Jueves 9 de mayo de 2019
¿Por qué Mikel Noval no se lo pide a Maduro?
Mikel Noval, el responsable del Área Social de ELA-STV que estuvo el sábado pasado en la manifestación de apoyo al dictador venezolano Nicolás Maduro por la Gran Vía de Bilbao con Bildu y Podemos, ha anunciado que remitirán a los partidos políticos que se presentan a las elecciones forales del próximo 26 de mayo un documento en el que reclama «un cambio radical» en las políticas para que «prioricen el ámbito social». Entre otras medidas, el sindicato pide impulsar las reformas necesarias para que la política fiscal «se decida en el Parlamento Vasco», el tipo nominal del Impuesto de Sociedades se eleve al 35% y «todas las rentas tributen, al menos, como las de trabajo» en el IRPF.
La credibilidad de Noval es nula por su doble rasero para plantear las cuestiones, su nula sensibilidad ante el dolor humano que se vive en Venezuela, (vascos incluidos) y su sectarismo a la hora de hacer planteamientos serios y de calidad de vida.
Euzkadi debe saber que el chavismo en nuestro país tiene en ELA a una de sus sucursales y que si quiere seguir los derroteros de pobreza, marginalidad, represión y persecución que se viven en Venezuela por seguir esta ideología tóxica tiene que seguir los pasos y recomendaciones de Mikel Noval y su sindicato.
Con el penúltimo Gudari
El pasado domingo y como todos los años, aquel trabajo tan meritorio del incansable Juan Pardo, sigue vivo. Bien es verdad que, tras la muerte del dictador, José M. Ganboa, Anton Ormaza, Josu Pagai y gente sensible a la historia promovieron un pequeño monumento frente al Golfo de Bizkaia donde se desarrolló la batalla de Matxitxako en la que aquellos frágiles bous artillados, lucharon contra el Goliat del momento, el crucero Canarias. Juan Pardo investigó y editó un minucioso trabajo sobre aquella Marina Auxiliar Vasca y cada año organizaba la expedición gipuzkoana que se acercaba a Matxitxako manteniendo viva la llama del recuerdo de aquella gesta.
En la carretera entre Bermeo y Bakio se erigió un monumento en 1979 con la expresiva frase de Walshingan “Porque eran rudos de corazón prefirieron morir antes que rendirse”. Frase rotunda que lo dice todo y que fue sustituida por un monumento que parece el anuncio de una chatarrería. No me gusta nada. En ésto los soviéticos con su realismo, se las sabían todas porque un monumento tiene que ser expresivo y cargarte de emoción. No es el caso. Una pena.
El acto fue sencillo. Se cumplían 82 años de la batalla y el difunto Juan Pardo estuvo bien representado por su esposa, su hermano y su hija que tuvo la intervención principal, junto a Javier Olabeaga, presidente de la Asociación, a su lado. También se encontraba Teresa La Espada, diputada en representación de Idoia Mendia que no suele faltar a esta efeméride, J. M. Atutxa, Irune Zuluaga y el único representante vivo de aquella batalla, un Grumete que tenía a la sazón 16 años y ahora 97. Es de los muy pocos que quedan y que lamenté no le hubieran entrevistado. Él era el protagonista de la jornada junto a la familia de Juan Pardo que siguen cada año con la antorcha encendida y es algo que es digno de ser reconocido.
No estuvieron ni la alcaldesa de Bakio ni la alcaldesa de Bermeo, las dos de EHBildu. No sé que cosa más importante tenían que hacer ese día, pero fue comentado.
Ojalá nos volvamos a ver el año que viene todos con Juan Azkarate de 98 años presidiéndolo todo.
Cuando el marketing tiene más importancia que la seriedad.
Ayer escribí sobre Miquel Iceta y su candidatura a la presidencia del Senado, pareciéndome muy bien. Dicho ésto me parece garrafalmente mal la forma como se ha hecho el anuncio y como se pretende rematar la operación. Y no es la primera improvisación y actuación en plan cacique del gobierno Sánchez.
Lo hizo con aquellos ministros estrella que tuvieron que dimitir, lo hizo tratando de imponer un debate con Vox, lo hizo con los restos de Franco y lo acaba de hacer con Iceta. Y lo seguirán haciendo porque es marca de la casa.
Con cabeza y no actuando sobre la marcha deberían haber presentado a Iceta como uno de los candidatos al Senado por Barcelona en las listas del PSC el pasado 28 de abril. Y hubiera salido y teniendo en cuenta que ser parlamentario del parlamento catalán y ser senador es compatible, no hubiera habido el menor problema. El problema se ha suscitado cuando a alguien se le ha ocurrido nominar a Iceta, a toro pasado, decirle a Montilla que renuncie a su acta de senador para que su escaño lo ocupe Iceta y una vez elegido senador en representación del Parlament de Catalunya ser elegido presidente del Senado.
ERC dijo ayer que como ellos no sabían nada de esta operación, de lo de Iceta, nada. Ahora parece que cambian, y eso les originará un desgaste de imagen, pero el fondo de la cuestión es ¿por qué son tan chapuceros en Moncloa y por qué toman a la gente por tonta creyendo que el dedazo lo arregla todo?.
Pues porque son unos prepotentes de libro.