Un artículo muy interesante sobre la superficialidad

Lunes 15 de enero de 2024

Javier Sádaba (filósofo)

Muchas cosas se están diciendo sobre los males de nuestros días.

Algunas repiten lo mismo que se decía no hace aún muchas décadas en Europa. 

El problema es que hoy todo se expande por el mundo entero.

Se podría hacer, sin mucho esfuerzo, un decálogo de tales males. 

Así: inmediatismo, emotivismo, falta de autocrítica, ignorancia supina, incultura, dependencia de los medios de comunicación, poder en vez de autoridad, magia tonta, infantilismo, incapacidad de razonar, credulidad sin límites, irresponsabilidad, fanatismo barato, supeditación a la masa, sometimiento al grupo,  y otra serie de defectos.

No es necesario forzar mucho la imaginación para  darse cuenta.

No dudo que esto sea así,  aunque siempre hay que poner los matices necesarios,  para no caer en un necio pesimismo o ponerse a cantar aquello de que cualquier tiempo pasado  fue mejor.

Pero yo voy a fijarme en uno que, al modo de symploké platónica, les envuelve a todos.

Se trata de la *superficialidad*.

Porque el superficial esconde o no tiene fondo y, al mismo tiempo, se queda con la cáscara de los demás.

Es un simple interfaz entre unos y otros.

Es la comunicación plana.

Es la bobada por la bobada.

Es la exaltación de la trivialidad.

Es no enterarse de nada, no tener ideas propias, andar por este mundo como piuma al vento. 

Es, en fin, un simple.

Creo que esto es así.

Creo que va por el camino de empeorar. No le veo arreglo. Entre otras cosas porque el superficial escucha sonido y no palabras, ruido y no razones

Yo, por si acaso, lo digo.

Soy también autocrítico y quién sabe si en algún momento un inesperado mar de fondo llene de olas la estúpida superficie.

El Corte Inglés se cree que está en Marte

Domingo 14 de enero de 2024

Cada cierto tiempo visito la librería de El Corte inglés. Deseo saber qué  tipo de libros venden y si el libro vasco, en la Gran Vía de Bilbao, tiene su asiento. Pero siempre me llevo el mismo chasco. Nunca se exhiben en el muestrario de novedades ni un solo libro de este país, como si en Euzkadi, las distintas editoriales no editaran nada. Y me sigue pareciendo una gran anomalía que esto siga sucediendo y que aparentemente nadie les diga que no están en Marte, en Madrid, en Albacete o en Murcia, sino en el centro-centro de una Villa que es bilingüe, tiene una historia por detrás y que no estaría nada mal que tuvieran un mínimo de sensibilidad.

Siempre se me contesta que son libres de vender lo que quieran. Lo sé. Como yo de criticar lo que no me gusta. Y esto no me gusta. Que el libro de Pedro Sánchez sea lo mejor exhibido, nos demuestra el desapego de este mundo que llamándose el Corte Inglés  es más español que la Cibeles. Podían cambiarle el nombre. El Correo español, lo hizo. Quedaría, Corte Español.

Y si lo dudan, miren la foto, sacada este sábado. No verán un solo libro o en euskera, o en temática vasca, que no sea de cocina.

Es lamentable, pero es lo que hay.

Combatir el edadismo

Sábado 13 de enero de 2024

La discriminación laboral de las personas mayores se extiende de forma preocupante a otros ámbitos sociales

La discriminación de las personas mayores por razones de edad se está convirtiendo en un factor de exclusión comparable al racismo o al sexismo, pero, a diferencia de estos, la menor conciencia social en los afectados hace que se extienda sin apenas resistencia. Al contrario, a medida que se consolida la cultura del rendimiento, que entroniza la productividad como clave en la valoración de las personas, cada vez más ciudadanos se ven privados de poder realizar trabajos y actividades para los que están capacitados. Esto ocurre por un prejuicio que toma la edad como referencia, ignorando la gran variabilidad individual que existe en cualquier segmento de población.

Que a partir de los 50 años sea mucho más difícil encontrar trabajo es una manifestación clara de edadismo y significa que esa discriminación se ha normalizado como algo natural en el mundo laboral. En España hay unas 850.000 personas en paro de más de 50 años. Muchas empresas se dejan llevar por el prejuicio de que a partir de ciertos años se tienen menos competencias. Eso se traduce en que un parado de 49 tiene que enviar el doble de currículos que otro de 35 para conseguir una entrevista de trabajo, según un estudio realizado por la Fundación ISEAK. Con el objetivo de medir el grado de respuesta por parte de las empresas, los autores del estudio enviaron currículos similares de personas mayores y personas jóvenes a empleos reales. Los mayores tuvieron que enviar una media de 26 currículos para ser invitadas a una entrevista, mientras que en los jóvenes necesitaron 13. A los rechazados por edad ni siquiera se les da la oportunidad de demostrar si están capacitados.

El edadismo priva también a muchas personas de servicios y recursos culturales o de ocio a los que tienen derecho. Según una encuesta encargada por la ONU en la que se entrevistó a 83.000 personas de 57 países, el 45% de los españoles dicen haber sufrido discriminación por la edad. Particularmente grave es el uso de ese criterio para decidir la indicación de un tratamiento, pues una persona mayor puede estar en mejor condición física que otra más joven. La indicación debe basarse en las condiciones generales de salud de la persona y no en su edad biológica.

La discriminación por edad afecta al conjunto de la sociedad porque impide aprovechar la energía y la creatividad de los excluidos, pero también a la salud física y mental de los afectados. La discriminación genera aislamiento social y sentimiento de rechazo, empeora la calidad de vida y puede provocar incluso muertes prematuras en la medida en que la falta de vínculos sociales crea inseguridad y reduce en algunas personas el deseo de cuidarse y vivir. Es preciso fomentar la conciencia social sobre este problema, evitar el lenguaje que infantiliza a las personas mayores y aplicar políticas activas de vigilancia contra cualquier tipo de discriminación.

Editorial de El País.