Miércoles 13 de mayo de 2020

El año pasado estuve en el Batzoki de Abando cuya dirección inauguraba un mensaje visual colocado en su fachada de la calle Henao de Bilbao en relación con el Lehendakari Leizaola. Fue una muy buena idea que se ha repetido este año. Estando allí saludé a varios jelkides, entre ellos a Patxo Navea quien me comentó que su aita estuvo en la capilla ardiente del Lehendakari Agirre en la casa de Monzón y como ayer hablé de eso, ha tenido la gentileza de hacerme llegar dos fotografías que ilustran este comunicado y que para mí eran desconocidas. Su aita es uno de los que lleva el féretro con la txapela en la mano. Le he agradecido su gentileza. En este sesenta aniversario cobran especial interés:

Terminando esta serie, hoy publico el comunicado del Euzkadi Buru Bbatzar ante el inesperado fallecimiento del Lehendakari. Imaginémonos que estamos en 1960, muere la gran referencia institucional vasca y la dictadura de Franco en pleno desarrollismo se afianza internacionalmente. Todavía le quedaban quince años de dictadura, dato que los burukides no podían saber. Lo que si sabían es que había nacido un movimiento liderado por jóvenes que ante la asfixiante situación en la que se vivía en Euzkadi y al calor de las revoluciones cubana y argelina, comienzan a cuestionarlo todo y plantean la acción directa, algo que iba a mover desde sus cimientos a un exilio y a dictadura de manera sustancial.
He aquí el comunicado del Euzkadi Buru Batzar.
El brusco fallecimiento en el exilio del Presidente del Gobierno de Euzkadi, José Antonio de Agirre, ha sumido a la opinión vasca en un sentimiento de profundo dolor. La larga vida política del Lendakari estuvo totalmente consagrada a la lucha por las reivindicaciones de su pueblo. Todos los vascos saben con cuánta energía, decisión y ejemplaridad, con cuánto espíritu de sacrificio, el Presidente Agirre fue el luchador esforzado en esa batalla.
Ha muerto en ella, en el cumplimiento de su deber, como murió nuestro Maestro Sabino, como murieron tantos gudaris en los montes de Euzkadi, como saben morir en la guerra y en la paz los defensores de Jaungoikoa eta Lege Zarra.
La figura del Lendakari Agirre ha entrado en la historia. El cariño y el respeto de todos los vascos van tejiéndole ya la leyenda de exaltación que merece su personalidad. «Civilización cristiana, libertad vasca, justicia social», han sido el resumen del programa que el Presidente Agirre se fijó y son ahora el testamento que debemos cumplir.

La inmensa reacción producida en el país por la muerte del Presidente Agirre, las imponentes manifestaciones religiosas y políticas que se están desarrollando en su memoria en toda Euzkadi muestran con evidente claridad la decisión del pueblo vasco de continuar la obra de quien fue el Presidente de su primer Gobierno. Ante Aguirre muerto en la expatriación, los ciudadanos vascos han sentido el irresistible impulso de continuar su labor, de expresar inequívocamente la decisión de seguir su ejemplo. Las masas populares han encontrado en esta desgracia nacional el estímulo para manifestar de manera abierta y con valentía el ímpetu de su honda emoción. José Antonio de Agirre ha muerto exilado y Euzkadi vibra en un vigoroso afán de incontenible vitalidad colectiva. Los funerales por el Lendakari Agirre han dado ocasión a los vascos que residen en tierra vasca y a los que están desperdigados en tierras extranjeras por todos los continentes, para reafirmar la confianza en sí mismos, para manifestarse en plebiscito de adhesión a una causa, la de su propia libertad como hombres y como pueblo.

Aguirre fue patriota ejemplar y la actitud del pueblo ante su fallecimiento demuestra la validez permanente y actual de la doctrina de nuestro partido, el Partido Nacionalista Vasco. Esa doctrina, veterana y siempre nueva, sigue expresada y confirmada en nuestro lema tradicional: «Jaungoikoa eta Lege Zarra». Jaungoikoa, porque recoge como hecho nacional la solidez de la conciencia religiosa de nuestro pueblo, con respeto y tolerancia para los hombres de otras creencias o de otros pensamientos. Lege Zarra, porque seguimos entendiendo, ya la experiencia de los últimos tiempos nos lo confirma que el progreso de Euzkadi está sólidamente fundado en la tradición. La «ley vieja», nuestra «naturaleza antigua», los Fueros, dieron a la nación siglos de libertad civil. Aquel régimen que vivieron como hombres libres, como ciudadanos dignos, alabeses, bizkainos, gipuzkoanos y nabarros, fue escuela de democracia en la que todavía hoy podemos encontrar las bases de nuestra colectiva vida futura.
La libertad no supone para los nacionalistas vascos el aislamiento egoísta, la insolidaridad con los demás pueblos. Nuestra conducta comprueba esta afirmación. El Partido Nacionalista Vasco ha mostrado muchas veces su afinidad de ideales con los movimientos que hoy dirigen espiritualmente la vida del mundo. Nuestro partido fue precursor de los que siendo cristianos y demócratas como nosotros, iniciaron y sostuvieron la lucha contra los gobiernos de dictadura. Cuando esa resistencia se hizo guerra, nuestra conducta en la contienda nos dignificó ante los ojos de aliados y de enemigos.
Cuando tras nuestra guerra y la guerra mundial hubo que seguir resistiendo en casa y colaborando fuera con las grandes corrientes universales, el Partido Nacionalista Vasco ayudó a revivificar la democracia y la libertad en el mundo. Como estuvimos y estamos en la avanzada del progreso social. Como estuvimos presentes desde el principio y lo seguimos estando en los trabajos por la organización de Europa y en todos los esfuerzos por la paz mundial. Como asistimos con plena simpatía a la emancipación de las naciones jóvenes.
El Partido Nacionalista Vasco no vive de recuerdos. Ni las desgracias ni los laureles detienen su acción. Sobre la base del ayer que nos legaron nuestros antepasados, somos un movimiento formado por hombres del presente con aspiraciones para el mañana. Trabajamos sobre la opinión vasca para hacer de la futura Euzkadi una nación de vanguardia en todos los terrenos. Nuestra inquietud inmediata es borrar los efectos y hasta los recuerdos de la guerra fratricida que el pueblo vasco tuvo que vivir para defenderse de una agresión tan criminal como injusta. Nuestro deseo es restablecer la cohesión de la ciudadanía vasca para que toda ella se ponga al servicio de nuestra empresa que, por ser nacional, no excluye a ningún compatriota ni a ningún habitante de la tierra vasca. Si nuestro anhelo es de libertad nacional es porque estamos convencidos de que poseyéndola podremos hacer un país mejor para todos y podremos también servir mejor las obligaciones de colaboración entre pueblos que la vida actual impone a todas las naciones del mundo. El fracaso del supercentralismo que la tiranía nos ha impuesto nos acucia más en ese afán de vida política propia.
No podemos renegar de nuestros principios en el momento en que José Antonio de Agirre nos falta, en una ocasión, además, en que la juventud vasca vive con entusiasmo nuestra doctrina y sufre por ella. Nuestro deber sigue siendo el de fomentar en todo momento, por difícil que sea, la supervivencia de nuestras características nacionales, de las que la cultura, especialmente la lengua, es la que mejor define nuestra peculiaridad. Hay que crear la mística del Euskera, principalmente en el seno de las familias vascas. Todo ciudadano vasco tiene el ineludible deber de oponerse a cualquier intento de desvasquización y de trabajar con fe y con ardor porque esas características se refuercen y se extiendan en todo el área del país. La revalorización de ese caudal sagrado ha de impulsarnos a encontrar fórmulas, desde un punto de vista nacional, para los problemas sociales y económicos que, además de ser propios, están entroncados en la vida del mundo. Ello nos lleva a colaborar con lealtad y con eficacia en las empresas que tienen por objeto buscar solución al terrible drama político que la Península viene padeciendo.
El Partido Nacionalista Vasco, sin renunciar a ninguno de los derechos imprescriptibles de la nación vasca, que siempre proclamó, ha apoyado desde el primer momento el programa de la autonomía, punto de coincidencia de las fuerzas políticas del país, que fue aceptado por el pueblo y refrendado por su conducta inequívoca desde su aprobación, programa que es fórmula concreta de gobierno propio y procedimiento eficaz de administración de los intereses colectivos. Esa manifestación de unión vasca por la autonomía se ha impuesto y ha sido comprendida por las organizaciones democráticas españolas y por todos los españoles de buena fe, y es un factor de estabilidad del futuro Estado en su evolución interna e internacional.
Los pueblos de Cataluña y Galicia, que siguen junto al nuestro el camino de sus reivindicaciones propias, tendrán siempre en nosotros unos aliados cordiales y decididos a darles pruebas de solidaridad activa.
Para resolver los problemas que nos son propios y los que nos afectan juntamente con los demás, no hay más camino que el del esfuerzo diario, el esfuerzo organizado de todos los vascos que se sienten verdaderamente vascos.
José Antonio de Agirre ha muerto. Jesús María de Leizaola, Vicepresidente del Gobierno Vasco, ha asumido el cargo de Presidente con el apoyo unánime de los partidos políticos y organizaciones sindicales, y de la voluntad del pueblo expresada de manera manifiesta en la patria y en el exilio. El Gobierno de Euzkadi sigue su marcha. Jesús María de Leizaola es un patriota de gran corazón, de grandes conocimientos y de merecida fama nacional e internacional. El Partido Nacionalista Vasco, como las demás organizaciones del país, presta su máximo apoyo al nuevo Lendakari de Euzkadi para que siga y concluya la obra de restauración patriótica iniciada por José Antonio de Agirre. El nuevo Presidente prestó juramento ante el cadáver de su antecesor en el cementerio laburdino de San Juan de Luz. Euzkadi-Buru-Batzarra os pide a todos, y ordena a sus afiliados, que apoyéis con el mayor entusiasmo a la más alta autoridad de la nación vasca y está seguro de que así lo haréis.
VASCOS
Van pasando los días difíciles del largo calvario de Euzkadi por su libertad. Reforcemos la unión vasca que José Antonio de Agirre tanto contribuyó a forjar. La solidaridad sin límites entre todos los afiliados, la disciplina y una atención plena a las decisiones de las autoridades deben ser las normas de esta hora. Todos, y particularmente la juventud, tienen campo abierto para probar su generosidad, su abnegación y su espíritu de sacrificio.
La opinión patriota gana adeptos cada día. El adversario aún convencido de su propio fracaso, presenciando impotente su desintegración sigue, sin embargo, en pie y continúa sojuzgando a la patria. Debemos precipitar su caída por todos los medios precisos.
A ese esfuerzo llamamos a todos.
COMPATRIOTAS
El pueblo vasco está conquistando el porvenir. Vamos al triunfo siguiendo las lecciones de nuestro Maestro Sabino de Arana-Goiri y cumpliendo la voluntad de José Antonio de Agirre, Primer Lendakari de Euzkadi.
¡GORA EUZKADI AZKATUTA!
EUZKADI-BURU-BATZARRA
ABERRI EGUNA 1960
