Macron, cal y arena en Cracovia.

Jueves 6 de febrero de 2020

No me gusta todo el discurso europeo de Macron sino algunos de sus puntos aunque le reconozco que por lo menos lo esboza. De Sánchez, que trabajó en Bruselas no sabemos casi nada sobre este particular.

Y digo esto porque el presidente francés, Emmanuel Macron, afirmó  en Cracovia que «la Unión Europea no es sólo un mercado común, sino también un conjunto de valores que Polonia también debe respetar».

Dijo una obviedad y sacó  a pasear los criterios de los padres europeos para, después de la guerra mundial, poner en marcha la Unión que nació como un mercado.

«Quizá en Polonia algunos tienen la impresión de que se puede aprovechar la parte de Europa que más conviene; es decir, el mercado común, los fondos y la política estructural, a la vez que se mantiene distancia frente a lo que no gusta: valores, principios europeos y el aspecto político. Esto me parece un error», afirmó Macron durante una conferencia en la Universidad Jaguelónica de Cracovia.

Correcto. Esto no es el menú del día donde te dan a elegir entre cuatro cosas y a precio asequible. «La Unión Europea no es sólo un mercado en el que nos podemos olvidar de los valores. Si así fuera, entonces no habría unidad europea y surgirían los conflictos», advirtió.

El presidente francés evitó referirse directamente a la polémica reforma judicial promovida por el Gobierno polaco, una medida criticada desde la Unión Europea que la considera contraria al Estado de derecho y a los principios democráticos.

Este silencio de Macron hablando de Europa denota tacticismo porque en Madrid haría lo mismo y no abordaría el tema catalán y vasco más que desde la óptica del palo, constitución, jueces y tente tieso. Ahí, su discurso patina.

De hecho, la Comisión Europea ha acusado en numerosas ocasiones a Varsovia de politizar el poder judicial, mientras el Ejecutivo polaco sostiene que su reforma es necesaria para superar un sistema de justicia «ineficiente y anclado en la estructura heredada del periodo comunista».

En este sentido, Macron defendió el papel de la Comisión Europea, encargada de «defender los principios de la integración europea».

Contra el revisionismo histórico

En relación con este asunto Macron fue valiente. El presidente francés también quiso recordar  en Cracovia que «Polonia no es responsable del comienzo de la II Guerra Mundial, sino que fue su víctima», en alusión a la honda controversia causada por una declaración en ese sentido del presidente ruso, Vladímir Putin.

«Polonia fue quien sufrió la mayor cantidad de víctimas durante el conflicto en relación con su población, eso es un hecho científico e histórico comprobado», dijo Macron.

Salía así al paso de las palabras de Putin quien, en diciembre pasado, aseguró disponer de documentos que demuestran que Polonia había mantenido una alianza con la Alemania de Hitler antes de 1939, algo que provocó las iras de Varsovia.

De hecho, Macron alertó ante aquellos «que quiere reescribir la historia», y reconoció que a Rusia le gustaría «reinterpretar» la II Guerra Mundial «y culpar a la nación polaca»:

El mandatario galo aprovechó su presencia en la universidad más antigua de Polonia para destacar «la hermosa historia de independencia y libertad protagonizada por el pueblo polaco».

«La historia polaca es una historia de coraje. Me refiero al coraje de figuras como Lech Walesa, Bronislaw Geremek, Jacek Kuron, Adam Michnik, el sacerdote Jerzy Popieluszko, Jacek Wozniakowski, Kornel Morawiecki y tantos otros», dijo.

«La nación polaca es una nación valiente, llena de inventiva y espíritu emprendedor, una nación que ama la poesía y la tradición, así como una nación profundamente europea», añadió el político francés.

Crisis demográfica, en el origen de los extremismos

En su análisis sobre la situación de Europa, agregó que «algunos países europeos han perdido una cuarta parte de su población desde 1989», y subrayó que es en aquellas regiones donde se ha vivido el peor escenario demográfico donde se ha creado un caldo de cultivo para la proliferación de partidos políticos extremistas.

«A eso se suma la emigración de jóvenes, muchas veces las personas más preparadas y con más talento, fuera de Europa», recordó.

En su opinión, una forma de lidiar con esta situación es ver a Europa no sólo como «un gran mercado», sino «como una comunidad política».

Macron también se refirió a la «crisis ecológica» y la necesidad de que Europa lidere el proceso contra el cambio climático para que otros países como Rusia y China «sigan el ejemplo europeo».

En Polonia, un país donde el carbón tiene aún un papel protagonista, el político francés pidió «cambios», y aseguró que «con la ayuda de Europa, la sociedad polaca podrá llevar a cabo una transformación energética efectiva».

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *