Jueves 19 de abril de 2012
El señor Ricardo dela Ciervay de Hoces fue nombrado hace todavía poco Ministro de Cultura. Hombre relevante, licenciado y doctor en muy diversas disciplinas del saber y cosas así… Y sin ánimo de ofensa, panegirista destacado del franquismo, en tiempos pasados.
Nacido en el año 1927, es obvio que no pudo participar en la guerra civil; pero sí ocupó altos cargos en los gobiernos franquistas posteriores. Siempre relacionados con la cultura, como por ejemplo: Director General dela Cultura Popular, Cultura Hispánica y otros de semejante especialidad y alcurnia.
No tengo el gusto de conocer personalmente a tan ilustre personaje, aunque sí hemos tenido algún encontronazo epistolar, cuando desde las columnas del diario «El Alcázar», lanzó contra mí un dardo envenenado. Del que no pude acusar recibo, porque en aquel entonces me encontraba alojado en la prisión de Carabanchel. Además, en ese terreno no podría medirme con él, porque nuestros pesos son muy desiguales. Pero sí pienso que en el terreno del hombre puedo batirme con él, si me lo permite el señor Ministro. Pero mi audacia no tiene mérito alguno. La osadía hubiera supuesto un grave riesgo en otros tiempos -todavía no muy lejanos- , cuando yo deambulaba con nombre supuesto, por los mundos de un régimen de cuya filosofía no quiero acordarme. Pero quiero pensar que un humilde servidor puede hoy mirar cara a cara a un príncipe de la cultura, al igual que ahora pueden hacerlo los japoneses ante su emperador, Hijo del Sol… Afortunadamente los tiempos cambian; no sé sí en el pensar, pero sí en el posicionamiento acomodaticio de las personas públicas.
Me va a permitir el amigo lector que me remonte a épocas pasadas, casi siempre molestas. Pero que en mí son siempre presentes, porque el tiempo no puede borrar las cicatrices que he heredado de mi apasionante ayer, aunque las mismas en ningún momento han destilado rencor.
No quiero imputar a nadie actitudes o intenciones malévolas. Simplemente me voy a referir a hechos y escritos. No obstante, he de criticar a quien no estoy de acuerdo con él. No puedo menos que pensar que muchos hombres titulados «historiadores» han arrimado el ascua a su sardina y que muchos políticos han tenido buen arrimo en la mentira.
Pero creo que la cultura y la mentira son conceptos totalmente divorciados; tan distantes como el trasero y las témporas, para emplear una terminología popular….
El día 6 del mes de Febrero, una noticia publicada en la prensa me ha llevado a relacionar Guernica con el historiador Ricardo dela Cierva. Grandestitulares anunciaban que el Ministro de Cultura desestima que el cuadro «Guernica» de Picasso venga a Euzkadi… Y me resisto a creer que tal noticia sea reflejo de una intención deliberada. Porque pienso que el señor Ministro tiene algo que ver -como historiador- con la destrucción de la villa de Guernica. Algunos dirán que el caso nada tiene que ver con el cuadro pintado por el ilustre malagueño. Pero otros muchos disentimos de esa opinión, porque frecuentemente, en arte se intenta explicar la afinidad de las cosas -aparentemente dispares- con el alma de un pueblo, por el simbolismo de una expresión, artística o meramente representativa. Y el cuadro de Picasso tiene mucho que ver con el salvaje bombardeo de la villa sagrada de los vascos. No hubiera existido el famoso cuadro si no hubiera existido Guernica, porque denunciando los horrores de la guerra, Picasso se inspiró en el bombardeo de Guernica y no en otro…
Soy testigo de excepción de aquella barbarie. Trabajé hasta la extenuación durante las tres horas y media que duró el bombardeo, tratando de auxiliar a las víctimas. Era capitán de la única compañía de gudaris acantonada aquel día en Guernica. Y posteriormente fuimos acusados -nosotros, los gudaris- de haberla dinamitado e incendiado…
El parte de guerra del Cuartel General del Generalísimo dijo que Guernica fue quemada y destruida por el fuego intencionado de los «rojos». El destacado periodista franquista don Manuel Aznar y el obispo don Luis María de Lojendio, en sus respectivas «Historias de la guerra civil, «decían que había sido dinamitada e incendiada por los marxistas desmoralizados en su fuga… Todos los franquistas, de uniforme o sotana, juraron por lo más sagrado que esa era la única verdad…
Pasaron los años y se fue sedimentando el odio de los historiadores. Yla Historiaes para ser escrita «después» y no «durante» los hechos. Así llegó el «historiador» Ricardo dela Cierva. Escribe en el año 1969 la «Historia de la guerra civil española». El año 1970 la «Historia ilustrada de la guerra civil española». Y en Octubre de 1974, la «Historia básica dela Españaactual». No es mi intención hacer una crítica exhaustiva de dichos libros. Han sido escritos en vida de Franco y todos sabemos que el intelectual que pretendiera vivir tenía que tentarse la ropa, porque de lo contrario se corría el peligro de viajar a Siberia, o a Soria, que en resumidas cuentas era lo mismo…
El señor dela Ciervase había atragantado en aquella época, por haber escrito Historia antes de dejar pasar un tiempo prudencial. Pensamos así para otorgarle un atenuante. Pero había dicho -en un alarde de valor- que la destrucción de Guernica no se debió a la dinamita de los gudaris, sino al bombardeo de la aviación alemana… «pero no alemanes dela Legión Cóndor, controlada por Franco, sino alemanes que vinieron expresamente en vuelo directo desde Alemania, retornando a sus bases después de conseguido su objetivo». Sin repostar en ninguna parte y sobrevolando -cargados de bombas- un país neutral, como Francia, gobernada en aquel entonces por una coalición del Frente Popular…
De mi pobre biblioteca -saquedada en el año 1970 por la policía franquista- entre libros de geografía y aventuras, retiro la «Historia básica dela España actual» de Ricardo dela Cierva, publicada, como se ha dicho, en Octubre de 1974. En el franquismo decadente. Un libro de continente voluminoso y de flaco contenido…
Ya el autor había leído a Vicente Talón, quien en el año 1970 había publicado un libro titulado «Arde Guernica». Donde se reconoce que el bombardeo fue obra de los alemanes dela Legión Cóndor, a las órdenes de Franco, pero haciendo la salvedad de que ni Franco ni Mola tuvieron conocimiento de la intención, que era acariciada exclusivamente por el Alto Mando del mariscal Goering. Me consta que Ricardo dela Ciervahabía leído mi versión de los hechos, señalando evidencias más que sospechosas, pero el susodicho historiador no debió tomar en serio mi testimonio y mi protesta, que me valió el ser conducido a Siberia, para permanecer a la sombra durante tres largos años…
A través de la lectura de la «Historia básica dela Españaactual» se puede constatar que su autor quedó convencido por Vicente Talón de que los autores de la destrucción fueron los alemanes «de aquí», aunque siempre expurgando a Franco y Mola de toda responsabilidad.
En dicho libro puede leerse lo siguiente (pag. 438):
«Guernica fue arrasada el 26 de Abril 1937 por un bombardeo en oleadas dela Legión Cóndoren vuelo de prueba destructora sobre núcleos urbanos, sin que ni Franco ni Mola tuvieran previo conocimiento del proyecto alemán…
…No se descarta del todo, aunque no es necesario, ni está directamente probado aún, la hipótesis de que los comandos incendiarios del ejército vasco colaborasen en la destrucción.
…la reacción de Franco, al negar el bombardeo y atribuirlo a los comandos enemigos, fue al principio efecto de su ignorancia sobre el ataque alemán; después ordenó atenerse a las erróneas informaciones dadas inicialmente».
Me permito recordar al señor Ministro de Cultura que a Guernica se le debe una reparación. Y el simbolismo representado en el cuadro de Picasso le pertenece en pleno derecho. Por eso el cuadro, en justicia, debe ser ubicado en el mismo lugar que sirvió de inspiración a su autor. Porque nunca encontraría mejor marco…
Joseba Elosegui Odriozola