Miércoles 14 de agosto de 2019
Fue un gudari alavés de los que dejan huella. Se llamaba Francisco Martínez de Lezea, “Patxi Lezea” para sus muchos amigos.
Falleció en Gasteiz, y por última voluntad no quiso nada de publicidad, nada de esquelas, sólo el silencio. Murió como vivió, trabajando por su gran causa vasca en silencio, sin alardes y sin esperar nada a cambio. Por eso es bueno tráele al recuerdo.
Hijo de un conocido industrial pirotécnico de Vitoria, hizo su carrera de ingeniero industrial en Bilbao y Barcelona. Se distinguió a partir del año 1932, dentro de las actividades deportivas de Euzko Gaztedi Kiroltzalea, especialmente en pro de la natación y del ciclismo que eran sus aficiones favoritas. Hizo muchas amistades solidarias dentro de Euzko Gaztedi. Cuando salió de la cárcel, después de la guerra, con otros amigos formó la Federación Vasca de Natación, en contra de la opinión de muchos.
El día 18 de julio de 1936, como miembro destacado que era del PNV cuando iban a detenerle las fuerzas franquistas, un amigo le avisó que iban a por él aquella noche y por monte, se escapó de Gasteiz llegando hasta Mondragón, desde donde se trasladó a Donosti y se presentó en casa de un afiliado del PNV . Al día siguiente se puso a disposición del PNV para ir donde hiciera falta.
Al reorganizarse las fuerzas vascas en Bilbao ,tras la creación en Gernika del Gobierno Vasco, fue nombrado comandante de gudaris del Cuerpo de Ingenieros y cuando el militar traidor Alejandro Goicoechea, el del Cinturón de Hierro y en el franquismo diseñador del Talgo, se pasó a las fuerzas franquistas con los planos del Cinturón de hierro, el Lehendakari José Antonio Aguirre, le encomendó con otros “arreglar” lo que el otro había dejado.
Al llegar a la ocupación de las tropas franquistas fue hecho prisionero y juzgado injustamente en Santoña siendo condenado a muerte y estuvo en el penal del Dueso de donde salió hacia 1942 en libertad provisional.
Después y siempre dentro de las filas del PNV, trabajó en la clandestinidad a las órdenes del fallecido Ajuriaguerra, y al morir el Lendakari José Antonio Aguirre con quien le unía una gran amistad, fue a San Juan de Luz y tuvo el honor de ser uno de los que levó el féretro del Lendakari a su última morada. Al regresar a Vitoria fue detenido por la Policía porque ésta ya tenía en su poder las fotos del entierro de San Juan de Luz y de los que le habían acompañado. Y asistido a la jura de Leizaola como nuevo Lehendakari en 1960.
Trabajó también mucho por el deporte, especialmente por la natación y como ingeniero hizo muchas obras deportivas. Construyó la primera piscina que se hizo en Gasteiz que fue la de Judizmendi, fundando el club del mismo nombre que todavía existe, aunque la vieja piscina ya ha desaparecido. Colaboró técnicamente en la construcción del velódromo de Anoeta donostiarra, construyó las piscinas de Igarondo (Tolosa), la de Bergara, la del Goierri y otros más y tenía presentado un proyecto deportivo muy importante para la ciudad de Irún.
Se casó con Juli García, campeona de natación y tuvo tres hijos que también fueron nadadores y de los que se sentía muy orgulloso.
Su hermana Paz Lezea (Vda. De Bibiano Larramendi, conocido médico tolosarra, también gudari, y que como él estuvo en el penal del Dueso, en circunstancias similares) fue quien dio la noticia de su fallecimiento indicando que no se habían puesto esquelas por deseo expreso de él, pero que avisaba solamente a algunos amigos. No quería publicidad, y, pasado el tiempo, conviene recordarle como un arabarra de pro, al que honramos su memoria de gran amigo y gran gudari a la vez que luchó por Euzkadi.