Las acusaciones de Nelson Bocaranda

Jueves 15 de agosto de 2019

En estos 20 años de gobiernos enfrentados a los periodistas y medios de comunicación libres con palpables evidencias de cierre, expropiación, juicios, detenciones, acoso y persecución, sobrevivir todo ello causa urticaria a los que detentan el poder pero mucho más a sus lacayos y obsecuentes censores partícipes de la llamada hegemonía comunicacional.

Con detalle cuento en mi libro “El Poder de los Secretos” escrito junto a Diego Arroyo Gil (Editorial Planeta, 2015) de mis viajes entre Caracas y Nueva York todos los viernes durante los años 1981 y 1982, con regreso cada domingo, para visitar a la que era mi novia, Bolivia, con quien me casé en 1983. Los pasajes en ese entonces costaban apenas $420, ida y vuelta, bien fuera por Viasa o por Pan American, para ese vuelo de solo 4 horas. Y eran al cambio de Bs.4,30. Al llegar y tras almorzar corría a las Naciones Unidas, donde estaba acreditado como corresponsal de RCTV y Radio Capital, para presenciar las sesiones del Consejo de Seguridad donde se discutía a diario la confrontación que duró 10 semanas entre Argentina y el Reino Unido por las islas Malvinas (Falklands para los británicos). Habiendo trabajado en la ONU como diplomático venezolano en la Misión de Venezuela y encargado de la información a la prensa por casi diez años, tuve una excelente relación con U.N.Television, desde donde hacía transmisiones semanales con sus servicios especiales para VTV propiedad del estado venezolano desde 1974 (cuando compraron la original CVTV que era la privada CVTV y donde también trabajé de 1989 a 1971 como director de prensa y moderador de un programa semanal de entrevistas llamado “En Confianza”). Esa cercanía con el equipo de la televisora de Naciones Unidas me permitía usar sus equipos para enviar vía satélite mis trabajos reporteriles cada vez que se me ocurriera. Conté antes, en mi libro, como desde Fidel Castro hasta Yassir Arafat habían visto algunas de esas transmisiones en La Habana y por ello sucedieron las anécdotas con Fidel allí narradas y el testimonio de aquel venezolano-palestino asistente de Arafat: Hassan Abdel Rahman, delegado de la Organización Nacional Palestina ante la ONU y quien había crecido en Puerto La Cruz.

Pues bien, cuando me quieren acusar en lo que parece un mediocre thriller de espionaje de Hollywood de haber ayudado a Gran Bretaña en su guerra con Argentina por las islas Malvinas en 1982,(tras reírme un buen rato de mis “habilidades como un criollo 007”) reitero que como cada viernes hasta el domingo de ese año 1982 viajaba desde Caracas a Nueva York aproveché en esas diez semanas de la guerra para entrevistar a los cancilleres y embajadores tanto de Argentina como del Reino Unido, así como al Secretario de Estado norteamericano Alexander Haig trayéndome los videos de esos encuentros para colocarlos al aire todos los lunes en el programa Lo de Hoy por RCTV para poder así dar las dos versiones de dicha confrontación. En Venezuela solo se oía la versión argentina pues los ingleses no declaraban nada en Caracas. Tuve acceso como periodista a las sesiones del Consejo de Seguridad y fue así qué en los recesos pude grabar entrevistas con el canciller argentino Nicanor Costa Méndez y su embajador ante la ONU Eduardo Roca. Igualmente al canciller británico Sir Francis Pym y a su embajador Sir Anthony Parsons. Me ufané en su momento que tenía las dos versiones de la guerra pues en Caracas solo se oía la posición argentina pues el gobierno del presidente Luis Herrera le daba su apoyo como casi toda Latinoamérica. La información sobre esos encuentros con los ingleses quedó registrada de forma abierta y sin confidencialidad alguna pues la británica “Ley de Información a sus Ciudadanos” así lo estipula permitiendo acceso a quienes quieran revisarla. Me quieren acusar de ser “agente local de gobiernos extranjeros”. Una farsa mas de quienes nunca han podido descubrir mis fuentes periodísticas que me han permitido siempre estar al día con los venezolanos. Además, en los tuits que puso el diplomático venezolano ante la ONU, acusándome de espía, me da crédito por haber presentado las dos versiones de la noticia sobre “La Guerra de las Malvinas”. Es decir a los argentinos y a los británicos. Allí cita que en el estudio de RCTV, en el programa “Lo de Hoy”, al presentar la entrevista con el canciller británico o su embajador ante la ONU, yo tenía al embajador argentino en el estudio para refutar la versión inglesa y confrontarla con la versión argentina. Periodismo limpio donde las dos partes expresaron sus puntos de vista. El interés de los televidentes por esas entrevistas traídas desde Nueva York fue grande por el hecho de presentar la posición del Reino Unido que aquí nadie había logrado.

Hoy vuelven, además, con lo que llamamos los periodistas un caliche o refrito. Reproducen una vieja información de Wikileaks que hasta la publiqué yo mismo en mi columna Runrunes, en ese entonces en el diario El Universal y en nuestra web http://www.runrun.es/, referente a una información transmitida a su gobierno por el embajador estadounidense en Caracas Patrick Duddy tomada de mi columna de El Universal y de www.runrun.es

Aquí el link https://runrun.es/runrunes-de-bocaranda/runrunes/25629/wikileaks-me-cita-en-cable-cifrado-del-embajador-estadounidense/

Igualmente, información parecida fue publicada dos años antes en 2009 en la misma columna de El Universal. Es decir que no tenía nada de secreto pues era información pública. Mi pecado sería entonces que mi columna, mis Runrunes, mis escritos, sean tan leídos que hasta el embajador de los Estados Unidos los lea y de allí saque sus datos para compartir con su gobierno. No es mi culpa que tenga credibilidad por la seriedad de mis fuentes y por haberme granjeado el respeto no solo de mis compatriotas sino de los de otros países. Creo que aquí estaría el quid de este asunto. El régimen no me perdona desde que di el “tubazo” con la enfermedad de Hugo Chávez y tantas otras informaciones que no han querido se conozcan. Recordemos que hasta a un juicio me llevaron por instrucciones de la Fiscalía General. El interés de las fiscales era saber “cuáles fueron sus fuentes de información sobre la enfermedad del presidente”. Ese organismo tenía en su mas alto cargo a la Fiscal Luisa Ortega Díaz.

Aquí el texto de los Runrunes del 23/11/2009:

COLOMBIA: Varios informes en manos del Gobierno colombiano dan cuenta de la visita y reuniones que guerrilleros importantes, tanto de las FARC como del ELN, sostuvieron en Caracas con la más alta dirigencia del Gobierno bolivariano. Los “combatientes contra Uribe y el imperio gringo” estuvieron protegidos en camionetas blindadas y con suficiente respaldo policial (¿o militar?) en sus desplazamientos por la capital. La coordinación de eventuales acciones contra el Gobierno colombiano, bien con ataques de la guerra anunciada (¿montada solo por los medios?) o con escaramuzas impactantes por parte de la guerrilla en territorio adentro, habría sido la razón del encuentro. Otro documento indicaría las presiones que Fidel Castro -el octogenario está muy recuperado pero un día dice una cosa y al otro la contraria- ejerce sobre el caudillo guerrerista venezolano para que “tiente” más al Gobierno de EE. UU. que al de Colombia y provoque así alguna reacción, pues “tu discurso cobraría credibilidad ante tus seguidores. Ya basta de cuidar la figura de Obama”. De esta forma, Castro, por mampuesto logra detener el acercamiento estadounidense que propicia su hermano Raúl. Chávez, que más de una vez ha amenazado con guerra a los vecinos más importantes en cuanto a historia, relaciones, comercio y familiaridad binacional, quiere hacer alguna refriega para lograr tapar los múltiples y evidentes fracasos de su ¿gestión? de gobierno. El desgano de los supuestos millones de militantes del PSUV, el drama económico y el malestar también creciente en todo el interior del país por las fallas eléctricas y de suministro del agua, son acicate para cualquier locura militar o guerrillera. Los aviones estadounidenses situados estratégicamente en las islas vecinas dan cuenta perfecta de los movimientos venezolanos a los altos mandos colombianos. Esto acontece desde varios años atrás. Lo nuevo es que ahora podrán volar y aterrizar en las bases y aeropuertos neogranadinos. He allí la angustia chavista…¿APRESTO?: Más documentos demuestran el deterioro del equipamiento de la fuerza militar bolivariana. Tan solo hay 8 pilotos para los 20 aviones F-16; los tanques de guerra siguen sin batería -¿le echarán la culpa al Imperio por no vendérselas?- y trajeron unas de Rusia, que costaron una millonada en dólares, pero que no sirvieron al tratar, infructuosamente, de adaptarlas; tampoco los radios de esos tanques funcionan y el equipo que ordenaron comprar apenas sucedió el otro fallido simulacro con Colombia no lo instalaron -¿o se perdió?- y por lo tanto la comunicación será a través de celulares fácilmente interceptables, como ya se demostró a través de YouTube&

Aquí el link: https://laprotestamilitar3.wordpress.com/2009/11/23/nelson-bocaranda-sardi-runrunes/amp/

Como periodista con 57 años de ejercicio profesional en mi pais me he cuidado siempre de informar solo verdades y en el caso de haber cometido un error con alguna información he estado presto a su aclaratoria o el derecho a rèplica. De alli la confianza por la ética y la integridad en mi trabajo que tengo de mi audiencia en los tres medios donde participo: Exitos FM, VivoPlay.net y Runrun.es.

Gracias a Ustedes…

Patxi Lezea, Gudari alavés

Miércoles 14 de agosto de 2019

Fue un  gudari alavés de los que dejan huella. Se llamaba Francisco Martínez de Lezea, “Patxi Lezea” para  sus muchos  amigos.

Falleció  en Gasteiz, y por última voluntad no quiso  nada de publicidad, nada de esquelas, sólo el silencio. Murió  como vivió, trabajando por su gran causa vasca en silencio, sin alardes y sin esperar nada a cambio. Por eso es bueno tráele al recuerdo.

Hijo de un conocido industrial pirotécnico de Vitoria, hizo su carrera de ingeniero industrial en Bilbao y Barcelona. Se distinguió  a partir del año 1932, dentro de las actividades deportivas de Euzko Gaztedi Kiroltzalea, especialmente en pro de la natación y del ciclismo que eran sus aficiones favoritas. Hizo muchas amistades solidarias dentro de Euzko Gaztedi. Cuando salió de la cárcel, después de la guerra, con otros amigos formó  la Federación Vasca de Natación, en contra de la opinión de muchos.

El día 18 de julio de 1936, como miembro destacado que era del PNV cuando iban a detenerle las fuerzas franquistas,  un amigo le avisó que iban a por él  aquella noche y por monte, se escapó de Gasteiz llegando hasta Mondragón, desde donde se trasladó a Donosti y se presentó en casa de un afiliado del PNV . Al día siguiente se puso a disposición del PNV para ir donde hiciera falta.

Al reorganizarse las fuerzas vascas en Bilbao ,tras la creación en Gernika del Gobierno Vasco, fue nombrado comandante de gudaris del Cuerpo de Ingenieros y cuando el militar  traidor Alejandro Goicoechea, el del Cinturón de Hierro y en el franquismo diseñador del Talgo, se pasó a las fuerzas franquistas  con los planos del Cinturón de hierro, el Lehendakari José Antonio Aguirre, le encomendó con otros “arreglar” lo que el otro había dejado.

Al llegar a la ocupación de las tropas franquistas fue hecho prisionero y juzgado  injustamente en Santoña  siendo condenado a muerte y estuvo en el penal del Dueso de donde salió hacia 1942 en libertad provisional.

Después y siempre dentro de las filas del PNV, trabajó en la clandestinidad a las órdenes del fallecido Ajuriaguerra, y al morir el Lendakari José Antonio Aguirre con quien le unía una gran amistad, fue a San Juan de Luz y tuvo el honor de ser uno de los que levó el féretro del Lendakari a su última morada. Al regresar a Vitoria fue detenido por la Policía porque ésta ya tenía en su poder las fotos del entierro de San Juan de Luz y de los que le habían acompañado. Y asistido a la jura de Leizaola como nuevo Lehendakari en 1960.

Trabajó también mucho por el deporte, especialmente por la natación y como ingeniero hizo muchas obras deportivas. Construyó la primera piscina que se hizo en Gasteiz que fue la de Judizmendi, fundando el club del mismo nombre que todavía existe, aunque la vieja piscina ya ha desaparecido. Colaboró técnicamente en la construcción del velódromo de Anoeta donostiarra, construyó las piscinas de Igarondo (Tolosa), la de Bergara, la del Goierri y otros más y tenía presentado un proyecto deportivo muy importante para la ciudad de Irún.

Se casó con Juli García, campeona de natación y tuvo tres hijos que también fueron nadadores y de los que se sentía muy orgulloso.

Su hermana Paz Lezea (Vda. De Bibiano Larramendi, conocido médico tolosarra, también gudari, y que como él estuvo en el penal del Dueso, en circunstancias similares) fue quien dio la noticia de su fallecimiento  indicando que  no se habían puesto esquelas por deseo expreso de él, pero que avisaba solamente a algunos amigos. No quería publicidad, y, pasado el tiempo, conviene recordarle como un arabarra de pro, al que honramos su  memoria de  gran amigo y gran gudari a la vez que luchó por Euzkadi.

El Fiscal y el informe fascista de Fungairiño

Martes 13 de agosto de 2019

Eduardo Fungairiño (Santander 1946) falleció en Madrid el pasado 30 de junio. Fue un jurista español, ex fiscal de la Audiencia Nacional, conocido por sus sentencias y sus polémicas siendo reconocible porque desde los 19 años usaba silla de ruedas por un accidente de tráfico que le causo paraplejia.

Ha pasado mes y medio de su fallecimiento y, respetando el dolor familiar, conviene recordar un episodio protagonizado por él con objeto de evidenciar cómo funcionaba y cómo funciona  la justicia española.

Vayamos a 1997.

Eran los tiempos en los que se juzgaban las dictaduras de Chile y Argentina. Nunca la española y ante un informe contrario a la investigación de aquellas torturas y asesinatos  el  fiscal jefe de Cataluña, José María Mena, califi­có  de «fascista y vomitivo» el documento re­dactado por el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Eduardo Fungairiño, en el que aseguraba que las juntas militares de Chile y Argentina pretendieron «una sustitución temporal del orden constitucional» en aquellos países. Mena aseguró que ese do­cumento, cuya autoría fue atribuida a Fungairiño por el fiscal general del Estado era «rigurosamente sobrecogedor» y le producía «una grandísima tristeza».

El máximo representante de la fiscalía en Cataluña abogó por­que «los verdaderos demócratas desenterremos nuestra radical actitud antifascista» y censuró «el entorno sociológico» que apoya las tesis del fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Eduardo Fungairiño.

Mena recordó que la postura de Fungairiño fue respaldada por otros seis integrantes de la Junta de Fiscales de Sala del Tri­bunal Supremo, quienes se pro­nunciaron en contra de la com­petencia de la Audiencia Nacio­nal para instruir los procesos por desaparición de ciudadanos es­pañoles bajo las dictaduras de Chile y Argentina. Otros cuatro fiscales se pronunciaron a favor  y tres se abstuvieron.

«No hay que olvidar que los fascistas son pocos, pero están ahí», declaró Mena en alusión a la decisión adoptada por sus compañeros y abogó por la nece­sidad de «desempolvar el traje antifascista y llevarlo siempre puesto».

Para el fiscal jefe de Cataluña, nos encontramos ante la «necesi­dad de reforzar una dimensión demócrata que está archivada». En esa línea, Mena apeló a que «los demócratas de verdad, los cotidianos, desentierren su radi­cal actitud antifascista».

Según José María Mena, lo más triste de las manifestaciones de Fungairiño es que «no es una declaración aislada», sino que cuenta con el apoyo de la cúpula de la carrera fiscal. Ante esta si­tuación, Mena señalo que espera «que sean muy pocos los que es­tén ahí».

El fiscal jefe de Cataluña ase­guró que una ley de punto final «es incalificable, desde el punto de vista ético y democrático, aquí y en Argentina», con lo que también dejó claro su total opo­sición a medidas de gracia para los condenados españoles por cualquier tipo de terrorismo o por delitos económicos, aunque matizó que «son casos dife­rentes».

Eduardo Fungairiño había advertido  que se opon­dría a las investigaciones españo­las sobre la dictadura argentina «en la medida en* que las trans­gresiones cometidas no pueden calificarse de genocidio porque no se orientaron respecto de una raza, religión, nacionalidad o etnia determinada».

También señaló que no po­dían ser considerados delitos de terrorismo porque el «extermi­nio de la disidencia» no tuvo por fin la subversión del orden cons­titucional ya que, «no cabe olvi­dar que las Juntas Militares no pretendían sino la sustitución temporal del orden constitucio­nal establecido, mediante acta institucional que tenía por obje­to, precisamente, subsanar las insuficiencias de que ese orden constitucional adolecía para mantener la paz pública.

Esto ocurrió en diciembre de 1997. Y, conviene recordar estos hechos que ilustran bien el sego de la justicia española y el por qué están encarcelados los jóvenes de Alsasua.