Lunes 25 de abril de 2022
Martes 26 de abril. Se recordarán los 85 años del Bombardeo de Gernika. Hubo antes otras lluvias de bombas, hubo después miles. El significado y el ser referencia tiene que ver por el ser el primero en ser utilizado como Banco de Pruebas en una guerra contra población civil. Toneladas de bombas incendiarias que demostraron su eficacia. Y eso que Francia y Gran Bretaña habían firmado el acuerdo del Comité de No Intervención.
Era día de Mercado.
Y tuvo repercusión por tres cuestiones.,
La denuncia del alcalde Labauria, del párroco Arronategi, del cronista Bonifacio Etxegaray y del corresponsal del Time, George Steer. Sobre todo la aparición de su crónica en Londres y en Nueva York. Fue clave.
Asimismo el cuadro de Picasso, un grito contra todas las guerras, convirtiéndose en un icono del siglo XX.
La acusación de que habían sido los propios vascos los autores de la masacre.
Y traigo hoy aquí la figura del alcalde de Gernika Eduardo Vallejo que logró inaugurar el mural de mosaico que se utiliza de fondo para todas las fotografías que se sacan los visitantes en Gernika. Tuvo que vencer muchas resistencias. Le acusaron de todo. Lo logró. No logró que el actual Museo de Gernika fuera un buen museo. No lo es.
Y también logró que el presidente de Alemania, Román Herzog pidiera perdón por aquella barbaridad, algo que no ha hecho el rey de España siguiendo el tracto histórico. El embajador alemán Henning Wegener leyó el 26 de abril de 1997, la carta del presidente de Alemania donde éste reconoce su culpa. El alcalde era Vallejo.
Eduardo Vallejo quería hacer más cosas y no le dejaron. Entre otras un verdadero monumento al Gudari y un gran Monumento a todas las víctimas del Bombardeo.
Hoy se hablará de Gernika y seguramente nada de Eduardo Vallejo y su bendita terquedad. Por eso lo traigo hoy aquí.
Y, el recuerdo que la escultura de Moore, cerca de la de Chillida, se logró en una negociación del Grupo Vasco en el Congreso con Javier Solana como ministro de Cultura, aunque la inaugurara Jorge Semprún. Fue a cambio del “Guernica” Gernikara, aunque se logró trajeran y exhibieran los bocetos. También quiso una exposición permanente con cuadros y copias de cuadros sobre bombardeos. Algo se hizo, pero no hay nada.
Quería una ceremonia como la de Hiroshima con la campana, y más cosas. Y un acto con víctimas sobrevivientes y alcaldes de pueblos y ciudades bombardeadas. Y premios, y cantatas.
Los actos de recuerdo este martes serán impactantes. El Lehendakari con el embajador de Ucrania, seguramente esa foto dará la vuelta al mundo. Ayer vi unas imágenes terribles de una pared destartalada en Mariupol a la que le habían pintado el Gernika. Impresionante.
Lástima que no se hayan llevado a cabo las iniciativas que el alcalde Vallejo ideó para convertir Gernika en un faro luminoso internacional y ha tenido que ser Zelenski quien ha puesto de nuevo Gernika en la agenda mundial. Creo que falta una apuesta a lo grande para denunciar aquel bombardeo a lo inmenso. Y faltan Vallejos.
Honrar, honra.
Según el nacionalista español y ultraderechista de cuna Jaime Ignacio del Burgo, sólo murieron 126 personas y fue un acto de guerra más en la lucha contra el comunismo. Nada importante.
Después de 85 años nada menos algunos fascistas españoles reconocen que hubo bombardeo y no que la incendiaran los rojos.
Algo es algo.
El criminal de guerra nazi y amigo de los nacionalistas españoles que provocaron el bombardeo, Von Richthofen, mandamás de la Legión Cóndor dijo a los pocos días que se veían claramente los agujeros de las bombas pero el terrorista Franco prefirió mentir a pesar de lo que decía su socio de sangre.
Ninguna verdad puede frustrar los planes de un criminal.
Por cierto que al marchar de España la banda de asesinos de la Legión Cóndor se le tributó un homenaje masivo en la ciudad que hoy forma parte del feudo ultraderechista de Castilla y Leon, en la mismísima León.
Hay cosas que no cambiarán nunca.