Martes 28 de octubre de 2014
Desde el sábado, la noticia más importante de la semana no ha sido la redada de 51 sospechosos de robo del PP y del alcalde de Parla, éste del PSOE, sino la victoria del Real Madrid contra el Barça. Estamos pues como en los tiempos de Franco que tenía un equipo del régimen
Con un equipo representativo de la dictadura que vence, no a la «pérfida albión», sino a la insumisa Barcelona. Y así nos va, y así les va. Premios, comentarios desmesurados, orgullo patrio en vena insuflado por un equipo lleno de extranjeros, contratos millonarios, empresarios futboleros que deben visitar a los jueces y enaltecimiento hasta cimas increíbles del fútbol como una de las bellas artes. Decía uno que si España tratara a sus científicos como trata sus futbolistas, otro gallo le cantaría.
Y es que el Madrid político no da más de sí.
Llegaba el domingo del Aplec de Valencia y puse en el hotel la televisión. Como andaban con la sintonización de las antenas eran pocos los canales que podían verse y en uno de ellos, Intereconomía, un panel exaltaba las virtudes de Franco a cuenta de un libro prescindible escrito por dos grandes demócratas, Pío Moa y Stanley Payne.
La mesa inmoderada por Javier Algarra parecía la delantera del Real Madrid del facherío. Jose Javier Esparza, Pío Moa, Eduardo García Serrano, Fernando Paz y Jesús Palacio.
Aquello fue, de principio a fin, pura apología del terrorismo de estado.
Franco era un demócrata que se había sublevado para implantar la democracia. Los bombardeos no habían sido tan feroces como en la segunda guerra mundial, el de Gernika una bagatela, «haga como yo, no se meta en política», Franco no quería la guerra y antes se había portado muy bien en Asturias y de represión, nada, las cifras de muertos no fueron tantas… Y todo así. Y nadie para poner el mínimo contrapunto. De vomitar.
Y lo peor fue que a medida que iban hablando se iban animando y diciendo a cada cual una burrada mayor. Sin ninguna contención y sin el menor atisbo de humanidad.
Solo sé que un programa así en Alemania hubiera tenido como consecuencia que al término del mismo, la policía les hubiera esperado en las puertas de la televisión al panel de franquistas y les hubiera llevado a la sombra.
Pero aquí no pasa nada, porque lo importante ha sido la victoria del Real Madrid contra el Barcelona.