Lunes 17 de octubre de 2016
El escritor y periodista Tony Batista presentó en ETB el domingo su trabajo «Polifonía Vasca» en el aniversario del cese definitivo de la lucha armada por parte de ETA. La hora escogida fue la apropiada y no esas transmisiones de madrugada sobre hechos históricos que solo pueden ver los noctámbulos.
La concepción del reportaje, teniendo en cuenta que Batista es músico y profesor de música, era original y estuvo bien logrado al separar por capítulos y melodías aspectos importantes del pasado y de las intervenciones de los preguntados.
Un cierto fallo fue el sonido. Creo que se sacrificó la nitidez del mismo a la elección de la belleza de los lugares elegidos para unir pregunta y respuesta. En algunos casos fue ininteligible, como en el caso del ex concejal Etxezarreta del PSE.
Empezó sus entrevistas con Julen Madariaga, viejo conocido que estuvo bien, aunque Batista no le preguntó por qué al muy poco de fundar ETA se salió de la misma por la deriva marxista leninista que había tomado la organización. Y ésta sigue siendo la gran pregunta pendiente que la IA elude y que Batista al parecer no le interesa formular sobre el modelo de sociedad que proponen para Euzkadi pues para ser el Jagi Jagi, ya está el Jagi Jagi.
Estos días he leído una biografía de Ramón Sota donde cuenta como llegó a las manos con Julen Madariaga en Donibane Lohitzun a cuenta del acoso que sometieron a su padre cuando vino de Argentina enfermo.
La entrevista siguiente, como no podía ser menos, fue a Ramon Jauregui a quien presentó como antiguo Delegado del Gobierno y Jefe del Mando Único de la lucha Antiterrorista en Euzkadi antes de ser Vicelehendakari.
Con semejante presentación tampoco le preguntó por el GAL .¿Cómo es posible que con semejante Mando Único Jauregui no se enterara de la existencia del GAL?. Siempre me ha parecido este personaje que, según dice, está preocupadísimo de lo que ocurre en Euzkadi pero vive en Madrid, el por qué es tan preguntado sobre todo menos sobre esto. Curioso ¿verdad?. Y Batista cayó en lo mismo. Me defraudó.
Siguió Bingen Zupiria del que me llamó la atención su reflexión final sobre el por que del fin de ETA y además lo dijo: la acción policial. Creo que acierta.
Valiente y clara fue la intervención del ex miembro de ETA Angel Rekalde. Su relato de como la guardia civil esperaba se desangrara y muriera como un perro tras un tiroteo, me pareció muy descriptiva y dramática. No le conocía de nada pero me pareció un tipo inteligente y con las ideas claras.
Gaspar Martínez, el eterno candidato al obispado de Bilbao, fue claro en sus análisis del porque las partes no asumen que lo hecho ha estado mal.
Martxelo Otamendi con su, demasiado rápida y oscura intervención, fue valiente cuando dijo que no odiaba a quienes le habían torturado.
Kirmen Uribe expresaba el sentimiento de un ciudadano harto de vivir bajo la férula de ETA.
Sainz Alfaro el director del Orfeón Donostiarra no se mojó demasiado y solo habló de las decenas de voces diferentes que conforman un coro. Elemental querido Watson. No aportó gran cosa.
Ollora nos habló de lizarra y de su intento de unir el cese de la violencia con el derecho a decidir. Se vio que ETA no estuvo por la labor y aquello originó muy fuertes tensiones. Y me hubiera gustado se aludiera a personas como Urkullu y Atutxa que hicieron lo imposible para que aquella apuesta fuera colectiva y no solo de unos bien intencionados «exploradores».
Otegi repitió su discurso pero dijo algo nuevo. «Podemos no hubiera surgido si ETA hubiera seguido actuando así como que la corrupción no estaría en el banquillo con una ETA actuando».
La palabra «acumulación» la utilizó el Lehendakari Ibarretxe y como Batista le preguntó que sintió cuando estuvo en el hemiciclo del Congreso, tengo la vivencia de haberle hecho esa pregunta aquel 5 de marzo de 2005 en un descanso de sus intervenciones. «Me siento como si estuviera hablando en el kiosko de Llodio» me contestó.
Monseñor Uriarte pudo haber dicho más y la hija de Ernest Lluch empezó diciendo, con razón, que la víctima era su padre y no ella, cosa que deberían aplicarse algunas asociaciones que han politizado el dolor de mucha gente.
Cuando veo estos reportajes me queda la sensación de que todo el mundo parecería involucrado en lo que estaba pasando y creo no es verdad. Es cierto que ETA condicionaba y estremecía a la sociedad con sus atentados pero sigo creyendo que esto le interesaba al 5% de la población, y el resto seguía tratando de hacer su vida, que no es poco.
Y en esta línea de pensamiento pienso que este trabajo y otros interesan solo a una minoría.
No quiere decir que al ciudadano no le interesara acabar con el terrorismo, sino que pensaba que poco podía hacer y que para eso estaban las distintas policías y cuando el atentado era de los que tocaba la fibra humana, se movilizaba, pero quizás no lo suficiente.
En definitiva que este trabajo ha estado bien aunque han faltado muchas voces y demasiado preguntas para haber sido un buen análisis de lo que fue aquello.
Tony Batista, como todos, tiene un sesgo. Y eso se vio.