Josu Olazaran (El zorro plateado)

Jueves 14 de marzo de 2024

“HAY QUE HACER POLÍTICA”

Ha fallecido Josu Olazaran,  hijo de gudari y hombre clave en la década de los noventa en Bizkaia. Toda una referencia de organización y mando en el EAJ-PNV. Quien hoy no  sabe quién fue, no es  del PNV. Tenía 86 años. Viudo, casado y cuatro hijos. El funeral será mañana viernes en la Parroquia de San Romás de Zierbena  a las 5 de la tarde.

Estuvo en todas las elecciones internas y externas y en la formación de la Ertzaintza, en tiempos en los que no había voluntarios para entrar y había que vigilar que no se infiltrara  nadie  en  un cuerpo nuevo y sin experiencia.

Fue miembro del BBB presidido por Javier Atutxa junto a María Esther Solabarrieta, Arantzazu Petralada, Xabier Maidagan, José Antonio Aspuru, José Antonio López Egaña, Iñaki San Juan, Teobaldo Guerrero, Rafa Sarria, Fernando Egileor y Eneko Caballero. Gran amigo de Karmelo Intxausti, fueron todo un poder interno. Fueron momentos de división del PNV y de amarrar las cosas. E hicieron su trabajo.

Cuando hicimos un libro de testimonios sobre Juan de Ajuriaguerra le pedí la experiencia que había tenido con el gran jefe. Y me contó esto

“Los recuerdos más fuertes que tengo de Juan de Ajuriaguerra son de la época en la que él estuvo enfermo.

A Don Juan le conocí por mediación de Luís Arredondo. Cuando me casé, me trasladé a la margen izquierda y allí, Luís Arredondo iba a las misas de euskera que hacíamos con los chavales de la Ikastola de Astileku.

Juan de Ajuriaguerra vino un día con Arredondo y me dijo cómo había que trabajar en la zona. Luego, vino dos o tres veces más con Joseba Ituarte, tío del actual alcalde de Santurtzi (Ricardo Ituarte), un patriota tremendo, siempre con la txapela y repartiendo “Euzkolurrak”.

Más adelante, coincidí un par de veces más con D. Juan en las reuniones que hacíamos en Amorebieta, en Euba, etc. Finalmente, trabajé mucho con él en las zonas de la margen izquierda.

Pero los recuerdos más intensos que tengo de D. Juan son de cuando cayó enfermo. En aquella época yo andaba metido en temas de Seguridad y Sabin Zubiri, miembro del Bizkai Buru Batzar, me preguntó si podía ir a atender a Ajuriaguerra durante las noches ya que sus hermanas, Marina y Rosario, estaban agotadas.

Comencé a ir todas las noches, a las 22:00 horas, y permanecía allí hasta la mañana. Estuve así tres meses. Al final, Agustín Elorza también empezó a venir y sustituirme porque se hacía muy duro el ir a trabajar después de hacer la noche en el hospital.

D. Juan era un hombre al que todos teníamos mucho respeto y cariño. Era muy duro y no solía dar mucha conversación pero recuerdo, con especial cariño, dos conversaciones.

La primera fue una en la que me pidió que no me levantara cada vez que él también lo hacía. A mí me daba mucho apuro porque estaba ya muy débil y se podía caer, aun así, le hice caso porque era muy enérgico en todas la peticiones que hacía. Eso sí, él lo que quería es que yo no me levantará pero que no dejara  de mantener el ojo abierto, por si acaso.  

Otra conversación fue una en la que me pidió que me acercara a él. Me senté al lado de la cama y me preguntó:

–       ¿Sabes lo que tengo?

–       Más o menos si. –Le contesté yo

–       ¡Mira!. –Me dijo

Y se desabotonó la parte superior del pijama. Tenía todo el pecho abrasado de los rayos que le estaban dando.

–       Bueno –le dije yo-. Que le vamos  a hacer. A ver si se repone rápido.

–       ¿Tú crees?. – Me preguntó él con la mirada muy fija.

Además de esas dos conversaciones recuerdo también el día en el que me preguntó cuál era mi opinión acerca de votar en contra o a favor de la Constitución española. Nosotros, en aquel entonces, éramos unos montaraces y pensábamos que un vasco no podía votar a favor de una Constitución española. Ante mi respuesta él me replicó lo siguiente:

 –       Tú no lo viviste pero en el año 30 nos quedamos al margen por tirar demasiado de la manta y, al final, tuvimos que tirar a la baja. Aquello nos tiene que servir de experiencia.

Me acuerdo también de cómo en la primera asamblea que hicimos en Euba salió una ponencia de Deusto en la cual se pedía que nos fuéramos introduciendo en todo lo que era tejido social, cultural y deportivo, y que siempre intentáramos estar en esas directivas, por la cosa de captar gente.

En esa asamblea, se propuso también que en las directivas no tenían por qué estar, obligatoriamente, personas del partido y D. Juan, que parecía que estaba dormido, de repente alzó la voz y dijo:

–       No me gusta echar atrás ninguna votación pero quiero hacer mi planteamiento al respecto aunque yo siempre respetaré lo aprobado. Me parece que esa es una mala propuesta.

D. Juan explicó las razones por las que no estaba de acuerdo con la propuesta y subrayó que todo aquel que hace una función de partido, tiene también que saber de política. “Lo que no se domina se debe destruir” señaló.”.

Esto fue lo que me contó Josu Olazaran de Juan Ajuriaguerra. Siento que con la pérdida de esta generación el Partido se va yendo con ellos. Creo  se  debe respetar ese pasado, porque no estaríamos donde estamos sin estas generaciones. Estoy seguro que nunca más se le pidió opinión  sobre nada, en virtud de su experiencia.  Aquel era un partido de discusión y batzoki, de estar muy cerca de la gente. Ya sé que la vida pasa pero hay cosas que son inmutables: esas ideas de trabajo, esfuerzo, atención, estar donde hay que estar, atender a la gente, son universales y fundamentales en una organización al servicio de la ciudadanía. Esa fue la fuerza de un partido que lo ganaba todo. Quedémonos con su entrega y reconozcamos su trabajo.

Lo que se le olvidó contar a Marko

Miércoles 13 de marzo de 2024

José Antonio Basteguieta fue alcalde de Kortezubi. Tenía o tiene un asador. Le llamaban Marko Pollo. El viernes pasado  en el programa Baserri Gourmet le entrevistaba Julius Bienert en Gernika. Marko tiene historia popular. Y sentido del humor y del espectáculo. Contó cosas de sus concursos y una relevante. Dijo que había logrado que en el Código Civil se reconociera como lugar de nacimiento  de los críos el hogar e los padres ya que él veía que no nacían niños en Kortezubi sino en Cruces-Barakaldo.

Pero no contó como lo hizo. Y además el relato tiene miga. Publico la foto como prueba. El Grupo Vasco en el Congreso también hacía esas cosas.

Se dirigió a nosotros, Grupo Vasco en el Congreso a ver si podíamos hacer algo. Le escuchamos atentamente y presentamos una enmienda que trabajamos con todos los grupos de la cámara. Fue un trabajo paciente de zurzido. No es fácil enmendar un Código y nuestra enmienda fue  aprobada por unanimidad. De las  pocas cosas que se podían hacer en 1993. Fue un éxito y Marko nos invitó al pleno  de Kortezubi donde se iba a dar cuenta de la aprobación de la iniciativa. Y allí nos fuimos todos los diputados junto a madres que con sus bebés agradecían la aprobación. Más de uno se puso a llorar. Fue una foto de no olvidar. El ayuntamiento de Kortezubi, madres con sus críos, nosotros en plan institucional. De película.

Pero no paró ahí la cosa. Marko en su entusiasmo quería agradecer públicamente al presidente del Congreso Félix Pons semejante aprobación. El presidente no tenía nada que ver con ello pero tuvimos que preguntarle qué era lo que personalmente le gustaba. Nos dijo que la cerámica.

Marko, ni corto ni perezoso, encargó un juego de cerámica de Busturia, pedimos cita y le entregamos a Félix Pons la cerámica que aparece en la foto. Seis platos de Cerámica Vasca. Pons no salía de su asombro pero Marko es así. Estaba  entusiasmado.

Nada de esto Marko en la entrevista que le hicieron el pasado viernes en ETB y como Txato Núñez le conoce sería bueno le dijera que en prueba de desagravio por su omisión a un buen trabajo nos invite a un pollo en su pollería de Kortezubi. No pedimos mucho por semejante éxito que gracias a Marko se logró para todas las familias del estado español y por ende para las de Kortezubi. Honrar, honra.

Los niños vascos nacen también en Kortezubi gracias a Marko y al Grupo Vasco en el Congreso.

68 Aniversario del secuestro en Nueva York de Jesús de Galíndez

Martes 12 de marzo de 2024

Jesús de Galíndez Suárez, (Madrid,​ 12 de octubre de 1915 – República Dominicana 5 de junio de 1956) fue un escritor, jurista, profesor y político jelkide, secuestrado y asesinado por el dictador dominicano. Raptado en Nueva York y enviado a la fuerza por avión a República Dominicana donde fue asesinado por orden de Rafaél Leónidas Trujillo. Escritor, jurista y profesor de la Universidad de Columbia y delegado del Gobierno Vasco en el exilio presidido por el Lehendakari Agirre. Miembro del Partido Nacionalista Vasco, su asesinato fue una conmoción mundial. El escritor Vázquez Montalban escribió el libro “Galindez” dada la impresión que le causó de joven su secuestro.

Participó en los movimientos estudiantiles contra Primo de Rivera en la década de 1920. A la hora de elegir estudios universitarios prefirió el Derecho, frente a la tradición familiar. Pronto despertó también su actividad literaria y publicó en Madrid en 1933, con sólo 18 años, La M. N. y M. L. Tierra de Ayala, su Señorío y su Fuero e Ideas políticas de Saavedra Fajardo. Realizó otras dos obras menores de temática penal en 1934: La legislación penal en Vizcaya y Psicología – Herencia – Delincuencia Infantil. Durante su época universitaria se relacionó activamente con Euzko Ikasle Batza, una asociación estudiantil nacionalista vasca que operaba en Madrid impartiendo conferencias y trabajando para ellos. También se vinculó con las actividades del Hogar Vasco en Madrid, sede del Partido Nacionalista Vasco (PNV) en la capital de España.

Se graduó en Derecho en la Universidad Central de Madrid el 20 de junio de 1936 tras presentar una brillante tesis de grado sobre el  Caserío Vasco, entendido este como institución social, económica y jurídica. A raíz de su graduación pasó a ocupar la plaza de profesor ayudante en la cátedra de Derecho Civil del profesor Felipe Sánchez Román, pero el estallido de la guerra civil española un mes más tarde dio al traste con sus planes de futuro.

La Guerra  

Vinculado desde su juventud al PNV, la llegada de la guerra civil, acontecimiento que cambiaría su vida, le sorprendió en Madrid, aunque los primeros meses del conflicto no cambiaron mucho la vida del joven Galíndez que siguió como profesor ayudante.

Durante los primeros meses de la guerra Galíndez fue testigo de la represión en la retaguardia republicana.​ El PNV formó en septiembre de 1936 un Comité-Delegación en el Hogar Vasco de Madrid, que se ocupó de proteger a los vascos residentes en la capital de los posibles desmanes que pudieran realizar los milicianos republicanos. Esta organización en la que se integró Galíndez se ocupó preferentemente de dar cobertura y protección a religiosos vascos que vivían en Madrid. Cuando el PNV tomó partido decidido por la causa republicana a partir de la aprobación de la autonomía al País Vasco en octubre de 1936 Galíndez se presentó como voluntario para luchar en el Frente Norte, pero el PNV había decidido que sus militantes de Madrid formasen una Guardia dedicada a la protección de su sede, de los vascos  que estaban en la capital y de dar cobertura a las actividades humanitarias del Comité-Delegación del PNV. Galíndez fue nombrado jefe de esta guardia.

Cuando Manuel de Irujo fue nombrado Ministro de Justicia, durante unos meses, Galíndez pasó a ser Letrado Asesor de la Dirección General de Prisiones dirigida por Vicente Sol. En septiembre de 1937 se incorporó a la Brigada Vasca que luchaba en el frente de Aragón. Tenía el grado de Teniente en su condición de Asesor Jurídico.

Publicó en 1938 Ensueños. Treinta ensayos poéticos.

El exilio

El 10 de febrero de 1939 Galíndez cruzó la frontera francesa por el puente de Bourg-Madame huyendo con los restos del ejército republicano tras la caída de Catalunya. Los franceses lo internaron en el campo de internamiento de Vemet junto con otros miles de soldados republicanos exiliados. Galíndez permaneció entre siete y ocho meses retenido en dicho campo hasta que pudo huir.

 República Dominicana (1939-1946)

Galíndez vivió durante algo más de 6 años en República Dominicana, entre 1939 y 1946. Su estancia en el país caribeño coincidió aproximadamente con el periodo de la Segunda Guerra Mundial. La República Dominicana estaba sometida a la férrea dictadura de Rafaél Leónidas Trujillo, quien a pesar de ser un furibundo anticomunista, se ofreció a permitir la entrada de 100.000 exiliados republicanos españoles en su país. Sin embargo la República Dominicana no resultaba un destino demasiado atractivo para los refugiados que preferían otros países. Colaboró con la Revista Jurídica Dominicana y la revista Clío de la Academia Dominicana de la Historia y publicó varios libros. Se puede decir que Galíndez ganó una gran consideración entre los dominicanos.

En paralelo a su labor académica Galíndez empezó a desempeñar un papel político más significativo, aunque siempre alejado de la política interna dominicana. Funcionaba a su llegada a la capital dominicana una delegación del  Gobierno Vasco que dirigía Eusebio de Irujo, hermano del líder nacionalista Manuel de Irujo. A los pocos meses de su llegada, en 1940, sustituyó a Irujo como cabeza de la delegación, cuando este se marchó a Venezuela. Durante 5 años desempeñó por tanto el papel de máximo representante del Gobierno Vasco en la República Dominicana. Su salida del país fue forzada por varios motivos. Por un lado, la situación de los españoles republicanos empezó a complicarse en la República Dominicana al estrecharse las relaciones entre las dictaduras de Franco y Trujillo. Los servicios secretos dominicanos comenzaron a espiar a los republicanos e informar a la embajada española sobre sus actividades. Galíndez, como delegado del Gobierno Vasco, tenía una posición relevante entre los exiliados. Galíndez nunca llegó a ser represaliado por sus actividades antifranquistas, pero en el futuro las cosas podían cambiar. Por otra parte estuvo la Gran Huelga Azucarera de enero de 1946. Galíndez, como asesor del Departamento de Trabajo, fue uno de los que negociaron con los huelguistas. Tras negociar un acuerdo para poner fin a las movilizaciones, con ciertas concesiones a los trabajadores, la huelga terminó pacíficamente, pero el régimen de Trujillo comenzó una represión de los líderes huelguistas, incluyendo el asesinato de alguno de los líderes sindicales con los que Galíndez había negociado. Asustado y asqueado por estos hechos, Galíndez se decidió a abandonar el país. Finalmente, el Lehendakari Agirre le pidió que le acompañara a Nueva York, ofreciéndole un puesto como investigador y un papel en la delegación vasca ante la ONU. Este ofrecimiento y las facilidades que le consiguió Agirre para obtener el visado fueron definitivas en la decisión de abandonar la República Dominicana.

Actividad en Nueva York

Se trasladó en febrero de 1946 a Nueva York,  colaborando nuevamente con la delegación del PNV en esa ciudad, dirigida por el miembro del PNV Antón Irala,, consiguiendo la condena del régimen franquista por parte de las Naciones Unidas y en la Asamblea General de las Naciones Unidas, sin dejar de realizar diversas obras como El derecho vasco (Buenos Aires, 1947) o Divorce in the Americas (Búfalo, 1947).

Consiguió el primer premio en el II Congreso de Escritores Vascos con La revolución francesa repercute en Euskadi.

En 1948 presentó al Congreso Internacional de Estudios Vascos su trabajo Un siglo de lucha por la libertad vasca; Valor de los Fueros Vascos considerados según las circunstancias históricas que les dieron origen; Los vascos en la lucha por la libertad de América; Semejanza entre los Fueros de Ayala y Bizcaya.

En 1949 publicó El divorcio en el derecho comparado de América (México) y en 1951 Estampas de la guerra (Buenos Aires) y participó en el congreso de la International Bar Association (Asociación Internacional de Abogados).

Fue nombrado profesor de Derecho Público Hispanoamericano y de Historia de la Civilización Iberoamericana en la Universidad de Columbia y escribió La inestabilidad constitucional en el derecho comparado de Latinoamérica (México, 1952). En 1953 publicó Nueva fórmula de autodeterminación política de Puerto Rico y en 1954 su libro Iberoamérica. Su evolución política, socio-económica, cultural e internacional (Nueva York, 1954) que escandalizó a la dictadura dominicana.

Se involucró en la vida social de Nueva York y presidió durante dos años el Círculo de Escritores y Poetas Iberoamericanos. También trabajó para la Federación de Sociedades.

Se refugió en la docencia y se licenció en Filosofía por la Universidad de Columbia y el 27 de febrero de 1956 fue aceptada por dicha universidad su tesis doctoral de 700 páginas sobre la dictadura de Rafaél Leónidas Trujillo titulada La era de Trujillo: un estudio casuístico de dictadura hispanoamericana, donde se denunciaba el régimen del dictador dominicano .

Desaparición

Ante la amenaza de la publicación de la tesis, el dictador Trujillo, con la aquiescencia de los servicios americanos, ordenó su secuestro y traslado a Santo Domingo; hecho que se realizó el 12 de marzo de 1956 desde el apartamento 15-F del número 30 de la  Quinta Avenida de Nueva York. Fue dado oficialmente por muerto el 30 de agosto de 1963, pero su cadáver nunca ha aparecido.

Según el FBI, en la preparación, secuestro y encubrimiento del crimen participaron un total de 35 personas. Los servicios secretos USA, antes de hacerse pública su desaparición registró minuciosamente el apartamento. ​

Según Stuart McKeever, abogado norteamericano que llevaba  más de 25 años estudiando el caso, Trujillo se gastó más de un millón de dólares para liquidar a Galíndez,​ contratando a John Joseph Frank, ex agente del FBI y agente de la CIA quien planificó todo el proceso del secuestro en territorio dominicano.

Ojalá en Amurrio y en su querida Tierra de Ayala se le siga recordando.