EL ASESINATO DE URIBE

Martes 12 de agosto de 2025

Colombia pierde a Miguel Uribe, victima de un atentado hace dos meses en Bogotá.

Desde niño las mafias lo persiguieron cuando secuestraron y asesinaron a su madre Diana Turbay, y hoy lo silencian a él.

Es inaceptable que en nuestros países sean las mafias y no la Democracia, quienes decidan quien llega y quien no al poder.

Esto no es solo una tragedia personal, es una herida más a Colombia.

Este asesinato no puede ser un número más de atentados que ocurren en el hermano país, sino el llamado urgente a romper el control mafioso sobre la política y el territorio.

QEPD y que su legado quede intacto en la causa de la libertad de América Latina.
Fortaleza a su esposa, familiares y amigos en estos momentos difíciles que están viviendo.

LA FRASE DE AJURIAGUERRA: ¡¡¡HAY QUE HACER!!!

Lunes 11 de agosto de 2025

Juan de Ajuriaguerra vivió una época de turbulencia en la historia vasca. Supo responder a esa turbulencia más directa y sensiblemente que cualquier otro joven de su generación. Estaba equipado con certezas con respecto a Euzkadi. Certezas que le acompañaron hasta la muerte. Pero, eran premisas y no conclusiones de su vida.

La foto es de un Aberri Eguna. Tuvimos que desviar la gran marcha ante la posibilidad de un enfrentamiento a palos con exaltados del mundo de HB. Estamos ante el solar de Sabin Etxea, que el franquismo había derribado. Fue el 26 de marzo de 1978. Cinco meses después fallecía. En la foto estamos con él Juanjo Pujana, Antón Ormaza y Andoni Olabarri.

Poseyó, hasta un nivel excepcional, una naturaleza experimentadora. La historia de nuestro pueblo cambió su vida y, si el tiempo lo hubiera permitido, él hubiese cambiado eventualmente parte de la historia. Su relación con la época lo convierte en un hombre representativo de Partido. Fue siempre, más que Consejero o diputado, el Presidente del BBB. Un hombre que con Aguirre, Rezola, Landaburu, Leizaola e Irujo personifica la conciencia de una época, por haber percibido las cosas en el marco de luz fresca, que exhibía posibilidades inesperadas de propósito y acción para sus contemporáneos.

Pero falleció hace 47 años. Ajuriaguerra es ya y por entero Ajuriaguerra. Entró en la historia y su liderazgo será irrepetible.

Le conocí en 1969. Cuando pocos creían en la supervivencia del Partido Nacionalista Vasco y la única salida para Euzkadi parecería la violencia me dijo; «En cuanto haya un poco de libertad y podamos actuar seremos mayoría porque el Partido Nacionalista Vasco no es más que el propio pueblo vasco actuando». Hace años parecería una exageración y hasta una utopía. Gracias, entre muchos, a él, hoy es una realidad.

Alentaba y buscaba a la juventud. A pesar de su aparente hosquedad era hombre con gran humanidad. Tenía sentido del humor y respuestas rápidas y graciosas. Sus expresiones tales como: “la cosa” y “camelo”, eran frecuentes en su léxico particular. Pero nunca utilizaba la grosería. Gustaba jugar con las palabras. El compromiso autonómico se convirtió en el compromiso automático en las reuniones privadas. Lo malo fue que en varias intervenciones públicas lo repitió tal cual. Luego lo contaba con gran regocijo mientras te miraba intensamente y le brillaban sus ojillos. Recuerdo sus risas cuando nos contaba como en una reunión internacional al dar un golpe en la mesa vació un plato de sopa sobre su traje. Tuvo luego que pasarse un día en el hotel esperando que se lo limpiaran.

Siempre reconoció la labor de Radio Euzkadi en la resistencia. Nunca viajó a América por razones de clandestinidad. Para que nadie le sacara una fotografía, para no comprometer una labor. Pero en diciembre de 1977 aceptó con gusto una invitación y recorrió 7.000 Kms. para agradecer la labor cumplida en la Radio Euzkadi de Venezuela. Estuvo en el lugar donde funcionó la emisora y contó las mil anécdotas de como habían organizado en la cárcel el sistema de transmisiones. Disfru­tó intensamente en aquella semana cargada de vivencias con una colectividad a la que cautivó con su fuerte perso­nalidad.

Todavía recuerdo su constancia tratando de resolver el crucigrama de una revista en pleno aterrizaje, hasta que lo logró; su satisfacción viendo la película del avión, oyendo la música, probando los jugos, hablando con la gente. Disfrutaba con cada actividad, preguntando y experimentando siempre. En la oportunidad de la noche del 14 al 15 de Junio de 1977, se la pasó jugando solitarios en la tienda de Zubiri donde teníamos nuestro Cuartel General.

Tenía autoridad y la ejercía, pero lo suyo no era autoritarismo. En cierta oportunidad nos dijo que la autoridad de los Consejos Regionales no era una autoridad efectiva. Era una autoridad moral. Si se perdía ésta, se perdía automáticamente la efectiva.

Era hombre analítico, objetivo, controlado, contenido, hombre de amplías perspectivas, intenso, hombre de compromisos. Fue siempre un hombre que realzaba la vida. Su sola presencia era estimulante porque era muy difícil lograr algo en lo que no tuviera razón. Tan inquieto y tan determinado que aprovechaba cada minuto, no gustándole nada que se dejaran las cosas sin atar o con encargos a segundos.

Hablar por teléfono con él era poco menos que morse. Seco, escueto y tajante. Empleaba muchas veces el indeterminado, «hay que hacer». Y había que hacerlo.

A pesar de su mucha actividad y dispersión, irradiaba una fuerza interior que era difícil encontrar en otras personas. Juan era hombre que soldaba las piezas.

No se me ha olvidado aquella vez cuando en Madrid participaba en la discusión de los conocidos como los Pactos de la Moncloa. Se produjo un atentado contra un Guardia Civil en Tolosa. Volvió en tren con Kepa Sodupe. Redactaron un comunicado. Estuvieron hora y media y volvieron a tomar el tren para continuar en Madrid al día siguiente las discusiones, «porque había que estar».

Pocos saben que la redacción del Juramento de Presidente de José Antonio Aguirre en Gernika es obra de Juan «Jaungoikoaren lurrean apalik…». Al final termina la fórmula jurando cumplir fielmente el mandato recibido.

Juan cumplió fielmente el mandato recibido. Su muerte dejó al Partido Nacionalista sin la personificación activa de cuarenta años de historia. Nos privó del luchador por excelencia. Pero como seguramente nos diría ahora, casi como testamento: «Hay que hacer…»