39 VECES REUNIÉNDONOS

Sábado 26 de septiembre de 2015

Dicen que el Athletic es un caso único en el fútbol mundial. No lo dudo. ¿Y qué dirán de un partido en Europa que lleva 39 años reuniéndose en una fiesta político-familiar-reivindicativa y que tiene 120 años de existencia?.

Si, la verdad es que es un caso único.

En 1977 veníamos de un tormentoso Aberri Eguna. El del anterior, 1976, se había anulado por el secuestro por parte de ETA de Aingeru Berazadi y los socialistas, puestos a hacer política en Madrid, eso del Aberri Eguna les empezaba a escocer. La pancarta pidiendo la autodeterminación ya la habían quemado y buscaban las fotos en las que Rubial, Benegas, Redondo y Juanito Iglesias pedían algo que el socialismo demanda en sus estatutos. Pero no solo ésto les escocía sino les comenzaba a quemar eso de que Navarra es Euzkadi. O mejor dicho con el grito al uso: Nafarroa, Euzkadi da!.

En este clima y tras las elecciones de junio de 1977 plantee en el BBB hacer una fiesta de Partido. La había visto en Caracas en el Parque de los Caobos donde Acción Democrática y Copei celebraban su fiesta anual con parrilladas, casetas, exposición de productos de los distintos estados, folklore y un acto político central donde hablaban los líderes de los partidos. Era una fiesta político-familiar que al día siguiente se reflejaba en los medios de comunicación.

Aprobado en el BBB fui con Juan José Pujana y Andoni Olabarri a la reunión semanal del Euzkadi Buru Batzar a la calle San Martin de Donosti donde semanalmente nos reuníamos bajo la presidencia de Carlos Garaikoetxea siendo el secretario del EBB, Koldo Amezketa. Y allí se aprobó como fiesta del Partido.

Enterado Juan de Ajuriaguerra, a la sazón diputado por Bizkaia, nos llamó a Txomin Saratxaga y a mí a su oficina de la calle Dr. Areilza. Nos expresó con la dureza de sus formas que aquello no era correcto pues rompíamos la unidad de los partidos siempre necesaria. Acabado “el chorreo”, sin haber cumplido los treinta años le dije al gran jefe con un hilo de voz: ”Don Juan. Usted nos ha enseñado que en el partido mandan los burukides y no los diputados y nosotros creemos que ésto es bueno para el Partido que tiene ganas de verse en un acto propio”.

Me miró, y respondió: ”hacer lo que queráis”.

Y lo hicimos.

Alderdi Eguna Aralar_1El gran mérito de la movilización fue de las organizaciones municipales al frente de las cuales estaba Txomin Saratxaga que férreamente llevaba el control de asistencia y de los autobuses. Pero elegimos muy mal el lugar. Nos pesó el hecho de que San Miguel de Aralar era el patrón del PNV y en su santuario pusimos el punto de concentración que no tenía las condiciones adecuadas para recibir y estacionar a cientos de autobuses y que todavía a las cinco de la tarde continuaban llegando y pasando a duras penas por sus estrechas carreteras.

AralarEl éxito fue increíble. Batallones de gudaris y gudaris que no se habían visto en décadas, allí estaban desfilando. Amigos de la resistencia y de la clandestinidad, gentes que no sabían que fulano estaba en el PNV y zutano se iba a afiliar se veían, reconocían y saludaban. Burukides de distintas regionales, antiguos presos, gente de la Euzkadi del silencio y de la persecución, exiliados, allí estaban sin terminar de creer lo que veían. Y en medio de todos los parlamentarios recién electos, el EBB, los Consejos Regionales, las Extraterritoriales, y el gran líder del momento llegado del exilio en su Navarra natal, Don Manuel de Irujo.

Fue un día redondo y de un éxito indudable.

Ajuriaguerra tuvo la elegancia de llamarnos y reconocer que habíamos acertado. Y, la gasolina, que ese día se insufló en el PNV ha perdurado hasta ahora en 39 ocasiones, no suspendiendo la fiesta ni en tiempos de división y enfrentamiento. Todo lo contrario.

Este año parece que hay algunas novedades y que servirá de arranque de la próxima campaña electoral.

Alderdi Eguna 2015Allí nos veremos.

SE NOTA QUE ES JESUITA.

Viernes 25 de septiembre de 2015

Papa en USAConté como hace exactamente una semana estuve en Nueva York. El último día, al mediodía, decidimos dar una vuelta por la V Avenida. Allí me encontré con una pareja de Portu y con varios más. La ciudad, con buen tiempo, estaba iluminada y rebosante, y al pasar por la Iglesia de San Patricio, decidimos entrar en ella. Acababan de limpiar la fachada y todo olía a visita del Papa, sobre todo por el flujo de personas que entraban y salían continuamente y llenaban las naves. Uno de mis compañeros, Salvador Sedó de Unió, puso una vela eléctrica al santo para que le diera suerte en las elecciones catalanas del domingo. El otro para que le pusieran en las listas y, los más, compraban medallas conmemorativas de la visita de Francisco.

De repente sonó estruendosamente el órgano. Estaban en pruebas pero aquello parecía el cañón Berta. Y aquella solemnidad sobrecogía. Posteriormente he visto la Iglesia durante la visita del Papa. No cabía un alma y menos un obispo más. Pero me di cuenta que no hacía falta estar allí apretujado pudiendo ver en la CNN una magnífica transmisión en directo. Lo mismo ocurrió cuando la llegada del Pontífice en la base Edwards de Maryland con Obama y su familia, todo un mensaje o en el discurso en el Congreso estadounidense ante 435 senadores, invitados, jueces del Supremo y gente elegante que se puso de pie como un rayo cuando el chambelán anunció la entrada en el hemiciclo de Su Santidad el Papa del Vaticano. Era la primera vez que un Pontífice lo hacía de esa manera y además que estuviera hablando allí una hora y dando lecciones de moral y buenas costumbres a tanto galápago reunido. No todos. La Iglesia Católica con este acto y el propio Pontífice se han erigido en faros morales en tiempos de tanta confusión. No siempre fue así. El Vaticano y EE.UU no establecieron relaciones diplomáticas hasta 1984, después de un intervalo de más de un siglo. No le veo ni a Juan Pablo II con su soberbia polaca ni a Benedicto XVI ejercer semejante liderazgo ante unos señores que lo pueden casi todo.

Mi amona hubiera estado tremendamente feliz viendo esa referencia de la sotana blanca ante tanto traje oscuro y hablando calmadamente ya que recuerdo la alegría que se llevó cuando eligieron en 1960 a John Kennedy el primero y único presidente católico. Para ella aquello era una señal y el no va más de lo que podía pasar y solo faltaba la conversión de Rusia para que el mundo se arreglara. Los tres secretos de Fátima vaticinaban algo así, y estaba segura que las cosas iban a ir a mejor. Seguramente algo parecido le pasó al speaker o presidente de la Cámara de Representantes del Senado, el republicano John Boehner al que vimos en directo no poder contener las lágrimas al lado del Papa cuando éste bendecía a los asistentes asardinados en la explanada delante del Capitolio. Seguramente este rudo republicano de uña en el rabo debió tener unos padres y una abuela de este estilo y la emoción pudo con él. No es para menos.

El Papa no podía tocar todos los temas en su discurso pero los que fueron elegidos tenían enjundia. Era allí donde había que pedir la abolición de la pena de muerte, del comercio de armas, por la justicia social, la protección de la familia y del medio ambiente y demás verdades como puños. Seguramente a varios republicanos no les gustaría mucho lo que oyeron pero allí estuvieron porque el Papa era uno de los suyos y había que estar allí con respeto. Y estuvieron. Toda una lección. Aquí cuando han venido los anteriores Papas, al Pontífice lo ha tenido secuestrado la carcundia o el gobierno  o solo recibiendo a prebostes del PP y del PSOE. Los demás, con tanto cura, monja y misioneros, no éramos hijos de Dios y se da la circunstancia que, nuestro Grupo Vasco de senadores, estuvo en enero del año pasado en la explanada del Vaticano un miércoles de audiencia general y al que le regalamos una argitzaiola. Y nos dijo lo mismo que expresó desde la balconada del Capitolio: ”Recen por mí”.

“Si la política debe verdaderamente estar al servicio de la persona humana de esto se deriva que ella no puede estar al servicio de la economía y de las finanzas…. Y ésta fue su primera propuesta: ”la dirección clara con una regla de oro: ”Tratemos a los demás con la misma pasión y compasión con las que queremos ser tratados….”

Se nota que detrás de él hay mucha mili, mucho trabajo jesuítico del bueno y sobre todo mucho olfato y horizontalidad.

Nos contaba un embajador chileno miembro del Consejo de Seguridad: ”El primer milagro del Papa es que todo el mundo quiera a un argentino”.

Solo queda que, encauzadas las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, logre que en Venezuela, el 6 de diciembre haya unas elecciones verdaderamente democráticas. Sería otro milagro.

 

LA TXALUPA LLEGÓ A BUEN PUERTO

Jueves 24 de septiembre de 2015

Por Xabier Leizaola

Radio Euskadi_1

«La aventura de Radio Euzkadi II en Venezuela fue, sin duda, una etapa del nacionalismo vasco del siglo XX que dice del sentir y del hacer del pueblo vasco en su historia de supervivencia y defensa de la identidad y de la libertad. Recordar en el siglo XXI la historia del siglo XX nos ayuda a constatar un renacimiento como el que surgió en el siglo XX, después del XIX, tras las guerras carlistas que dieron nacimiento a Chaho, Campión, Arana Goiri y, más recientemente a los Aguirre, Leizaola, Irujo, Rezola, Landaburu y, en nuestros días, los Garaikoetxea, Ardanza, Ibarretxe, Arzalluz. Siempre encuentra el pueblo vasco, en sus circunstancias difíciles los hombres que defienden su identidad nacional.

La larga lista de colaboradores de Radio Euzkadi III, presentes por más de 10 años, demuestra la entrega desinteresada del vasco en defensa de su ser y de su entorno. El hombre que fue el faro de Radio Euzkadi, Joseba Rezola, tiene las características del hombre de fe, de esperanza y de generosa perseverancia. Esta generosa perseverancia contrasta con la perseverancia egoísta del dictador.

Haber tenido que refugiarnos en Caracas, tanto en San Bernardino, como en Socarrás, en Altamira como en la Libertador para grabar diariamente una cinta de emisión de una hora que, ora unos, ora otros teníamos que llevar hacia el monte, a 60 kms. de distancia, atravesando la Fila de Mariches, el puente Pichao sobre el río Guaire y los cerros de Santa Lucía, con los modestos medios de cada uno, salvo honrosas ayudas, representa la aventura de 4000 días en la soledad del exilio. El informador, el escritor, el periodista, el administrador, el mecánico, el ingeniero, el colaborador, todos bajo una consigna de silencio, mantenían en pié una bandera, una ikurriña que daba fe, para el mundo, de la supervivencia del pueblo vasco como nación. Hace ya 25 años que arriamos esa bandera erigida en la selva venezolana y, hoy, ondean orgullosas las ikurriñas que tirios y tróvanos admiten porque ellas tiene savia del pueblo, de un pueblo consciente de su identidad nacional.

Fue así:

La carretera de Santa Lucía a Caracas, desde los valles del Tuy, llegando por la fila de Mariches, un poco antes de Petare, deja, entrever, en la hora crepuscular, la silueta del Pico Oriental del monte Ávila. Al ver esa silueta, los que éramos correos, no del Zar, sino de Radio Euzkadi, allá por las décadas del 60 y del 70, sabíamos que llegaba a buen fin nuestro retorno del viaje de traslado del cassette (TALO) que nos habían encomendado ese día, para su entrega a Ixaka Atutxa al hombre solitario de la selva enquistada en la hacienda del generoso venezolano Luis José García.

El hombre solitario, Ixaka Atutxa, esperaba con placer, sin duda, los carteros que le traían el Talo para poner a funcionar la emisión diaria de Radio Euzkadi. En oportunidades, se quedaban a acompañar su soledad compañeros como José Elizalde, con quién había compartido los sinsabores de la Brigada Vasca en Francia en la lucha contra los alemanes, o como Juancho Ortiz, algorteño, que combinaba sus oficios de pastelería en el barrio caraqueño de Catia con los inconvenientes del monte, las serpientes y los mosquitos zancudos. A Ixaka no le disgustaba la llegada de cualquier otro de los del grupo, fuese Félix Berriozabal «Elorrio» con sus cuentos del folklore vizcaíno, o Miguel Briceño, el andino generoso a quien su patrón Julián Atxurra había encomendado esa misión por sobre cualquier otro trabajo; o Julián Atxurra hijo que, después de grabar, tenía de pronto que ir hasta allí como le sucedía a Josu Urresti, nuestro «Jonás», a quién acompañaban, de vez en cuando, sus hermanos Joseba o Paulin.

La visita a Ixaka, sobre todo en fines de semana, la llevaban a cabo otros compañeros a quienes Intza adiestraba para que llevaran alimentos y la compartieran con la amenización de partidas de mus. Así podían acudir los Bingen Amézaga, Tomás Andonegui, José Ignacio Zuazo, Joseba Iturralde, Jon Olabeaga, Andoni Olabarri o los impresores José Luis y Joaquín Morales. Pero las visitas de emergencia, de médico, las realizaban o bien los ingenieros mecánicos, si la planta generadora de electricidad fallaba, allí aparecían de noche o de día, los Juan Mari López Izaguirre, Iñaki Landa, Jon Gómez. Si la planta enmudecía o se acatarraba porque sus transmisores Pedro o Pablo se cansaban de transmitir, los ingenieros de turno electricistas, bien adiestrados por el super-técnico José Joaquín Azurza, Kepa Lekue y Jon Mikel Olabarrieta acudían sin desfallecer.

Radio EuzkadiPara Ixaka era un pequeño placer, al poner en marcha la emisora, reconocer la voz de los locutores. Los de las voces bajas y claras eran Ricardo Líbano, Joseba Arriaga o Antonio Mendiluce. Los de las voces más fogosas: Iñaki Arretxabaleta, José Mari Zugarramurdi o Pello Irujo. Los del euskera: Aita Patxi, Aita Iñaki o Xabier Leizaola. Las de las voces femeninas cantarinas. Maite Garitaonaindia, Mirentxu Solabarrieta y Maite Leizola. Los que tenían que grabar todas estas voces, además de Urresti y Atxurra, eran Iñaki Anasagasti, Jon Mikel Olabarrieta, Garbiñe Urresti (nuestra «GOLDA MEIER»), Txomin Viscarret y Guillermo Ramos.

La preparación de los textos, las editoriales y las noticias, en suma toda la orquestación, la dirigía Alberto Elósegui con su equipo de Jone Intxausi, José Joaquín Azurza, José Abasolo, Bingen Amézaga e Iñaki Anasagasti, nuestro «BRUJO», quién heredó la orquestación y la responsabilidad de terminar de llevar a buen puerto aquella nave, cuando Alberto Elósegui se fue a Londres.

radio euzkadi en venezuelaTodo este movimiento funcionaba con los recursos que Jokin Intza arrancaba de aquí y de allá poniendo a trabajar cuanta mano veía proclive a la generosidad con su clásica proposición de sí o sí. Utilizaba su equipo de recaudadores y colaboradores: los Julián Amezcua, Feliciano Aranguren, Aintzane Quintana, Iñaki Erkoreka, Fernando Carranza, Jon Leizaola, Domeka Etxearte, Paul Aguirre, Iñaki Zubizarreta y Aita Boni.

Desde que Iñaki Elguezabal, José Luis Atxa y Jesús Irazabal plantaron aquella antena que ideó José Joaquín Azurza, en medio de la montañosa hacienda de Luis José García, empezaron a correr los largos doce años de vida de Radio Euzkadi, que llegaba hasta Europa todos los días con su saludo de «AQUÍ RADIO EUZKADI, LA VOZ DE LA RESISTENCIA VASCA. HEMEN EUZKADI IRRATIA, EUZKO ERRESISTENTZIKO GUDARIEN DEIA…»

Y dejó de transmitir poco después de la muerte de Francisco Franco, que celebramos en Radio Euzkadi al grito de «abajo la dictadura y viva la libertad». Nos despedimos el 1 de Mayo de 1977 con la satisfacción de haber cumplido con un deber.

Hoy la actual Radio Euzkadi es una emisión digna y eficiente que transmite todos los días en la nación vasca que nos vio nacer a muchos de nosotros y que, desde Venezuela, la generosa Venezuela, podemos captar con orgullo y sin temor a ser descubiertos o maltratados. Y en el año 1992 nos reunimos celebrando el reconocimiento que se le hizo a Radio Euzkadi, por parte de la Fundación Sabino Arana, con el premio «Diáspora 1991». Aquella celebración no tuvo para nosotros la debida resonancia si no llamamos a nuestros corazones a los que tanto colaboraron y se fueron hacia Jaungoikoa aquí en Venezuela: Santi Guruceaga, Julene Urcelay, Eukeni Olabarrieta, Joseba Olabarrieta, Mikel Olasagasti, Rafael Mendizabal y Txomin Llanos, autor del «Talo de Oro» junto con el hoy pianista neoyorquino Jesús Gallastegui. Alia en Euzkadi: se fueron Isaías Acha, Jon Garaigobordil y el bueno de Julen Abando. También nos dejaron nuestros maestros y animadores: Joseba Rezola, Manuel Irujo y J.M Leizaola.

Tampoco pudo estar con nosotros aquella noche en Caracas, los fieles e incansables colaboradores con sus escritos, sus noticias, su tesón en defensa de la libertad. Residen en Euzkadi y en Europa: Urrestarazu, Arrizabalaga, Ibarra, Gerardo Bujanda y Peru Ajuria.

Desde estas muestras sencillas y casi imperceptibles voces de hoy, animados, sin embargo, del mismo espíritu de lucha por la libertad y la solidaridad, vaya nuestro fraterno abrazo, nuestra esperanza y nuestra fe.