HACE 40 AÑOS SE RECHAZÓ EL SUPLICATORIO CONTRA ELOSEGI

Domingo 7 de septiembre de 2025

El Senado rechazó   el 5 de septiembre de 1985 por mayoría la concesión del suplicatorio contra el senador del Partido Nacionalista Vasco, Joseba Elósegi, por haber recuperado una ikurriña del Museo del Ejército.

El acuerdo fue adoptado en la comisión de suplicatorios de la Cámara Alta con los votos a favor del PSOE, Minoría Catalana y Nacionalistas Vascos, y la posición contraria de Coalición Popular

El senador socialista. José Antonio Aguiriano, dijo que el rechazo del suplicatorio se basaba en su solicitud por un juez de distrito, cuando un parlamentario únicamente puede ser juzgado por el Tribunal Supremo, y en las claras motivaciones políticas de la actuación del senador Elosegi

Casi seis horas fueron necesarias para que la comisión de suplicatorios emitiera su dictamen, después de conocer el testimonio del propio senador del PNV quien afirmó haber obrado en conciencia y reiteró su intención de no devolver la ikurriña sustraída.

Joseba Elosegi fue capitán del Batallón Saseta y el militar vasco de más alta graduación durante el Bombardeo de Gernika. Posteriormente en el frente catalán fue comandante del ejército republicano. Condenado a muerte fue liberado tras un canje y posteriormente combatió con la 145 brigada mixta de la 44 División. Al final de la guerra su unidad cruzó la frontera y se exilió.

En 1946 colocó una ikurriña en la torre del Buen Pastor y el 18 de septiembre de 1970, presidiendo Franco la apertura del Campeonato Mundial de Pelota Vasca en el frontón de Anoeta de San Sebastián se lanzó envuelto en llamas a lo bonzo desde la segunda galería gritando ¡Gora Euzkadi Askatuta!. En 1977 publica el libro “Quiero Morir por Algo” y en 1979 elegido senador en las listas del PNV. La fotografía es de Juantxo Rodríguez, muerto durante la invasión estadounidense en Panamá.

AP favorable al suplicatorio

Desde el primer momento, el PSOE y Coalición Popular mantuvieran discrepancias sobre el asunto. Los senadores del PSOE se mostraban en contra del suplicatorio, mientras que los conservadores de AP (antecedente del PP y tan franquistas como éstos) apoyaban su concesión

Los senadores de la mayoría, apoyados por Minoría Catalana y el Partido Nacionalista Vasco, lograron que el grupo popular fuera el único en posicionarse a favor del suplicatorio y la condena a Joseba Elosegi.

El PSOE argumentó muy débilmente y utilizado la argumentación de “defectos de forma” para rechazar el suplicatorio por el hecho de que, dijo Aguiriano, su solicitud habla sido formulada al Senado por un juez de distrito, aunque a través de la sala segunda del Tribunal Supremo, único órgano competente para juzgar a un parlamentario.

Marketing político.

El senador socialista destacó también defectos de fondo, al referirse a las “claras motivaciones políticas” de la acción del senador Joseba Elosegi reconocidas, incluso, por el propio Tribunal Supremo Estos motivos, que fundamentaron la decisión de rechazar el suplicatorio no presuponían, según el senador del PSOE, que la comisión de suplicatorios “Apruebe la actuación de Elosegi” que, en su opinión, fue “un puro marketing político». Curiosa argumentación habida cuenta que en el Museo del Ejército se exhibía la ikurriña como pieza de guerra “sustraída al enemigo”.

José Antonio Aguiriano opinó que existían otros caminos para que la ikurriña sustraída “fuera entregada con todos los honores” pero la actuación del senador Elosegi “lo ha impedido”.

Hecho irregular

El portavoz de Coalición Popular y ex alcalde de Madrid, a pesar de su apellido vasco era uno de los franquistas más destacados, Juan de Arespacocha, declaró que su grupo estaba a favor de la concesión del suplicatorio y que no veían “defectos de forma y fondo” esgrimidos por el PSOE.

Los senadores del grupo popular presentes en la comisión, Fernando Pardo y José María Escuy, apoyaron la concesión del suplicatorio y dijeron que la actuación de Elosegi “era un hecho irregular”, que no puede admitirse.

Una bandera “tan digna como la vasca, añadieron, tiene otros sistemas para ser devuelta al Gobierno vasco”, e insistieron en que debían haberse utilizado otros cauces.

Por su parte, Joseba Elosegi, se limitó a comentar la decisión de la comisión del suplicatorio con un lacónico “bien, ni entro ni salgo”.

Elosegi sustrajo el 6 de junio de 1984 la ikurriña del batallón Itxarkundia, expuesta en la Planta de Infantería del Ejército entre un grupo de “enseñas del bando republicano durante la guerra de liberación”.

El senador vasco retiró la bandera del mástil en que se exhibía y la guardó bajo su chaqueta, hecho que fue fotografiado por el periodista Jesús Serrano a quien él le había avisado. Jesús Serrano, periodista del Grupo Vasco fue posteriormente Jefe de Prensa del Congreso de los Diputados. ”No he pasado más miedo en mi vida” me dijo.

El 18 de junio de 1984 el fiscal general del Estado interpuso una querella contra Elosegi por supuesto delito de hurto y el Tribunal Supremo la admitió a trámite el 10 de octubre.

La sala segunda del Supremo, en un auto del 6 de marzo de 1985, acordó que “no ha lugar el suplicatorio por el supuesto delito de hurto” y remitió el caso al juez de distrito que lo catalogó como “falta” y pidió, de nuevo, a través del Supremo, un suplicatorio al Senado, que fue rechazado por la Cámara Alta

“LA VERDADERA INVASIÓN ES LA QUE TE QUITA LA DIGNIDAD Y LA CAPACIDAD DE PENSAR POR TI MISMO”

Sábado 6 de septiembre de 2025

Maria Corina Machado

Cuando algunos defensores del régimen actual levantan la voz contra la supuesta amenaza de una «invasión norteamericana» —aludiendo al despliegue naval en el Caribe contra el narcotráfico promovido desde el propio poder— conviene recordar qué tipo de “invasiones” han marcado la historia de Venezuela.

Porque, a decir verdad, muchos venezolanos sí anhelamos una invasión… pero no de marines ni portaaviones, sino de inversiones. Una invasión como la que, entre los años 40 y los 90, transformó a Venezuela en una nación próspera, dinámica y abierta al futuro.

La Creole Petroleum Corporation, filial de la Standard Oil, convirtió a nuestro país en uno de los mayores productores de petróleo del mundo. Mobil y Exxon —antes de fusionarse— hicieron de la Faja del Orinoco un motor de riqueza. El sector automotriz floreció con Ford, Chrysler y General Motors, que no sólo ensamblaban autos, sino que generaban miles de empleos, pagaban impuestos, capacitaban mano de obra y expandían una clase media orgullosa. Owens Illinois instaló plantas vidrieras de talla mundial. Empresas de manufactura, de servicios, de transporte, todas norteamericanas o europeas, pero también de venezolanos, encontraron en Venezuela tierra fértil para sembrar desarrollo.

Esa “invasión” fue la que nos dio carreteras, universidades, urbanizaciones, hospitales. Fue la que alimentó a la Venezuela que recibía inmigrantes europeos que huían de la posguerra y encontraban aquí oportunidad y futuro.

Hoy, en cambio, lo que sufrimos es otra invasión, la de la ideología y la sumisión. Una invasión silenciosa que ha hecho del país un peón geopolítico. Callan ante la colonización cubana que penetró nuestras instituciones, callan ante la presencia rusa y su interés militar, callan ante los pactos con Irán y el apalancamiento chino de la deuda venezolana. A esos críticos de la “invasión” norteamericana, la pérdida real de soberanía no les importa.

Y aquí es vital la memoria histórica: los libertadores nunca hablaron de soberanía como excusa para el sometimiento, sino de libertad como esencia de la vida. La soberanía sin libertad es solo una jaula pintada de tricolor.

Venezuela no necesita buques de guerra ni consignas huecas. Necesita nuevamente la “invasión” de fábricas, universidades en expansión, refinerías en funcionamiento, centros de investigación y empresas que apuesten al talento venezolano. Esa es la invasión que nos devolvería la dignidad perdida y que quienes hoy gritan “¡no a la intervención!” temen más que a los portaaviones: la intervención de la libertad contra la dictadura.

¡Los valores no se discuten!

DEBERÍAN DECIRLE AL REY QUE NO FUERA.

Viernes 5 de septiembre de 2025

En esta obsequiosa y genuflexa España, dos Asociaciones de Fiscales y la mayoritaria de jueces han pedido al  crucificado y vilipendiado Fiscal General García Ortiz que no acuda a la apertura del Año Judicial: ”Es un acto de desprecio al estado de Derecho”. De Deshecho más bien, pues mezclan  en su pataleta al Rey Felipe VI y le dicen al Fiscal que  le está irrespetando. Lógico sería que le dijeran al Rey que sobra en un acto de ese tipo.

A estos señores ,en esta garantista España, eso de la presunción de inocencia se las trae al pairo. Más bien  presumen su indecencia porque al parecer le ha  faltado el Fiscal General asimismo el respeto al novio de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Que piel más fina para un comisionista millonario..¡Uy que horror señores!.

Si el Fiscal General fuera del PP, otro gallo cantaría.

Esto se une al hecho de  que las causas judiciales sobre las muertes en residencias de Madrid, durante el Covid, se dilatan porque ahora varios tribunales rechazan investigar  dichas  muertes. Una presidenta blindada  junto a su novio ,el comisionista ,alguien que es intocable para estos señores..

Caustico:

Un fulano comete un delito fiscal y lo reconoce. El fiscal general filtra, no está demostrado con pruebas, un mail en el que el delincuente presunto pide un pacto. El fiscal sufre acoso de jueces y fiscales, el Borbón le pone malas caras al fiscal y buena cara a la novia del presunto, el franquismo en pleno, políticos y jueces, boicotea el acto de inauguración del año judicial y mientras tanto el presunto delincuente forzoso anda tan tranquilo protegido por su txurri que es presidenta de Madrid Libertad.

España y democracia son incompatibles porque pervive con fuerza el franquismo social, político, judicial, etc…

Esto no tiene arreglo. Ni lo buscan.