Martes 12 de julio de 2016
Ayer por la noche zapeaba y saltaba de canal en canal buscando algo que ver. De repente un canal me llamó la atención. En Intereconomía, hay un programa llamado «El Gato al Agua» donde en ese momento hablaba un señor, Eduardo García Serrano, cuya apología del terrorismo era manifiesta. Su cara, cargada de odio decía que las elecciones que había ganado el Frente Popular en 1936 habían sido un pucherazo, que la República no había sido democrática, que tenían la intención de eliminar a la mitad de los españoles y claro está, tenía que venir la «sublevación militar». Se sacaba de la manga una frase de Serrano Suñer que había dicho aquella frase que «los rojos no usaban sombrero» y que todo aquel que usaba corbata y sombrero era reo de muerte con un tiro en la nuca.
Pero este sujeto, un fascista como la copa de un pino, no estaba solo. Pío Moa, el antiguo miembro del Grapo tenía el tupé de decir que sobre la República no había habido debate» porque los republicanos no pueden debatir sobre sus mentiras». Curioso cuando aquel panel de fachas no había nadie que pudiera hacerles el contrapunto a las barbaridades que estaban diciendo.
Y tomó la palabra un tal Kiko Martínez Monasterio, director de una hoja tóxica llamada La Gaceta, que abundaba en lo mismo y, para cerrar el círculo vicioso, allí estaba el Vicepresidente de la Fundación Francisco Franco, Jaime Alonso hablando de las bondades de una dictadura sin libertades, para él, el momento más glorioso de la historia de España en los últimos siglos.
Y como moderador hooligan estaba Javier Algarra, al que no le veo en este deleznable papel de echar carnaza con semejante gentuza y sin el menor atisbo de crítica.
Cuando superé mi nivel de aguante de tremebundeces, seguí zapeando y llegué a 13 TV donde hablaba nuestro ínclito Borja Sémper, parlamentario del PP, con ganas locas de aposentarse en Madrid, perdiendo todas las elecciones en Gipuzkoa, aunque en España gane y suba el PP y metiéndose, como no podía ser menos con el PNV. El periodista Carmelo Encinas le pedía reflexionara del por qué el PP no tiene amigos en ningún sitio en este momento y que alguna razón existirá para que ocurra esto.
Y Seper trataba de zafarse de esa verdad echando la culpa a los demás y argumentando en favor de todos los ajustes sin alma emprendidos por el PP en la X legislatura. Un tipo como éste, que no sabe nada de cómo ha funcionado su partido en Madrid durante cuatro años de hierro, pontificaba con una prepotencia digna de mejor causa y para colmo nos lanzaba una mentira como la de decir que nuestra petición para negociar era la transferencia de la competencia de prisiones, que por cierto está en el estatuto y es ley orgánica. Decía sin la menor vergüenza que este es un tema que no le interesa a nadie y que no conectamos con las necesidades de la gente. ¿Y él?
Afortunadamente el periodista Carmelo Encinas, allí presente, le puntualizaba y le decía que estaba mintiendo, que el PNV tiene una agenda vasca, y que eso que decía es solo parte del cumplimiento del estatuto de Gernika.
Y la mala persona que es Borja Semper, salía con el rabo entre piernas de aquella mentira dicha en una televisión y sin presencia del PNV para contrarrestar sus mentiras. Una mala persona.
Bueno, eso es lo que hay en la televisión de la caverna y de la jaez de sus cavernarios. Franco y manipulación.
¡¡La España eterna, Don Pelayo!!!.
De estos hay muchos que lo piensan aunque no lo expresan claramente.