BILDU quiere distribuir riqueza pero no dice cómo crearla

Martes 19 de julio de 2022

EH Bildu ha propuesto, «frente a pactos de rentas en España de carácter regresivo», un «pacto de bienestar en Euskal Herria para recorrer la senda de una profunda redistribución de la riqueza». Además, ha considerado que en los próximos meses es necesario realizar un «ejercicio de corresponsabilidad tratando de articular un pacto de bienestar a la vasca, de conformidad a las condiciones propias de nuestro país y no quedarnos a la espera de los acontecimientos».

Bla, bla, bla, bla, bla….

Me hubiera gustado estar en esa rueda de prensa y preguntarles como lo harían y repetir lo que les decía el P. Ugalde a los chavistas: «Ustedes lo que quieren es eliminar la empresa privada pero con su «exprópiese» van a lograr  que no haya riqueza que distribuir. Para hacerlo hay que crear  riqueza y los que crean riqueza en un 90% en un país son los empresarios que, evidentemente, tienen una obligación social, pero ustedes no hablan de  ello ni  de ellos. Por algo será. Lo de ustedes es la planificación estatal es decir la ruina de la iniciativa privada».

Veinte años de revolución bolivariana, más bien robolución, y hay más pobres que nunca en Venezuela y para sacar al país del marasmo en el que viven vuelven, sin decirlo, a la economía social de mercado. Lo que más aborrecen. El espejo de su inmenso fracaso.

El director de programa de EH Bildu, Pello Otxandiano, ofreció el lunes  una rueda de prensa en San Sebastián en la que destacó que la coalición soberanista «ha tratado de actuar con la máxima responsabilidad» y ha apoyado medidas anticrisis en todas las instituciones principales, al tiempo que ha defendido «implementar medidas paliativas». Sinceramente no veo esa responsabilidad por parte alguna mucho menos en sus correas de transmisión sindicales, ELA y LAB.

No obstante, ha considerado Otxandiano que «no es suficiente» con las citadas, por lo que EH Bildu ha puesto sobre la mesa que «no estamos frente a una crisis coyuntural, no se puede afrontar este momento como una situación temporal ni con recetas económicas convencionales y esperar que un milagro nos devuelva a la normalidad anterior».

Caramba. No está mal el análisis pero fatales sus conclusiones.

Pura palabrería que esconde una ideología tan tóxica como imperante en países totalitarios  que basan su acción económica en el paternalismo de un estado providencia   que es el que lo crea y administra todo  y decide que hacer en todo. El mercado y la empresa privada, no deben existir.

Fíjense. Nunca, jamás, hablan de la empresa, su enemigo a batir. Nunca nos hablan de facilitar, agilizar, modernizar la acción de la empresa privada. Y no digo que se producen abusos de todo tipo, y que una acción redistributiva ha de considerarlo todo pero  dándole un marco adecuado para que este clima cree más riqueza que luego se redistribuya.

Me da que este nuevo pope de Bildu, este Otxandiano, tiene ideas tan viejas  como todos sus antecesores  al aplicar recetas que fracasaron y que en otra dimensión  llevaron al colapso de la URSS, del chavismo, de Cuba y de Nicaragua.

No existe el individuo.

No aprenden. No aprendemos.

En el fondo es una terrible sospecha sobre el ser humano, un ser humano que desea pensar y obrar en consecuencia. Sin que los Otaxandiano de Bildu  nos dicten absolutamente todo.

Carlos Anasagasti, de capellán de gudaris a obispo boliviano

Lunes 18 de julio de 2022

Se cumplen 20 años de la muerte del piloto Monseñor Carlos Anasagasti y Zulueta, sacerdote de los batallones Muñatones y Avellaneda, del PNV

Visita que hizo el obispo al colegio Santiago Apóstol de Bilbao donde estudiaban los hermanos Anasagasti, Iñaki, Jon y Koldo.
Visita que hizo el obispo al colegio Santiago Apóstol de Bilbao donde estudiaban los hermanos Anasagasti, Iñaki, Jon y Koldo.

Pasó de ser capellán de los gudaris del batallón Muñatones y a continuación del Avellaneda, que absorbió esta unidad en julio de 1937, a obispo del Beni en Bolivia. En el vigésimo aniversario de su fallecimiento, es conveniente recuperar del olvido la figura de Monseñor Anasagasti y Zulueta.

Nació en Demiku, barrio de Bermeo, el 4 de noviembre de 1910. A los 15 años, el vizcaino tomó el hábito franciscano en Zarautz e hizo su carrera eclesiástica entre Olite, Arantzazu e, incluso, llegó a viajar a Alemania, ordenándose sacerdote a los jóvenes 24 años.

Al comienzo de la guerra militar de 1936 surgida como respuesta republicana a un golpe de Estado, se alistó como capellán de los gudaris en el batallón Muñatones, del PNV. En el fragor de la batalla, tras la ocupación franquista de Bilbao, esta unidad llegaría a integrarse en el batallón Avellaneda, ambos de Enkarterri.

Anasagasti acompañó a sus gudaris hasta Laredo y, como ellos, sufrió el penal de El Dueso, de Santoña. Sometido a juicio, salió absuelto de toda culpa y conducido, sin embargo, de allí al campo de concentración burgalés de San Pedro de Cardeña.

Según información de la familia, a la salida de la prisión, a petición propia, fue a las misiones del Paraguay. Desde su llegada al continente americano, “se distinguió por sus iniciativas en beneficio de sus fieles, tomando parte en toda clase de actividades religiosas, sociales y culturales y, hasta deportivas”, citan. Era vicepresidente del Club de Fútbol de Villarica.

Con frecuencia -narran- tenía que recorrer hasta 80 kilómetros a caballo, por caminos desiertos, en plena selva, para atender a los enfermos. Para beneficio de sus feligreses, y con la ayuda y cooperación de estos, construyó una pasarela de 76 metros, que lleva el nombre de Puente del Padre Carlos, haciendo de capataz, ingeniero y obrero, “pasando muchos apuros para poder pagar a los trabajadores a fin de semana, pero cumpliendo siempre generosamente con ellos”, valoran. Durante su estancia en Villarica, fue algunos años pro-vicario general de la diócesis, supliendo al obispo en las visitas pastorales, sobre todo, a las colonias de alemanes.

Nombrado por la Santa Sede el 15 de junio de 1951 Administrador Apostólico de la misión del Beni (Bolivia), el Gobierno paraguayo lo condecoró con la Cruz de Caballero, como reconocimiento público a sus múltiples actividades. El 29 de junio de 1953, fue nombrado por el Papa Pío XII obispo titular de Caltadria y vicario Apostólico del Beni, y el 13 de septiembre de aquel año, consagrado obispo por el Cardenal Piñedoli en la catedral de Trinidad.

“Como obispo, con la colaboración entusiasta de sus misioneros y fieles, destacó la ayuda de los católicos alemanes, construyó parroquias, colegios, asilos, y hasta campos de aterrizaje para los aviones, tomando parte en toda clase de actividades de toda la inmensa región del Beni, siendo en entonces una de las misiones mejor organizadas”.

Aterrizaje forzoso
Llegó a contar con “un avioncito llamado Reina del Cielo” -califican-, que Anasagasti pilotaba y con el que podían llegar a todos los centros misionales. Más adelante, un cura de Mutriku de apellido Mendizabal se encargó de estas labores que aprendió en Hondarribia. “Tuvieron que hacer aterrizajes forzosos, pero siempre sin ningún herido grave, gracias a Dios. En ese momento fue rebautizado por algún guasón como Reina del Suelo”, agregan.

Sus 39 años de vinculación con los pueblos de Paraguay y Bolivia no menguaron su pasión por aquel “Euzkadi que tanto amaba” y por el euskara que “habló con naturalidad, interesándose vivamente por las aspiraciones de nuestro pueblo”, recordaba en un texto su familiar, el también sacerdote Pedro Anasagasti.

Los domingos por la noche, comentaba los triunfos del Athletic y la Real Sociedad “endulzando los triunfos con un trago de cerveza, si las apuestas eran favorables. Aunque el calor era insoportable, no podían permitirse un trago de cerveza sino en las fiestas grandes”. De hecho, en la actualidad hay dos equipos de juveniles que llevan el nombre del club centenario bilbaino.
Al detalle
“Se desvela por la población”
Carlos Anasagasti fue nombrado Administrador Apostólico de la Misión del Departamento del Beni (Bolivia), una de sus regiones más pobres de Bolivia, en 1951. Ahí comenzaron una serie de cambios beneficiosos para aquella colectividad. Tan solo dos años después fue designado Obispo titular de Caltadria y Vicario Apostólico del Beni. Su consagración se verificó en Trinidad (Bolivia) el 13 de septiembre del mismo año, con asistencia de parte del Cuerpo Diplomático de La Paz. En los dos años de su gestión como administrador, mereció los siguientes elogios del periódico El Diario de La Paz, capital administrativa más alta del mundo a más de 3.500 metros: “En los años que lleva en Trinidad, Monseñor Anasagasti ha dado muestras de su dinamismo y espíritu progresista. El aumento del personal misionero en todo el Beni, la construcción de la nueva Capilla de la Virgen de Fátima en los arrabales de Trinidad, un nuevo centro educacional dirigido por religiosas norteamericanas, la nueva imprenta, la nueva casa para los religiosos que está construyendo en Trinidad, son otros tantos testimonios de su actividad y su desvelo por el bien espiritual y material de la población”, reconocía a quien además de euskara y castellano hablaba el guaraní para un mejor acercamiento a los nativos. Murió en julio de 2002.
Reportaje de Iban Gorriti