Martes 26 de abril de 2022
Este martes, la relevancia de la historia del Bombardeo de Gernika, no se la da el propio hecho, aunque también, sino el telón de fondo de las masacres de Ucrania. Es destacable que la lluvia de fuego de hace 85 años fue la primera con esa carga de destrucción planificada pero antes y después estuvieron Otxandio, Amorebieta, Eibar, Durango que merecen su lugar en la historia como lo merecen Barcelona, y las cientos de poblaciones destruidas en la guerra civil, más bien, sublevación militar de unos militares traidores a su juramento a la República.
La fotografía es de la Exposición Internacional de Paris en 1937, donde se exhibió por primera vez el “Guernica”. Se le puede ver al Lehendakari Agirre, a sus secretarios Irala y Basaldua, al Delegado en Paris Rafael Picavea, al pintor Ucelay. Es una buena fotografía para demostrar como desde siempre el Gobierno Vasco ha estado pendiente de este hecho y aunque la información que se da es escasa, solo recordar que en el juicio de Nuremberg el Lehendakari Agirre envió una acusación contra el mariscal Sperre y el gran nazi Hermann Goering, autores de la decisión de la masacre junto a Franco y sus generales.
Traigo aquí asimismo lo que me pasó con el embajador alemán en Madrid Guido Brunner. Este tema ha sido recurrente en el PNV como reivindicación. Tenía buena relación con Xabier Arzalluz, entre ellos hablaban alemán y eran unas relaciones públicas nato. Me recibió muy amable en su despacho. Le planteé varias cuestiones entre ellas el reconocimiento por parte de Alemania del bombardeo de Gernika. La escena no se me olvida. Se puso de pie como impelido por un resorte, elevó la voz y me dijo.
“¿Me ve usted vestido de oficial de las SS?. ¿Estos zapatos son unas botas de oficial nazi?. Nosotros somos una democracia. Es imposible que la actual Alemania reconozca este hecho. No lo haremos”.
Me quedé helado por aquella actuación tan poco diplomática y tan poco amistosa y ahí quedó la reunión.
Con el tiempo y la perseverancia, en 1997, el presidente alemán Roman Herzog pidió perdón y fue el embajador alemán quien en Gernika leyó aquella asunción de responsabilidades. Estuve tentado de llamarle a Brunner quien seis meses después fallecería tras aquel escándalo del “convolutto”.
Le pregunté varias veces lo mismo a los presidentes del Gobierno y ministros del interior y defensa. Recuerdo la respuesta de Rajoy.
“Le veo a usted muy interesado en hurgar en el pasado, algo completamente inútil. Hurgue usted en ETA y denme los nombres de los comandos”. Aplausos del PP. No existía Vox. ¿O si?.
En la réplica le dije que habían sido gentes con su mentalidad quienes habían permitido la masacre de Gernika y en relación con ETA le dije que más que él éramos nosotros lo interesados en acabar con ETA y que para eso estaban la policía y la ertzaintza.
Recuerdo también el trabajo que se tomaron los senadores Maqueda y Zubia tratando de demostrar técnicamente como era posible el traslado del Guernica a la Villa. Se fueron al ministerio y en Comisión con aquel concienzudo estudio técnico que fue presentado demostrando la falacia de la imposibilidad de su traslado. No sirvió para nada.
Ayer recordé a Eduardo Vallejo, alcalde y diputado. Txato Etxanizdesde Gernika me escribía en Facebook: ”Quienes hacemos historia local nunca le olvidamos, por ser el alcalde que siempre tuvo a Gernika-Lumo presente. Hace unas semanas le recordaba en un programa de la SER dedicado a Ucrania, como el alcalde que dignificó el día de conmemorar el bombardeo, creando el mausoleo, organizando el homenaje y así otras tantas cosas más, que quienes como cronistas de la Villa Foral conocemos. Y es que nosotros le reivindicamos también por la labor que a nivel internacional realizó. Nunca pasaron tantos diplomáticos, embajadores, cónsules etc por Gernika-Lumo. Se preocupó por recuperar documentación etc. Esta es la historia de Gernika-Lumo”.
Muy bien por Txato y muy bien por la hija de Emilio Aperribai, una víctima del bombardeo, entrevistada con su aita en Radio Euskadi, a cuenta de la carta enviada a Sánchez para que el gobierno español reconozca aquella barbaridad. Ha nombrado a Eduardo Vallejo. Es de agradecer como lo de Txato Etxaniz porque las cosas las hacen las personas y no los marcianos.
No lo ha hecho Estefanía Beltrán de Heredia, entrevistada asimismo hoy en Radio Euskadi y portavoz del Grupo Vasco en el Senado. La entrevista ha estado muy bien. Ha tenido el acierto de preguntar a Sánchez el mismo día del aniversario del bombardeo. Solo he echado en falta una alusión al muchísimo trabajo realizado en el pasado por compañeros suyos de partido en esa misma cámara y en el Congreso. Es una lástima el adanismo existente, algo que Ajuriaguerra adversaba de forma beligerante. ”Somos una cadena generacional, ese es nuestro éxito”. Una lástima.