Esta semana que termina ha tenido de particular un puente-acueducto con una gran noticia: la huelga de controladores y la ausencia de Rodríguez Zapatero de la cumbre de Mar del Plata. Por primera vez. La sospecha nace cuando argumentan que no había viajado a la Cumbre Iberoamericana a cuenta de un paquete de medidas económicas a hacer públicas en el Consejo de Ministros del viernes pasado y resulta que no dijo nada nuevo, salvo la subida del tabaco, pero debió quedarse para dirigir la militarización del espacio aéreo. En ésto, como en otras cuestiones, no se ha dicho la verdad.
El caso es que tras la Inmaculada, el 8 de diciembre, pudimos habilitar el jueves 9, para reunir la Comisión Iberoamericana a la que convocamos a las diez. Una llamada de Trinidad Jiménez nos pidió retrasarla hasta las doce ya que la ministra quería estar a las diez en el Congreso escuchando a Zapatero dar cuenta de la huelga salvaje de los controladores. Y retrasamos la comparecencia a las doce.
Salí de casa en Bilbao a las 07:15 de la mañana y llegué al Senado a las doce. El avión de las 08:30 nos dijeron que se anulaba y que los pasajeros de ese vuelo iríamos en el de las diez. Y punto. Así estamos.
A las doce, en la sala Campoamor, se encontraban todos los Grupos, buena afluencia de periodistas y la ministra Trinidad Jiménez que ya había comparecido en nuestra Comisión en el pasado como Secretaria de Estado en la única comisión parlamentaria que sigue las cuestiones americanas. Estaba también en los bancos de los senadores Manuel Fraga, que aguantó casi hasta el final, así como los asesores de la ministra. Y comencé recordando a nuestro letrado Manolo Marín, quien acababa de fallecer, víctima de un cáncer. Era un asiduo a la casa y muy conocido ya que comía allí todos los días con un grupo de funcionarios y nos había llevado la Comisión muchos años. Al inicio de la legislatura me pidió dos años más usar la prórroga que tienen los letrados. Le dijimos que si y acabar este lapso y fallecer, todo ha sido una. Le enviamos a su viuda una carta de pésame cariñosa en nombre de toda la comisión.
Trinidad Jiménez habló de sus planes y de la Cumbre del Mar del Plata a la que había ido con el rey. Dio datos de interés. Por ejemplo, estos:
El estado español es el primer inversor extranjero en América Latina y el segundo mundial con 130.000 millones de euros. En Ayuda al Desarrollo se ha pasado de 625 millones en el 2004 a 1.170 en el 2009.En Haití se ayuda con cien millones. En relación con las solicitudes de recuperación de la nacionalidad española de acuerdo a la ley de la Memoria Histórica de 238.000 solicitudes presentadas se han atendido 146.000. En Educación en cinco años se han invertido por parte de España 137 millones de euros anualmente, en América Latina en planes, algunos de ellos, de canje de deuda por educación.
Otro dato y del mayor interés es que las empresas españolas están muy presentes en aquel continente y que otra sería la historia de no haber internacionalizado España y Euzkadi su economía en aquellos países. De ahí la importancia de este hecho oscurecido por mil debates y debatillos sin interés para el ciudadano, pero es lo que hay en esta sociedad del espectáculo.
Salió lógicamente el tema de Cuba. La ministra dijo que están en España 52 presos y 350 familiares, quedan doce.
Sobre el plantón de Zapatero, el senador del PP le dijo que también el primer ministro portugués tiene problemas en su país y sin embargo había ido a la Cumbre y sobre Cuba le dijo que afortunadamente Europa sigue manteniendo la posición común. Salió a relucir Honduras, que no había sido invitada por Cristina Kirchner y sí Cuba. Pero la ministra no se inmutó.
Habló Jiménez de la Cumbre de Mar del Plata, de Centro América y de sus planes políticos. El PP le criticó con datos en la mano, ella contestó, y a las dos y media, cada mochuelo se fue a su olivo.