Lunes 18 de julio de 2016
Fue un acto cualitativo la creación del Instituto de la Memoria, Convivencia y los Derechos Humanos por parte del actual Gobierno Vasco. Tras más de treinta años de acciones inconexas que habían logrado que los protagonistas de la historia y su documentación se perdiera, por fin había una ventanilla para que alguien se ocupase de esta asignatura pendiente.
Cuando vi en ETB el acto de su inauguración, donde las gentes que más habían trabajado la Memoria de la guerra y la dictadura sin ningún tipo de medios no habían sido invitadas y sin embargo si estaban todos los cargos oficiales de la Administración pensé que quizás así debería ser porque propiciaba que la Administración se iba a implicar y tomar en serio el Instituto aunque comencé a dudar de su eficacia como dudo del Comité de las Regiones de la Unión Europea. Cuando tu juntas peras con manzanas, ciudades con regiones, dicho Comité ni es de las Regiones, ni es de los Municipios y ese arroz con pollo no funciona. Un órgano fallido que solo sirve para hacer informes no vinculantes.
Cuando vi el énfasis que se estaba poniendo en todo lo relacionado con el terrorismo de ETA ,pensé y fui comprobando que se iban a hacer pocos actos y menciones a la tragedia del 18 de julio de 1936, el exilio, la persecución, las cárceles, y las mil historias que iban desapareciendo porque por ley de vida todos tenemos fecha de caducidad, hasta los directivos de Gogora.
La finalidad de Gogora es hermosa y necesaria. «Su función será preservar y transmitir la memoria de las experiencias traumáticas marcadas por la violencia durante los últimos cien años: la Guerra Civil, la dictadura franquista, el terrorismo de ETA y los contraterrorismos ilícitos». La memoria del sufrimiento injustamente padecido y también del esfuerzo por construir y defender una convivencia democrática y una sociedad basada en la defensa de los derechos humanos y la paz, aun en las peores circunstancias».
No está nada mal este enunciado y lo que se ha hecho en relación a las víctimas de ETA, los abusos policiales, la Plaza de la Memoria, y la exhumación de los restos de los enterrados en fosas comunes, trabajo extraordinariamente meritorio de la Fundación Aranzadi, y todo esto no está nada mal.
Pero apenas se ha hecho nada contundente en relación con la guerra civil y la dictadura. Mucho, muchísimo sobre lo que fue ETA, apenas nada sobre las causas que la originaron. De ahí mi criterio en contra en mezclar una cosa y otra. Todo lo relacionado con ETA tiene amplia difusión, proyección mediática y hasta controversia, pero no es así con lo relacionado con la guerra y la dictadura. Y debería ser al revés. Algo falla.
Y escribo esto porque me parece grave que con motivo del 80 aniversario de la guerra civil no se haya hecho absolutamente nada este 18 de julio. Nada es nada. Y es una fecha importantísima en la vida de un ser humano, de un pueblo, de un acontecimiento extraordinario. Solo en periódicos como Deia y el Grupo Noticias se ha ilustrado sobre aquella sublevación militar origen de casi todo, hasta del nacimiento de ETA. Y esto me parece un despropósito y no cumplir los objetivos fundacionales de Gogora. Que no se extrañe alguno que los chavales no sepan hoy ni quien fue Francisco Franco.
Me consta que un joven historiador, haciéndose eco de otros tres historiadores o amantes de una historia ocultada, tocó las puertas del despacho de la Sra. Aintzane Ezenarro le propuso una serie de iniciativas para que ésta fecha tan redonda no pasara desapercibida. Quedó en contestarle. Hasta hoy. Varias llamadas y ni ponerse al teléfono. La cosa no va con ella ni con la cortesía mínima de atender un proyecto. Nada.
Quizás no hubiera escrito estas líneas si me constara una buena disposición o falta de medios pero nunca el silencio desde la arrogancia del poder. Eso no se lo tolero absolutamente a nadie y menos a una administración que al explicar las funciones de Gogora dice que «considerando el patrimonio memorial como un derecho que la Administración debe garantizar en su acceso al conjunto de la ciudadanía».
Pues nada Srs. Nada. Nada de la sublevación en Donosti, de los hechos del cuartel de Loyola, del papel de los diputados vascos y en especial el de Irujo, de la barbarie de Mola en Navarra. Nada. Un caluroso día más del verano del 2016.
Igual se nos dice que se ha hecho un curso en la Universidad de Verano, pues si. ¿Y qué repercusión ha tenido?. ¿Cuántos acudieron a sus aulas?. ¿Se trabaja solo para minorías o para cubrir el expediente?
No se me diga tampoco que en octubre se homenajeará al Lehendakari Aguirre. Faltaría más, pero me temo que se centre excesivamente en la figura del Lehendakari, que tuvo un protagonismo indudable y es una figura fundamental, pero no la única.
Aquello fue un gobierno de concentración con una elección pactada en Gernika por todas las fuerzas del Frente Popular. Y antes, como se les dijo, en setiembre se cumplen 120 años del nacimiento del Lehendakari Leizaola, sin que muchos se acuerden de él, y fue tan Lehendakari como Aguirre. Y lo dice alguien que desde hace cincuenta años lleva promocionando Aguirre y escribiendo libros y organizando actos sobre él.
¿Estoy irritado? Si. Mucho. Sobre todo por el mal trato dado, porque la cantidad de testimonios que se han ido en estos años, por la mezcla de ETA y la dictadura, con preponderancia sobre lo más cercano, por el pedestal en el que se colocan algunos. Sinceramente no lo admito y como solo queda el recurso del pataleo. Lo hago y lo haré.
No estoy de acuerdo con lo que se está haciendo.
Ni yo, ni muchos con yo.
Kaixo, Iñaki.
Estoy de acuerdo con la crítica que haces a la falta de eventos recordatorios del golpe de estado y de las posteriores guerra y dictadura, pero has faltado a la verdad al decir que «solo en periódicos como Deia y el Grupo Noticias se ha ilustrado sobre aquella sublevación militar origen de casi todo, hasta del nacimiento de ETA». Mira que no te quedaban a desmano o a golpe de google artículos y reportajes de Gara, su versión digital Naiz y la radio Info7 del mismo grupo editorial, sin ir más lejos. O la página especial de la web del diario Berria, Oroiteria, o la de la revista Argia, o la de Ahotsak, proyecto de recogida de testimonios orales en euskara a nuestros mayores sobre diferentes aspectos de la vida antaño. Tampoco costaba tanto una pequeña y rápida búsqueda… Por si la calor te diera pereza, aquí te dejo unos links:
http://www.naiz.eus/eu/actualidad/noticia/20160718/hace-80-anos-empezaba-el-golpe-de-estado-en-irunea-1
http://iruindarra.naiz.eus/eu/info_iruindarra/20160718/zapatos-y-claveles-para-no-olvidar-el-terror-franquista
http://info7.naiz.eus/eu/info_i7/20160719/la-memoria-1936-2016-una-impunidad-de-80-anos
http://www.berria.eus/oroiteria/
http://www.argia.eus/argia-astekaria/2516/1936ko-golpistei-erantzuna
http://www.argia.eus/1936ko-gerra
http://www.ahotsak.eus/albisteak/gerraosteari-buruzko-bost-bideo-prestatu-ditugu/
Agurrak,
Xaun
Muy de acuerdo, una vez más, con Iñaki, falta memoria y sensibilidad por los temas históricos, de ahí el desconocimiento de las actitudes de hoy. Recuerdo que hay una Fundación desde la que se puede hacer y difundir mucho más… Sin duda es Iñaki la persona ideal para potenciarla.
ESTOY TOTALMENTE DE ACUERDO CONTIGO IÑAKI ¡AURRERA ZURE BIDEAN!
Pues si, … como ha pasado desapercibido el asesinato del jefe de la oposición, Diputado Calvo Sotelo, el 13 de julio de 1936.
Y es que aquellos fueron años dramáticos y turbulentos.
Algunos, hoy, parecen empeñados en destacarnos sólo los intentos positivos del experimento «republicano integral» de 1931.
No es honesto.
Aquello fue un batiburrillo de buenos propósitos y de duras y amargas realidades.
Ni entonces ni hoy cabe vivir en libertad si no hay seguridad.
Estamos en el siglo XXI pero sin conseguir desprendernos del todo de las «mugres ideológicas» que tanto envenenaron el ambiente desde el siglo XIX. Me ofrece una relativa confianza el que haya hoy una extensa clase media que conserva memorias de los terribles balances del nacíamos, del fascismo, del sovietismo y de los nacionalismos desbocados.
Salud y saludos.