Franco seguirá en el Valle de los Caídos

Martes 17 de julio de 2012

El señor PRESIDENTE: Punto tercero del orden del día. Preguntas. La pregunta del senador Peral ha sido retirada. Se ha distribuido un nuevo orden de contestación de las preguntas. ¿La tienen todos los portavoces? (Afirmaciones.)

Pregunta de donIñaki Anasagasti Olabeaga. Tiene la palabra su señoría.

El señor ANASAGASTI OLABEAGA: Muchas gracias, señor presidente.

Una senadora me ha dicho: “pregunta interesante, con la que está cayendo”. Le he dicho que sí, pero el señor Montoro tiene seis preguntas para contestar sobre la crisis económica. Además, hago esta pregunta porque mañana se cumplen 76 años del 18 de julio de 1936, que me imagino que les dirá a ustedes algo.

Y lo hago porque al inicio del periodo de sesiones, la señora vicepresidenta nos contestó que ya tenía tomada una decisión sobre el Valle de los Caídos y que iba a tener como base el consenso, queremos preguntarle si se ha trabajado en ese consenso y si nos puede dar alguna fecha concreta respecto a reactivar los acuerdos políticos sobre el futuro del Valle de los Caídos.

Muchas gracias, señor presidente.

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señoría.

Señora vicepresidenta, tiene la palabra.

La señora VICEPRESIDENTA DEL GOBIERNO Y MINISTRA DELA PRESIDENCIA(Sáenz de Santamaría Antón): Muchas gracias, señor presidente.

Señor Anasagasti, como usted comprenderá, hace 76 años yo no estaba allí pero estoy aquí para contestar esta pregunta y las que usted tenga por conveniente.

Voy a centrarme en el objeto de la misma. Usted habla de retomar los acuerdos políticos en relación con el futuro del Valle de los Caídos y yo voy a hablar del único acuerdo político que se ha producido, con un amplio consenso, sobre el futuro del Valle, que es el artículo 16 dela Leydela MemoriaHistóricaque, como usted sabe, obtuvo 36 votos a favor, 1 en contra, y 1 sola abstención. Y no ha habido ningún acuerdo más, porque en la pasada legislatura el Gobierno aprobó la creación de una comisión de expertos, monocolor. Creo que a usted no le pidieron opinión sobre su composición, y a mí tampoco. Allí se llegó a un informe que no era ningún acuerdo sino que se nos vino a decir: nosotros no nos hemos puesto de acuerdo, miren ustedes si pueden hacerlo. Yo le digo que creo que tenemos que trabajar por lo que dispone el artículo 16 de esa Ley de Memoria Histórica, y en la medida de lo posible debemos procurar que este asunto, que como usted decía al inicio de este tema con la que está cayendo no es de actualidad, no se sume a mayores diferencias precisamente con la que está cayendo.

Muchas gracias, señor Anasagasti. (Aplausos en los escaños del Grupo Parlamentario Popular en el Senado.)

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora vicepresidenta.

Tiene la palabra el senador Anasagasti.

El señor ANASAGASTI OLABEAGA: Gracias, señor presidente.

Yo tampoco estaba allí hace 76 años, pero también tengo una cierta sensibilidad (Rumores.), y además le estoy haciendo una pregunta a un Gobierno democrático, de centro derecha pero democrático. Y tenemos una gran vergüenza en el Valle de los Caídos: un dictador enterrado que provocó una sublevación militar hace 76 años que, repito, es una vergüenza. Indudablemente no se resolvió ni en la anterior legislatura ni en la anterior, pero ustedes tienen mayoría absoluta y están tomando decisiones muy importantes con mayoría absoluta. Creo que un tema como éste, que es de sensibilidad democrática –yo no pongo en duda su sensibilidad democrática-, unido a esa mayoría absoluta con la que están ustedes haciendo muchas cosas, también podrían hacer esto. Y es que, además, en paralelo a ésto hay una serie de personas que están intentando que se exhumen los cadáveres de sus familiares desaparecidos y que son víctimas del terrorismo. El cadáver de Franco se sabe donde está. Y además honrado. El de sus familiares no. Y eso no es algo que se pueda soslayar a cuenta de la crisis económica aunque también la crisis económica nos afecta y estamos preocupados por ella y tenemos opinión sobre ella. Pero la crisis económica no solo se agota en la política; hay otros temas de sensibilidad democrática como este, y por eso, aprovechando que mañana se conmemora una fecha nefasta para la historia de España, una sublevación militar contra un Gobierno legítimamente constituido en febrero de 1936, ustedes podrían decir algo. Sé que usted me va a decir que anteriormente no se les pidió opinión -y tampoco a nosotros-, pero se creó una comisión, ha pasado el tiempo, pero nosotros tampoco vemos que en esos meses ustedes hayan hecho algo. Nosotros pensamos que usted, que tiene sensibilidad democrática, tratará de resolver esta cuestión.

Muchas gracias, señor presidente.

El señor PRESIDENTE: Gracias, señoría.

Tiene la palabra la señora vicepresidenta.

La señora VICEPRESIDENTA DEL GOBIERNO Y MINISTRA DELA PRESIDENCIA(Sáenz de Santamaría Antón): Muchas gracias, señor Anasagasti. Le agradezco su sensibilidad hacia una formación política que, como usted dice, es un Gobierno democrático. Nos sentimos herederos, y yo particularmente, de aquella generación de políticos que hace unos cuantos años decidieron que había que aparcar las diferencias y constituir en este país una democracia por la que quienes estamos aquí tenemos que sentirnos reconocidos.

Usted habla de trabajar por los acuerdos políticos, pero yo quiero decirle una cosa. El Gobierno sí, pero el resto de los que estamos aquí también, porque en primer lugar usted es tan político al menos como yo, con muchos más años en la política que yo, pero me imagino que en esos 32 años de vida política usted habrá sido capaz de llegar a acuerdos. Por tanto, que es una responsabilidad del Gobierno, sí, pero también de todos los que estamos aquí. Y ya que estamos hablando de acuerdos entre las fuerzas políticas, si usted quiere llegar a un acuerdo sobre este punto yo le invito a que hable con el Gobierno, pero también hable con el resto de las fuerzas políticas y pongámonos a trabajar. Porque como usted decía, el Gobierno tiene importantes y muchas tareas, sí, algunas de ellas perentorias para la vida diaria de miles de ciudadanos, y esta también. Pues puede usted ejercer la parte de responsabilidad política que le corresponde. Yo no le estoy haciendo ningún encargo, le estoy diciendo que si usted quiere un acuerdo político, usted es político, tiene capacidad para llegar a acuerdos y tiene el tiempo y la capacidad en esta Cámara para hacerlo. Compartamos el trabajo, señor Anasagasti.  (Aplausos en los escaños del Grupo Parlamentario Popular en el Senado.)

El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora vicepresidenta.

 

Nacionalismo Vasco en Iparralde

Lunes 16 de julio de 2012

Hay, según nos parece, en el problema del nacionalismo vasco dos factores que no suelen ser fácilmente comprendidos: el primero, que las aspiraciones autonómicas del sur son inseparables de la constante autonómica de los territorios vasco-franceses, cuya historia es en España totalmente desconocida; el segundo, que la mayoría de los franceses reciben con gran sorpresa el comentario cuando se les dice que pronto podrían tener en plena ebullición a sus vascos. Ellos creen que las cosas fueron definitivamente “atadas y bien atadas” en 1790, con la creación del Departamento de los Bajos Pirineos y que esas raras palabras vinculadas al nacionalismo vasco no son comprensibles sino en función dela ETAdel sur: cosas del otro, lado del Bidasoa, miradas con simpatía por un vago sentimiento de identidad que la historia ha casi diluido. Las siguientes quisieran hacer alguna luz sobre el nacionalismo vasco-francés. Cuando, en 1512, Fernando el Católico se apoderaba de Navarra, y Juan de Albret y Margarita de Navarra se refugian enla Navarrafrancesa, Navarra sigue existiendo como Benabarra o Basse Navarre. Después de sucesivas escaramuzas, en las que el nacionalismo navarro juega la carta protestante, para sumar fuerzas a la vez contra el Rey Católico y contra el Papa, que habría facilitado la caída de Pamplona, Enrique IV se titula rey de Francia y de Navarra en 1589: se trata de una “unión personal” y no de una fusión de Estados, que conservan su constitución y su libertad. No hay por qué seguir aquí la complicada trayectoria de los pequeños territorios vascos de Laburdi y Zuberoa (la Soule) liberados poco a poco de siglos de invasión inglesa y que entrar sin fundirse en la órbita dela Navarrade ultrapuertos.

Las cosas siguen así hasta 1789, en que se desencadena la tempestad de la convocación de los Estados Generales (Versalles, 5 de mayo), que adquirirán su máxima gravedad con la revolución francesa y estallará en los fuegos artificiales del imperio napoleónico.

Luis XVI, que convoca a todos sus reinos, no se atreve a herir la susceptibilidad de los vascos, a los que quiere seguir tratando como “reino independiente” y convoca para ellos estados regionales en el Bearn y en Navarra. Las sesiones tienen lugar en San Juan de Pie de Puerto, donde deberán elegir, como nación, delegados para Versalles (abril y junio de 1789). Pero los vascos opinan que aquél es un “asunto extranjero”: si los franceses quieren una constitución nueva, que la hagan para sí: ellos están contentos con la vieja. Y aprovechan la ocasión para dirigir a Luís XVI un largo memorial en el que piden, entre otras cosas: moneda distinta, acuñada en Navarra; establecimiento dela Cancillería, con supresión del senescal, preboste, mariscal y jurisdicción de aguas y bosques; prohibición al intendente de ejercer jurisdicción en Navarra: anulación del tratado de límites de 1785; abrogación de todas las leyes aplicadas a los navarros desde Luis Xlll sin aprobación dela Asambleanavarra y suspensión de todos los impuestos no aceptados por ésta; liberación del clero navarro de los diezmos dela Iglesiafrancesa; facultad de elegir libremente los funcionarios municipales; reconocimiento de los privilegios particulares de la nobleza navarra; que las cadenas de Navarra figuren en el escudo real y en las monedas juntamente con las armas del escudo de Francia; declaración de la nulidad de la “Unión” de 1620 y posibilidad de separarse si llegara al trono de Francia una mujer; que los reyes presten juramento de guardar los fueros navarros antes de acceder al trono, semejante al juramento que prestaban los reyes españoles, incluso después de la división de las dos Navarras.

Dos cosas eran sustanciales: reconocimiento de la soberanía nacional y facultad de vetar los impuestos que se consideraran abusivos.

Más dóciles, Laburdi y Zuberoa aceptan en Versalles el artículo 10 que establecía un derecho común para toda Francia. Navarra convoca otra vez sus Estados en septiembre, para salir de su actitud pasiva y tomar finalmente decisiones. Pero sabiendo cuáles iban a ser éstas, Luis XVI disuelve la reunión (22 de septiembre 1789). El 8 de octubre,la Asamblea Nacionaldecide que el título de Rey de Francia y de Navarra sea sustituido por el de Rey de los Franceses. El 4 de marzo de 1790 se decreta quela Soule(Zuberoa), Laburdi y Baja Navarra, se fusionen asumidos por el Departamento de los Bajos Pirineos.

La herida infligida a los vascos no ha tenido tiempo de cicatrizar cuando comienzan las invasiones de España (1793). La campaña de Moncey y de Harispe en 1794 pone en contacto a los vascos de ambos lados del Pirineo y resucita en ellos la idea de ser un solo pueblo como antes de 1521. Es muy curiosa esta sintonía espontánea. Mientras las tropas de Moncey presionan sobre Bilbao,la Junta Generalde Guipúzcoa se reúne en Getaria y pide, que Gipuzkoa sea considerada como estado libre, sin obligaciones ni con España ni con Francia. Quien detiene a los junteros no es España, por considerarlos separatistas, sino Pinet, el representante de Francia, que lo que pretende no es un Estado-tampón entre Francia y España, sino la anexión lisa y llana de Gipuzkoa al Estado francés.

A partir de 1807, el que opera militarmente en Espa­ña es el propio emperador Napoleón. Y entonces se formula la más extravagante idea de reunión de todo el pueblo vasco bajo el cetro de Bonaparte, pero con personalidad política y nacional.

Un antiguo senador, Garat de Ustarritz, “antes de que el destino de España sea fijado” (porque él da por seguro que Napoleón dispondrá de España como lo ha hecho de todas las coronas de Europa) somete al emperador en 1808 un largo memorial que concibe al País Vasco unificado en el conjunto del imperio.

Todavía vive Francia el recuerdo de la utopía del calendario de la revolución, con esos extravagantes nom­bres de Brumario, Floreal, Termidor… A Garat se le ocu­rre que la patria de los vas­cos, pueblo marinero, podría llamarse “nueva Fenicia”, que estaría constituida por la “nueva Sidón” (territorios franceses) y la “nueva Tiro” (territorios navarros y vasco-españoles). Con los métodos expeditivos de la revolución y del imperio, habría que con­seguir rápidamente la mezcla de las poblaciones: eso sería fácil entre Baztán y Lapurdi y entrela Souleyla Navarralimítrofe.

Garat conoce la debilidad de Napoleón por la instruc­ción pública y propugna la creación de escuelas y liceos, pero en lengua vasca: no sólo habría que conservar el vasco, sino cultivarlo, porque él “arrojaría grande luz sobre todas las lenguas muertas de Oriente”. “No habría que per­mitir habitar en estos depar­tamentos sino a vascos que hablaran el vasco”.

Reconociendo que los vas­cos  son   mediocres  soldados cuando no defienden su propio territorio, Garat de Ustarritz subraya que al servicio del emperador aportarían co­mo marinos “la audacia y el coraje de  los   filibusteros y corsarios más reputados”. Los fenicios   de   la   costa   vasca podrían emular a los de las viejas Tiro y Sidón.

No se nos acuse de dar valor político actual a una utopía romántica destinada al fracaso  desde que se  formuló. Napoleón tendría que aguantar las campañas de Rusia y terminaría  en   Santa   Elena: nada de reino vasco.

Pero el episodio ilustra so­bre la constante independentista de los vascos franceses. La mezcla de poblaciones que provocó Moncey es hoy cosade todos los días por cuarenta años   de   convivencia   de  los vascos exiliados del sur y por la ósmosis   que   los   fáciles transportes y medios de masas crean entre todas las poblaciones fronterizas.

Esta historia es poco conocida en Iparralde y en Hegoalde. Ojalá poco a poco vaya conociéndose. Solo así podremos trabajar en la unión vasca atacada por los separatistas franceses y españoles.

Hace 30 años el PSE rompió Euzkadi

 

Domingo 15 de abril de 2012

Vivimos días en que se van cumpliendo 75 años de acontecimientos vinculados a la guerra, a los gestos de nuestros mayores o a las atrocidades vividas. Pero hay otros aniversarios que pasan debajo de la mesa y que conviene recordar por las repercusiones que siguen teniendo. Me refiero a la separación de los navarros socialistas del Partido Socialista de Euzkadi hace ahora 30 años redondos. Y aquello, aunque parezca mentira, sucedió. No existían el PSE y el PSN, sino que todo era PSE, con los gritos de «Nafarroa Euzkadi da», la celebración del Aberri Eguna, la pancarta de la autodeterminación, la candidatura conjunta para el Senado en 1977 con PNV y ESEI, la pertenencia ala Asambleade Parlamentarios Vascos con D. Manuel de Irujo al frente, la portavocía de Carlos Solchaga, el de Tafalla, del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso de los Diputados… Y, de repente y a cuenta de que se habían creado dos Comunidades Autónomas,la Vascayla Navarra, decidieron separarse sin dar mayores explicaciones. Es como si el PNV hubiera creado dos partidos: el vasco y el navarro. Y a partir de ahí, una gestión política basada en los pactos con la derecha navarrista más antivasca, el limitar la vida del euskera a guetos, el consolidar una autonomía uniprovincial cuyo santo y seña ha sido perseguir todo atisbo de vasquidad… Magro balance de treinta años y una realidad actual de partido más parecido a una orden mendicante, desnortada y sin gasolina, que a un partido histórico asentado fundamentalmente enLa Ribera. Enresumen. ¡Qué diferente hubiera sido hoy la historia, tanto dela CAVcomo de Navarra, con un Partido Socialista Vasco o Vasco-Navarro!

Bajo el lema Seguir avanzando se celebró los días 5 y 6 de junio de 1982 en Iruñea el Congreso Constituyente del Partido Socialista Navarro. Con la elección de la nueva ejecutiva culminaba el proceso de desvinculación de los navarros del PSE, en el que se encontraban integrados hasta aquella fecha. El acto comenzaba tras un trabajoso «Ongi etorri guztiak» dirigido a los doscientos delegados asistentes y a los numerosos invitados al acto, entre los que se encontraban Carmen García Bloise, Luis Fajardo Espínola, Carlos Solchaga -que saludó como «un navarro socialista y no un socialista navarro»- y el secretario general del PSE, Txiki Benegas.

En los pasillos había expectación, ya que se llegó a filtrar que una parte de los delegados estaba dispuesta a plantar cara a la línea oficial dirigida por Urralburu y Arbeloa. Sin embargo, parecía seguro que saldrían adelante con un amplio margen de diferencia las ponencias presentadas porla Ejecutivasaliente, así como la definitiva separación del PSE-PSOE. Tras los debates, llevados a cabo sin presencia de los medios de comunicación, se aprobaban todas las propuestas por unanimidad.

Tras la intervención y saludo de diversos líderes, siempre en un tono triunfalista, tomó la palabra Gabriel Urralburu para leer el informe político elaborado porla Ejecutivasaliente. A lo largo de 26 páginas, Urralburu repasó la trayectoria política seguida por el PSOE en Navarra desde 1977, en el que favorables a la «incorporación de Navarra en Euzkadi» estaban integrados en el Frente Autonómico con partidos nacionalistas. El secretario general saliente dijo cosas tan extraordinarias como que los navarros «nos enteramos del pacto casi por la prensa, cuando estábamos negociando aquí otro frente. Nunca hemos hecho uso del nombre del PSE, sino del PSOE, y tampoco hemos participado en mítines conjuntos con el PNV». Curiosamente aquel pacto se hizo y formó en el hotel Maisonave en el centro de Iruñea.

No faltó tampoco en el análisis una valoración de las convivencias socialistas con la derecha más conservadora de UPN para sacar adelante el proyecto de Amejoramiento del Fuero, relaciones que ese día repudiaron públicamente al darse cuenta de que la opinión pública identificó la política del PSOE con la de UCD y UPN.

Días antes, en el transcurso de una rueda de prensa convocada para informar de la celebración del Congreso, Gabriel Urralburu no había dudado en manifestar que «si en el 77 se decidió llevar a cabo el proyecto de vinculación, fue porque al final de la dictadura ningún militante de izquierdas podría llamarse solo navarrista y de izquierdas».

Estas declaraciones contrastaban notablemente con las realizadas aquel mismo año por el líder socialista a la revista Tierra Navarra, en las que afirmaba que nadie podría decir en Euzkadi que los socialistas navarros no habían luchado por la autonomía vasca. «Están perfectamente unidos -continuaba- los intereses del socialismo con la vinculación de Navarra al País Vasco».

El tono navarrista con el que los socialistas trataron de impregnar su programa se dejó sentir en todo el congreso. El mismo Txiki Benegas insistía en diferenciar machaconamente la dicotomía vascos y navarros, en un nuevo alarde de equilibrismo político. El secretario general del PSE, que acudió como invitado, puntualizaría que Navarra tenía derecho a recuperar su autogobierno y sus instituciones, «y así lo ha demostrado a través del Amejoramiento. Ambas comunidades se asientan sobre presupuestos distintos como son el Estatuto de Gernika y el Amejoramiento del Fuero».

Pese a la trascendencia de los acuerdos adoptados, que suponían un giro total en la política del partido desde su legalización, algunos de los invitados apenas concedieron relevancia a la cuestión, catalogándola como una medida meramente «coyuntural».

Concluido el acto inaugural, se cerraron las puertas para el debate de las ponencias de organización y política que se habían presentado a discusión, así como para la elección de nuevos cargos. Entre los objetivos designados en la ponencia de resolución política destacan la defensa dela Constitución, la defensa de la personalidad de Navarra en el marco del Amejoramiento, el desarrollo progresivo de este y la lucha contra la violencia y el terrorismo. La impresión generalizada fue la de que el PSOE se estaba construyendo un marco autónomo para gobernar en él. Aspiraciones electorales que, por otro lado, fueron recalcadas por Urralburu tanto en la rueda de prensa anterior al congreso como en el desarrollo del mismo.

Si las sesiones no depararon ninguna sorpresa en cuanto a la aprobación de los textos planteados, tampoco las hubo a la hora de elegir a la nueva Ejecutiva. La víspera se hablaba de una supuesta bipolarización interna, con una pugna entre Julián Balduz y Gabriel Urralburu por constituirse en cabezas visibles del partido.

Con el 76,80 % de los votos fue elegido presidente del PSN Paco Álava, exalcalde de Tudela. Hasta hacía bien poco aún se le veía en alguno de los carteles, que milagrosamente se habían salvado de las inclemencias climatológicas, al lado de Manuel Irujo y Carlos Clavería en una lista al Senado español por el Frente Autonómico.

El congreso constituyente pasó sin pena ni gloria. Fue una defensa a ultranza de la línea oficial en la que se aludió en numerosas ocasiones a la «cooperación» con «el País Vasco» y se potenciaba la tercera vía: «Un lugar de encuentro entre ambas comunidades, el Comité Socialista Vasco-Navarro». Se insistió asimismo en que la desvinculación no significaba ruptura. Txiki Benegas hizo alusión a ello al comentar que se equivocaban los que pensaban que este era el congreso de la separación. «Si federar es unir desde la libertad y la solidaridad -dijo-, hoy estamos sentando las bases de una profunda unión».

Con la presencia de Enrique Múgica Herzog, se cerraba aquel domingo el congreso de la ruptura. Antes habían tomado la palabra algunos invitados y el nuevo presidente. El reelegido secretario general, Gabriel Urralburu, cerró el turno de intervenciones resumiendo los auténticos fines perseguidos por el partido. «El proyecto socialista -manifestó- es un proyecto autónomo que significa estar por encima de la política de enfrentamiento que mantienen los nacionalistas vascos, que buscan la incorporación de Navarra, y la derecha navarra, que no reconoce el problema». Muy bonito. Pero sabemos lo que ocurrió. Urralburu se dedicó a robar.

Ocurrió hace treinta años.