Tres disparos y una chaqueta agujereada en la Casona de Cabo Mayor.

Domingo 7 de enero de 2024

Hace quinces días, aquí en Deia, se publicó un artículo que escribí sobre la vieja Casona de Cabo Mayor en Santander donde vivió el Lehendakari Agirre y su gobierno casi dos meses antes de salir definitivamente al exilio. La Casona El Bohío está abandonada, cubierta de maleza y enredaderas, su interior deteriorado, pero en pie. Solo haría falta una decisión para reconvertirla en un punto de interés de la Memoria histórica reciente y una referencia de lo que significaron aquellos dos meses de derrota. Conté como la había estado viendo con el entonces presidente Miguel Ángel Revilla y mi hermano Koldo y como la alcaldesa de Santander le dio largas al Lehendakari para que no fuera a verla en aquel momento. Tras aquella visita en 2020 y la  publicación he recibido  varios correos del propio Santander, donde el asunto interesa y he visto reavivado el debate en la capital de Cantabria, recogido en Diario.es y el propio Revilla me ha escrito unas líneas completando datos sobre su juventud en Bilbao y terminando así: ”Volviendo al tema que te preocupa. El PNV y el Gobierno Vasco tienen fuerza suficiente para pedirle a Núñez Feijóo que es quien manda aquí, una solución. Nada me gustaría más que esa casa fuese una referencia para los vascos en recuerdo de esos tremendos días (casi dos meses) previos a la llegada de la dictadura. Todo lo que esté de mis manos sabes que contáis conmigo”.

Es de agradecer su disposición ahora como lo fue antes. De hecho su partido llevó al pleno de la Corporación en 2022 una moción para rehabilitar esta Casona y que no corriera la suerte que habían tenido el teatro Pereda, la muralla carlista de la Calle Alta, el Cabildo de Arriba, el castillo de Corbanera y la batería de Cabo Menor, ya desaparecida o en avanzado estado de descomposición tras muchos años de desatención por parte de las autoridades municipales. La moción fue aprobada por unanimidad, pero no se ejecutó. El actual portavoz del PRC, Felipe Piña, ha recogido el testigo y ha llevado al pleno la cuestión, recordando que la propuesta estipulaba la recuperación y puesta en valor del edificio y la finca colindante, con un concurso de ideas previo para decidir el uso cultural que se le daría.

El drama que se vivió.

La fotografía que ilustra este escrito fue obtenida en el batzoki de Matiko en tiempos de la República. Pueden verse a María Jesús Benito, Amelia Acedo, Hilario Bilbao, Libe Anasagasti, Andima Orueta y Miren Anasagasti.

Completo esta historia, pues Txema Montero me comentó la terrible situación que habían vivido algunos vascos como consecuencia de un asesino apellidado Neila y que se llevó la vida de su familiar Jesús M. Biziola.

Euzkadi es pequeña y en 2019, había coincidido en Radio Euzkadi con la Consejera de Sanidad Nekane Murga. Nekane, muy amable, me relató cómo  su ama había sido cuidada por mi tía Libe cuando, tras caer Bilbao un grupo de familias se refugiaron en Guriezo. Tras mil aventuras, muy duras, las familias en barco llegaron al puerto de La Pallice. Mi tía Libe, hermana de mi aita y con tan bonito nombre sabiniano, era novia del periodista Andima Orueta, jefe de política del diario Euzkadi y superviviente del bombardeo de Durango. Es la que está a su derecha con ese abrigo de solapas.

Estando Andima con  ellas en Guriezo, y ante el avance de los sublevados, les dejó para ir a Santander a buscar alojamiento al grupo de familias pues Guriezo no reunía condiciones. No le volvieron a ver nunca más. Fue asesinado. Todas estas historias me vinieron a la cabeza cuando visitamos el monumento cercano a la Casona, que allí está en forma de cruz y con una figura tratando de agarrarse a la roca. Revilla nos dijo que por allí despeñaron a monjes trapenses y a muchos más entre ellos a muchos vascos, republicanos y personas de derecha de Santander por gantes asesinas comandadas por un socialista de nombre Manuel Neila que, curiosamente se fue al exilio en el avión El Negus y murió en México sin pagar sus más de cien crímenes de esos días de horror.

Los principales motivos de queja del Lehendakari Aguirre desde la Casa de Cabo Mayor obedecieron a la detención y hasta el asesinato de varios ciudadanos vascos a manos de agentes de policía santanderinos. El propio Aguirre lo expresó de esta manera en un informe que remitiría al presidente de la República, Manuel Azaña, meses después para explicar las razones por las que había sido derrotado el Frente Norte durante la Guerra Civil:

«Al mismo tiempo comenzaron a llegar noticias bien desagradables. Habían sido asesinados varios vascos. Yo mismo soy testigo del espectáculo macabro que ofrecían cerca de las peñas cinco cadáveres desnudos recientemente asesinados. Esto cerca de la casa donde el Gobierno Vasco vivía en Santander, en el Cabo Mayor. Llamé al General Gámir. Le hice presenciar el espectáculo. El General se indignó con este motivo. Aquello no podía tolerarse.

La chaqueta americana de uno de los asesinados estaba en el jardín de nuestra casa con el agujero de la bala que lo había cruzado. Era el médico de San Sebastián, señor Zabalo. Así desapareció el redactor del periódico «Euzkadi», señor Andima Orueta, y los empleados del Departamento de Comercio y Abastecimiento, señores Gorostiaga y Lasa. Fue también asesinado el Jefe de Impuestos de la Diputación de Bizkaia, don Juan Luis de Biziola. Todos ellos hombres lealísimos al servicio del Gobierno Vasco y huidos del terror fascista. Así también fueron asesinados dos jóvenes socialistas vascos, en Torrelavega, y el afiliado a Izquierda Republicana, señor Quilez, en Santander. Todos ellos lo fueron por los llamados policías, talmente asesinos a sueldo. Más tarde un grupo de jóvenes socialistas mataban a su vez en Torrelavega a dos policías. No recuerdo en este momento si eran los mismos o eran otros de los que habían asesinado a sus compañeros. No hablamos de detenciones porque sería hacernos interminables. Consignemos sólo la arbitraria detención de don José de Rezola, Secretario General del Departamento de Defensa de Euzkadi, conducido a los calabozos a pesar de haber mostrado los documentos acreditativos de su personalidad. Le dijeron que aquello de nada servía”.

Es más, esta oleada de actos violentos iba a afectar, según el Lehendakari, incluso a la sede del Gobierno Vasco en Santander: «[…] era voz pública la fama de quienes cometían estos crímenes y eran señalados como autores de múltiples de ellos. Había algunos de éstos que merodeaban en las cercanías de nuestra casa, a la cual se atrevieron un día a lanzar tres disparos, algunos de cuyos impactos estaban a la vista de todos».

Como se ve la Casa que visitamos con Revilla tiene esta y otras muchas historias.

Revilla, tras visitar el Bohío, nos llevó  al Faro, construido en un acantilado a cuarenta metros de altura del mar abajo y que además de Cabo Mayor es conocido como el Faro de Buena Vista, construido en 1833. En 1941 se construyó el monumento que como consecuencia de la ley de Memoria Histórica se le han borrado sus inscripciones. Es verdaderamente impresionante.

Ojalá el Lehendakari Urkullu pueda completar su mandato recuperando con Gogora esta referencia con tantas vivencias como se ha hecho con el conocido como Palacio de la Puente en Trucíos, más conocido como La Casa Grande, ya que el legítimo Gobierno Vasco de 1936, presidido por Agirre sesionó por última vez en tierra de su demarcación y donde el Lehendakari emitió su ya famoso Comunicado donde decía que” el pueblo vasco puede mirar al futuro con ilusión, su alma nos pertenece, nuestra conducta es la suya. Volveremos a recobrar el suelo de nuestros padres para restaurar el idioma escarnecido, la ley ultrajada, la libertad arrebatada”.

Viste lejos Lehendakari. Perdiste aquella batalla, pero no la guerra. Ahora solo queda recuperar de alguna manera tu última mansión para poder organizar una ruta, no de la derrota, sino del resurgimiento vasco, a pesar de que ya no pudiste volver nunca más al lugar donde naciste. Que ojalá se haga.

7 comentarios en «Tres disparos y una chaqueta agujereada en la Casona de Cabo Mayor.»

  1. Aranzadi y Euskal Prokspezio Taldea han realizado la segunda fase de exhumación en el cementario de Zornotza de la mayor fosa común en tamaño encontrada en Euzkadi. Los restos de los cinco últimos milicianos y gudaris allí enterrados durante el genocidio franquista han estado olvidados casi cincuenta años desde la muerte del asesino. No es como para estar orgullosos salvo las familias de las victimas del terrorismo franquista y las dos entidades citadas.

  2. Como otras veces, gracias iñaki, por contarnos vivencias de
    nuestra historia » reciente» ..ya que aunque han pasado mas de 80 años , son coetaneas de nuestros padres o abuelos.

    Lo de los asesinatos de neira ( si son ciertos ,que me temo lo son) , muestra que tambien en el bando republicano, se cometieron asesinatos ..y hay que asumir la realidad.

    Me uno a tu peticion de que pueda iñigo urcullu, recuperar la casona de santander en el marco de la ,memoria historica.

    Dos apendices:

    Creo que el pnv ( ortuzar y resto..) no lo hizo bien en las formas de propiciar el relevo de urkullu es mas..creo que debia haber seguido siendo el candidato en las próximas elecciones..hace falta en la politica, personas serias y responsables

    Es de agradecer , la simpatia que siempre muestra revilla por lo vasco…

  3. Gracias Iñaki, por recordar estos terribles momentos, y estos asesinatos, algunos, también sin intervención franquista. Mi aita contaba que, precisamente en Santander( o en algún lugar de Cantabria, ya que toda se llamaba Santander, unos milicianos le dijeron que, “ cuando acabemos con estos, empezaremos con vosotros, “ Vascos Vaticanistas”. “ Nunca lo he olvidado, y veo que estas palabras se confirman en las memorias , que no hay que olvidar, y que tú recoges. Que tengas suerte y que el Lehendakari Urkullu, junto con Gogora, pueda hacer alguna gestion al respecto.

  4. Historias que deben seguir vivas en nuestro recuerdo, ojalá se pusiese empeño en ello!

  5. En la guerra, tanto en la victoria como en la derrota es donde se plasma la personalidad de mucha gente. Lo mejor y lo peor. Mi aitite fue uno de los miles de vascos que huyeron a Cantabria tras la caída de Bilbao. No era un “mandria”, era de los que nunca abandonaron la “nueve largo”. Su última pistola, que siempre la tuvo oculta y a mano, la tiró mi amama a la ría cuando falleció, en los años setenta del siglo pasado. Lo poco que contaba de su experiencia en Cantabria era dantesco. Las patrullas de “valientes de retaguardia” hacían racias y extorsionaban a familias supuestamente pudientes o/y de derechas. Lo de la memoria histórica está muy bien, pero TODA, TODA LA MEMORIA HISTÓRICA.

  6. Pues ya que hay alguno que oide «toda la meoria histórica2 es bueno saber que nazis españoles y rumanos van a montar un «aquelarre» neonazi en Majadahonda el próximo 14 de Enero con el pretexto de homenajear a dos fascistas rumanos que participaron en el genocidio franquista. Los «valientes de retaguardia» siguen ahí. Hay que guardar en la memoria toda la Historia, incluso el papel de Santander en la victoria franquista y en la posguerra. Yo por ejemplo recuerdo muy bien una excursión escolar del colegio de mi hija cuando tendría unos 10 años durante la cual ,que visitaron Ramales de la Victoria y en la que chavales santanderinos insultaron a las niñas llamándoles terroristas y asesinas. Hoy esta excepcionalidad sería un delito de odio, pero tampoco tendría ninguna consecuencia penal porque la memoria democrática está muy pachucha en España.

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