Lunes 18 de noviembre de 2024.
Escribí hace un mes sobre Alfredo Espinosa. Reproduje la carta de despedida escrita antes de ser fusilado en Vitoria dirigida al Lehendakari Agirre y a sus compañeros de Gobierno y pedía que al hospital Espinosa de Urduliz se le llamara Espinosa y no Urduliz. ¿Lo recuerdan?. También me puse en contacto con el Consejero de Salud Alberto Martínez ya que habíamos contactado con su predecesor en el cargo, Manuel Campomanes. Como conté me atendió muy bien.
Ayer recibí un correo de Agus Hernan del Observatorio de Derechos Humanos quien como deferencia me anunciaban la petición al Lehendakari de liderar una iniciativa institucional con el fin de que el gobierno español declare ilegal e ilegítimo el juicio, en Consejo de Guerra, que lo condenó a muerte. Les agradecí la atención considerándolo una muy buena iniciativa.
No me ha parecido tanto lo que he escuchado hoy lunes al nieto del Consejero en Radio Euzkadi, que por cierto debería tener mejor servicio de documentación, ya que no lo tiene. Han reproducido unas palabras del nieto del Consejero poniendo en duda la ayuda del Lehendakari Agirre y su Gobierno a la familia por no ser del PNV y ser republicano y de como ha sido “flojito”, dicho con esta palabra, lo que se ha hecho por recordar su memoria. No sé nada de lo que ha hecho él.
Ha sido profundamente injusto y me ahorro algún que otro calificativo merecido. Por ejemplo el de ligero.
No es verdad. Agirre, tuvo extraordinariamente presente la figura de Espinosa y mientras los republicanos se deshacían en luchas banderizas, el Consejero del PNV Eliodoro de la Torre, ayudó cuanto pudo a la familia. Desconoce el nieto que hubo una guerra mundial, el Lehendakari hubo de huir vía Berlín todo lo institucional organizado del exilio lo puso patas arriba la guerra pero no obstante el Gobierno Vasco siguió ayudando a la familia. Y no solo eso. En el discurso de descargo del Lehendakari Agirre en 1956 en Paris, Espinosa tuvo un recuerdo muy emocionado de Agirre y de todos los Consejeros. Como lo tuvo del Lehendakari Ibarretxe en la conmemoración del 75 aniversario de la constitución del primer Gobierno Vasco leyendo íntegra la carta de despedida de Espinosa al Lehendakari.
Pero le digo más para que no hable sin saber. Su abuela Francisca me contó que el Lehendakari Agirre les entregó cien mil francos y como con dos niños decidió irse a Bélgica, tras pasar por Paris, recoge los francos citados. En Bélgica le estaban esperando Juan Mari Agirre, del PNV, hermano del Lehendakari y Lasa que llevan a la familia a una buena pensión. En Bélgica pasan dos años hasta que, como consecuencia del avance alemán, comienzan a desplazarse hacia el sur. Tras muchas vicisitudes y como había que sacar adelante a los hijos doña Francisca, mujer valiente, se pone a coser y un buen día se le presenta en casa una persona del PNV y le entrega mil pesetas. La iniciativa partía de una de las responsables de la Resistencia Vasca en Bilbao, la emakume del PNV Tere Verdes, con conocimiento del Gobierno Vasco.
Todos los meses, el hombre de la Resistencia, del PNV, o su mujer iban a casa de los Espinosa a entregar el dinero. Un día, nuestro resistente tuvo que quedarse en su casa ya que le perseguía la policía franquista y doña Francisca le tuvo escondido dos meses.
Tras un lapsus de tiempo, vuelve a recibir la “pensión” a través de la Resistencia. En este caso el encargado es Pablo Beldarrain que acudió fiel a su cita durante treinta años y en 1977, considerando cumplida su misión entrega una carta a la Secretaria del Gobierno Vasco en Bilbao.
Pasó mucho tiempo pero yo al estar casado con la nieta de uno de los compañeros de Espinosa, Santiago Aznar, acudí donde el primer consejero de Sanidad del Gobierno Vasco de 1980, Xabier Agirre y editamos un librito con la carta de despedida y fotografías y biografía del Consejero. Como he contado estuve visitando a su viuda, Doña Francisca, que vivía cerca del hotel Ercilla y cuya fotografía está publicada en el libro. El Consejero Xabier Aguirre colocó una fotografía del Consejero Espinosa abriendo una galería de retratos en su despacho de Lakua.
Asimismo el ayuntamiento de Bilbao le dedicó una calle en Miribilla ya que había sido Concejal de la Villa y el Gobierno Vasco le puso el nombre de Espinosa al hospital que está en Urduliz. Y ahora, el Observatorio pide se elimine aquel juicio ilegal e ilegítimo.
No es verdad que el recuerdo ha sido “flojito”. Quizás si de su parte hacia su abuelo. Y recuerdo ese artículo que escribí en Deia hace un mes donde reproduje, la carta de despedida de Espinosa y la opinión magnífica que le suscitaba al lehendakari Ibarretxe el recuerdo del Consejero fusilado.
¿Se puede hacer aún más?. Claro que si. Igual el Departamento podría crear algún premio que mantenga viva su memoria y sobre todo que al hospital Espinosa se le llame así y no de Urduliz. Pero ante la crítica tan gratuita del nieto me gustaría preguntarle que ha hecho él para mantener viva la memoria de su abuelo, una personalidad altruista y extraordinaria.
Confiemos que el Observatorio de Derechos Humanos logre su cometido y que Radio Euzkadi tenga de una puñetera vez un buen servicio de documentación como tienen todas las radios serias. De lo contrario dejemos de hablar de identidad y de que la cadena no se rompe.
Absolutamente injusto el comentario del nieto de Espinosa , al tiempo que tú contestación está totalmente documentada .
Iñaki
Intuyo que tienes razón , das datos muy concretos.
Habría que saber que le induce al nieto, a decir lo que dijo…desconocimiento? O mala fe? Espero que sea la primera opción.
Como he dicho en alguna otra ocasión, te honra tu esfuerzos para el reconocimiento de Alfredo Espinosa..aún siendo de otra opción ideologica.. y estoy de acuerdo…
Todos los consejeros de ese gobierno , son » NUESTROS «
La historia se repite, pero en sentido contrario.
https://www.burgosconecta.es/burgos/pareja-migrantes-burgos-huir-caceria-enfrentarse-mafias-20241111071709-nt.html
Vaya vapuleo historicista al relatista capcioso y poco estudioso.
Igual es que le da repelús que le mezclen con los nacionalistas vascos.
Pues yo ni sabía que el señor Espinosa tenía un nieto y que el nieto quizás no tiene sentido del ridículo.