Jueves 21 de noviembre de 2024
Mañana viernes se colocará una placa en el lugar donde fue asesinado Joseba Goikoetxea por ETA hace 31 años, en 1993. Su muerte causó un gran impacto.
Solo comentar que ¡ya era hora!. Lo he pedido hasta en cuatro oportunidades en asambleas en el Batzoki de Matiko ya que él y Genaro García Andoain estaban afiliados en esta Organización Municipal. Incluso una vez que fue el alcalde se lo pedí directamente. Nunca es tarde si la dicha es buena, pero es preciso agilizar la toma de decisiones cuando el objetivo es tan evidente. Reconozco que renuncié a seguir insistiendo al ver excusas, falta de criterio y argumentos peregrinos como argumento cuando, incluso se estaban poniendo placas, ante otras víctimas de ETA.
Conocí a Joseba Goikoetxea en clandestinidad. Por propaganda ilegal estuvo encarcelado en Carabanchel junto a los militantes del EAJ-PNV, Carlos Zarraga y Antón Landa. Fueron los últimos que sufrieron prisión bajo el franquismo del PNV. Salido de la cárcel trabajó en una empresa de recogida de botellas de Galdakao utilizada como tapadera.
La salida del PNV de la clandestinidad no se entiende sin Joseba trabajando directamente en la organización de las asambleas municipales, devolución de los batzokis, reparto del Euzkadi, visión por grupos de la película Los Hijos de Gernika.
El 1 de abril de 1976 preparábamos el Aberri Eguna a celebrar en Iruña y editamos el Euzkadi haciendo el llamamiento para acudir a la concentración en Iruña y lo imprimimos en un piso que nos había alquilado Sabin Zubiri cuyo ascensor bajaba al estacionamiento abajo. Tras imprimirlo los metimos en el ascensor tan felices y bajamos los paquetes al garaje y allí nos esperaban cinco policías que nos detuvieron y llevaron a la comisaría de María Muñoz donde estuvimos tres días y tres noches encerrados. Llevaban siguiendo a Joseba desde su salida de Carabanchel y ahí caímos con todo el equipo.
A Joseba y a Bingen Zubiri les pegaron pero yo esgrimí mi pasaporte venezolano y pedí la presencia del cónsul y afortunadamente, salvo amenazarme e insultarme, no me hicieron nada. Al tercer día nos llevaron a los juzgados en un furgón y al salir del mismo allí estaban Xabier Arzalluz y Elisabete Bizkarralegorra en calidad de abogados del Partido. Nos tomaron declaración y cada semana debíamos presentarnos, cosa que no hicimos. La transición comenzaba y al aparato represor no le pareció importante cumplir el requisito. Luego supe que seguíamos en los archivos policiales como personas peligrosas por separatistas. Lo supe pues robaron en la oficina de Iberia y las empleadas, entre ellas una prima mía, al enseñarles fotografías de peligrosos delincuentes allí estábamos los tres.
A partir de nuestra detención y salida trabajamos al unísono en todo lo que he comentado y tras ser elegido yo burukide del BBB en 1977 le llamé para que desde la oficina que montamos en la calle Marqués del Puerto organizamos el Partido en Bizkaia distribuíamos los Euzkadis. Tuve pues una estrecha relación con él hasta que su vocación le llevó a la Ertzaintza llegando a Sargento Mayor y persona de confianza del Consejero Luis Mari Retolaza.
Y Joseba estaba afiliado en Matiko como Genaro García Andoain que murió tiroteado por ETA en Ubidea en 1986 cuando trataba de liberar al empresario jelkide Lucio Aginagalde. No sé por qué no se ha hecho esa doble colocación de placa. Hubiera enfatizado el hecho de dos jelkides, servidores públicos, asesinados por ETA.
Genaro vivió en el Campo de Volantín y llegó incluso a sufrir un ataque de la extrema derecha de la entonces Fuerza Nueva quienes con una escalera quisieron llegar al balcón de su casa. Los extremos pues se tocan.
Se ha tardado mucho tiempo en la organización de este acto y se ha perdido una buena oportunidad para haber hecho una jornada narrando sus vidas y su entrega, destacando como ETA mataba asimismo a personas del EAJ-PNV.