Lo suyo y lo nuestro

Sábado 4 de noviembre de 2017

En 1977, vascos y catalanes iniciaron caminos distintos hacia el autogobierno. Tan diferentes como algunos gestos. Así, por ejemplo, el lehendakari Leizaola se quedó en el exilio hasta que no fuese aprobado un nuevo Estatuto, mientras que Josep Tarradellas regresó para alborozo de los reformistas del franquismo. El “president” Tarradellas, militante de Esquerra Republicana de Catalunya, murió como “marqués de Tarradellas”.

El nacionalismo catalán optó, en aquellos años, por seguir a Cambo en lugar de a Companys o a Maciá (“Visca Maciá, mori Cambó” se gritaba en los años 1930). Cambó era un catalanista sui generis. Por ejemplo, cuando los bancos catalanes vivían en estado de decrepitud, Francesc Cambo propuso una gran fusión que diese lugar a un gran banco. Este debía abrir decenas de sucursales en toda España para captar fondos que ayudasen a financiar la economía de Catalunya.

Por seguir con la banca: la Caja de Ahorros y Pensiones de Barcelona (la Caixa) compró a Carlos Ferrar Salat su Banco de Europa. En 2012, absorbió Banca Cívica (Caja Navarra, Caja Canarias y Caja de Burgos). Ese mismo año, se hizo con el Banco de Valencia y, luego, Barclays España. La dependencia de la Caixa del mercado español es tan abrumadora su conversión en banco valenciano se explica por si sola.

Con la mentalidad de Cambó (que era de Pujol, Roca y otros en 1977), un sistema de concierto (como el de los territorios forales) presentaba riesgos y responsabilidades y muy pocas ventajas. Catalunya contaba con el mercado español para lo que hiciese falta (“La Generalidad gozará del tratamiento fiscal que la Ley establezca para el Estado”, dice el Artículo 47 del Estatuto de Sau). Hoy el 36 % de la economía catalana depende de España. Es difícil llegar a la independencia política (aspiración compartida) sin independencia económica. Por otro lado, antes y ahora, la caja del dinero (que necesita Catalunya) y que sirve para mantener el autogobierno, no solo está en Madrid, sino que la llave de la misma la tiene el ministro de Hacienda de turno.

Euskadi ha logrado salvar en parte su banca propia que, además, no tiene una dependencia significativa del mercado español. Y en este punto, por ejemplo, se está dando la vuelta a la tortilla. Si en 2001, más de la mitad de las ventas que se hacían fuera de la CAPV (casi un 34 %) se dirigían al mercado español, hoy, ese porcentaje baja ya del 15 por ciento (y es demasiado). Por otro lado, hace años que empresas y bancos “vascos” ya habían trasladado sus sedes (y algo más) a Madrid en los años de plenitud de ETA militar.

En 1979, se aprobaron los dos Estatutos de Autonomía, el catalán y el vasco. El primero, en general, no se diferenciaba mucho de otros estatutos del 151 (Artículo 151 de la Constitución). Sin embargo, en el vasco, se incluye una Disposición Adicional que dice: “La aceptación del régimen de autonomía que se establece en el presente Estatuto no implica renuncia del Pueblo Vasco a los derechos que como tal le hubieran podido corresponder en virtud de su historia, que podrán ser actualizados de acuerdo con lo que establezca el ordenamiento jurídico”. Es decir, que, además de la matraca de los “constitucionalistas embudianos” y además de los derechos históricos de los territorios, hay un PUEBLO VASCO con derechos.

El espíritu de Cambó siguió a lo largo de los años y, en plena égida del felipismo, a CiU se le ocurrió aquello del Partido Reformista o “la operación Roca”. Eran los días, por cierto, en los que el PNV, se desangraba en una terrible escisión interna. “Los catalanes” iban a lo suyo (y hacían bien) y pasaban olímpicamente de lo ocurriera en Euskadi (primus vivere deinde philosophare). No habido grandes gestos solidarios del nacionalismo catalán hacia los vascos. Por ejemplo, cuando los vascos padecimos nuestro particular “155” (aquel gobierno de Patxi López con apoyo del PP de Rajoy y del PSOE), la Esquerra de Joan Tardá (y Josep Tarradellas) le aprobó los presupuestos a Zapatero. Por cierto, en aquel gobierno “del cambio”, estuvo Gemma Zabaleta que, hoy, ha abandonado el PSOE (¿por qué no lo hizo entonces?).

Hay algunos hechos incuestionables. En el castigo a Catalunya, se sigue el modelo franquista de “castigo a las provincias traidoras”. No se castiga a los “traidores” de las provincias. También a los “leales”. Se ha aplicado el 155 contra todos los catalanes, sin excepción. Claro que, a muchos, emborrachados por el nacionalismo joseantoniano, les importa un bledo la autonomía. Y esto sirve, tanto para el PP o los neofalangistas de Ciudadanos, como para el PSOE y los demás. El más rancio de los nacionalismos siempre ha necesitado un enemigo interior o exterior: desde la “pérfida Albión” a los “rojos-separatistas-judíos-masones”, pasando los inmigrantes. Envueltos en la bandera monárquica, eso sí, la misma bandera que sirve para tapar tantas otras cosas, de las que se olvidan u obvian otra vez. Este es otro “golpe institucional” como en el 2009. Por cierto, en estos momentos de unidad de destino en lo universal, el PSOE podría prestarle cinco o seis diputados a Rajoy para que le aprueben los presupuestos de 2018: tres de Susana y tres de Iceta.

El “procés”, legítimo por otro lado, no es un buen ejemplo para los vascos. Ni en su diseño, ni en su desarrollo, ni en su culminación. ¿Todo para acabar en unas elecciones autonómicas, que, encima podían haberse convocado desde Cataluña? ¿Merecía la pena montar un frente de mencheviques y bolcheviques que solo arrastró al 50 por ciento de los votantes? ¿Se puede dar un salto, como el que se pretendía, en la Cataluña de Cambó? ¿Con el Estatuto de Sau? Ni siquiera con el Estatuto reformado (y tumbado por el PP y sus magistrados afines).

El nacionalismo vasco mayoritario no puede obnubilarse con el “proces”. Este país (el vasco) tiene otras prioridades y otros ritmos. La primera prioridad está en el cumplimiento urgente e inmediato de la totalidad del Estatuto de Gernika tal y como se aprobó el 1979 (y no otra cosa) y en el desarrollo de la Disposición Adicional Primera de la Constitución vigente, incluida la bilateralidad. Son la base para avanzar en el autogobierno y, según parece, en plena efervescencia “legalitataria”, contaría sin duda con el respaldo decidido del PP y del PSOE, incluidos Albiol y Borrell, ¿no? Hablamos de legalidad (quizá esté euivocado y se trate de “embudidad”). La segunda prioridad, en paralelo con la primera, tiene que ver con la economía. La economía vasca debe alejarse todo lo que pueda de aquellas especialmente vulnerables, caso de la española. Pero, además, se necesita anclar en el país el tejido empresarial y acceso a recursos financieros no hipotecados por la prima de riesgo española.

Las plataformas ciudadanas merecen una mención aparte. En Cataluña, la Asamblea Nacional y Omnium Cultural terminaron convirtiéndose en vanguardia-dirección que acabó condicionando la actividad de los representantes populares. Esto no es justificación, ni siquiera remota, para el encarcelamiento de sus dirigentes. Los Jordis son los primeros presos políticos desde 1977 no vinculados a dinámicas violentas. Yo entiendo que, en Euskadi, Gure esku dago es “es una dinámica ciudadana. Una iniciativa plural y participativa, que trabaja por el derecho a decidir del pueblo vasco, ofreciendo su apoyo a diversas iniciativas locales”. Ni marca el paso a los partidos ni es marco de frentes. Si fuese así, GED perdería todo su sentido. La participación o apoyo de muchos de nosotros en dicha plataforma se hace (la hago) como ciudadano individual. En modo alguno puede pretender condicionar la estrategia de partidos u otras organizaciones, que es lo que está intentando hacer de nuevo la Asamblea Nacional Catalana ante los comicios del día de Santo Tomás.

La “IA” ha sacado estos días a pasear a José Antonio de Agirre y la cuestión catalana. En fin, lo de siempre: Irujo (PNV) dimitió del Gobierno central en solidaridad con Cataluña (hueco que, claro, fue llenado rápidamente por la Izquierda Abertzale). Pero, Aguirre (PNV), además que las muestras de cariño hacia Companys, no solo mantuvo relaciones con ese Gobierno central, sino que votó la confianza al mismo en la sesión de las Cortes de Figueras y un representante (el diputado Julio Jauregui) ingresó en el SERE, organización de ayuda a refugiados, porque “antes estaba Euzkadi y subvenir las necesidades del pueblo (el vasco) en desgracia”. Y eso es lo que toca ahora: la primera y principal preocupación de los dirigentes vascos debe ser su pueblo.

Koldo San Sebastián

 

 

 

Una reflexión de actualidad

Viernes 3 de noviembre de 2017

El Consejo de Ministros ha aprobado en su reunión de este viernes los proyectos de Ley del Cupo Vasco (la llamada Ley Quinquenal) y de modificación del Concierto Económico, ambas comprometidas en el acuerdo alcanzado entre el Gobierno y el Ejecutivo vasco y pendientes de su envío a las Cortes, donde deberán ser ratificadas .

Lógicamente, el hecho de que esta aprobación haya tenido lugar precisamente ahora, en plena crisis catalana, ha dado lugar a diversas interpretaciones.

Para los que menos nos quieren (a éste y al otro lado de la muga), ésta decisión supone un guiño inequívoco del PP hacia el PNV para retomar sus “excelentes” relaciones, interrumpidas ahora de forma “temporal y circunstancial” por el ruido que está generando el conflicto catalán pero que “volverán a ser tórridas tras el 21 de diciembre”.

Pues bien, para el PNV, esta decisión del Gobierno español es satisfactoria, en efecto, porque es ya el penúltimo trámite para la aprobación de dos leyes muy buenas y necesarias para Euzkadi, pero NADA MÁS. No es un gesto político, no es un guiño a nadie, no es nada. Es, simplemente, un trámite administrativo obligado y comprometido. Aprobarlas era una obligación que había contraído el Gobierno central en su acuerdo con el Gobierno Vasco. Y punto. No le vamos a dar palmaditas en la espalda al PP por cumplir lo acordado. Así que de agradecimiento, nada de nada.

Esta aprobación tampoco va a tener ninguna consecuencia en la NO NEGOCIACIÓN PRESUPUESTARIA con el Gobierno de Rajoy. Llevamos semanas diciendo que es preciso que el Gobierno central dé una solución satisfactoria al problema catalán si aspira a que el PNV se plantee siquiera abrir una negociación presupuestaria.

Lo dijimos hace ya un mes, y lo ocurrido en las cuatro últimas semanas (actuación policial el 1-O, aplicación del 155, detención de políticos catalanes…), lejos de constituir una “solución satisfactoria” al problema catalán, lo agravan y colocan al PNV muchísimo más lejos del PP de lo que ya estaba. Por tanto, es falsa esa interpretación que circula por Madrid según la cual el PNV (y Urkullu), molestos (según esa versión) con el president Puigdemont por el modo en que ha gestionado la crisis catalana, aplaude este 155 “blando” que ha aplicado Rajoy y está por la labor de negociar pasadas las elecciones catalanas.

Nada más lejos de la realidad. Si con alguien está molesto el PNV es con el Gobierno español, no con el Govern de Catalunya. Y, por supuesto, el PNV no cree que el 155 que se está aplicando sea blando: es durísimo. Podrá ser más o menos largo, pero es duro a más no poder. ¿Cómo no vamos a considerarlo duro si ha destituido a todo el Govern y ha disuelto el Parlament? ¿Acaso cree alguien que el PNV va a valorar positivamente tamaño disparate? ¿Acaso alguien cree que el PNV pueda pensar que se dan las condiciones para negociar con el PP cuando hay legítimos representantes de la ciudadanía catalana en prisión?

Ortuzar: “Si el 21-D vuelven a ganar los partidos soberanistas, ya no habrá más: a negociar, a dialogar y a dar la voz al pueblo catalán”.

Jueves 2 de noviembre de 2017

El presidente del EBB advierte a EH Bildu y al PP de que “deberán explicar a la gente” su negativa a negociar los Presupuestos Vascos “por cosas que suceden a cientos de kilómetros de Euskadi”

El presidente del Euzkadi Buru Batzar de EAJ-PNV, Andoni Ortuzar, considera que una victoria de las fuerzas soberanistas catalanas en las elecciones del 21 de diciembre solo podrá tener una consecuencia: “negociar, dialogar y dar la voz al pueblo catalán”. En una entrevista concedida a Onda Vasca, el líder jeltzale ha criticado el hecho de que tanto el Partido Popular como EH Bildu vayan a afrontar la negociación presupuestaria en Euskadi condicionados “por cosas que están ocurriendo a 400 y a 600 kilómetros de Euskadi”. Y, por si fuera necesario recordarlo una vez más, ha asegurado que el Gobierno de Rajoy debe “solucionar de una manera adecuada” la crisis catalana si pretende abrir con el PNV una negociación para los Presupuestos Generales del Estado. Hasta la fecha, ha dicho Ortuzar, la aplicación del 155 es “un disparate, tanto su existencia como su aplicación en estas circunstancias”.

Ortuzar ha lamentado el hecho de que, en el tema catalán, “la Justicia española está cayendo en el error de hacer política y comunicación. Vemos con profundo desagrado que a un problema político se le esté queriendo dar una solución judicial, y además desde una Justicia que está cayendo por esa difícil y peligrosa rampa que es la notoriedad pública”. Y ha expresado su deseo de que el President Puigdemont no sea detenido. “Espero que no. Espero que el President, sabiendo de la dignidad de su cargo y sabiendo lo que representa, haga lo que esté en su mano para defenderse de la mejor manera que él considere oportuno pero, también, para salvaguardar la dignidad de la institución. Él está interpretando en esta obra el papel más complicado. Como persona y como representante de un pueblo, estoy seguro de que está haciendo lo que cree que es lo mejor para su país y para él”.

El presidente nacionalista se ha declarado comprensivo con el hecho de que las formaciones independentistas catalanas vayan a participar en las elecciones del 21 de diciembre, pese a que estas hayan sido convocadas por el Gobierno de Rajoy en virtud de la aplicación del 155. “Yo supongo que el análisis que han hecho es que si hay unas elecciones, hay que participar. El problema catalán se va a solucionar votando, no no dejando votar. Es la máxima que han ido llevando todos los partidos catalanistas a lo largo de este tiempo y ahora, en el último asalto, no van a ser incoherentes con esa petición de urnas que se ha ido haciendo cada vez con más intensidad. Al problema catalán hay que darle solución desde la democracia, desde el diálogo, desde la negociación, y atendiendo siempre a lo que quiere la mayoría de la ciudadanía catalana. Y eso lo vamos a saber el 21. Y si el día 21 vuelven a ganar los partidos soberanistas, pues ya no hay más: habrá que negociar, habrá que dialogar y habrá que dar la voz al pueblo catalán”.

Preguntado si el PNV participará en la manifestación que EH Bildu y unos sindicatos han convocado para este sábado en Bilbao contra la aplicación del artículo 155, Ortuzar ha lamentado que algunos de los colectivos convocantes, “y no me estoy refiriendo a Bildu”, estén haciendo “todo lo posible para que el PNV no esté en esas manifestaciones. A nosotros tampoco es que nos inquiete demasiado. Nosotros tenemos una posición muy clara. Hemos manifestado con rotundidad nuestra oposición al 155. Lo hicimos donde había que hacerlo, que era en el Senado, y lo hemos hecho en todos los ámbitos institucionales. Lo haremos ahora también cuando se plantee en el Parlamento Vasco, en los Ayuntamientos, en Juntas Generales… Ha habido dos manifestaciones recientemente en favor de Catalunya y hemos estado en las dos. Creemos que está muy clara nuestra posición de solidaridad, de cercanía y de respeto a lo que están haciendo las instituciones catalanas. ¿Ellos han querido convocar esta manifestación? Pues perfecto. Nosotros, salvo que a lo largo de estos días pase algo que aconseje una respuesta, no iremos”.

El líder jeltzale ha vuelto a afirmar que en el contexto actual no se dan las condiciones para que el PNV negocie con el Gobierno español la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado de 2018. “Lo sabe el Gobierno del Estado y lo sabe el PP. Y lo sabe todo el mundo porque fuimos muy claros en el Alderdi Eguna. Para nosotros, la defensa del autogobierno de Euskadi es básico, los intereses vascos son básicos. Y también creemos que hace falta darle una solución al tema catalán porque no solo se lo merece el pueblo catalán sino porque es bueno para el mantenimiento dentro de Europa de una estabilidad. Ahora todo el mundo se echa las manos a la cabeza por lo que está sucediendo en el Ibex, por las primas de riesgo, por lo duro que está siendo el reflejo económico de lo que está sucediendo en Catalunya… Por lo tanto, el Gobierno del Estado, antes de ponerse a hablar de Presupuestos, tiene que solucionar de una manera adecuada el tema catalán”, ha sido su respuesta al periodista.

Preguntado también si la cuestión catalana puede condicionar y dificultar la aprobación de los Presupuestos Vascos para 2018, Ortuzar ha querido denunciar la falta de claridad con que tanto el Partido Popular como EH Bildu se están dirigiendo a la ciudadanía en estos primeros trámites de la negociación presupuestaria. “¿No van a entrar a negociar los Presupuestos Vascos por nuestra posición respecto a Madrid o al tema catalán? Sería una incongruencia por ambas partes. Si Bildu da tanta relevancia a lo que está sucediendo en Catalunya y si el PP no quiere negociar con nosotros por la posición que mantenemos en Catalunya, hombre, a Bildu le debiera facilitar eso la situación. Y, por el contrario, si el Partido Popular está tan presionado y tan descontento con lo que está pasando en Catalunya y si aquí, en Euskadi, estamos siguiendo otra vía, debiera también poder negociar con nosotros. Yo creo que no hay que hacerse trampas en el solitario. Aquí hay una negociación puramente presupuestaria, y si alguien la quiere contaminar por factores políticos externos, que lo haga, pero tendrá que decirle a la gente que no entra a negociar los Presupuestos por una cosa que sucede a 400 o a 600 kilómetros de Euskadi”.

Ya habíamos visto dirigentes institucionales en Tribunales pero es que hoy, de golpe, están citados, entre Audiencia Nacional y Tribunal Supremo, 20 dirigentes institucionales. ¿Qué le parece?

En Euskadi sabemos algo de esto porque gran parte de nuestros dirigentes, empezando por el que entonces era Lehendakari, el Lehendakari Ibarretxe, o el Presidente del Parlamento, Juan Mari Atutxa, ya pasaron por ese mismo calvario. Entonces ya sabemos de qué va esto. Cuando surge un conflicto político de esta magnitud, como el que estamos viviendo ahora en Catalunya, siempre sucede que hay tres frentes: está el frente político propiamente dicho, el frente judicial y también el frente mediático, comunicativo, el de la imagen y la pelea por la opinión publica. Lo malo es cuando se mezclan alguno de esos dos frentes con otro y, en este caso, el que tiene un peligro eminente en la mezcla es cuando se mezcla lo judicial con lo político o con lo mediático. Y me da la sensación de que en el tema catalán, la justicia española está cayendo en ese error: está haciendo política de comunicación y haciendo política ahí. Nosotros vemos con profundo desagrado y con evidente malestar el que se esté instrumentalizando así un problema que es eminentemente político, que se le esté queriendo dar un sesgo o una solución eminentemente judicial, y además desde una justicia que está cayendo por esa difícil y peligrosa rampa que es la notoriedad pública.

Los titulares van por delante del agente judicial incluso y van adelantando lo que va a ocurrir, y casi se adelanta que va a haber una euro orden

Si los afectados se enteran por la prensa de sus citaciones, si sabemos lo que va a hacer el fiscal muchas horas antes de que suceda, si sabemos las peticiones, si sabemos… Eso no es compatible con una justicia de calidad. La justicia tiene que ser proporcionada, la justicia es no solo fondo, es también forma, y yo creo que aquí en las formas se está transgrediendo todas las normas del buen funcionamiento de una administración de justicia de calidad.

Se está avanzando una euro orden para arrestar en Bruselas a Carles Puigdemont. ¿Le parece que acabaremos viéndolo?

Pues espero que no. Espero que no. Y espero que el President también, sabiendo de la dignidad de su cargo y sabiendo lo que representa, haga lo que esté en su mano, evidentemente, para defenderse de la mejor manera que él considere oportuno, pero también para salvaguardar la dignidad de la institución.

¿Considera que Carles Puigdemont está actuando, como dice usted, de la mejor manera oportuna?

Él está interpretando en esta obra el papel más complicado, más complejo. Como persona y como representante de un pueblo, estoy seguro de que está haciendo lo que creer que es lo mejor para su país y para él.

¿Todo lo que estamos viendo es lo que está ocurriendo o, como hemos podido comprobar hace solo una semana, por debajo están ocurriendo otras cosas que algún día nos contarán?

Bueno, si estuvieran sucediendo y fueran para bien, mejor no contarlo, y si no suceden, no hay que decirlo.

¿Le consta que pueda haber algún intento? Y ya no voy a decir que sea protagonizado por su partido o alguien cercano…

Yo creo que hay mucha gente con la mejor intención del mundo para intentar que el no sé si bien o mal llamado choque de trenes no se produzca. Lo que pasa es que ya los márgenes se han estrechado muchísimo y las cosas, una vez de que están discurriendo por los raíles judiciales, es casi imposible intervenir.

Algún día alguien nos contará qué pasó el jueves pasado, porque en apenas unas horas se cambió de una convocatoria inminente de elecciones a la no convocatoria, y eso desencadenó el resto de los acontecimientos.

Eso el que lo tiene que contar fundamentalmente es el propio president Puigdemont porque estaba en su mano todo.

Y el papel que jugaron ustedes, ¿lo puede contar o todavía no?

Todavía no.

Pero algún papel sí ha jugado su partido

Sí, bueno, es evidente.

Y ¿estas elecciones que están convocadas son las mismas que hubiera convocado Puigdemont?

Yo me manifesté públicamente a favor de la convocatoria de elecciones catalanas desde la legalidad catalana. Ahora vamos a ir a un escenario de elecciones muy similar al que hubiera sido provocado por una decisión del propio president pero, a mi manera de ver, con dos problemas graves, o con dos dificultades. Uno, que está hecha (la convocatoria de elecciones) sobre la base de una legalidad del artículo 155, que es una actuación excepcional. Y segundo, que ya lo hace (convocar) con los poderes catalanes formalmente destituidos. Yo, si hubiera estado en mi mano y se lo dije en persona al president Puigdemont y luego lo dije en la radio en otra entrevista, yo habría convocado elecciones. Pero respeto, evidentemente lo que hizo él porque esto es intransferible: solo lo puede vivir uno por sí mismo y hay que respetar las decisiones que han ido tomando.

El entorno institucional independentista ha aceptado esas elecciones. ¿No hay una aparente contradicción?

Probablemente en este tipo de decisiones, cuando la periferia no está en el centro ni tiene que tomar las decisiones, tiene mayor margen para ver las cosas con perspectiva, pero cuando estás dentro de la pelea la perspectiva es corta. Yo supongo que ellos el análisis que han hecho es que si hay unas elecciones hay que participar. El problema catalán se va a solucionar votando, no no dejando votar: es la máxima que han ido llevando todos los partidos catalanistas a lo largo de este tiempo, y no va a ser que ahora, en el último asalto, no lo hagan y sean incoherentes con esa petición de urnas que se ha ido haciendo cada vez con más intensidad.

Lo que cambia son las condiciones en las que se acude a las urnas e incluso las amenazas que ya hemos visto de dos destacados miembros del PP, al vicepresidente del Senado y a Javier García Albiol, diciendo que cuidado con lo que sale el día 21 de diciembre porque, si no nos gusta, igual apretamos más el 155

En esa dialéctica por la opinión pública yo creo que ahora el PP y, particularmente algunos de sus dirigentes más asilvestrados como como los que ha citado o como el señor Casado, etc…; ahora se están dirigiendo a su parroquia en España. En Catalunya yo creo que el Partido Popular ha dado por perdidas todas sus opciones y ahora se está concentrando en utilizar el tema catalán para ganar votos en España. Es un error. Creo que es un error porque lo que hay que hacer es dar solución al problema de Catalunya, y hay que darle solución desde la democracia, desde el dialogo, desde la negociación y atendiendo siempre a lo que quiere la mayoría de la ciudadanía catalana. Bueno, lo vamos a saber el 21, otra vez. Si el día 21, otra vez, vuelven a ganar los partidos soberanistas, pues ya no hay más: hay que negociar, hay que dialogar y hay que dar la voz al pueblo catalán

¿Y cree que hay algún tipo de salida a la situación?

Hay que trabajar para que eso sea así.

Y mientras tanto la realidad es que tenemos aplicado ya en vigor el artículo 155 de la Constitución.

Un disparate. Eso es un disparate. El artículo 155 es un disparate en sí: que exista y que se haya aplicado en esta situación.

Hay convocada una manifestación precisamente contra la aplicación de ese artículo 155. De momento, el PNV no está entre los convocantes. No les hizo muy felices, vamos a decirlo, la forma en que se hizo la convocatoria

Yo creo que ha surgido una dinámica entre algunos organismos sindicales y políticos y en el ánimo de algunos de ellos, y no me estoy refiriendo a Bildu, pero en el ánimo de algunos de esos integrantes de ese grupo está que el PNV no esté. Están haciendo todo lo posible para que el PNV no esté en esas manifestaciones o en esas protestas contra lo que está sucediendo. A nosotros tampoco es que nos inquiete demasiado. Nosotros tenemos una posición muy clara. Hemos manifestado con rotundidad nuestra oposición al 155, lo hicimos donde había que hacerlo, que era en el Senado, donde tenía eficacia, donde podía surtir algún efecto nuestra oposición. Lo hemos hecho en todos los ámbitos institucionales. Lo haremos ahora también cuando se plantee en las instituciones: en el Parlamento Vasco, en los Ayuntamientos, en Juntas Generales… Por lo tanto, no tenemos nada que ocultar. Ha habido dos manifestaciones recientemente en favor de Catalunya, a lo largo del último mes, y hemos estado en las dos. Creemos que está muy clara nuestra posición de solidaridad y de cercanía y de respeto a lo que están haciendo las instituciones catalanas. ¿Ellos han querido convocar esta manifestación? Pues perfecto. Nosotros, salvo que a lo largo de estos días pase algo que aconseje una respuesta, pues no iremos. No acudiremos a la manifestación porque no la hemos convocado. Si viéramos que a lo largo de estas 48 horas que restan hasta el sábado, las cosas se precipitan o surge una nueva realidad que necesita una respuesta, nos replantearíamos esta decisión, pero nuestra posición frente al 155 es clarísima de no.

¿Podemos entender que el proceso catalán está provocando en el soberanismo vasco algún tipo de diferencias?

No, lo que pasa que siempre hay pescadores de río revuelto, y aquí ahora hay algún pescador de río revuelto.

¿Pero cómo cree que va a influir en el caso vasco, en la vía vasca, lo que está ocurriendo en Catalunya?

Yo creo que es comprensible que la mayor parte de la ciudadanía vasca vea con mucha simpatía y con mucha solidaridad, y ahora con mucha preocupación, lo que ha sucedido y lo que está sucediendo en Catalunya, pero al mismo tiempo nosotros llevamos unos años marcando un terreno, en concreto el PNV de una manera valiente, muy sostenida en el tiempo, de cuál es la vía vasca al autogobierno. Creo que la mayor parte de esta ciudanía, habrá otros que no, pero una gran gran parte de esta ciudadanía nos ha entendido el mensaje y ahora no entendería que nosotros cambiáramos el ritmo, cambiáramos la vía porque en otro sitio, al que tenemos mucha simpatía y con el que tenemos unos lazos de fraternidad desde hace muchísimos años, están haciendo una cosa distinta a la nuestra. Nosotros tenemos nuestra vía. Se puede ser perfectamente solidario y cercano al proceso catalán y además, al mismo tiempo, promover otra vía distinta de acceso al autogobierno en Euskadi.

¿Y cómo está influyendo todo esto en sus relaciones con el Gobierno de España y con el PP español? Porque últimamente leemos titulares que son llamativos, como que al PNV ya se le está pasando un poco el enfado y dentro de nada van a acordar los Presupuestos.

No, no. Ya lo sabe el Gobierno del Estado y ya lo sabe el PP, y lo sabe todo el mundo porque fuimos muy claros en esta cuestión y mandé un mensaje muy nítido y muy rotundo el día del Alderdi Eguna, que para nosotros es un día muy importante. Para nosotros, la defensa del autogobierno de Euskadi es básico, los intereses vascos son básicos, y también creemos que hace falta darle una solución al tema catalán porque no solo se lo merece el pueblo catalán sino porque es bueno para el mantenimiento dentro de Europa de una estabilidad. Claro, si ahora todo el mundo se echa las manos a la cabeza por lo que está sucediendo en el Ibex, por las primas de riego, por lo duro que está siendo el reflejo económico de lo que está sucediendo en política… a la hora de abordarlo también habrá que tener en cuenta eso. Entonces yo creo que el Gobierno del Estado, antes de ponerse a hablar de Presupuestos, tiene que solucionar de una manera adecuada el tema catalán.

¿Pero tienen alguna vía abierta de diálogo?

No.

¿Y qué pasa con el partido de vuelta, de dónde va a salir el voto que falta para aprobar los Presupuestos Vascos?

Nosotros lo vamos a intentar con todos los grupos. Creemos que hemos puesto encima de la mesa un Presupuesto bueno. Hemos puesto un proyecto de Presupuesto acorde con las necesidades y con los retos que tiene ahora el país y también, gracias a un poquito de mejoría en la economía, con un poquito más de dinero para afrontar con garantías nuevos proyectos. Para garantizar los servicios públicos de calidad que estamos prestando y también para empezar a crecer, desde el punto de vista inversor. Nosotros les vamos a ofrecer a todos. Van a ser ellos lo que nos van a tener que decir cuál es su posición. Nosotros no partimos con ningún apriorismo. El año pasado con Bildu fue imposible porque no quisieron. Se sentaron una vez, pidieron la luna y la luna no se la podemos dar y fue imposible llegar a un acuerdo. Fue posible con un Partido Popular que actuó de una manera muy inteligente en aquel momento, que supo aprovechar aquella oportunidad que dejaba Bildu de silla vacía.

Un Partido Popular que ahora lo tienen ustedes de morros.

Como Bildu. ¿No van a entrar a negociar con nosotros los Presupuestos Vascos por nuestra posición respecto a Madrid o al tema catalán? Pues sería una incongruencia por ambas partes. Si Bildu da tanta relevancia a lo que está sucediendo en Catalunya y el PP no quiere negociar con nosotros por la posición en Catalunya, hombre, a Bildu le debiera de facilitar eso la situación en sensu contrario. Y si el Partido Popular está tan presionado y tan descontento con lo que está pasando en Catalunya y aquí estamos siguiendo otra vía, debiera también poder negociar. Yo creo que no hay que hacerse trampas en el solitario. Aquí hay una negociación puramente presupuestaria, y si alguien la quiere contaminar por factores políticos externos, que lo haga, pero tendrá que decirle a la gente que no entra a negociar los presupuestos por una cosa que sucede a 400 o a 600 kilómetros de Euskadi.

Eso puede desembocar en prorroga de los Presupuestos.

Yo soy optimista y creo que no. Vamos a intentar que sea así.