ha omitido flagrantemente en su discurso y que podía haber hablado más de las relaciones de la prensa con el senado, objeto de su premio. Todo muy políticamente correcto.

Un menú sobrio con taco de lubina que estaba muy bien, pero sin grandes excesos. Lo mejor, la compañía y el poder saludar a mucha gente: Miguel Ángel Aguilar, Paulino Guerra, Anabel Diez, J. M. Brunet, Lucía Méndez, Diana la que lleva el programa Parlamento, Carlos Cuesta que me ha invitado a su programa, Carmen Alborch, Jose Montilla, Jose Manuel Barreiro, Josep Lluis Cleries, Oscar López, Ramón Rabanera, Matías, Juan José Lucas, todos estos haciendo bromas sobre mi monarquismo, corroborado por una Letizia que al darme la mano en dos ocasiones miraba para otro sitio. Ella se lo pierde. Le hubiera dicho cosas que no se las dice nadie y quizás por eso me estima lo que yo le estimo a ella, aunque Cazalis me comentó que a él también le hizo lo mismo.

He propuesto que estos Premios se conviertan en becas para fotógrafos, periodistas y meritorios que hablen del Senado porque esperar que el Senado sea un foco de información continuo es pedir peras al olmo. Existe una Asociación de Periodistas parlamentarios (APP) que solo cultiva al Congreso y que miran al Senado por encima del hombro. Pero eso ya le tocará a otros.

Ha valido la pena, sobre todo por la lubina del Cura Lezama.