Viernes 5 de enero de 2024
Xosé Estevez, historiador, profesor universitario, escritor, intelectual, activista de Galeuzka, amigo de siempre, acaba de leer el libro “España. ¡Qué País Mikelarena!”.
Me escribe y dice:
Excelente libro que retrata perfectamente lo que hierve en el cocidito madrileño, una ciudad estado, sumidero de las energías periféricas, que están siendo sometidas a una economía colonial y territorios de sacrificio.
Esta visión está extraordinariamente descrita en el libro.
Estilo fluido, ameno, ágil, que salta de la anécdota a la reflexión y al consejo y de éstos a la anécdota como método ilustrativo y didáctico. Y todo ello adobado con frases brillantes como que el elefante hay que comerlo poco a poco a mordiscos y no de un bocado y otras consideraciones parecidas.
Es de agradecer la mención siempre de Galicia al mismo nivel que Catalunya y Euskadi y la extensa cita del gran Castelao que sigue vigente.
Coincido en la apuesta por Galeuzka permanente y más en concreto de cara a las próximas elecciones europeas.
Hay un trastoque de letras entre Castelao y Cortesao. Castelao no participó en el proyecto de Comunidad Ibérica de Naciones. Sí lo hicieron Luis Araquistain, Manuel de Irujo, Cortesao y Carles Pi Sunyer. Ekin editó un libro con las cuatro intervenciones.
En resumen, un libro absolutamente necesario para entender las claves de la política española pasada, presente y futura.

Para que Galeuzka tuviera éxito de verdad, se necesita de la unidad de todos los que anhelamos cambiar el marco jurídico político. No hacemos nada juntando a PNV, Junts y vete a saber quien en Galicia.
La idea es estupenda, aunque no auguro un gran éxito en Galicia. Y habría que pensar muy bien la estrategia, ya que muy diferentes grupos formarían parte de ello. Es decir, que somos como los suníes y chiitas, dificilmente nos pondremos de acuerdo en unos mínimos. Y esos mínimos no dejarían de ser mínimos pero muy importantes, consolidación del sistema democrático y participación en la economía de mercado actual. Eso sí, tratando de sensibilizar y conseguir mejores condiciones a los que lo pasan mal, no confundir con arreglar la vida a vagos y maleantes.
Ongi izan