TRAUKO ZAR Y LA TIA LOLI.

Martes 7 de febrero de 2017

???????????????????????????????Mi aita tuvo nueve hermanos. Viven dos. La menor es María Dolores, a quien todos llaman Loli. Nació en Bilbao en esa casa familiar de la foto. Cuando fueron a la Argentina, y allí pasaron once años, a los hijos les pusieron nombres vascos. Aquí no podían. Mi aitite era de Mundaka, capitán de la Marina Mercante y concejal de su ayuntamiento y allí se fueron pues tenía un tío soltero en la Pampa con miles de hectáreas que quería dejar en herencia a su sobrino. Pero debería tener mal carácter y mi amama, sola en la Pampa, criando hijos, le dijo que  tenían que volver a Bilbao. Y así fue. Se quedaron sin media Pampa, pero vivieron felices en su caserón bilbaíno que era, con tanta chiquillería, un gran batzoki.

Contaba mi amama que yendo en barco con una de sus hijas, Carmen, en el barco iba el poeta Rabindranth Tagore y que ese barco encalló en la boca del Río de la Plata para que el armador cobrara el seguro. Casi se ahogan todos.

Y esta tía Loli cumplió hace una semana 89 años. Y lo celebramos. Y en la foto se nos ve oyendo las explicaciones sobre cómo estaba organizada la casa en aquel caserío Trauko Zar, detrás del Ayuntamiento de Bilbao y al lado de la antigua iglesia del Aneja. Caserío medio Casa Torre, donde allí vivieron años, hasta que tuvieron que marcharse en 1937 a Centelles en Catalunya por motivo de la guerra. Solo quedó la Ama de mi Amama, María Dolores Larrañaga que era de Ondarroa y es la que preservó la casona que tenía árboles frutales de muchas partes del mundo ya que al parecer el padre de mi amama Aurelia José María Hernani, era un sibarita y cultivaba especialidades muy escogidas, ayudado por un morroy entrañable de nombre Edelmiro, teniendo un material de jardinería de lo más sofisticado y del que siempre hablaban. Luego en la postguerra tuvieron una vaca que mi aitite paseaba por el barrio de lo más orgulloso, pues era la leche del día.

Cuando cayó Catalunya se residenciaron en Cambó y volvieron cuando terminó la guerra civil en 1939. La contienda les incautó la flotilla de camiones que tenían y la postguerra que vivieron fue difícil con los hijos varones perseguidos, en campos de trabajo y en el exilio y con el estigma de la persecución y de los antecedentes penales por el nefando delito de ser nacionalistas vascos. Obligados a vender Trauko Zar, la casa familiar por presiones urbanísticas de mala índole, y los terrenos que llegaban hasta la calle Tiboli, pasaron a vivir al Campo de Volantin. Afiliados al batzoki de Matiko, tan cercano a Trauko Zar, toda la familia fue el perejil de aquel lugar de reunión del PNV. ”¡Que menos!-decía mi amama Aurelia-si yo he estado en el funeral de Sabino Arana”.

De todo ésto nos habló la tía Loli el sábado que fue “niña de la guerra” tres años con su hermana Paci en Amberes. Luego ella se casó con Carlos Olabe, que también fue “niño de la guerra “en Inglaterra. Una historia más de las mil historias del nacionalismo vasco perseguido, incautado, calumniado.

Traigo todo ésto a colación por la celebración del 89 cumpleaños de la tía Loli. Es un gusto tener a un familiar que con una cabeza despierta recuerda como si fuera hoy, todo ese mundo de vivencias que los jóvenes de esta generación no tienen y afortunadamente no tendrán, pero es preciso constatar que en aquella generación y en los que sobreviven no hay odio y te cuentan lo vivido como si acabaran de ver una película.

Tiene 89 años y está como una rosa. Prepararemos un buen cumpleaños con los noventa.

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