Viernes 14 de abril de 2023
Hace cuarenta años, el 14 de abril de 1983 se aprobó en el Parlamento Vasco el Himno Vasco. Es ley. Nació gracias a un tal Sabino Arana quien redactó su letra en la cárcel de Larrinaga siendo la música de Cleto de Zabala. Si, en la cárcel.
Fue declarado oficial por el gobierno de concentración de 1936, votando a su favor todos los partidos republicanos, el comunista, el socialista, ANV y el PNV. Sufrió persecución. Bajo la dictadura el Gernikako Arbola era legal, el Himno Vasco, perseguido y multado. En 1956 el Lehendakari Agirre en su descargo en el Congreso Mundial Vasco de Paris dijo solemne que fue una de las piezas fundamentales de institucionalización del pais. En 1983 se aprobó en el Parlamento Vasco. Hace hoy cuarenta años.
Lógicamente todo este silencio actual tiene su origen. El Himno viene de la misma mano que la palabra Euzkadi y de la ikurriña y todo ello del nacionalismo vasco jelkide. Es lo que no se perdona. Se prefiere antes el Himno de Riego, hoy un aniversario más de la República celebrado por unos socialistas que callan ante la burla continua del Emérito, pero silencian hechos como este aniversario ya que se aprobó sin letra. Y se hizo así porque tenía el “nefando “nombre de Jaungoikoa. Increíble que a los ateos les moleste tanto la palabra Dios e increíble que todos los intelectuales a la violeta que pululan por todas partes, les moleste tanto el origen y la apelación, sin contar en algo tan evidente que me comentó Karmelo Bernaola. ”Mantengan el himno a capa y espada, porque es el único himno que hay por los alrededores y además muy bello”. Por cierto. En el escudo británico aparece “Dieu et mon droit” y ningún descerebrado ha pedido se elimine. Lo mismo con los acuerdos de Viernes Santo. Aquí si con el Aberri Eguna porque nació en un día de Pascua de resurrección de 1932.
En el inicio de las emisiones de EITB se acababan sus programas con la entonación del Himno arreglado por el Maestro Tomás Aragues. Hoy no se hace y apenas se utiliza por lo que las nuevas generaciones apenas saben de él, como tampoco del Gernikako Arbola, pero la cosa es silenciar, ningunear y olvidar que el actual Himno es ley y como decía el Lehendakari Agirre el país requería ser vertebrado con Instituciones y el Himno, lo es. Mal que les pese a los seguidores de la Internacional o de Santurce a Bilbao como dijo en el Parlamento García Danborenea.
Cuarenta aniversario de una fecha hito que pasa debajo de la mesa mientras a un ilustre comentarista y presentador como Félix Linares le venimos despidiendo desde hace un mes. No niego que no haya que hacerlo, incluso como pieza de marketing para un acertado cambio, sobre todo en un versátil profesional de la comunicación y del periodismo puntero de la entidad de Dani Álvarez, pero si se hace así, hágase lo mismo con el Himno Vasco si queremos construir un país serio.
Sé que no se hará y que esto es lamentablemente predicar en el desierto, pero no nos quejemos del país de adanes que se está construyendo donde dentro de poco Txapote y Bienzobas serán héroes de la causa.
Y repito. El Gernikako fue permitido durante el franquismo. El Gora ta Gora perseguido. Si ese dato es intrascendente no se extrañen que alguien, un poco raro por ser benevolente, en la prestigiosa y muy respetable Sociedad de Ciencias Aranzadi equipare asesinos con víctimas y haya ayuntamientos que este dato lo consideren válido. Es lo que hay. Muy triste por cierto.