LOURDES PÉREZ Y AZPIOLEA NO ACIERTAN EN SU INFORMACIÓN SOBRE PACTOS

Miércoles 29 de junio de 2016

lourdes--390x180Lourdes Pérez, subdirectora del Diario Vasco y analista política y Luis Rodríguez Azpiolea, periodista de El País analizan en sus distintos medios los pactos que hizo el PNV con el PP en 1996 y con Rodríguez Zapatero cuando solo le faltaba año y medio para acabar la legislatura, dato que ella no señala.

En 1996, fue Arzalluz quien dijo públicamente que quien había ganado las elecciones tenía que gobernar. Con esta declaración conjuró un intento de algunos barones socialistas de intentar no darle la presidencia a Aznar a quien le faltaban veinte diputados para la mayoría.

Y desde el primer momento se negoció, pasando de la posibilidad de un pacto de legislatura  por presión sindical y porque el acuerdo con CIU y CC ya se había logrado, a uno de investidura, donde además de lo que dice en relación al Concierto y Euskaltel se lograron importantes transferencias. Aquel acuerdo se rompió como consecuencia de no lograr un acuerdo en relación con el Pacto de Ajuria Enea.

Lourdes Pérez no hace mención a los acuerdos de Zapatero con CIU y ERC, antes de que se rompieran las relaciones a cuenta de la situación del estatuto catalán. Y fue entonces, cuando quedando año y medio de legislatura se le encargó a Alonso, Gaspar Zarrias y Madina que le asegurasen las votaciones, situación que aprovechamos para darle una buena tajada al Estatuto mejorando la chapuza de negociación del Gobierno Vasco de Patxi López a cuenta de las Políticas Activas de Empleo. Pero no hubo acuerdo alguno sobre terrorismo, cosa que sí quiso en 1996 Mayor Oreja artífice del Pacto con el Vicelehendakari Ibarretxe.

Los dos analistas olvidan aquella famosa figura tan plástica que utilizó Arzalluz sobre el cortejo y el apareamiento de los pavos reales. Eso se ve en las conclusiones a las que llegan. No se dan cuenta que cuando se tiene un partido tranquilo y la dirección marca un camino, eso va a Misa. Y eso irá a Misa si lo que puede presentarse ante la sociedad es vendible y sustancial, independientemente de que tengamos elecciones en octubre o noviembre

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