Jueves 7 de enero de 2016
Cada vez que voy a una ciudad suelo ir a sus Museos. Los hay de todos los tipos. Los de Arte y Antropología son clase aparte. Y los hay de Ciudades que hablan de su historia y si ha habido alguna represión preferencial, están dedicados a ésta.
No es el caso del Museo de Gernika que ha sido noticia estos días porque ha tenido 37.400 visitantes y se considera no solo que ha pulverizado todos sus registros sino que los responsables del Museo se han declarado muy satisfechos por esta cifra.
Pero yo me pregunto. ¿Han quedado tan satisfechos los visitantes?. Yo creo que no. Y hablo con mucha gente y me dicen que no les gusta este Museo porque ellos van a ese lugar a recordar y ver como fue el Bombardeo de Gernika no que le cuenten ni le hagan una canto a la paz. Eso podía ser la conclusión, no el leif motiv.
En su día hice gestiones para encontrar y traer un avión Juncker, uno de esos aparatos que bombardearon la Villa. Y los había. En Torrejón. Todavía tengo la carta. Alguien decidió que el Museo no tenía que ser para hablar del Bombardeo y solo le dedicaron sala y media. Se equivocaron de medio a medio y siguen contumazmente sin moverse de su error.
Ayer publiqué unas letras de Joseba Elosegi sobre el Bombardeo y sobre lo que dijeron de él los franquistas y los falsos historiadores. ¿No merece Gernika que se recuerde aquella asquerosa manipulación?.
¡Que Museo tan interesante se podía hacer explicando como era Gernika, como quedó, que se dijo, que tipo de bombas se arrojaron, el número de víctimas, como se reconstruyó, como fue la represión, cuales fueron los tipos de aviones y bombas….Todo eso. Como lo hay en Varsovia, Desden, Coventry, Marzaboto. Pero en Gernika nos hablan de lo bueno que es la paz. ¿Alguien lo duda?. Pero la gente no va a eso.
Y es una pena.
Para los vascos Gernika es la Villa Foral pero para los extranjeros es la primera Villa bombardeada como ciudad abierta, preludio de la segunda Guerra Mundial. Y van a ver eso, no a Ghandi.
En su día, cuando Eduardo Vallejo era diputado en el Congreso y alcalde, le sugerí instalara un mosaico con el Gernika de Picasso pues los turistas irían a sacarse la foto allí. ¡Que horror!. dijeron «Eso no se ha hecho nunca, Gernika es más que Picasso, va a ser un fracaso…» Esas y otras expresiones son las que tuvo que aguantar el alcalde Vallejo. Pues bien. Ha pasado el tiempo, a Vallejo nadie le ha reconocido la valentía que tuvo de poner aquel mosaico y los turistas, mayoritariamente van a sacarse la foto ante el Mosaico, no ante el Museo de la Paz.
Los directivos del Museo están encantados de que éste sea el único Museo de la Paz de Euskadi. Pues muy bien. Pero que no se equivoquen. La gente no va al Museo por ver, leer, admirar y recibir una lección de pacifismo, sino saber que pasó en Gernika el 26 de abril de 1937. Y lo que se ofrece es muy pobre. Muy pobre.
A usted no le gusta el actual Museo de Guernica porque sirve peor al adoctrinamiento peneuvista de lo que podria obtenerse del mismo para la causa sectària del PNV con otra orientación.
Está claro, lo adorne como lo adorne.
¿Y a usted señor Io? A usted, señor Io, parece que no le gusta ni la verdad, ni la justicia, ni la reparación. Permítame, cuando menos, dudarlo. Por favor, si no lo ha hecho, visite el museo, es una buena oportunidad para aprender algo sobre la paz. Como usted mismo dice «ya basta de retorcer los hechos».
La Fundación Bilbao 700 – III Milenium está desarrollando actividades bien interesantes.
Ojalá sirvan para encauzar bien el futuro partiendo de un conocimiento cabal del pasado. Del pasado lejano y del pasado más próximo, de sus gentes y de las potentes organizaciones económicas que han operado aquí, como la potente naviera Sota & Aznar, luego naviera Aznar.
Es complicada la comprensión de algunos dramáticos hechos de guerra, no sólo el bombardeo-ametrallamiento-incendio de Guernica en 1937, también el hundimiento del transatlántico Monte Gorbea por torpedos de un submarino del III Reich en aguas del Atlántico próximas a la Martinica, el 19 de octubre de 1942, época en la neutral España de Franco mantenía una división voluntaria, la «División Azul», integrada en el frente del Este y combatiendo contra la URSS.
Hoy se cuenta que el comandante del submarino alemán que hundió al Monte Gorbea con carga de trigo y alubias desde Buenos Aires a Bilbao para aliviar algo el hambre de nuestra postguerra, no creyó al capitán Castearena y dio por sentado que pese a la bandera, era un buque inglés camuflado.
¿Ocurrió así?
Difícil de averiguar ya que el submarino atacante fue hundido unos meses después por la aviación norteamericana, salvandose sólo un único tripulante alemán.
Trabajar por la verdad, la justicia y la reparación en zonas castigadas por el terror no es nada fácil, pero hay que seguir haciéndolo. Y, en mi opinión, es una buena contribución a la Paz toda la dirigida a la eliminación de los mitos fundados en falseamientos de los hechos ocurridos.
Salud y saludos.