Jueves 27 de febrero de 2020
Javier Salvador comenta que:
“Ha quedado evidente la forma que tienen Otegi y cia. de reírse de EUSKO ALKARTASUNA, ALTERNATIBA, ELA, LAB, las bases y todo el conglomerado de simpatizantes de Bildu..”
Registran la candidatura antes de que acabe el plazo de votación el miércoles mientras cacarean que «La propuesta de Iriarte, Jasone Agirre y Mikel Otero como cabeza de lista será sometida ahora a votación de las bases, que tienen hasta el jueves a medianoche para ejercitar su derecho a voto».
Primero se cocina el pavo y luego se le somete a votación.
Sortu es el Gargantua de Bildu y para ello no tienen más que hacer gala de ese principio leninista de que el fin justifica medios. Montaron Bildu para engañar al personal y dar la impresión que eran una plataforma de partidos. Nada más lejos de la realidad. Es como meterse en un pantano de arenas movedizas y ser tragado por ellas.
Bildu solo se reduce a Sortu y solo se obedece a los Comisarios que serán reforzados ya que en la candidatura además de Iker Casanova, el jefe de Jarrai, aparece Arkaitz Rodríguez el Comisario Jefe. Los demás, chicos y chicas, son los Ángeles de Charlie movidos por la mano misteriosa de un Arnaldo que se va a dedicar a la política de estado. Dicho por Maddalen Iriarte.
En estas listas desaparece Miren Larrion, se ve que no tienen confianza en ella, y Larraitz Ugarte, una parlamentaria que al parecer tampoco goza de la confianza de los Comisarios.
Se ha visto que de todos los partidos el menos democrático es Sortu que ha hecho las listas y las ha impuesto.
El PP ha sido teledirigido desde Madrid y Podemos lo mismo. Pero Sortu ha engañado a sus socios que pintan menos que Maximino en Haro. Les da un sitio de consolación y santas pascuas.
No está nada mal que la gente sepa estas cosas.
¿Alguien puede creer que la izquierda abertzale ortodoxa no intentaría fagocitar a las demás marcas políticas que entraron en Bildu? Yo no lo creo. EA y la escisión esa de IU liderada por Matute no son más que marcas estéticas que Sortu utiliza para vender su proyecto en Madrid. Pero ya no son partidos políticos. Tras el fin de ETA, no hay espacio más que para dos expresiones abertzales: la liberal y la populista. Lo que ha habido siempre. Punto final. La pregunta es, ¿matará el PNV su vertiente liberal para ir a la manumisión nacional? Espero que no.
Lo me me molesta es que por los «txantxullos» del PNV o cagadas como la de Zaldibar esa vertiente populista que durante tantos años aplaudió, minusvaloró o dejó de lado la violencia siga viva, aunque ahora (a Dios gracias) sólo hagan política con los votos y no con las botas. Ahí están, a punto de sacar 18 escaños. Pues la gente debería entender que a pesar de la crisis mundial, de los coronavirus, de los robots y todas esas cosas que nos dicen nos llevan a la distopía, hay espacio para el pensamiento liberal y social que fundamentó el mundo tras la WWII. Espero que así sigamos. Y espero que los partidos que se engloben en ese pensamiento hagan esfuerzos para adaptar el mundo y el propio pensamiento a la realidad actual. Si no, caeremos en brazos de los Le Pen, Salvini, Orban, Putin, Maduro, Puigdemont… O incluso en cosas peores.