TERMINAMOS LA LEGISLATURA CON LA LEY DE FERNÁNDEZ DÍAZ

Jueves 22 de octubre de 2015

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En el último pleno de esta legislatura en el Senado, el Partido Socialista le pidió al gobierno que derogara la llamada «Ley Mordaza». Todos los Grupos lo pedimos, pero el PP con su mayoría aplastó la iniciativa. Me tocó tomar postura ante la Moción y esta fue nuestra postura:

MOCIÓN POR LA QUE SE INSTA AL GOBIERNO A LA ADOPCIÓN DE DETERMINADAS MEDIDAS EN MATERIA DE DERECHOS FUNDAMENTALES Y LIBERTADES PÚBLICAS DE LOS CIUDADANOS.

Por el Grupo Parlamentario Vasco, tiene la palabra el senador Anasagasti.

El señor ANASAGASTI OLABEAGA: Señor presidente, señorías, en junio entró en vigor una de las leyes más emblemáticas de la legislatura: la Ley de seguridad ciudadana.

Anunciamos que nuestro grupo parlamentario va a apoyar la moción del Grupo Parlamentario Socialista porque, aunque la norma ha sufrido diversas rectificaciones, es ampliamente contestada, ha sido recurrida al Tribunal Constitucional, ha desgastado al Gobierno, ha sido aprobada solo con los votos del Partido Popular y el resto de los grupos hemos expresado públicamente nuestra intención de tratar de derogarla si cambia la mayoría parlamentaria tras las próximas elecciones generales.

Ha tenido, pues, un recorrido similar al de otras normas del Gobierno actual, como la de educación, la de reforma laboral y el Código Penal, y las tres están en el catálogo de normas que nos hemos comprometido a derogar si se logra la mayoría suficiente. Y es una lástima, porque con mayoría absoluta se pueden hacer dos cosas: aplastar a la oposición o dialogar con ella, y se ha decidido aplastar a la oposición y no tener en cuenta ninguna de las iniciativas, ninguna de las enmiendas, ninguna de las propuestas que hacíamos los demás grupos como si todos estuviéramos equivocados y los únicos que tenían razón no eran fundamentalmente los senadores o los diputados del Partido Popular, sino los altos funcionarios de la Administración, que son los que han condicionado todo el ejercicio legislativo de estos cuatro años.

La primera objeción de la oposición fue la de miembros de la judicatura, que no son unos aventados, y la carrera fiscal decía que sustrae del control previo de los jueces la sanción de conductas. Estas sanciones eran faltas y ahora se han convertido en multas administrativas y solo tienen control judicial a posteriori, si se recurre la multa ejecutiva en la vía contenciosa. La segunda tiene que ver con el calificativo de Ley mordaza con que se conoce porque afecta al derecho de manifestación. La ley surgió con las protestas de rodear al Congreso —no rodear al Senado, porque quizás no tenían ni idea de dónde está— y sanciona cualquier perturbación grave de la seguridad ciudadana que se produzca frente a la sede del Congreso —siempre el Congreso—, del Senado o de los parlamentarios autonómicos; fotografías a las fuerzas de seguridad del Estado; el escalamiento de edificios o monumentos sin autorización cuando exista un riesgo cierto de que se ocasionen daños a las personas o a los bienes y actos como los que busquen impedir desahucios; los escraches y las sentadas pacíficas entre otras.

Al eliminar el control judicial previo, la palabra de un agente que acuse a un manifestante de desobediencia leve servirá para imponer la multa con pago ejecutivo inmediato y sin juicio ante un juez, como ocurre ahora. La multa máxima es de 600 000 euros pero, a diferencia de lo que ocurría hasta ahora con las faltas en el Código Penal, las sanciones no están graduadas en función del nivel de ingresos. No obstante —también hay que reconocerlo—, senador Aznar, la norma ha ido suavizándose en el trámite; es decir, era muy mala y se ha suavizado algo: se eliminó que la policía pudiera registrar sin autorización judicial un domicilio; la posibilidad de que la policía identifique a personas para prevenir tan solo una infracción administrativa; retener a quienes no puedan identificar en el lugar de los hechos; establecer controles en la vía pública por una infracción administrativa; sanción a quienes ofrezcan servicios sexuales cerca de colegios, parques infantiles o espacios de ocio reservados a menores; atribución de responsabilidad a los organizadores o promotores de reuniones y manifestaciones legalmente autorizadas por los altercados que puedan originar terceras personas durante el desarrollo de estas, y sobre todo se ha moderado la cuantía de las multas.

En el trámite se incluyeron algunos puntos como una disposición transitoria, que ya está en vigor desde marzo, y que legaliza por primera vez en España las entregas en caliente de inmigrantes que hayan saltado las vallas de Ceuta y Melilla. Me gustaría hablar sobre aspectos fundamentales que no se han cumplido en estas iniciativas, sobre todo de libertades ciudadanas, como algo tan sangrante como la corrupción. No tengo más tiempo.

Senador Aznar, a mí, sinceramente, me hubiera gustado que usted hubiera intervenido como un senador del CDS y no como un senador de Alianza Popular. Usted ha tenido que defender aquí algo indefendible, y ojalá que en esta réplica —que seguramente aprovechará para darnos cera—, usted siga los pasos del ministro Montoro, que se ha descargado a gusto, incluso contra sus propios compañeros al decir: «Esta ley es perfectible y estamos muy preocupados porque en la siguiente legislatura seguramente se va a modificar». Muchas gracias, señor presidente. (Aplausos).

 

 

LA DESPEDIDA DE MARIA EUGENIA

Miércoles 21 de octubre de 2015

1274.15Emilio Olabarria se despidió del Congreso el martes y el presidente Posada le dijo «que su marcha es una pérdida». Lo ratifico. Llegué con él en 1986. Los dos llegábamos del Parlamento Vasco y al poco, nos quedamos en chasis. El PNV se dividió y dos diputados del PNV se fueron al Grupo Mixto y a EA. Fue duro.

A mí me han preguntado si me he despedido del Senado, tras, asimismo 18 años en el Congreso. No, no lo he hecho. Lo hicieron por mí y además eso de despedirse «es como morir un poco». Lo que sucedió la semana pasada que fue trending topic fue este pasaje que la senadora gipuzkoana María Eugenia Iparraguirre protagonizó. Finalizando su intervención, dijo lo siguiente:

Como decía, hoy prevalece, bajo nuestro punto de vista, el consenso; consenso que es importantísimo en política y que muchísimas veces hemos reclamado en esta tribuna. La política hoy en día está denostada por el uso, mal uso y abuso que algunos de nosotros hacemos, o por la demagogia barata que otros, sumados al carro, también hacen. Señorías, me voy a sumar a este clima de fin de curso, que, como he dicho en reiteradas ocasiones, es día de despedidas, pero convirtiéndolo en un día de agradecimiento. En primer lugar, y desde mi experiencia personal, quiero mostrar el agradecimiento a toda la Cámara por mi experiencia de estos dos años y medio —no legislatura completa—, y, en segundo lugar, cómo no, a mi grupo, por la acogida y por el acompañamiento desde el minuto cero. Hago una mención especial a mis dos compañeros, Rut e Iñaki. Sabedora de la inteligencia emocional de mi compañera Rut, me va a permitir que haga una mención más especial aún a Iñaki, parlamentario de amplia experiencia, que, como muy bien él diría, no se le mencionó ayer en un periódico porque se hacía alusión únicamente a los diputados del Congreso, cuando se refería a grandes políticos o parlamentarios que han pertenecido a esa clase política que nos va diciendo adiós y él no aparecía. Yo, desde aquí, hago esa mención. Ha sido un placer y, sin duda, un disfrute muy grande poder compartir con él tantas horas de charla y tanta experiencia, que nos seguirá trasladando.

Iñaki, izan zirelako gara, garelako izango gara. Katea ez da eten. (La cadena no se rompe: somos porque fueron, serán porque somos.— Aplausos). Quiero aprovechar también este momento, en el que, como decía, la política está tan denostada, para hacer una reivindicación desde la pedagogía de lo que también es la política, de lo que son las relaciones personales y de la experiencia grata que yo misma he podido experimentar. Me he cansado reiteradamente de trasladar que más allá de las trifulcas, de las discrepancias, de las diferentes opiniones, legítimas, que aquí tenemos y que expresamos en esta tribuna, existe otra vida y somos personas, y detrás de estas cámaras, de estos focos y de estos micrófonos, cada uno de nosotros entabla unas relaciones, y en mi caso ha sido una experiencia muy grata. Me van a permitir que haga un resumen de todo ésto que he dicho de las dos formas que más me gustan y que muchos de ustedes saben: en euskera y cantando. No sé preocupen, no hacen falta los intérpretes, porque luego les proporcionaré la letra.

«Legislatura honetan zuen laguntzakin // Eskerrak ematea behartua naiz ni // Alderdikoak eta beste guztiei // Besarkada denei bihotz-bihotzetik // Harremana polittak zenbait jenderekin // Lanean lana eta besteetan berdin // Horregatik dizuet berriz nere eskerrik // Berriro ikusteko irrikitan nabil» Eskerrik asko. (Aplausos).

La señora VICEPRESIDENTA (Vicente González): Gracias, señoría. Quiero desear toda la suerte, tanto al senador Anasagasti, gran parlamentario y compañero en esta Cámara, como a Rut Martínez y a todos aquellos que dejan la Cámara al finalizar esta legislatura.

 

EN LOS NUEVOS ESTUDIOS DE LA SER EN BILBAO

Martes 20 de octubre de 2015

Iñaki y Emilio en la SEREste pasado lunes, a las once de la noche, estuvimos Emilio Olabarria y yo  en la nueva sede de la Ser en Bilbao. Pasa de la calle Epalza a la calle Ercilla 24, con nuevos y espléndidos estudios. Emilio ha participado estos años en la tertulia de Hora 25 dirigido por Angels Barceló y yo con Txiki Benegas y Tontxu Rodríguez en la tertulia que dirige Eva Domaika. La SER nos aguanta semanalmente.

En la primera fila estaba el Fiscal General de Euzkadi, Juan Calparsoro y junto a nosotros los periodistas Antonio Naranjo, Miguel Ángel Aguilar, Alberto Pozas y con Angels de conductora del programa.

Emilio Olabarria y yo llegamos al Congreso en Madrid en 1986 desde el Parlamento Vasco y en un año durísimo para el PNV cuando éste se dividió y dos diputados, Azkarraga y Oliveri, pasaron al Grupo Mixto y nos quedamos cuatro diputados: Olabarria, Zubia, Etxeberria  y yo mismo. El PSOE tenía mayoría absoluta, gobernaban Felipe González y Alfonso Guerra y ETA no paraba de atentar. No fue fácil.

Y han sido 29 años, de los cuales Olabarria estuvo cinco como miembro del Consejo General del Poder Judicial. Fue  miembro asimismo  de la Mesa del Congreso con Félix Pons como yo lo fui de la del Senado con Javier Rojo. Vidas más o menos paralelas.

Criticamos la banalización de la prensa actual del hecho parlamentario con mileuristas en los pasillos explotados por unos medios que buscan solo la espuma de la noticia no habiendo, como había en las Cortes cuando llegamos, ni de cronistas, ni de periodistas de la envergadura de Luis Carandell, María Antonia Iglesias, Gloria Lomana, Julian La Calle, Gonzalo López Alba, Luis Rodríguez Azpiolea, Gorriaran, Amalia Sánchez San Pedro, Máximo, Martín Morales, Susana Olmo, Anabel Díez y el propio Miguel Aguilar quien en la Tribuna de prensa, junto con periodistas de este nivel hacían una sesuda información parlamentaria. Recordar asimismo que Torres Murillo y Kepa Bordegaray fueron claves para interesar al lector cuando se negoció la Constitución y el Estatuto de Gernika en 1978 y 1979.

Es verdad que reivindiqué la necesidad de un Senado distinto al actual y que, hecho el trabajo de confeccionar el dictamen de una ponencia para  reformar sus funciones, el PP y el PSOE han sido incapaces de hincarles el diente. Y recordé que asimismo la prensa y el Congreso son los dos grandes enemigos del Senado.

Miguel Ángel Aguilar recordó como un día le comenté que en un debate de Aznar cuando éste hablaba de ETA, la cámara de TVE me enfocaba a mi como si yo tuviera algo que ver con las fechorías de aquella banda y eso nos condicionaba mucho. Desaparecida ETA solo somos noticia cuando el aventado de  Albert Rivera dice que hay que acabar con el Concierto Económico desde su oceánica  incultura  histórica. Si quiere la tercera guerra carlista que siga por ese camino. Solo eso me da el nivel de su inconsistente liderazgo tan jaleado por esos medios tan superficiales.

Emilio habló de la efebocracia (gobierno o tiranía de los adolescentes) y se mostró preocupado por el poco nivel de los partidos emergentes que no hablan en serio de cómo crear empleo, qué  hacer con el Pacto de Toledo, como recuperar la apuesta por la Justicia Universal y tantas cosas de fondo que son tapadas por la anécdota.

Creo que el debate fue interesante y que no ha hecho más que empezar.

Miguel Ángel Aguilar, viejo amigo, me regaló el periódico semanal que dirige de nombre AHORA. Y Antonio Naranjo me enseñó en su tableta como yo en su día le llamé facha. No le debió importar gran cosa.