Domingo 20 de mayo de 2012
Estudiaba yo Economía en la Universidad Católica de los jesuitas en Caracas. Un fin de semana, me pidieron en nombre de EGl (Euzko Gastedi del Interior) que me ocupara de la acción clandestina que llevaba el Grupo desde Venezuela que erala Txalupa(Radio Euzkadi con tres programas diarios de media hora transmitiendo en onda corta) y la revista Gudari. Su entonces responsable, el abogado donostiarra Alberto Elosegui, se trasladaba con su familia a Londres y necesitaban un loco como yo, para ocuparse de esas cosas. Eso sí, desde la clandestinidad, sin decir nada a mi familia y asumiendo un nombre supuesto.
Alberto Elosegui tenía dos. Paul de Garat y Pablo Romero. Yo desde entonces iba a ser Ignacio Romero y toda la correspondencia a futuro llegaría con ese nombre. De esta forma me convertí en Ignacio Romero, hasta tal punto que en unas navidades cuando fui a visitarle al vicepresidente Joseba Rezola en su casa de Donibane fui como Ignacio Romero. «Con ese nombre me lo imaginaba a usted con más edad y una guitarra» fue el saludo que me hizo aquel fantástico abertzale.
Ya casi me había olvidado de que un día fui Ignacio Romero Y por eso cuando de vez en cuando veo el nombre, me acuerdo de aquellos viejos tiempos de doble vida y de la descripción de Rezola. De ahí que, mis ojos no podían dejar de fijarse en un reportaje que el diario El Mundo publicó el pasado sábado 12 de mayo. Decía en el título: “Ignacio Romero. El yerno carlista del ministro» y le acompañaban dos fotos. Una de éste Ignacio Romero y otra del ministro Morenés con su hija. El novio, Ignacio Romero, llevaba el uniforme de gala de Maestrante, y parecía un domador del circo de Ángel Cristo. Sable, sombrero con un penacho de plumas, casaca roja con galones y botas con espuelas.
¡Caramba!, me dije. ¿Quién será este personaje tan disfrazado?. El hombre no tenía la pinta de un resistente clandestino y por eso me interesó la descripción que hacía Antonio Rossi de mi homónimo Ignacio Romero.
“Pedro Morenés y Álvarez de Eulate, actual ministro de defensa, es aristócrata de cuna. Como otros muchos políticos del PP, su familia entronca con la más pura nobleza española. Es hijo de los vizcondes de Alesón y nieto de los condes de Asalto, distinguidos conla Grandezade España, además de ser pariente directo de los marqueses de Perinat o de los trágicamente asesinados marqueses de Urquijo. Esta pasada semana se celebró en Sevilla la boda de su hija mayor Isabela. Pedro Morenés Eulate, como se le conoce oficialmente, ha preferido suprimir él “Álvarez de”, quizás por no sacar a relucir su noble linaje. Está casado con la vizcaína Goretti Escauriaza y tiene tres hijos: Ramón, Isabela y Sofía.
La boda ha pasado casi desapercibida en las revistas, pero ha sido uno de los enlaces más comentados de la ciudad. Y no por el ministro y parte de los miembros de la ejecutiva del PP que acudieron al enlace, sino por el novio. “Ha sido una boda buenísima, él es un partidazo”, repiten sin cesar.
Ignacio Romero Contreras no tiene título pero puede presumir de linaje aristocrático puro y posee una historia familiar ligada al carlismo (movimiento político que reivindica desde 1833 el trono español para los descendientes de don Carlos María Isidro, hermano de Fernando VII, en vez de los de su hija Isabel II), tanto por la vía paterna como por la materna. Causa que por cierto él defiende de manera explícita.
En su blog personal, se define como “católico, apostólico, panibérico, tradicionalista a la par que liberal y del Atlético de Madrid”.
Su padre, Enrique Romero y Solís, es el duodécimo de los catorce hijos que tuvo Ignacio Romero y Osborne, V marqués de Marchelina, un histórico activista de la causa carlista. Por él precisamente le pusieron Ignacio. En 1936 su abuelo, el marqués, teniente de artillería retirado, traficó junto a Manuel Fal Conde con armas para apoyar las sublevaciones contrala Repúblicay en los 70, y como jefe del partido Carlista” .
“Dios los cría y ellos se juntan”, pensé. Seguramente a esa boda no le hubieran invitado los Morenés a Sabino Arana.La Real Maestranzade caballería de Sevilla se remonta a 1670. Es una institución nobiliaria cuyo hermano mayor es el rey. Según sus normas para ser miembro es imprescindible «ser español, profesar la fe católica, probar la nobleza de los cuatro primeros apellidos, acreditar una excelente conducta moral y no tener deudas».
Leyendo todas estas descripciones me di cuenta que cuando el martes pasado el ministro Morenés fue al Senado a contestar dos preguntas, de Alberto Unamunzaga y mía, sobre las maniobras militares en Elgeta, no sabía que este señor de Neguri había pasado un fin de semana tan patriótico y que quizás esto le obligaba a contestarnos como si de un parte de guerra del Cuartel del Generalísimo se tratara.
En efecto. Mi pregunta le inquiría sobre cuáles eran las razones por las que el mismo día, 24 de abril, en el se cumplían 75 años de la entrada en Elgeta de aquel salvaje, el general Camilo Alonso Vega, a quien sus compañeros de armas por bruto le llamaban Don Camulo, el actual ejército español sorpresivamente y sin aviso previo pasaba por Elgeta como recordando a sus habitantes que aquello había sido una conquista militar después de durísima batalla en las Intxortas, miles de muertos y a dos días del bombardeo de Gernika.
EI ministro, muy digno, como si tuviera puesto el traje de Maestrante, me contestó:
“Señoría, llamar maniobras militares al paso de treinta soldados en una marcha por Elgeta me parece exagerado. Los soldados hacían turnos por secciones de compañía de treinta personas. Pasaron por Elgeta como un punto más de un amplio circuito dentro de Guipúzcoa que empezaba en Deba y terminaba en Tolosa; cosa que, por cierto, hacen frecuentemente. No se realizó ningún tipo de actividad peligrosa para la población, no se causó objetivamente ningún tipo de molestia, se escogieron las primeras horas del día -las seis de la mañana- para minimizar el impacto causado al tráfico rodado o incomodidades para los vecinos. Además, como su señoría sabe perfectamente, el Ejército de Tierra está en su pleno derecho y, sobre todo, en su deber de realizar estos ejercicios cómo, cuándo y dónde considere necesario en todo el territorio nacional para cumplir con su obligación de adiestramiento y, con ello, de sus misiones” (aplausos en los escaños del Grupo Parlamentario Popular en el Senado).
Lógicamente no me quedé satisfecho con la respuesta y le dije que si quería en lugar de “maniobras militares” le llamáramos “paseos militares” sin aviso, porque sí y obviando un aniversario tan luctuoso, pero el hombre se mantuvo en sus trece. Lo mío era grandilocuencia mal intencionada, exageraciones añadiendo que él además hundía sus raíces en el País Vasco “exactamente igual que usted, y por eso, las hundo también en España” (Grandes aplausos en los escaños del Grupo Popular).
La siguiente pregunta fue la del senador por Amaiur Alberto Unamunzaga que leyó el terrible testimonio que aparecía escrito en una placa que se encuentra en el caserío Antxoa Basterrekoa, situado en Elgeta y que es el caserío de su familia.
“Cuando los franquistas llegaron al caserío el 24 de abril de 1937, sábado, a las cuatro de la tarde, nuestro padre y otros 7 vascos estaban guarnecidos en un hoyo junto a la casa, ya que los bombardeos eran terribles. Les dijeron en español: Salid todos para morir. Nuestro padre, Vicente Garay, salió diciendo que él era el dueño de la casa y que qué querían. Le respondieron: ¡Manos arriba! Y le dispararon matándolo en el acto. A otros 3 los mataron junto a la puerta, y a los otros 4 los abatieron junto a otra puerta. Había naturales de Azpeitia y de Mondragón. Nuestro hermano, el hermano de mi abuela -al que he tenido la grandísima suerte de conocer- con 11 años fue testigo; vivió todo aquello; y los enterraron junto a la casa, en los agujeros de las bombas producidas por la aviación alemana”.
Este es uno de entre los, desgraciadamente, demasiados testimonios de familias que fueron víctimas de los hechos ocurridos el 24 de abril del treinta y siete, el día en que las tropas franquistas entraron en Elgeta, dejando a su paso un reguero de asesinatos y de violaciones.
Pero el ministro ni se inmutó. Como toda explicación le contestó lo mismo que a mí y cerró justificando la violencia con este comentario:
“Dado que parece que conoce bien la historia de Elgeta, le diré que habrá reparado en la imposibilidad total de encontrar un solo día del año en el que no se haya combatido a lo largo de la historia en el pueblo y sus proximidades. Solo en los últimos 220 años, desdela Guerradel Rosellón, ala Guerra Civil, pasando porla Guerradela Independenciay las Guerras Carlistas, no encontraríamos una sola fecha libre de suceso luctuoso”.
Y se quedó tan pancho. Entiendo porqué Ignacio Romero fue a la boda vestido de Maestrante.
este pais sigue enfermo, enfermo de odio, por ke despues de tantos años, no han conseguido doblegarnos–pasaron los romanos–godos, visigodos, arabes, y ahora se dan cuenta ke despues de intentar adoctrinarnos durante tantos años se ven impotentes y…..
kerida españa, lo digo de verdad, por ke nadie odia los valles rios, montañas, la gente llana–,los baskos odiamos a sus politicos , ke nos agreden sistematicamente , kitando nuestras aspiraciones, poniendo trabas a todo ,solo keremos ser buenos vecinos, como lo eramos– y nos respetaban en tiempos d los reyes catolicos —
Esa es la realidad Anasagasti, no ha habido forma ni manera de salirnos del yugo de estos españoles (…ni de los franceses) sean monárquicos, republicanos o fascistas, porque son la misma KK de colonialistas y solo tendremos una forma de liberarnos de ellos y es declarándonos independientes unilateralmente e informando de nuestra decisión a la UE y el mundo entero como ya lo han hecho otros países…y haber logrado de ese modo su emancipación, aunque sea parcialmente ya que habrá estados que aprueben y otras que no, pero que se pasa a tener un “Estado propio de facto”. Habría que animaros pues a los del PNV a que os unáis a los demás partidos nacionalistas e independentistas en un solo bloque para luchar por una Patria libre, que con ese fin fué fundado , pero que últimamente no se os escucha decir…y sería una acción vital políticamente, en estos momentos en que se acercan otra vez las elecciones para formar el Gobierno Euskaldun, ya que de ese modo tendríamos garantizado nuevamente de lehendakari a un auténtico abertzale capaz de decir: Gora EUSKADI- EUSKAL HERRIA ASKATUTA.
Jamas entenderé porque cuando los nacionalistas(vascos, se entiende) tenéis mayoría social no declaráis unilateralmente la independencia. Es de libro, aqui en el sur no hay mas que cantamañanas, abrazafarolas y vendemadres. Sed libres como nosotros jamas seremos!
Érase una vez un comerciante de armas cuya empresa fabricaba bombas de
racimo que vendía, entre otros, al gobierno de su país. Y resultó que
su país firmó un convenio internacional contra esas bombas, que dejó
de comprar. Entonces el comerciante denunció al gobierno por dejar de
comprar esas armas (supongo que habría un contrato con la empresa
fabricante que le comprometía a unas compras con sus correspondientes
pagos).
Y resultó que hubo un cambio de gobierno, y el nuevo presidente tuvo
la ocurrencia de nombrar como ministro de Defensa a dicho comerciante
de armas: ¿alguien lo puede merjorar? Ahora el comerciante,
transmutado en ministro, pagará a su antigua empresa la indemnización
correspondiente, un pellizquito de 40 millones de euros.
PREGUNTA: ¿de qué país y de qué época son estos hechos? ¿del quinto
mundo? ¿de un pasado oscuro? La respuesta a continuación.
El Ministro de Defensa de España pagará 40 millones a su antigua
empresa por prohibir las bombas de racimo
POR FAVOR, MOVEDLO A TOPE PORQUE ES DE LOS MAYORES ESCÁNDALOS
QUE ESTÁN PASANDO … que ya es decir mucho
Pedro Morenés, ministro de Defensa, fue consejero de la
empresa de fabricación de armamento Instalaza entre 2005 y 2007.
Después ocupó el puesto de representante hasta el 4 de octubre de
2011, según recoge el Boletín Oficial del Registro Mercantil.
Instalaza fabricaba bombas de racimo.
El 31 de octubre de 2011, el diario Cinco Días reveló que
Instalaza había decidido recurrir a los tribunales para pedir que el
Gobierno le indemnizara con 40 millones de euros en concepto de
desagravio por la prohibición del uso, almacenamiento y fabricación de
las bombas de racimo en España como consecuencia de la firma del
Tratado de Dublín. Sin embargo, esta empresa ya había anunciado en
mayo de 2011, cuando Morenés era su representante, que pediría una
compensación económica al Ejecutivo en concepto de «daño emergente y
lucro cesante».
Hoy sabemos que Instalaza venderá la deuda a una tercera
empresa que a su vez la revenderá y finalmente el Ministro pagará
diciendo que no es su empresa la que cobra. El dinero saldrá de los
impuestos de todos, naturalmente. Nuestro dinero pagando bombas que
mutilan a niños. Porque las submuniciones esparcidas por las bombas
fabricadas por Morenés tienen un rango de fallo de entre el 5% y 30%,
por lo que pueden quedar bombas enterradas sin explotar siendo
peligrosas tiempo después de terminada la guerra. Especialmente para
los niños por sus formas llamativas, como pelotitas de tenis o latas
de refrescos. Porque es así como las camufla la empresa del Ministro.
¿De verdad no había en todo el país otra persona que pudiera
ser Ministro de Defensa?