Viernes 16 de junio de 2023
Tras las elecciones del pasado 28 de mayo el presidente del EBB analizó los resultados y entonó el mea culpa del porqué de los mismos, atribuyendo la evidente desafección, entre otras cosas, a la falta de humildad y exceso de soberbia. Perder 86.000 votos de una atacada, no es moco de pavo y como dice el sociólogo Braulio Pérez, la abstención puede ser la antecámara a votar a otra opción.
Este jueves el alcalde Aburto, y Deia lo recogió en portada, dijo que pedía disculpas “por lo que no hemos hecho bien”. Ante afirmaciones como estas uno se pregunta si son retóricas o van en serio porque esa misma tarde, presencié junto al ayuntamiento, en la plaza del alcalde Ernesto Ercoreca algo que no estuvo nada bien. Y si no se es capaz de verlo, muy mala cosa.
El Colectivo Republicano, como el año pasado, había organizado un acto en homenaje del alcalde Ercoreca y de la legislatura republicana (1931-1936), una legislatura que tuvo, entre otros a tres concejales, dos socialistas y un republicano, en el primer gobierno vasco presidido por Agirre, un ministro de la república y a un comandante de batallón, muerto en el frente de Elgeta. Julián Zugazagoitia, fusilado y Alfredo Espinosa, fusilado asimismo con Lauaxeta en Gasteiz. Juan Gracia, muerto en Paris a la entrada de los alemanes y responsable de la evacuación de los niños y Santiago Aznar el Consejero que propuso la ikurriña como enseña oficial del Gobierno y enterrado en el exilio. María Esther lo descubrió en ese acto con 28 años votando por el alcalde Ercoreca. Ahí estaban entre los doce el concejal del PNV, Otxoa de Txintxetru y Abando formando parte de aquella corporación. Como se ve un buen elenco de personalidades, en una época tan singular previa a cuarenta años de dictadura, silencio y persecución, cambio de nombres a calles y plazas, marchas militares, empobrecimiento absoluto de la ciudad y depuración de funcionarios. No estamos hablando de cualquier cosa.
Pues bien. Ernesto Ercoreca fue elegido alcalde de Bilbao en 1931 al proclamarse la República por una Corporación con doce consejeros republicanos, doce del PNV, doce socialistas, siete de ANV y tres monárquicos. Al acto de este jueves acudieron concejales de Podemos, del PSE y de Bildu. Ninguno del EAJ-PNV, el partido del actual alcalde Aburto. Ahí hay algo que no se ha hecho nada bien, sino garrafalmente mal. Lo lógico sería, en sintonía con lo dicho por Ortuzar y el alcalde pedir excusas y asegurar no se volverá a repetir. Y es que esa historia no solo la es de la ciudad, sino asimismo del PNV. ¿Quién la está boicoteando y por qué?.
Hablaron el portavoz de Podemos, Xabier Jimenez, la socialista Nora Abete, María del Río y Jon Penche organizador del Colectivo Republicano, que trajo la foto del pleno de 1931 donde fue elegido Ernesto Ercoreca como alcalde. Cerró el acto Alberto Ercoreca nieto del alcalde. Estaba presente el senador Txema Oleaga y el superviviente del bombardeo de Gernika, Emilio Aperribai con su esposa.
Por cierto, el nombre de la plaza Ercoreca fue decisión del alcalde Jon Castañares, uno de los llamados “niños de la guerra” en 1979. Ercoreca, tras la caída de Bilbao fue canjeado por el carlista Esteban Bilbao y tras pasar mil calamidades fue secuestrado por la Gestapo y policía franquista en Biarritz, desterrado en Valladolid y cuando volvió a Bilbao hostigado hasta su muerte. Estamos pues hablando de una corporación histórica y parte del corazón sangrante de la historia de la Villa. En su día con un original de apuntes y por impulso del alcalde Azkuna editamos un libro en homenaje al alcalde de la pajarita y la bonhomía. Azkuna era muy sensible a este tipo de acciones pues quien no conoce la historia está condenado a repetirla.
Creo que este acto se debe institucionalizar, a otro nivel, pero de la misma forma como está institucionalizado el del cumpleaños de la Villa, maceros incluidos. Si no respetamos nuestra propia historia, ¿Quién lo va a hacer?.
Y sigo sin entender que un acto de tanta carga simbólica y habiendo tenido el PNV nada menos que doce concejales, no hubiera nadie de mi partido. Lo considero incomprensible y necesitado de una explicación. No se puede ofender a tanta gente ni a la familia del alcalde Ercoreca que fue elegido por aquellos concejales.
Escucho en varios ámbitos dice que el EAJ-PNV se tiene que volver a poner las pilas y lo suscribo pero dejaciones como ésta auguran un mal futuro. Mucho más cuando nos anuncian un gobierno PP-Vox, responsables indirecto de la persecución habida. Por cierto, y no es casualidad, el PP tampoco estuvo.