Domingo 22 de diciembre de 2024
A dos días de la Navidad, y a nueve de acabar 2024 nos llega 2025 cargado de incertidumbres, promesas, expectativas, nubarrones y destellos de sol. Me fijo, por evidente cercanía, entre otras fechas en la del 10 de enero en Venezuela que será clave. Edmundo González Urrutia ganó limpiamente las elecciones el 28 de julio pasado pero Maduro, sin enseñar las actas, se aferra al poder. Veremos si la presión internacional logra que quien legítimamente ganó asuma la presidencia. Cosas más difíciles acabamos de ver. Nadie daba un duro por la oposición siria y en once días un ejército asesino y torturador ha caído como una torre de naipes. En Venezuela, aunque el ejército y la presión cubana están petrificados, ojalá ocurra algo parecido. Difícil, pero como bien dicen Edmundo y María Corina “Hasta el final”.
El PNV y JUNTS, frente a un incomprensible PSOE, el jueves 12 pidió libertad y democracia en aquel país tan cercano para los vascos y nadie se explica el por qué Sánchez sigue sin reconocer a Edmundo González Urrutia tras describirlo en septiembre como “un héroe al que España no va a abandonar”. Palabras. La alargada sombra del nefasto Rodríguez Zapatero es parte de esta falta de sindéresis. El mismo Rodríguez Zapatero que nombró a un corrupto como Raúl Morodo como su embajador en Caracas y quien acaba de ser condenado en la Audiencia por corrupción junto a su hijo. Lo advertimos y denunciamos en control parlamentario. No se nos hizo ni caso. Lo mismo que EITB que jamás informa sobre lo que le ocurre a los vascos de aquel país, ni a sus periodistas, ni a los dos bizkainos secuestrados no dando ni un segundo de información de lo aprobado en el Congreso el jueves 12.
Nos dice Pedro Sánchez que el año que viene se cumplen 50 años de la muerte de Franco y que hay que hacer muchas cosas por recordarlo. No me parece mala la intención pues las nuevas generaciones desconocen cómo fue aquel horror. Pero asimismo en 2025 el EAJ-PNV cumple 130 años. Cuando un partido cumple 130 años no es la aventura de un loco o una organización pasajera. Es la demostración de una vital necesidad vertebradora en una sociedad y de que alguien vio lejos, conectó con su gente a la que despertó y, sucesivas generaciones han ido cogiendo el testigo. Se cumplen asimismo 45 años del primer Parlamento Vasco, fecha redonda para recalcar como nació entre tiros, manifestaciones, crisis varias, gracias a que ese partido vertebrador apostó por la política y marcó un camino. Hoy quienes lo desecharon y ahora lo transitan a regañadientes no se atreven ya a minusvalorarlo. Confío que la Mesa de la Cámara se tome en serio esta efeméride. Si no lo hacemos los partidos democráticos, no lo harán los partidos antisistema. Y se cumplen asimismo 65 años del fallecimiento en su exilio de París del primer lehendakari José Antonio Agirre que personifica un estilo de hacer política en las duras y en las pocas maduras. Política con principios. Apostando por un futuro con memoria. Con valores, con entrega, con generosidad. Marcando un cierto modelo de actuación, que se está difuminando.
En estos años el sedimento autoritario que yacía en nuestra sociedad y en las profundidades de algunas almas asoma por todas partes. Quizás por no haber sido combatido a fondo con una labor pedagógica constante, tenaz, bien argumentado y muy abierta en sus cauces para que fluya en ella la participación popular, donde en la práctica diaria los vascos aprendamos a ejercer nuestros derechos y a cumplir con nuestros deberes que también existen aunque ELA-LAB los desconozcan. En esto no solo estos sindicatos disolventes y a la contra quieren marcar en todo la política a los electos. Analícese el ejemplo Darpón ya que ellos tienen la primera responsabilidad en su cese actuando como partidos políticos, sin haber sido elegidos, empeñados en seguir el camino inverso al que se proclamó en 1977 porque toda organización política, además de vertebrar la sociedad, es el primer canal de participación popular, hoy en crisis.
EL TEAM DEL EXITAZO
El pasado jueves 5 de diciembre, al calor del 46 aniversario de la aprobación constitucional, tuvo lugar un acto formal en el Congreso de los Diputados. Fue de justicia. Se trataba de reconocer a quienes fueron diputadas y senadoras constituyentes en 1977. En total 27 de 350. El PNV no tuvo ninguna representante. Pronto rectificó. Solemnemente pusieron ese día una placa con sus nombres, en la misma sala donde están los cuadros de los miembros de la ponencia constitucional, todos hombres, aunque falta Arzalluz ya que se nos excluyó de la ponencia con aquella ”aguda” visión de estado que nos dejó fuera de la inicial discusión.
La política es también recuerdo, reconocimiento, simbología. Aquí se nos dice a todas horas que la cadena no se rompe pero por ejemplo, no hay ese reconocimiento en el Parlamento Vasco de las mujeres que fueron elegidas en 1980. Concretamente cuatro del PNV (Inmaculada Boneta, Ana Bereziartua (GB), Begoña Amunarriz, Maite Saez de Olazagoitia), y, de HB (Itziar Aizpurua).
De aquel eficaz “team” del PNV de ocho diputados quedan con nosotros Andoni Monforte, Marcos Vizcaya, Iñigo Agirre, Kepa Sodupe y Josu Elorriaga quien sustituyó a Juan de Ajuriaguerra en agosto 1978, tras su fallecimiento. No hubiera estado nada mal que se les hubiera preguntado a éstos diputados cómo actuaron en el Congreso con la discusión constitucional hace 46 años. Lo hicieron francamente bien. Sabían lo que hacían. Para sus interlocutores, salvo Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, la calle Príncipe de Vergara en Madrid era la de un Borbón más. No tenían ni idea que se trataba de Baldomero Espartero, uno de esos espadones hispanos al servicio de la monarquía isabelina, habiendo sido regente de Isabel II, quien con el general Maroto, había protagonizado el “Abrazo de Vergara”, que más que un abrazo fue toda una traición, algo que le sonaba a música celestial a Abril Martorell por UCD y a Alfonso Guerra por el PSOE factótums de la negociación constitucional y ahí estuvo la clave de uno de los éxitos de aquella proeza en base a la reintegración foral plena como derecho originario. El “team” del PNV, les volvió locos. Ellos de historia del XIX, no sabían absolutamente nada.
En la fotografía les vemos en el Alderdi Eguna de 1977 en Aralar, a Arzalluz, Agirre, Oregi (senador), Vizcaya, Ajuriaguerra, Zabala (senador), Sodupe y Bujanda. Faltan en la imagen Cuerda y Monforte. Es la fotografía de un instante importantísimo que debería ser recordado cada año como obligación pedagógica. Si no se hace, con el tiempo veremos que aquellos dos éxitos como la Disposición Adicional y la Transitoria Cuarta que posibilita la unión de Navarra con la Comunidad Autónoma Vasca, y la posterior devolución del Concierto para Gipuzkoa y Bizkaia, será un éxito de Bildu y que Arzalluz, Unzueta, Vidarte, Irujo con los ya mentados, solo pasaban por allí, aunque lo hicieron todo.
INCULTURA HISTÓRICA
Un comentarista me decía ayer que “la IA gana mucho voto joven que no tienen ni idea de lo que ha hecho cada cual hace décadas por la construcción nacional. Ni les importa. Esta falta de memoria colectiva penaliza al PNV ya que no se valoran méritos pasados y beneficia a Bildu a la que su pasado de destrucción nacional ya pasa poca factura”.
Totalmente de acuerdo. Pero esta dura realidad tiene responsables y no menor, y lo repito, EITB que es un Ente público que dedica horas a hablar de Aldama y los sucedidos menores de la Villa y Corte y nos hurta información vasca para los vascos. Lo acabamos de ver en este aniversario constitucional, fecha propicia para informar y dar datos de un pasado que puso en marcha el futuro y la actual realidad. Lo mismo sobre el 45 aniversario del regreso del exilio del Lehendakari Leizaola con todo lo que aquello significó tras la pérdida de una guerra, represión, muerte en el exilio del Lehendakari, Juicios de Burgos, nacimiento de ETA y vuelta del exilio de Leizaola para entregar las llaves de una legitimidad al entonces Presidente del Consejo General Vasco, Carlos Garaikoetxea en Gernika. Ni un segundo de recuerdo.
Y ante eso, si lo seguimos permitiendo, no nos quejemos. Xabier Intza me lo decía: “Creo que la sociología explica la falta de interés por la historia y los valores en los tiempos actuales. Desaparecidas las generaciones que vivieron aquellos acontecimientos y «superadas», aparentemente, las dificultades que generaron sus consecuencias, transitamos una sociedad del bienestar en la que lo inmediato y los derechos son lo importante. Aquello que dicen que dijo Kennedy de “No pienses qué puede hacer tu país por ti. Piensa qué puedes hacer tú por tú país” carece de sentido y no puntúa. Ahora puntúa vivir de puta madre, arriesgar lo mínimo y exigirlo todo a tu país o a quien sea. Aquellos héroes no interesan a casi nadie, cuando merecerían una llama perpetua en su honor y en su memoria. Nuevos tiempos”.
De acuerdo, pero para eso tenemos políticos/as del EAJ-PNV para recordarlo como absoluta obligación, a no ser se busque ser un partido más. Y recuerdo que esta semana nos han dejado Mario Fernández, Ibon Navascues y Javier Etxenike. Cada uno en su área trabajó por este país sin que el país hoy, mayoritariamente sepa quiénes fueron.
EL VENDAVAL
Joseba Zugazagoitia me comentó que en el Carlton, el pasado miércoles, su sobrino nieto, Aritz Urchaga, presentaba un libro, historia novelada, sobre la Batalla de Matxitxako. Y allí fuimos al primer piso en la gran sala donde se reunía el Consejo de gobierno del primer Gobierno Vasco que da a una terraza que se asoma a la Plaza Elíptica, que no Moyua. La sala se llenó.
Y presentó su libro EL VENDAVAL que describe como el 13 de julio de 1937, veinte miembros de la Marina Auxiliar de Euzkadi fueron condenados a muerte en la cárcel de Ondarreta de San Sebastián, presos tras un combate naval que mantuvieron desde sus pesqueros artillados nada menos que contra el destructor Canarias. Esta novela, que abarca principalmente los hechos ocurridos entre noviembre de 1936 y marzo de 1937, se basa en memorias, partes de campaña, informes y testimonios ofrecidos por los protagonistas de diferentes bandos e ideologías a lo largo de los años relatando, de forma fidedigna, a través de un mosaico de inolvidables personajes reales, el que pueda considerarse el suceso más emotivo ocurrido en Euzkadi en el transcurso de la guerra, salvando lo ocurrido en Gernika, siendo uno los más interesantes de toda aquella contienda.
Me acordé de Juan Pardo que movió y creó con los supervivientes la Asociación Matxitxako que cada año hacía un acto conmemorativo y mantenía la llama frente al Golfo de Bizkaia donde tuvo lugar la batalla. Fallecido Juan y fallecido Xabier Olabeaga, la Asociación languidece y ya no tiene gasolina para seguir organizando cada año este recuerdo que creo, ahora debería ser liderado por Gogora. Los pueblos que no recuerdan su historia y su épica, van perdiendo su identidad y día a día se van, confundiendo con la mediocridad de la grisura que vivimos. Como era de esperar EITB no se hizo eco de este libro ni de su presentación. ¿Para qué?. No era un libro de cocina. Recomiendo la lectura de esta novela.