Domingo 13 de diciembre de 2015
En los Estados Unidos interesa mucho lo que haga con su vida el Presidente. Nada más elegido y anunciar su gabinete Bill Clinton tuvo que anunciar el nombre de su nuevo perro, Buddy (Amigo). Clinton declaró que así lo hacía en homenaje al presidente Harry Truman que una vez dijo: ”Si quieres tener un amigo en Washington, cómprate un perro”. No es lo mismo en la Villa Corte, pero a veces es parecido.
A los madrileños no les gusta que el nombre de su ciudad sea el que se utilice cuando hay que echar la culpa a alguien. Lo que ocurre es que a veces hablar del gobierno, de la administración, o de los poderes del estado todo eso lo engloba «Madrid», que es una importante capital, con un barrio de los Austrias notable y una Castellana y Gran Vía de enseñar, y que además se distingue por una buena primavera y un magnífico otoño.
Los madrileños vivirían quizás más relajados si el nombre de Madrid no se pronunciara durante el día mil millones de veces. Solo tendrían que dejar de ser la capital de las Españas o dejar de ser la sede de las instituciones donde se concentra todo el poder. Tan sencillo como eso. Pero ese plan de eliminar ese gran privilegio no les gusta.
Curiosamente, en la Carrera de San Jerónimo hay un Palacio de corte neoclásico construido en tiempos de Isabel II al que protegen dos leones de bronce hechos con cañones fundidos tras ser capturados al enemigo. Esos leones se podían llamar PSOE y PNV pues son los partidos decanos de aquel hemiciclo. Llevan allí haciendo política desde principios del siglo XX y si para el partido socialista llegar fue una conquista, para el PNV fue un largo debate.
«¿Que pintáis vosotros allí?». “¿Qué se os ha perdido?”. “La política vasca se hace en Euzkadi, no en Madrid” fue la discusión de nuestros mayores.
La réplica a ésto argumentaba que allí donde había un interés vasco tenía que haber un vasco defendiéndolo y procurando traerlo para casa. Se decía que todas las leyes afectaban el día a día de la vida de los vascos. Se razonaba diciendo que el Concierto Económico y el Convenio, como resto de una foralidad, tenían muchos lobos merodeándolos y cosas así.
El caso es que el Hemiciclo de San Jerónimo semeja muchas veces a un gran frontón donde rebotan todas las pelotas en una pared muy dura. Y para eso hace falta un grupo de pelotaris con la jugada muy bien puesta porque allí la política es un campo de batalla. Para algunos no se está en ella para resolver los problemas del ciudadano sino para vencer al contrario, te dicen los jabalíes.
Que los hay. Y por eso el diputado José Antonio Aguirre sentenciaba: “Tenemos que ir hasta a un congreso de bomberos. Hay que estar”.
Es en Madrid donde se cuece el guiso político diario de ese campo minado, en ese nido de rumores, en esa piscina de tiburones, en ese cuadrilátero de boxeadores, en ese tablao de tertulias, en ese patio de monipodio que conozco un poco y donde funciona algo tan poco humano como la complicidad sin amistad.
Eso sí. La gente te tutea a la primera, te da grandes abrazos, parece como si hubiera hecho contigo la primera comunión, te declara amistad eterna, te saca a pasear el decimotercer apellido vasco del bisabuelo de su tatarabuelo, te comenta como hizo la mili con un vasco muy majo al que su madre le enviaba queso de Idiazabal del pueblo, o te dice que veraneaba en Hondarribia o Zarautz antes de que ETA hiciera la vida imposible a todo el mundo.
Y tú al principio va y te lo crees, pero con el tiempo sacas una única conclusión. “Esto es como el Frontón Beti Jai de Madrid. Cuarenta años cerrado esperando la demolición. ¿Pelotaris en Madrid?. Como violinistas en el tejado”. Eres un mosquito zumbón en un concierto de violines, porque cuando crees que puedes meter desde la banda un gol, siempre te recuerdan que la españolidad es un baile a dos y que tú solo puedes jugar si te dejan. Le pasó a Ibarretxe.Y nos ha pasado siempre, pero es obligatorio estar. No sé como se encontraría hoy el Estatuto de Gernika si no hubiera tenido diputados y senadores en calidad de “perros del caserío” como decía Arzalluz.
Y es que la acción parlamentaria no es solo representar, controlar y legislar. Es también vigilar y negociar cada proyecto de ley porque todos afectan, querámoslo o no reconocer, nuestra vida diaria. Y ahí está la antigua HB, hoy camuflada bajo el nombre de Amaiur, en los dos hemiciclos y diciendo ahora que lo que se discute en Madrid nos afecta. Esta gente solo acierta cuando rectifica. ¡La cantidad de horas que han perdido haciendo el talibán político!.
Y encima pretenden darnos clases de abertzalismo, así como de sensibilidad con el medio ambiente (Eskoriatza y Bergara han dicho que NO al Puerta a Puerta) y de defensa de los derechos humanos. Pues bien, les voy a recordar algo que sucedió en los lejanos tiempos de la primera guerra mundial porque es una historia que vale la pena conocer para que se vayan enterando.
En plena guerra tiene lugar en Lausana (Suiza) la Tercera Conferencia de las Nacionalidades en junio de aquel año y a ella llegaba una delegación nacionalista formada por Eleizalde, Eizaguirre y López de Mendizabal para pedir el reconocimiento internacional a los derechos de Euzkadi.
Termina la guerra y el presidente de los Estados Unidos Woodrow Wilson tuvo un protagonismo especial. Había llevado a cabo una política intervencionista en Iberoamérica y neutral en la Gran Guerra hasta 1917. Su entrada en el bando denominado Triple Entente inclinó la victoria de este lado. Y en enero de 1918 expuso sus famosos catorce puntos para asegurar la paz en Europa y el mundo. Participó en la Conferencia de Paris y fue premio Nobel de la Paz en 1919 como impulsor de la Sociedad de Naciones sita en Ginebra.
En febrero de 1918, el diario Euzkadi señalaba como meta importante para la próxima minoría nacionalista en las Cortes españolas la internacionalización del pleito nacional vasco, en vista del paralelo despertar de las nacionalidades en toda Europa. Pues bien, el 25 de octubre de 1918, al cumplirse el aniversario de la abolición foral de 1839, senadores y diputados nacionalistas (solo existía el PNV) le enviaron a Wilson el siguiente telegrama:
“Al honorable Presidente de los Estados Unidos de América.
Washington.
Al cumplirse el 79 aniversario de la anulación, por el Gobierno español, de la independencia del pueblo vasco, los que suscriben, Diputados y Senadores en las Cortes españolas, en nombre de todos los vascos que conscientes de su nacionalidad desean y laboran por verla desenvolverse libremente, saludan al Presidente de los Estados Unidos de América, que al establecerse las bases de la futura paz mundial, las ha fundamentado en el derecho de toda nacionalidad, grande o pequeña, a vivir como ella misma disponga, bases que aceptadas por todos los Estados beligerantes, esperamos verlas aplicadas prontamente para el mejor cumplimiento de lo que la justicia y la libertad individual y colectiva exigen. »
Jóse Horn y Areilza, Arturo Campión, Pedro Chalbaud (Senadores por Bizcaya) Ramón de la Sota, Domingo Epalza, Antonio Arroyo, Anacleto Ortueta, Ignacio Rotaetxe (Diputados por Bizcaya) José Eizagirre (Diputado por Gipuzkoa), Manuel Aranzadi (Diputado por Navarra).
Euzkadi, 25 de octubre de 1918
Este telegrama tiene completa vigencia 97 años después. Pero lo destacable son dos cosas. En 1918, el PNV ya estaba en el Congreso y en el Senado reivindicando el derecho a decidir y, el derecho de autodeterminación, ya era planteado por aquellos diputados y senadores del PNV. La lucha, como se ve, no es de hoy, ni de EH-Bildu.
¡Y se cree lo que cuenta, como se cree que los nacionalistas del Pais vasco son toda la ciudadania vasca!
Hay que tener paciencia ante tanto despropósito y seguir trabajando para que la verdad histórica no quede sepultada bajo toneladas de propaganda del relato nacionalista.
Y el 20 D elecciones generales. Ya hablaremos tras los resultados.
Salud y saludos.
La conclusión que habría que sacar de todo esto es que si llevamos 176 años desde que el Gobierno español nos quitó “la INDEPENDENCIA al Pueblo Vasco” y no se ha logrado recuperar la autodeterminación, significa que todas las reivindicaciones pedidas en Madrid no han servido como solución, por lo tanto habría que buscar otras alternativas…¿o acaso pretendéis seguir perdiendo el tiempo otro siglo más?