Domingo 4 de agosto de 2019
Es
verdad. Las cosas ya no son lo que eran. Ni en la familia, ni en la
comunicación, ni en las vacaciones, ni en el ocio, ni en la Iglesia, ni en los
partidos políticos, ni en el fútbol. Todo ha cambiado. No darse cuenta de ello
anuncia un buen coscorrón.
Lo
hemos visto en las elecciones del 26 de abril y del 28 de mayo. La gente se
moviliza o se queda en casa en función de mil motivaciones e impactos, que
antes no contaban, y solo deja claro que el dueño del voto es él o ella. Antes
no era así. En tiempos de la II República, Victoria Kent y varias
sufragistas no querían se aprobara el voto de la mujer porque decían estaban
influenciadas por el confesor o el marido. Afortunadamente Clara Campoamor
logró en histórica votación que todos los ciudadanos, independientemente de su
sexo, pudieran votar.
En
Florida hay un candidato a Sheriff cuya oferta electoral es: «Présteme su
voto, que yo se lo devolveré aplicando la ley en forma efectiva».
Además
de que es un slogan que «suena bien», la oferta tiene una
significación conceptualmente importante. Veamos:
1.-
«Présteme su voto» reconoce que el dueño del voto es el ciudadano y
no el candidato.
2 – «Présteme
su voto» establece que el voto, al ser algo que se presta, es algo que por
lo tanto puede ser retirado en próxima ocasión por el votante.
3.-
«Présteme su voto» admite una relación directa entre el elector y el
candidato. Establece un compromiso cuantificable por parte del aspirante a ser
electo. No con el partido político al cual pertenece. No con el gobierno. No
con los que le han financiado su campaña. Sí con el elector.
A
los partidos políticos que han gobernado estos últimos cuarenta años se les
olvidó hace tiempo que los votos de los electores son «prestados».
Que son los ciudadanos y no los «cogollos» los que deben elegir. Que
los errores políticos y administrativos cometidos en los últimos años, se pagan
en las urnas y, que, la forma de pagarlos, será «devolviéndole» el
voto al ciudadano, para que éste se lo «preste» a otros.
Se
acaba de estrenar una serie dedicada al padre de Fox News ,el conservador Roger
Ailes donde promueve un canal de televisión que en un principio se planteaba
como un canal que buscaba ofrecer información justa y equilibrada sin embargo
rápidamente se transforma en el contrapeso ideal para hacer frente al
liberalismo de la CNN.Y para atraer aún más al público opta por alejarse de la
ética y abraza una fórmula más cercana a los tabloides con la manipulación y
los excesos bien servidos manera espectacular y llamativa. Solía repetir:
«la gente quiere ver sus problemas y sus creencias reafirmados y
amplificados, no confrontados. La gente no quiere estar informada, quiere
sentir que está informada».
Es
lo que resumía Máximo en una aguda viñeta en 1998. Era uno de sus diálogos típicos
que decía:
«-Lo importante ahora es ganar las
elecciones
-¿Para qué?.
-Para estar de nuevo en el poder.
-¿Para qué?.
-Para hacer cosas.
-¿Qué cosas?.
-No perdamos el tiempo discutiendo. Lo importante ahora es ganar las
elecciones».
Y
claro, para eso hay que manipular la realidad. Pero ya el votante no traga
ruedas de molino. Y, sobre todo, sabe que el voto es suyo y que lo presta según
convenga. Pero hay gentes que todavía no se han enterado.