Viernes 13 de noviembre de 2015
Ya ven. Foto del rey, una sola bandera, y una frase contundente LA
CONSTITUCIÓN PREVALECERÁ, QUE NADIE LO DUDE.
Esa frase es una advertencia. Por eso ha sido muy jaleada por la prensa, radio y televisión de la caverna. Es lo que les gusta. Que insinúe para que nadie lo dude que se puede apelar a la fuerza, no al diálogo.
El artículo 8 de la Constitución le otorga al ejército la defensa de la unidad de España, y este señor tan torpe, alude a este extremo de forma insinuada. Por eso le aplauden.
¿Es ese su papel?. ¿La de un portero de discoteca?.
Pues no. Su papel es «arbitrar y moderar». No tiene otro. Se me dirá que también Jefe de las Fuerzas Armadas. ¿Pero estamos en Kosovo o qué?.
Aquí la Patria Única e Indivisible se rompió el 14 de noviembre de 1975. El padre del rey firmó el Pacto Tripartito dejando a los saharauis a la mala suerte del reino de Marruecos.
Hassan II, primo del Rey Juan Carlos como le gustaba decir, con su Marcha Verde hizo que una provincia española como la del Sahara, con procuradores en Cortes vestidos con chilaba en la Carrera San Jerónimo, se quedaran a la intemperie y España se rompiera. Perdió toda una provincia y Juan Carlos firmó aquel desaguisado.
¿Por qué no recuerdan también este extremo?
Porque son muy bravos y valientes y al que ose poner en duda este artículo constitucional lo sacan a trompicones como han hecho con el general Julio Rodríguez a quien se le ocurrió decir que no estamos para actos de fuerza sino de diálogo. Pues fuera chaval.
Y es que España lleva doscientos años ganando batallas contra sus propios conciudadanos en guerras inciviles. Nunca fuera.
Esto es lo que ha querido decir este señor al sacar cabeza y decirnos «que nadie lo dude».
Pues yo lo dudo.
Como decía Napoleón: con las bayonetas se puede hacer de todo, menos sentarse en ellas.
Este señor, Felipe VI, que vive tan ricamente del erario público, callado hubiera estado más guapo.


