Miércoles 9 de abril de 2025

El Lehendakari Agirre falleció de una angina al pecho el 22 de marzo de 1960. Fue un mazazo inesperado. No se había previsto su sucesión y tras la noticia Juan de Ajuriaguerra se trasladó a Paris, habló con los socialistas y con Gonzalo Nardiz de ANV y se acordó nombrarle a Jesús María de Leizaola su sustituto quien en el cementerio de Donibane Lohitzun y bajo un paraguas abierto y ante el féretro de su antecesor, juró su cargo, conmovido.
Leizaola tenía tras si una importante trayectoria política y profesional. Responsable de Hacienda del ayuntamiento de Bilbao, secretario general de la Diputación de Gipuzkoa, diputado en el Congreso, ponente de la ley de libertad religiosa, Consejero de justicia y Cultura del primer Gobierno Vasco, era además un intelectual preocupado por la economía, la poesía y el euskera. Se recuerda como ante una visita del rey a Gernika sacó una pancarta pidiendo una Universidad Vasca. La policía lo detuvo y lo llevó esposado de Gernika a Amorebieta andando. Ante eso ¿qué hizo Leizaola?. Nada más asumir su cargo de Consejero en el primer Gobierno Vasco, crear la Universidad Vasca que comenzó a trabajar como Facultad de Medicina en el Hospital de Basurto.Y cuando cayó Bilbao el 19 de junio de 1937,salvó a la Villa de ser destruida impidiendo se volara todo lo ya puesto a punto para dinamitar, entre otras, la Universidad de Deusto.
Esta es pues su foto oficial de 1960, con la fotografía del Lehendakari Agirre a su espalda. Tenía entonces 63 años. Volvió del exilio el 15 de diciembre de 1979. Encabezó la lista por Bizkaia al primer Parlamento Vasco hace ahora 45 años. Falleció el 16 de marzo de 1989. Fue velado en Diputación de Gipuzkoa y su funeral en la Iglesia de Santa María.
Hoy he leido por ahi un artículo sobre lo desilusionadas que están las nuevas generaciones por el mundo que se les ha dejado. Pues mira que se lo encontró jodido el Lehendakari Leizaola y lo mucho y bien que hizo. A ver lo que se encuentran los hijos de los quejicas. Si los tienen. Evidentemente no hay que generalizar nada. Ni la estupidez ni la vagancia de unos cuantos.