Domingo 10 de marzo de 20
Ayer comenté las palabras de la candidata republicana, al despedirse de su candidatura. Pidió a sus seguidores en las Cámaras que sean líderes, no seguidores ni mucho menos aplaudidores. En esta sociedad mediática donde no conocemos los nombres de casi nadie, viene bien recordar lo obvio.
Dos amigos han hecho estos comentarios, que reproduzco, porque me parecen de interés y vienen bien:
Y dice Jon:
Los futuribles me recuerdan a lo que está de moda en el Athletic. La gabarra. Ya se han hecho las pruebas de flotabilidad, el día de la celebración y hasta cuántas embarcaciones van a acompañar a la gabarra.
Todavía sin haber jugado la final.
Pues aquí, hay quienes dais por descontado que ganará Bildu todavía sin haber jugado el partido. Y en base a eso empiezan las especulaciones.
Si perdiese el Athletic (la Virgen de Begoña no lo va a permitir), frustración para todos.
Si ganase EAJ frustración para los que habéis votado en contra
Ocupémonos de remar para que las siglas EAJ ganen la partida. Es lo que toca
Dice Javi.
Vivimos un mundo en que el obrero se cree que hace su trabajo mejor como él piensa que como le manda su jefe, en que el enfermo se cree que se sabe medicar mejor que el médico, el padre de los alumnos más listo que el profesor, el aficionado de un equipo mejor seleccionador que el entrenador, y el ciudadano sabe gestionar mejor la seguridad policial que la policía.
En realidad, todo esto pasa porque tenemos un modelo de gestión napoleónico del siglo XIX en que se desarrolla la administración pública pero sin participación ciudadana.
Hay que crear un nuevo modelo de gestión con mucha más participación social. El modelo de gestión política de los partidos se está demostrando ineficaz para ganarse la confianza de la ciudadanía.